Anoche volví tarde a casa. Tenía pensado escribir algo sobre lo que iba a titular Los "sinlímites" de Joaquín Lera, pero me fue completamente imposible. Os cuento los motivos:
Pocas horas antes había asistido a un acto organizado por la "Fundación Progreso y Cultura de la UGT de Madrid" en el que se le concedió a José Antonio Labordeta, "in memoriam", el "X Premio a la Calidad Artística y al Compromiso Social". Premio que recogió una de sus hijas. En el acto cantaron los también aragoneses Angel Petisme y Joaquín Carbonell y estuvo Víctor Alfaro, joven periodista al que admiro por lo mucho y muy bueno que está haciendo respecto a la defensa y la difusión de la que llamamos "canción de autor".
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Magnífica e inolvidable familia musical: José Antonio Labordeta Javier Krahe, Joaquín Carbonell,
José Luis Guereña, Xavier Ribalta, Ángel Petisne y Paco Ibañes |
No os podéis hacer idea del desgarro que me produjo el acto.... Yo quería, y quiero, mucho a Labordeta y su muerte ha sido para mi tanto o más dura que lo fue la de Carlos Cano, amigo del alma que pronto hará diez años que se nos fue (concretamente el próximo 19 de diciembre).
Permitidme una confidencia: hace unas semanas me llamó Xavier Pintanel –creador y director de "Cancioneros.com" ( http://www.cancioneros.com/index.php ) sin duda el portal mas importante que existe en el mundo sobre la música o la canción de autor–, me llamó, en concreto, para que le ayudara a confeccionar el cancionero de Labordeta. Por supuesto acepté la propuesta y me puse a trabajar... El trabajo consistía en copiar las letras de sus canciones y en chequearlas escuchando las canciones... No os podéis hacer idea de lo que pude llorar haciendo este trabajo –os lo confieso–; la fuerza de José Antonio, la coherencia y la autenticidad de su cantar y su personalidad tan tierna y tan cachonda me arrancaron lágrimas que en realidad fueron liberadoras porque me hicieron descubrir que su presencia será indestructible para siempre.
Hoy lunes, para celebrar su presencia, os recomiendo que os hagais con el doble CD recopilatorio de sus mejores canciones que ha editado Warner Music con el título de "Canto a la Libertad"; recopilatorio que salió pocos días antes de la muerte de José Antonio y en el que aparece un extenso texto que Warner me pidió que escribiera y que siento que Labordeta no pudiera leer.
De ese texto voy a reproducir dos fragmentos con el deseo de que vuelvan a ser una manifestación más de mi admiración y de mi "AMOR" hacia él. (Él también entendía que el "amor" es el valor o la actitud más profundamente revolucionaria).
«Seis fueron los contenidos temáticos en torno a los que giraron sus canciones:
• La evocación de situaciones y experiencias relacionadas con la posguerra y con su niñez y adolescencia.
• La descripción apasionada y crítica del paisaje de Aragón: “Vengo a gritar la tierra y a contar historias del paisaje”.
• Su aproximación sensible y solidaria a las realidades humanas, en general, y a las del pueblo aragonés, en particular. Realidades que navegan entre el dolor y la esperanza.
• La proclamación contestataria y reivindicativa de la “libertad” como el fundamento de la vida y de la convivencia.
• La exaltación de los valores del amor y de la solidaridad. “El amor es el silencio, la palabra guardada en el pecho…”. “Por el alba del camino a tu hermano encontrarás, dale la mano y camina hasta llegar al final”.
• Y su afirmación realista de la esperanza. “Serenamente hablando, digo hoy, que el tiempo bonancible no ha llegado todavía”».
«El disco-libro "Labordeta. Nueva visión" (1999) recoge doce canciones de José Antonio interpretadas por grupos y solistas aragoneses tan jóvenes, tan modernos y tan variopintos como Al Son del Sur, Distrito 14, Paco Cuenca, Willy Giménez, Acolla, Especialistas, Soul Mondo, Enfermos Mentales, Adiós Jumbo o Ixo Rai!
En aquel disco-libro tuve el placer de participar con un largo texto al que titulé “Labordeta: coherencia y evolución”, texto que concluía con unas palabras inspiradas en su canción dedicada a La sabina:
“José Antonio Labordeta no se rinde, y, como la sabina, se mantiene altivo y nada puede truncar su canto; y ahí permanece como un monegrito más, sabiendo, como ellos saben, lo duro que es pelear”».
Termino, y lo hago evocando aquel cantar de Los Panchos: «Espérame en el cielo corazón si es que te vas primero. Espérame en el cielo corazón para empezar de nuevo».