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domingo, 25 de junio de 2017

DE COMO LA "CANCIÓN DE AUTOR" Y LA ESCUELA EMPEZARON A ENCONTRARSE. RECUPERACIÓN DE UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.

ÁNGELES RUIBAL, cantautora gallega que junto con el compositor SERGIO ASCHERO, formaron, durante los años setenta el dúo "LOS JUGLARES", ha tenido el precioso gesto de hacerme llegar está página de un "periódico escolar" titulado "Saeta Azul" en el que empecé a escribir mis primeras crónicas sobre la "canción de autor". Fue en 1976.


Concretamente este artículo lo publiqué en la segunda quincena de noviembre de 1976 y estaba dedicado al disco "Está despuntando el alba" que Ángeles y Sergio dedicaron a canciones creadas sobre poemas de MIGUEL HERNÁNDEZ.


El regalo de esta hoja del periódico "Saeta azul" –que se publicaba en Andalucía– me ha producido una gran alegría porque aunque escribí en él quincenalmente, entre octubre de 1976 a marzo de 1978, no conservaba ninguno de sus ejemplares. Los tenía todos, pero debieron perderse en una las mudanzas que he realizado a lo largo de mi vida.

La existencia y la difusión de este periódico escolar a mediado de los setenta –recién finalizada la dictadura– me parece un hecho que, al menos a mi, me hace pensar en lo progresista que era su planteamiento que supuso la "introducción activa y directa" de la "canción de autor" en las aulas andaluzas. Pensamiento que irremediablemente me lleva también a sentir –con cierta tristeza– que pasado el tiempo, se han perdido iniciativas pedagógicas y culturales como aquella, lo que es realmente lamentable.

Concretamente, hace un par de meses, en pleno proceso de escritura del libro "MI VIDA ENTRE CANCIONES", me pareció necesario recuperar aquella experiencia escolar y decidí dedicarle el "capítulo 13"; capitulo del que seguidamente voy a copiar y compartir un fragmento. Creo que es importante... ¡Ojalá hoy se pudiera poner en marcha una iniciativa musical y pedagógica como aquella!.

«Ya en los años sesenta escribí algunos artículos (simples colaboraciones muy esporádicas) sobre la relación entre la música y la pedagogía en publicaciones como Mundo Obrero, Triunfo o Cuadernos para el Diálogo, donde tuve la suerte y el inmenso placer de conocer y mantener una entrañable relación con grandes y admirables hombres como Enrique Miret Magdalena o Joaquín Ruiz Jiménez.

Pero, en realidad, la experiencia más sistemática la inicié, en octubre de 1976, en un periódico escolar editado en Sevilla con un nombre que nunca me gustó pero que fue, sin duda, una publicación tremendamente innovadora. Me refiero al periódico escolar Saeta Azul que fue galardonado con el Premio Nacional de Prensa Infantil y Juvenil en 1975.

Unos meses después de publicar el libro Nueva Canción: "Disco-fórum y otras técnicas", recibí una carta en el ICCE, procedente de Sevilla, en la que Manuel Suárez Piñero, editor del periódico escolar Saeta Azul, me solicitaba una entrevista. La verdad es que, aunque aquello de la «saeta» y del «azul» no me sonaba muy bien y me producía, inconscientemente, un cierto rechazo (me hacía recordar a la Falange Española de las Jons que tanto detestaba), me cité con él en mi casa y mantuvimos una larga entrevista.

Manuel Suárez Piñeiro me mostró el periódico y me informó de que su fundador en 1973 (y director desde entonces), era José María Javierre, un periodista que en aquel momento también era director del El Correo de Andalucía y hacia el que yo, sin conocerle en persona, sentía una gran admiración. Hombre de tremenda sensibilidad democrática, magnífico escritor, defensor apasionado de los derechos humanos y sacerdote rebelde y crítico. Antonio Lorca, también periodista, llegó a calificarle como «la sonrisa seductora de la Iglesia».

He de decir que, solo con esta información que me proporcionó Piñeiro, mi rechazo previo al periódico a causa de su nombre empezó a desaparecer. Con un fundador y director como Javierre era imposible que aquella publicación tuviera algún tipo de connotación «derechista» y, por supuesto, mucho menos, falangista. Es más, ya desde aquel momento sentí que iba a ser para mí un gran honor poder conocer y trabajar cerca de un gran periodista como José María.

Después el editor me explicó que Saeta Azul era el primer periódico escolar que se había publicado en España, que era quincenal y que llegaba a cientos de colegios, fundamentalmente de Andalucía.

En concreto, y descendiendo ya al motivo central de la entrevista, Suárez Piñeiro me transmitió el deseo de José María Javierre de que colaborase quincenalmente en el periódico con una sección monográfica dedicada a la «canción de autor». El proyecto me pareció muy atractivo y necesario (llevar la canción a la escuela siempre ha sido una de mis obsesiones) y acepté su solicitud asegurándome antes de que tendría total libertad, no solo en la creación de la nueva sección sino, y sobre todo, en la selección y el desarrollo de sus contenidos. Por supuesto, así era Javierre, aquello les pareció lógico y hasta positivo y acordamos que a los pocos días les mandaría una propuesta para iniciar la colaboración en el curso escolar 1976-1977.

Aquella propuesta, que fue aceptada de inmediato, consistió en la creación de una sección a la que llamamos Nueva Canción que iba a ocupar la última página entera del periódico y en la que, cada dos semanas, haríamos una amplia presentación de la obra (un LP) de uno de nuestros cantautores; presentación planteada como una especie de guía de audición que se complementaría con actividades o sugerencias didácticas para poder trabajar dicha obra en el aula.

Os aseguro que aquel fue uno de los trabajos más hermosos y gratificantes que he hecho en mi vida. Creo que llegó a ser una experiencia innovadora y verdaderamente revolucionaria, sobre todo pensando en los años y en el contexto sociopolítico en que pude desarrollarla. Ya me gustaría a mí que ahora se realizasen iniciativas similares.


Los Juglares y Fernando González Lucini hablan  sobre "Saeta Azul".

Hace unas semanas, cuando decidí escribir "Mi vida entre canciones", empecé a buscar en mis archivos algún ejemplar de aquel periódico escolar y, lamentablemente, no lo encontré. Es probable que se perdiera en algunos de los varios traslados de casa que he vivido a lo largo de los años pasados. Me consta que tenía guardados en una carpeta todo los ejemplares en los que colaboré. 

Al no encontrarlos tomé la decisión de ir a consultar la fantástica hemeroteca de la Biblioteca Nacional para intentar reencontrarme con aquella documentación que considero de gran valor histórico

En la Biblioteca Nacional, afortunadamente, me encontré con todos los ejemplares de Saeta Azul. ¡Qué vértigo! Fue muy emocionante, hasta se me saltaron las lágrimas. Aquellos periódicos sí que eran presencias y realidades tangibles de "Mi vida entre canciones"

Como no me permitieron hacer fotocopias ni fotografías, me pasé varias horas tomando unas notas con las que voy a intentar rescatar lo que fue aquella experiencia.

Escribí cada dos semanas en Saeta Azul desde la segunda quincena de octubre de 1976 a la primera de marzo de 1978. Un total de 24 artículos. Hay que tener en cuenta que durante las vacaciones escolares el periódico no se publicaba.

El primer artículo, que fue la presentación y el despegue de la sección «Nueva Canción», lo inicié con la siguiente introducción que, hoy por hoy, al cabo de tantos años, sigo suscribiendo palabra por palabra. (No olvidemos que iba dirigida a niños y adolescentes en situación de escolarización y que estamos hablando del año 1976).

«Iniciamos hoy esta nueva sección de Saeta Azul dedicada a la música de juventud y la iniciamos pensando mucho en ti porque sabemos que la música te entusiasma. ¿No es cierto? Queremos ofrecerte y conseguir dos cosas fundamentales. Por una parte, presentarte una serie de discos que se van editando y que nos parecen interesantes y, por otra, darte y daros a todos sugerencias sobre cómo un disco, una música, una canción pueden ser muy importantes para vuestra formación porque cuando la canción es buena y posee calidad siempre tiene algo que comunicarnos, un mensaje que transmitirnos, una experiencia que el autor o el intérprete quiere darnos a conocer, y que hemos de saber captar y asimilar.

»Piensa que la música y la canción son una forma de lenguaje, una forma extraordinariamente bella de expresión, una forma de recreación de la vida y no solo un producto más de consumo y entretenimiento. Por supuesto, hablamos de la "buena canción", no de ese gran conjunto de canciones que no dicen nada y que nada tienen que ver con la vida ni con los problemas reales de las personas, de los jóvenes o de ti mismo». 

El caso es que entre octubre de 1976 a marzo de 1978, escribí 24 artículos –como el que aparece en el inicio de este "cuelgue"– dedicados, por ejemplo, a discos de Carlos Cano, Taburiente, Luis Pastor, La Bullonera, Miro Casabella, Víctor Jara, Labordeta, Manuel Soto Sordera, Jordi Sabatés, Aute, La Fanega, María del Mar Bonet, Indio Juan Oskorri o Joquín Carbonell ... Y lo que es más interesante, miles de niños escucharon, disfrutaron y trabajaron esos discos.

¡QUE BUENO SERÍA, REALMENTE, PODER REALIZAR EN LA ACTUALIDAD ALGO PARECIDO... ¡Pues ahí queda!

¡Ah!... Y si te interesa tener una ampliación sobre lo que he escrito en este "cuelgue" y sobre muchísimas cosas más relacionadas con la historia de la "canción de autor" COMPRA –si todavía no lo tienes– EL LIBRO "VIVIR ENTRE CANCIONES". Pulsando en el siguiente enlace puedes encontrar como hacerlo:


RAFA MORA Y MONCHO OTERO EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "VOLAD CANCIONES, VOLAD"

MONCHO OTERO y RAFA MORA serán protagonistas muy especiales en la presentación del libro "VOLAD CANCIONES, VOLAD". Estamos traba...