Con el dinero que Aute obtiene con la venta de algunos de los cuadros colgados en su segunda exposición individual en Madrid decide irse a Barcelona a pasar unos días con su padre.
Cerca de Barcelona se encuentra habitualmente con la playa de Sitges y en Sitges con una nueva experiencia que él mismo nos cuenta: "Son los primeros contactos adolescentes con gentes de otra raza, de otro planeta: los extranjeros. Esas maravillosas criaturas que tanto daño han hecho –a Dios gracias– en la formación moral y sexual de una generación."
«Mécete lentamente
para que las olas no se despierten,
no digas nada,
ni una palabra.
piensa que el mar te arrastra
y que voy montado en tu barca.
Mécete lentamente
y un batir de plumas será tu vientre,
tiende tus alas
a lo que pasa.
Vuela, encendida ave,
yo seré tu viento en el aire.
Mécete lentamente,
ata los segundos y no los sueltes,
fin y principio
suman lo mismo.
Haz de este instante un siempre,
un preludio eterno a la muerte.
Mécete barca mía,
mécete ave mía,
mécete tiempo mío,
lentamente, lentamente…» (18)
(18) "Lentamente" (Espuma, 1974).
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