En estos días, navegando por internet, me he encontrado con un texto de David Ackert que ha sido repetidamente compartido en facebook. En él su autor habla de los artistas y formula unos planteamientos y unas reflexiones muy hermosas e interesantes.
Leyendo ese texto me ha venido a la memoria otro, cercano a esa línea de pensamiento, escrito por un grandísimo poeta y cantautor extremeño llamado PABLO GUERRERO. Pablo lo escribió para el libro "Pueblo que canta", obra colectiva que publicamos por la "Asociación de la Música Popular", en 1983.
Se trata de un texto –que tiene ya treinta años– al que me permito titular «PROPU"ÉTICA" PARA CANTAUTORES» porque es, en realidad, una reflexión y una propuesta ética de extraordinario realismo y valor. Espero que el hecho de estar escrito por un hombre grande –pero a la vez sencillo– de nuestras tierras no disminuya su difusión.
Pablo Guerrero. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
«Cualquier persona –escribe Pablo Guerrero– está hecha de cimas y simas, de barro y alas, de infierno y paraíso: nada de actitudes puristas, de creerte encadenado a una campana de cristal, inmune a las impurezas impuestas por la industria.
No intentes dar imagen de nada. Sé libre en cada momento de tu vida.
Si eres libre, tu canto será libre.
Si no lo eres, eso obstaculiza tu canto, pero no lo invalida: la libertad, como la magia, está en los otros, en el que te escucha.
Vacíate de todo. Canta como respiras. Llena de aire tus pulmones y conviértelo en sonido, en melodías con palabras.
Cualquier palabra es un mundo. Es un cohete que estalla en miles de estrellas.
No intentes una comunicación de cerebro a cerebro, no trasvases conocimientos, dirígete más bien a los sentidos.
No cantes pues conceptos, canta sensaciones.
Pero que esas sensaciones estallen de ganas de vivir, de gozo de sentirse vivo cada momento del día.
No intentes ser profundo, lo profundo está en la superficie.
Interésate por todo, incluso de lo más comercial tienes mucho que aprender.
No minusvalores jamás la sensibilidad del que escucha. Tu canción sin él no es nada.
Recupera lo esencial de todo lo que te influya, lo demás olvídalo.
Oído por ahí: "Folklore es el cordón umbilical que unos une con la tierra".
Sé humilde y ama tu trabajo: jamás niegues el acorde que estás dando.
Tu instrumento de trabajo es tu propio cuerpo. De él nace la música. Dirígete pues al cuerpo de los demás».