Paco Cifuentes. (Fotografía de Belén de la Puente). |
«Cantar para recordar
y no ser cobarde,
mientras alrededor todo arde».
("Sentido utópico". Paco Cifuentes)
Cuando percibes y sientes que «todo arde a tu alrededor»; cuando te das cuenta de que tus razones utópicas se te van al "carajo" –o que hay alguien que pretende destrozártelas–; cuando hasta los que creías amigos sienten el miedo o la precaución de amarte...; uno se encuentra con canciones como las que PACO CIFUENTES no ofrece en su último disco –que se titula precisamente así: «Mientras todo arde»– y ¡respira!...
Escuchándole –(a mi sus nuevas canciones hace tiempo que me persiguen)–; dejando que su voz honda nos penetre...; permitiéndole que nos escudriñe hasta las entrañas..., podemos darnos cuenta de que todavía seguimos «de pie en mitad de la plaza»; de que aún no corremos el riesgo de «perdernos en la nada»; de que, a pesar de todo, se nos despliega «mucha vida que comernos en frente»...; y de que puede que, en cualquier momento, se nos arrime «un buen golpe de suerte»...
«Por ti seré un blues sin argumento,
daré un final feliz al melodrama
y cada vez que llames a mi timbre
saldrá a recibirte la esperanza».
("Una vieja canción francesa". Juan José Téllez)
Todo esto, y mucho más que me reservo tras el umbral de mis silencios, es lo que me ha hecho percibir y sentir el nuevo disco de Paco Cifuentes. Un disco en el que tras sus dos aproximaciones anteriores –«Adicto» (2006) y «La vida aparte» (2009)– Paco –pienso yo– ha logrado encontrarse con su verdadera identidad: con su voz y sus silencios; con su música apasionadamente tejida de limpieza y de aparente –sólo aparente– simplicidad; con sus poemas y sus poetas; y, sobre todo, con su "peazo" de humanidad que, incontenible y rota en su garganta, se echa a cantar.
En «Mientras todo arde» –dejando al margen otras posibles subjetividades– destacan dos cualidades que creo que merecen ser destacadas.
En primer lugar –ya antes lo insinuaba– la calidad de su voz, de su dicción, de su canto, que alcanzan una nitidez, una profundidad y una belleza extraordinarias. Paco en este disco rescata su voz –la suya, la propia, la que la vida le ha donado– y la trasciende, la alimenta de silencios, y la hace música... Y a partir de ahí, contando con ese instrumento músico-vocal –insisto, extraordinario– de su voz, el resto de las intervenciones musicales que van surgiendo en el disco son las imprescindibles –no sobra ni un acorde–; las que Javi Ruibal –productor– y José Recacha –arreglista– han intuido como precisas para acariciar, alimentar y subrayar, con absoluta delicadeza y respeto, el canto de Paco. Intervenciones musicales instrumentalmente protagonizadas por los propios Paco Cifuentes, Javi Ruibal y José Recacha, junto a Felipe Benítez Reyes y Shahar Rosenthal.
La segunda cualidad que merece la pena ser resaltada en este nuevo disco de Paco Cifuentes, es su riqueza y variedad poética. Paco a la vieja y más auténtica usanza trovadoresca incorpora en su disco canciones en las que es autor de la letra y de la música, y otras en las que musicaliza e interpreta textos de poetas amigos a los que admira.
Entre esas canciones compuestas sobre textos poéticos ajenos, figuran, por ejemplo, la que ya he mencionado en varios "cuelgues" anteriores, me refiero a «Una vieja canción francesa», de Juan José Téllez –canción que cada vez que la escucho pone todos mis sentimientos "patas arriba"–; «Libélulas», de Lara Moreno; «Viejas glorias», de Felipe Benítez Reyes; «Vino entre amigos», de mi entrañable amigo Roberto Terán; «Hubo luz», de David J. Calzado; y «Gasolina», poema magistralmente musicalizado por Paco, en el que su autor Tito Muñoz desnuda su tremenda sensibilidad y su ternura; poema-canción que supera a otras canciones escritas por Tito para Serrat o Víctor Manuel, en la que nos narra esta conmovedora y solidaria historia:
Por otra parte, entre las canciones escritas, música y letra, por Paco, imposible dejar de destacar, por ejemplo, «Mi tren» y, sobre todo «Este país», poesía-canción «necesaria» –que diría Celaya– «como el pan de cada día / como el aire que exigimos trece veces por minuto»; canción completamente diferente –como él mismo afirma– a la que Paco sueña hacer un día cuando todo sea más amable y nadie tenga dueño.
Por último, para finalizar este "cuelgue", creo que merece la pena la lectura del poema que, con el título de "Rojo", escribieron conjuntamente Paco Cifuentes y Roberto Terán, claro exponente de la riqueza poética que caracteriza al disco «Mientras todo arde»; obra que me permito recomendar porque con ella sé que recomiendo la posibilidad de disfrutar de la belleza en estos tiempos en los que la belleza se convierte en un derecho que debemos reivindicar, salvar y liberar apasionadamente.
«Rojo, como el cielo de Madrid,
Concluyo ofreciendo algunas informaciones sobre el nuevo disco de Paco Cifuentes:
• En primer lugar citad con admiración real a Belén de la Puente por sus fotografías y diseño; y a Amparo Sánchez que ha sido el alma en la sombra de todo cuanto ahora podemos disfrutar en «Mientras todo arde».
• Decir que Amparo y Paco inician, con este disco, una aventura arriesgada, pero apasionante: me refiero a su propia productora que nace con el nombre de «Estraperlo».
• Y comunicar que el nuevo disco será presentado el próximo día 27 de abril en la Central Lechera de Cádiz, a las 21.00 horas; y el día 5 de mayo en la Sala Galileo Galilei, de Madrid, a las 21:30 horas.
En «Mientras todo arde» –dejando al margen otras posibles subjetividades– destacan dos cualidades que creo que merecen ser destacadas.
En primer lugar –ya antes lo insinuaba– la calidad de su voz, de su dicción, de su canto, que alcanzan una nitidez, una profundidad y una belleza extraordinarias. Paco en este disco rescata su voz –la suya, la propia, la que la vida le ha donado– y la trasciende, la alimenta de silencios, y la hace música... Y a partir de ahí, contando con ese instrumento músico-vocal –insisto, extraordinario– de su voz, el resto de las intervenciones musicales que van surgiendo en el disco son las imprescindibles –no sobra ni un acorde–; las que Javi Ruibal –productor– y José Recacha –arreglista– han intuido como precisas para acariciar, alimentar y subrayar, con absoluta delicadeza y respeto, el canto de Paco. Intervenciones musicales instrumentalmente protagonizadas por los propios Paco Cifuentes, Javi Ruibal y José Recacha, junto a Felipe Benítez Reyes y Shahar Rosenthal.
La segunda cualidad que merece la pena ser resaltada en este nuevo disco de Paco Cifuentes, es su riqueza y variedad poética. Paco a la vieja y más auténtica usanza trovadoresca incorpora en su disco canciones en las que es autor de la letra y de la música, y otras en las que musicaliza e interpreta textos de poetas amigos a los que admira.
Entre esas canciones compuestas sobre textos poéticos ajenos, figuran, por ejemplo, la que ya he mencionado en varios "cuelgues" anteriores, me refiero a «Una vieja canción francesa», de Juan José Téllez –canción que cada vez que la escucho pone todos mis sentimientos "patas arriba"–; «Libélulas», de Lara Moreno; «Viejas glorias», de Felipe Benítez Reyes; «Vino entre amigos», de mi entrañable amigo Roberto Terán; «Hubo luz», de David J. Calzado; y «Gasolina», poema magistralmente musicalizado por Paco, en el que su autor Tito Muñoz desnuda su tremenda sensibilidad y su ternura; poema-canción que supera a otras canciones escritas por Tito para Serrat o Víctor Manuel, en la que nos narra esta conmovedora y solidaria historia:
«Se tiñó el pelo color automóvil,
sintió la fiebre de la gasolina,
pelando en la cuneta mandarinas,
aguardó un camión cromado, inmóvil.
Cruzaron la avenida de palmeras,
el celofán cimbreando en las piscinas,
el anuncio del toro en la colina,
los espejismos de la carretera.
Supo la muerte en todo lo vivido,
quiso estrenar como charol la noche,
amó el fulgor marciano de los coches
y como el lobo arrancó un aullido.
Pobre Thelma sin Louise en Zaragoza,
que mierda de “road movie” en castellano,
se ocupó de su suerte un triste arcano,
pobre princesa en su fea carroza.
Pasaron Dennis Hopper, Peter Fonda,
montados en el ruido de una moto,
girando por las curvas de anaconda,
gritando con la voz de cristal roto.
Se detuvo aquel ángel del invierno,
para sobarla en un motel sin nombre
y anotó su conquista en su cuaderno,
como suelen hacer todos los hombres.
Pobre Thelma sin Louise en Zaragoza,
que mierda de “road movie” en castellano,
se ocupó de su suerte un triste arcano,
pobre princesa en su fea carroza.
Después amaneció como acostumbran
pelis de carretera americanas,
cuando los fluorescentes se derrumban
y se encienden las frenéticas ganas».
(“Gasolina”. Tito Muñoz)
Por otra parte, entre las canciones escritas, música y letra, por Paco, imposible dejar de destacar, por ejemplo, «Mi tren» y, sobre todo «Este país», poesía-canción «necesaria» –que diría Celaya– «como el pan de cada día / como el aire que exigimos trece veces por minuto»; canción completamente diferente –como él mismo afirma– a la que Paco sueña hacer un día cuando todo sea más amable y nadie tenga dueño.
Por último, para finalizar este "cuelgue", creo que merece la pena la lectura del poema que, con el título de "Rojo", escribieron conjuntamente Paco Cifuentes y Roberto Terán, claro exponente de la riqueza poética que caracteriza al disco «Mientras todo arde»; obra que me permito recomendar porque con ella sé que recomiendo la posibilidad de disfrutar de la belleza en estos tiempos en los que la belleza se convierte en un derecho que debemos reivindicar, salvar y liberar apasionadamente.
Paco Cifuentes y Roberto Terán. |
«Rojo, como el cielo de Madrid,
derramándose.
Loco, como pienso solo en ti,
sonrojándote.
Rostros, que formaban multitud
diluyéndose.
Somos, lo que cabe en este mar
navegándonos.
Fondos marinos,
extraños,
inexplorados.
Ahora siento
que me arde bien la sangre,
como si el tiempo
se pudiera colgar a evaporarse
con los primeros rayos de sol
de la mañana...
Fotos, como cromos antiguos
dibujándonos.
Coros, de los bajos fondos
tarareándonos.
Tan golfos
si amanece y pensamos
que aún es temprano.
Sordos si no suenan nuestras voces conversándonos.
Torsos de un desnudo boreal sorprendiéndonos.
Corchos de botellas que así van acabándose.
Broto del algua si llueve mojándote.
Roncos de gritar nuestros nombres llamándonos.
Lobos tras las lunas de Madrid aullándonos».
(“Rojo”. Paco Cifuentes / Roberto Terán)
Concluyo ofreciendo algunas informaciones sobre el nuevo disco de Paco Cifuentes:
• En primer lugar citad con admiración real a Belén de la Puente por sus fotografías y diseño; y a Amparo Sánchez que ha sido el alma en la sombra de todo cuanto ahora podemos disfrutar en «Mientras todo arde».
• Decir que Amparo y Paco inician, con este disco, una aventura arriesgada, pero apasionante: me refiero a su propia productora que nace con el nombre de «Estraperlo».
• Y comunicar que el nuevo disco será presentado el próximo día 27 de abril en la Central Lechera de Cádiz, a las 21.00 horas; y el día 5 de mayo en la Sala Galileo Galilei, de Madrid, a las 21:30 horas.
• Es importante: La compra del disco puede efectuarse dirigiéndose a
mientrastodoarde@gamil.com
El importe es de 15 euros y el disco se enviará por correo a domicilio.