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domingo, 2 de marzo de 2014

ALBERTO CORTEZ - I: INTRODUCCIÓN. "CANTAUTOR HASTA LA MÉDUDA" Y REFERENTE IMPRESCINDIBLE DE LA "CANCIÓN DE AUTOR"

Ayer por la tarde, en el programa de TV "Qué tiempo tan feliz" que presenta Maria Teresa Campos, vi y escuché la entrevista que le hacía al gran cantor ALBERTO CORTEZ. Sabía que Alberto ha estado bastante enfermo y me alegró muchísimo verle en la pantalla comunicando y transmitiendo su fuerza interior –a pesar de la debilidad– y sus tremendas ganas de vivir y de cantar. 

He tenido la suerte y el inmenso placer de conocer personalmente a Alberto y os aseguro que es una de esas personas maravillosas que se lo merece todo; compositor y cantor incansable; hombre de enorme sensibilidad y luchador–¡siempre!– en defensa de la calidad musical y poÉtica de su obra, que –por cierto– es inmensa.

Alberto Cortez es uno de esos creadores –"cantautor" hasta la médula– por los que merece la pena apostar decididamente por la creación de un Centro de la Canción de Autor en el que se recoja y se proteja toda su enorme y bien linda carrera artística; Centro que, a su vez, se sentirá dignificando con su presencia, sobre todo –y que se lo apunten bien claro la nuevas generaciones– porque Alberto Cortez, su trayectoria profesional, y su obra son, y serán siempre, unos "referentes" artísticos y culturales imprescindibles.

Hecha esta introducción os informo de que he decidido dedicarle a Alberto Cortez varios "cuelgues" aquí "DONDE CANTAMOS COMO QUIEN RESPIRA"; "cuelgues" escritos ya con la idea de convertirlos, en breve, en un de las "entradas" de la Web "CANCIÓN CON TODOS" que espero poder inaugurar y presentar en el próximo mes de octubre.

Alberto Cortez.

Albertó –argentino de nacimiento y de parte sustancial de su identidad– llegó a España, en 1965, como "Mr. Sucu-Sucu" –ya hablaremos de esa circunstancia– y, en muy poco tiempo –con su sencillez, con su extraordinaria sensibilidad y a través de una evolución coherente con su propio proceso de madurez personal–, supo calar en el alma no sólo del público español, sino también del de aquellas tierras latinoamericanas que un día dejo, pero de las que nunca ha podido ni ha querido desprenderse.

Recorrido artístico y creador que le ha convertido, sin lugar a dudas –centrándonos es España–, en uno de los cronistas sentimentales imprescindibles de nuestra realidad social y cultural desde los años sesenta hasta nuestros días.

Ese hecho, de honda profundidad humana, que, con el paso del tiempo, ha protagonizado Alberto Cortez, nos lo pone de manifiesto, con su acostumbrada brillantez periodística y literaria, Fernando Onega –por el que desde siempre he sentido una gran admiración–; Fernando, en febrero de 2000, con motivo de la presentación que hizo Alberto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid de su gira "40 años de cortezías", escribió:

Alberto Cortez.

«¡Alberto Cortez! ¿Para qué decir más? ¿Quién de los aquí presentes no ha amado alguna vez con sus discos? Decidme: ¿quién no robó un beso a la sombra de un bolero de Cortez? ¿Quién no sonrió con sus cortezías y sus cabralidades? ¿Quién no sintió ganas de sacar un pañuelo para despedir con Alberto a los tres grandes Pablos que se fueron en un año?

Perdonadme, pero la música, mi música, es este hombre. Que le prestó voz a Atahualpa. Que le dio ritmo y sonido a los versos de Machado y de Quevedo. Que nos hizo soñar castillos en el aire, que nos zarandeó como la marea. Que se ha querido presentar como charlatán de feria, pero supo musicar a Lope de Vega y al Marqués de Santillana. Y que lleva sus recuerdos, no sé si en un zurrón de peregrino, no sé si en su nostalgia de emigrante, y va gritando su distancia, y va llevando su equipaje de pensares y sentires.

Tierno, melancólico, irónico Alberto Cortez: has sembrado España y el mundo de pensares y sentires de tu rincón del alma. Has conseguido hacer un himno de la amistad con tu “Cuando un amigo se va”. Has logrado que fuera un grito tus palmeras. Nos has emocionado a los que hemos tenido un abuelo como tú: que amaba y recordaba aquel trozo de tierra y conocía las estrellas».

Hermosas palabras de Fernando Onega, que, por supuesto, comparto plenamente, y que, en mi opinión,  no hacen más que reflejar el resultado de un secreto que Alberto siempre ha guardado en su "rincón del alma; secreto que un buen día, en 1987, decidió ofrecernos como mejor sabe hacerlo: con una canción. Me refiero a la canción "Arriba la vida"; canto impresionante que pone de manifiesto su visión positiva, apasionada y esperanzadora de la experiencia de vivir. (Esta canción podemos escucharla pulsando el siguiente enlace):

«Mientras quede una flor en el camino,
mientras quede un amigo en quien confiar,
la ternura infinita de los niños
y las ganas de andar un poco más.

Mientras quede una corriente de agua fresca
y perduren las canciones de Serrat,
el rechazo a cualquier tipo de violencia,
esta voz será plural y cantará.
                         
Arriba la vida, que no muera la esperanza
si es que queremos algún día conseguir
el equilibrio natural de la balanza
para vivir, para vivir, para vivir.

Arriba la vida, no hay fracasos ni derrotas
que no se puedan, si se quieren asumir.
aunque de pronto nos quedemos en pelotas 
hay que seguir, hay que seguir, hay que seguir.

Mientras quede una paloma en pleno vuelo
que no pueda derribar el cazador
y muchachas con jazmines en el pelo
y un geranio florecido en un balcón.

Mientras quede un solo perro vagabundo
y muchachos sobre un barco de "Greenpeace"
y Teresa de Calcuta por el mundo,
esta voz será plural para decir.

Arriba la vida, que no cunda el desaliento,
hay muchas cosas que nos quedan por lograr;
cada momento puede ser un buen momento
para empezar, para empezar, para empezar.

Arriba la vida, rescatemos la alegría,
que la amargura no aparezca por aquí.
Una sonrisa es la mejor artillería,
para vivir, para vivir, para vivir».

Con esta hermosísima canción finalizo esta introducción a una serie de cuelgues biográficos que iré publicando en los próximos días. 

Permitirme, sin embargo, que antes de terminar os deje este "saludo-ruego-personal-recordatario"... ¡Realmente es muy importan que podamos hacer realidad ENTRE TOD@S ese Centro de la Canción de Autor tanto tiempo deseado!

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