Hoy, continuo y concluyo los "cuelgues" que vengo ofreciendo sobre el recorrido musical y poético de Manuel Cuesta, y sobre algunas de las circunstancias en las que se desarrolló ese recorrido; circunstancias que, en realidad, son bastante similares a las actuales, y que considero que deben ser conocidas, recordadas y tenidas en cuenta por los más jóvenes "cantauores" –aprendices o ya consagrados– que, hoy por hoy, se multiplican por todo el país con la muy sana intención de poder "cantar como quien respira".
En el año 2003, Manuel Cuesta grabó otra de sus maquetas titulada «De amores y utopías»; disco en el que integró canciones como "Estatuas de sal" –interpretada con Antonio de Pinto–, "Que vienen" –canción de Alfonso del Valle cantada con él–, "Rumbo al corazón" –con Joaquín Calderón acompañándole al violín–, o "Utopía" canción que escuchada hoy, y en este momento, sigue teniendo plena vigencia.
En el año 2003, Manuel Cuesta grabó otra de sus maquetas titulada «De amores y utopías»; disco en el que integró canciones como "Estatuas de sal" –interpretada con Antonio de Pinto–, "Que vienen" –canción de Alfonso del Valle cantada con él–, "Rumbo al corazón" –con Joaquín Calderón acompañándole al violín–, o "Utopía" canción que escuchada hoy, y en este momento, sigue teniendo plena vigencia.
Maqueta grabada por Manuel Cuesta, en 2003. La cubierta fue ilustrada por el propio Manuel dibujando su autorretrato junto a Mafalda. |
«No es por molestar
pero hoy me levanté indignado
por las cosas que han pasado
por la exaltación de unos
y la estupidez de otros,
lo jodido es que nosotros
aún estemos aquí tumbados [...]
¿Dónde estan esos valores
que busco desde hace años?
¿dónde estan esas batallas
que se libran con los labios?
¿dónde esta la primavera,
dónde esta mi calendario? [...].
La utopía es una vereda
que te ayuda a caminar
aunque el horizonte
cada vez quede más lejos».
Con anterioridad a la grabación de la maqueta "De amores y utopías" Manuel decidió alternar su estancia y sus actuaciones entre Sevilla y Madrid; fue a partir del año 2001.
«Ahora me enfrento a un nuevo reto: –escribía en el boletín "Mágica Música"– hacer llegar mis canciones al publico madrileño. Cuando llegas a la capital a dejar maquetas por los locales del circuito de cantautores todos te pintan un paisaje tosco, feo y difícil sobre este mundillo. Pero un sueño no se derrumba tan fácilmente, hay que seguir creyendo en lo que uno hace. Tener paciencia».
Permitidme un paréntesis para realizar una breve referencia al boletín "Mágica Música" antes mencionado, iniciativa surgida a principios de los años dos mil, bajo el liderazgo de Máximo García Benítez. Aquel boletín de cuatro páginas –dedicado totalmente a la difusión y a la promoción de la "música popular" y/o de la "canción de autor"–, se autodefinía como "Hoja volandera musical, independiente y gratuita". Fue realmente un sencillo, pero muy eficaz medio de comunicación – impreso, ya entonces, en papel reciclado–, que se distribuía por la mayoría de los locales en los que actuaban los "cantautores", entre ellos las salas Galileo Galilei, Clamores, Libertad 8, Café del Foro, Café Barbiere, Búho Real, Madrid Rock, Suristán, Garibaldi Café, etc. Una iniciativa muy interesante que debería volver a retomarse. (Anteriormente, a finales de los noventa, este boletín tuvo otros nombres, entre ellos, "Músicas para el fin de un milenio").
Boletín "Mágica Música". Nº 18. Invierno 2001. |
Ya en Madrid, Manuel Cuesta empezó a cantar, con cierta frecuencia, en la Sala Búho Real, donde grabó en directo otra de sus maquetas titulada "Divertimento" (2002); disco en el que recogió trece canciones de su repertorio habitual, entre ellas las anteriormente mencionadas "No todo está perdido", "A esta primavera", "Utopía" o "Cuando despierte esta guerra", tema que volvió a grabar, tres años después, en su disco "Días rojos" (2005).
Vuelvo a hacer un paréntesis para ofrecer la cubierta del primer número de la "guía de actuaciones" que empezó a publicar la Sala Búho Real en enero del año 2002. Concretamente, para ese mes, se anunciaban, con amplia información, los conciertos de Carlos Chaouen; Piedra sobre Piedra; Luis Felipe Barrio, Matías Ávalos y Carlos Agudo; Bébe; Bromas Aparte; Antonio de Pinto, Marta Aldea y Antonio Toledo; José María Alfaya y el Taller de Reinsertables; Agustín Ramos; Manuel Cuesta; David Demaría; Doctor Grillo –Paco Bello y Raul Hernández–, Mike Ramírez, Leo Minax, Javier Maroto, Esmeralda Grao, Manuel Macarro, Estación Norte, Lola Sandoval y Eduardo Nogareda.
Tras la grabación de "Dias Rojos" (2005), dos años más tarde, Manuel Cuesta emprendió una aventura musical y poética de extraordinario interés que, lamentablemente, no se dio a la luz y ha permanecido bastante desapercibida. En esta aventura le acompañó el gran poeta cordobés Joaquín Pérez Azaústre –nombrado recientemente director del festival "Cosmopoética" que se celebra anualmente en Cordoba–.
Aquella aventura, surgida, en 2007, del encuentro entre el cantor y el poeta, se concretó en la musicalización, por parte de Manuel, de 12 poemas de Joaquín, y en la grabación de un disco –no editado– en el que cantan los dos –merece la pena escuchar el buen cantar del poeta–; disco totalmente inédito al que titularon "Dingo Bar" –nombre de un bar parisino frecuentado por Jen-Paul Sastre en los años treinta, y en el que se encontraron por primera vez Francis Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway–.
Entre los doce poemas de Joaquín Pérez Azaústre, musicalizados por Manuel Cuesta, voy a evocar en este momento el que le daba título a aquella bellísima aventura: "Dingo Bar"…
Tras la grabación de "Dias Rojos" (2005), dos años más tarde, Manuel Cuesta emprendió una aventura musical y poética de extraordinario interés que, lamentablemente, no se dio a la luz y ha permanecido bastante desapercibida. En esta aventura le acompañó el gran poeta cordobés Joaquín Pérez Azaústre –nombrado recientemente director del festival "Cosmopoética" que se celebra anualmente en Cordoba–.
Aquella aventura, surgida, en 2007, del encuentro entre el cantor y el poeta, se concretó en la musicalización, por parte de Manuel, de 12 poemas de Joaquín, y en la grabación de un disco –no editado– en el que cantan los dos –merece la pena escuchar el buen cantar del poeta–; disco totalmente inédito al que titularon "Dingo Bar" –nombre de un bar parisino frecuentado por Jen-Paul Sastre en los años treinta, y en el que se encontraron por primera vez Francis Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway–.
Entre los doce poemas de Joaquín Pérez Azaústre, musicalizados por Manuel Cuesta, voy a evocar en este momento el que le daba título a aquella bellísima aventura: "Dingo Bar"…
«Alguna vez te hablé de Dingo Bar
es un lugar que un día dio que hablar
abierto en las mañanas
enormes de un domingo natural
como una barra henchida en un canal.
No hallabas tristeza en Dingo Bar
y sí chicas fogosas, un cancán
bailado por las brujas
prisioneras de un vidrio lagrimal
que por arte de magia era champán.
La cerveza mejor de Dingo Bar
era la alemana de reserva.
Los mejores amigos
esos que acababas de encontrar.
Todo el mundo estaba en Dingo Bar:
pintores, capuletos y rufianes,
las novelas a punto
un atasco gris de soledad
vamos que tenemos que llegar
Todo era posible en Dingo Bar:
encontrarse con Ava, con François
con Zelda o con la Stein
o con Bridgitte ingrávida de mar
o también un fantasma sideral.
La cerveza mejor de Dingo Bar
era la alemana de reserva.
Los mejores amigos
esos que acababas de encontrar».
Y después... en 2009 y 2011, ˝La vida secreta de Peter Parker", y en esos discos una de las canciones de Manuel Cuesta a la que estoy totalmente "enganchao": "Tu risa en la Alameda"; "enganche" que se multiplica cuando Manuel la interpreta acompañado de su amigo Ismael Serrano...
De ˝La vida secreta de Peter Parker" ya he hablado varias veces en este blog y no es necesario decir nada más...; ¡o sí!..., recordar este pequeño fragmento de "Tu risa en la Alameda".
«Esta noche quiero llevarte a pasear
y beberme a tragos tu risa en la Alameda
dos leones custodiarán mi alma en el Boulevard
mientras Hércules y César
sonríen desde la arboleda
Si quieres levantarle la falda a esta ciudad
tienes que venir bajo su manto de estrellas
brindaremos por Paco Zapata en el Central
mientras Hércules y César
contemplan la polvareda.
Que hoy habrá revolución,
dará comienzo en la alameda».