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miércoles, 2 de enero de 2013

DISCOS RECUPERADOS: «OYEME!», VÍCTOR MARIÑAS Y LA GRANDEZA DE VIVIR.

Se lo dijo Carlos Cano nada más salir su disco "Diez soneto de amor de Antonio Gala": "Víctor, busca y encuéntrate con el oasis de tu propio corazón, porque es ahí donde radica la verdadera escuela del canto popular». 

Y Víctor Mariñas lo hizo, zahondó en su corazón –que desborda sensibilidad, ¡yo lo sé!– y encontró ese oasis del que brotan las verdaderas canciones del alma –¿qué es en realidad una canción popular sino un latido, o un suspiro, limpios e incontenibles que se hacen música y palabra?–... Y Víctor compuso sus propias canciones, ¡las suyas!, y sintió la necesidad de cantarlas, de decir «ÓYEME!»... Eran sus canciones, sus latidos, sus sentimientos... «Óyeme, no puedo retrasarlo ni un instante siquiera, te quiero, me pierdo, y mi mente nada puede hacer sin ti».

Víctor Mariñas.

Y Víctor para desahogar esa necesidad de cantar y de ser oído, decidió grabar su segundo disco reuniéndose con un extraordinario grupo de músicos, yo diría que de los mejores en aquel momento; músicos que se sintieron cómplices de sus sentimientos y de sus latidos para hacerlos volar bien alto; .... y ¡volaron!..., ¡óyeme, volaron!... Aquellos músicos fueron Bernardo Fuster (percusiones),  José Luis "Villi" Villegas (bajo), Luis Mendo (guitarra), Lorenzo Solano (saxos y flautas), Javier Palancar (Acordeón) y Susana Martins (coros) –o sea, Suburbano al completo–.

Recuerdo que una mañana me llamó Bernardo para hablarme de Víctor: «Te voy a mandar una maqueta de lo que estamos grabando con un chico extremeño que es extraordinario; escúchalo y verás; después de escucharlo si te gusta lo que estamos grabando, y si te apetece, podrías escribir un texto de presentación; vamos a presentar el nuevo disco en la Sociedad General de Autores y me gustaría contar contigo».

Cuando recibí la maqueta me sentí doblemente sorprendido. Primero porque ya conocía a aquel chico extremeño; le conocía y le admiraba a través de su libro-disco "Diez soneto de amor de Antonio Gala"; y en segundo lugar porque lo que pude escuchar en aquella maqueta era de una enorme calidad.


«Óyeme!» era, y es, es un disco del que destacaría, para empezar, su riqueza musical...; musicalmente es una auténtica joya. A ello se une la magnífica interpretación de Víctor –¡canta francamente bien!–. Y como remate hay que destacar el hermoso contenido poético de sus canciones, tanto las doce escritas por él, como las tituladas "Cielo abierto" –de Luis Mendo y Bernardo Fuster– o "Te buscaré a ti", canción basada en un poema de Pablo Guerrero musicalizado por Víctor. 

Evidentemente, ante todo aquello no tuve la menor duda en escribir el texto que Bernardo me había solicitado; fue un verdadero placer; entre otras cosas, en aquel texto decía:

«Hay que oirle –tenemos que ecucharle– porque en sus catorce nuevas canciones Víctor plantea y desarrolla una propuesta hoy por hoy –y más que nunca– imprescindible: una propues entretegida de afectos, pasiones, seducciones y entregas; de deseos, raptos y complicidades; una hermosa propuesta de latidos y de suspiros; de besos y de miradas, de caricias y de ternura...; toda una propuesta que apunta a lo que él llama “la grandeza de vivir” y que nos puede proporcionar esas alas necesarias para la felicidad que el mundo busca y reclama en una de sus canciones...; propueta, a fin de cuentas, revolucionaria por lo que tiene de antídoto, o de muro de contención, contra la depresión y la violencia».

Escuchado nuevamente el disco me reafirmo hasta en las comas de lo que escribí en el año 2006...; y ya solamente me queda invitaros a escuchar dos de aquellas canciones: "Te buscaré a ti" –con letra de Pablo Guerrero– y "Suspiros", canción de Víctor Mariñas ¡que me sigue encantando!



«Cuando eras tristeza en mis ojos
y un juego lejano,
cuando eras un fuego que esparce
calor en mis manos.
Te buscaba a ti.

Cuando eras un cometa errante
en un hilo de seda,
cuando eras un mar de diamantes,
una luna nueva.
Te buscaba a ti.

Te buscaba a ti,
golpeando las puertas
de antiguas ciudades,
llegando a las calles
de mis soledades.
Te buscaba a ti.

Cuando eras como una mirada
con cuatro deseos,
cuando eras un camino largo
y unos pasos lentos,
Te buscaba a ti.

Cuando eras una herida abierta
y un pajaro que huye,
cuando eras un silencio claro,
lo mejor que tuve.
Te buscaba a ti.»
(“Te buscaba a ti”
Pablo Guerrero - Víctor Mariñas)


«Si te regalo un suspiro
tómatelo muy en serio
porque cuando estoy contigo
no sé si vovo o si muero. Ay...
Si te contemplan mis ojos
con aromas olvidados
es que no quieren perderte
si no quedarse a tu lado. Ay...

Suspiros, suspiros que me vais llevando,
suspiros que a mi me van llevando
y hacen de tu presencia un canto.

Si se me escapan las manos
para acariciar tu cuerpo
será que no han despertado
del sueño de tenerte a mi lado. Ay...
Si en una noche estrellada
pienso que nada es eterno,
me dice que me equivoco
cada estrellita que cuento. Ay...».
("Suspiros". Víctor Mariñas)

Finalmente, para concluir este "cuelgue", me apetece dejar aquí, como recuerdo, una muy recientemente fotografía. Está tomada hace unos días en el último concierto de Juan Antonio Muriel, en Libertad 8; fuel el día que, después de varios años, volví a encontrarme con Víctor Mariñas.

Juan Antonio Muriel, Fernando G. Lucini, Laura Graados,
Milagros
–de "Las dos en punto"– y Víctor Mariñas.

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