Uno de los acontecimientos más entrañables y más gozosos que estoy viviendo en estos días está siendo la publicación del disco "FLOR DE HABANERA" de PABLO CANO, hijo del cantor CARLOS CANO al que perdimos hace años y con el que tuve la suerte inmensa de vivir una linda amistad.
Escuchado hoy el disco de Pablo siento una doble emoción.
La primera su amistad... prolongación de lo que me unió a su padre y de lo mucho y muy hermoso que compartimos.
MI segunda emoción gira en torno a la fotografía de Carlos y Pablo que recupero y comparto –estallido de amor y de ternura– y, con ella, la evocación de unos versos de José Martí al que Carlos y yo siempre admiramos: “Hijo: Espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti».
El disco "FLOR DE HABANERA" que Pablo dedica a su padre –cuajado de "guiños" que nos evocan con acierto y lucidez la obra de Carlos– vamos a poder irlo disfrutándolo semana a semana, LATIDO A LATIDO.
Hoy, en concreto, os invito a sentir y disfrutar la primera canción y el primer vídio de PABLO CANO: Cantautor que surge en el universo de la música y la canción como una necesaria, deseada e incuestionable Esperanza.