En 1956, PACO IBÁÑEZ, con toda la experiencia adquirida en París, compuso su primera canción. Cuenta que un buen día de aquel año cayó en sus manos la fotografía de una andaluza vestida de negro y que, por esas cosas mágicas de la inspiración, aquella muchacha le impulsó a tomar su guitarra para ponerle músicia a un poema de Luis de Góngora titulado: "La más bella niña".
«La más bella niña / de nuestro lugar,
hoy viuda y sola / y ayer por casar,
viendo que sus ojos / s la guerra van,
a su madre dice / que escucha su mal:
Dejadme llorar, / orillas del mar.
Pues me distes, madre, / en tan tierna edad
tan corto el placer, / tan largo el pesar,
y me cautivastes / de quien hoy se va
y lleva las llaves / de mi libertad,
Dejadme llorar, / orillas del mar.
En llorar conviertan / mis ojos, de hoy más,
el sabroso oficio / del dulce mirar,
pues que no se pueden / mejor ocupar,
yéndose a la guerra / quien era mi paz,
Dejadme llorar, / orillas del mar.
No me pongáis freno / ni queráis culpar,
que lo uno es justo, / lo otro por demás.
si me queréis bien, / no me hagáis mal;
harto peor fuera / morir y callar,
Dejadme llorar, / orillas del mar.
Dulce madre mía, / ¿quién no llorará,
aunque tenga el pecho / como un pedernal,
y no dará voces / viendo marchitar
los más verdes años / de mi mocedad?
Dejadme llorar, / orillas del mar.
Váyanse las noches, / pues ido se han
los ojos que hacían / los míos velar;
váyanse, y no vean / tanta soledad,
después que en mi lecho / sobra la mitad.
Dejadme llorar, / orillas del mar.»
Seguidamente, entre 1957 a 1958 Paco puso música a otros poemas de Góngora y se encontró con la obra de Federico García Lorca, sobre la que creó hermosas composiciones como "El lagarto está llorando", "Casida de las palabras oscras", "La señorita del abanico" o "Canción del jinete".
De esta forma, Paco Ibáñez, al ponerle música a la voz de los poetas, marcó una de las características clave de la llamada "nueva canción": la conversión de la poesía, clásica o contemporánea, en canción popular. Iniciativa que él mismo la ha cultivado –y lo sigue haciendo– a lo largo de toda su vida artística, y que las nuevas generaciones de músicos e intérpretes siguen cultivando.
Durante los años 1964 a 1968, grabó en París sus tres primeros discos en la serie "España de hoy y de siempre. Los unos por los otros", en los que puso música y cantó a Luis de Góngora, Ferderico García Lorca, Rafael Alberti, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Miguel Hernández, Francisco de Quevedo, Luis Cernuda, León Felipe, Antonio Machado, José Agustín Goytisolo, José Ángel Valente, Gloria Fuertes, Arcipreste de Hita y Jorge Manrique.
Estos son los tres primeros discos de Paco grabados en París, reeditados con nuevas cubiertas en las que se destacan las ilustraciones de Dalí, José Ortega, y Saura. |
En 1968, Paco regresó a España para cantar, primero en Manresa, con motivo de la Primera Trobada de Cançó de Testimoni, y en diciembre de ese mismo año, en el Teatro de La Comedia, de Madrd.
El 12 de mayo de 1969, se celebró en París el primer aniversario de la ocupación de la Sorbona por los estudiantes; con ese motivo Paco dio un recital multitudinario en el patio de la universidad, con el que logró que la juventud francesa se sintiera plenamente identificada con sus canciones.
Siete meses después, el 2 de diciembre, dio su primer recital en el teatro Olympia, de París, recital que fue grabado en directo y que dio lugar a su cuarto disco: "Paco Ibáñez en el Olympia".