Primera exposición de pintura de Luis Eduardo Aute en la Galería Alcón de Madrid y primeros coqueteos con la música en algún que otro conjunto como Los Tigres o Los Sonor... Indiscutiblemente este adolescente rompe el molde de la gran mayoría de los adolescentes de la época... Algo insospechado, pero apasionante y mágico, merodea sobre su destino...
«Quisiera ser el aire
para poder, para poder,
quisiera ser el aire,
para poder huir de mí.
Quisiera ser el sol
para poder, para poder,
quisiera ser el sol
para poder mirar a Dios.
Quisiera ser el viento
para poder escuchar
la voz de los lamentos
que brotan de la humanidad.» (16)
Mientras tanto lo estudios preuniversitarios, tan alejados de sus intereses y de su realidad cotidiana, le aburren y no le despiertan ningún tipo de entusiasmo.
Suspende el "Preu"...; un suspenso en el que posiblemente se empezaba a manifestar, aún inconscientemente, la tensión que Eduardo vivirá más tarde contra el racionalismo que masifica y que acribilla los latidos del alma.
«Bajo la luz de la ciencia
ninguna sombra se esconde;
música y magia son mitos
que a la materia responden.
Ser un verbo sin sangre
de pensamientos conformes,
una cabeza en la masa
con apellidos y nombre.
Triste deber de la Historia
el de encontrar soluciones
acribillando latidos
para que suenen relojes.
Tiene que existir,
aún tiene que latir,
amordazado por la razón,
un corazón.» (17)
(16) "Quiero ser el aire" (Diálogos de Rodrigo y Ximena, 1968).
(17) "Un corazón" (De par en par, 1979).
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