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miércoles, 21 de noviembre de 2012

SUBURBANO I - Y PARA EMPEZAR, UN «RETRATO ÍNTIMO»

A partir de hoy, y durante varios días, voy a dedicar una serie de cuelgues a dos grandes músicos LUIS MENDO y BERNARDO FUSTER, fundadores y líderes del grupo SUBURBANO; y voy a hacerlo, fundamentalmente, por dos motivos: 

En primer lugar, porque acaban de publicar su último disco titulado "Treinta y tres"; un nuevo disco bellísimo –y, como siempre, sorprendente– que Luis y Bernardo presentaron el pasado día 13 de noviembre en la Sala Galileo, acompañados de una banda musicalmente sabia e inmejorable: Lorenzo Solano (saxo y flauta) –que forma parte del grupo Suburbano desde sus inicios–, Javier Palancar (acordeón, guitarra, armónica y coros) –¡esplendido!–, Miguel Ferrer (batería), Álvaro Cárdenas (bajo) –que como curiosidad hay que decir que es el hijo de Gloria Van Aerseen, de Vainica Doble– y la colaboración especial e impactante de uno de los mejores guitarristas que hay en nuestro país: Nacho Saez de Tejada.

Grupo Suburbano durante su actuación en la Sala Galileo.
Luis Mendo y Bernardo Fuster
Javier Palancar, Lorenzo Solano y al fondo a la batería Miguel Ferrer.
Javier Palancar, al fondo a la izquierda Álvaro Cárdenas al bajo.
Lorenzo Solano.

El segundo motivo por el que durante varios días voy a escribir sobre el grupo SUBURBANO se relaciona con el "cuelgue" que dedicaba ayer a la reivindicación de la memoria contra el olvidoLuis y Bernardo son dos claros referentes de la historia de nuestra música popular a los que merece la pena conocer y escuchar, y sobre los que conviene reflexionar, porque su trabajo, además de ser de una grandísima calidad,  puede sernos profundamente INSPIRADOR.

Hoy, para empezar a hablar de Luis y de Bernardo –y como introducción–, se me ha ocurrido recuperar algo que escribí sobre ellos en 1998, en el libro "Crónica cantada de los silencios rotos" –libro que como comentaba ayer, quiero rescatar–.

Se trata de lo que llamé un "Retrato íntimo" –escrito hace quince años– que aparecía, entre otros retratos, al final de la obra, encabezado por la siguiente caricatura creada por Alfredo González.



«Dentro del mundillo de la música, existen presencias o protagonistas que son evidentes porque están ahí, en el primer plano del escenario, en los titulares de un cartel, o en una portada multicolor de un disco; también hay presencias que surgen, aparentemente en segundo plano, detrás o al lado del cantor: son sus músicos y arreglistas –personas habitualmente insustituibles, pero que, en muchas ocasiones, pasa casi inadvertidas–; finalmente existe la presencia de auténticos creadores que se dedican a componer canciones que se encargan de interpretar los primeros, es decir, los evidentes; canciones que, a veces, se convierten en auténticos éxitos y que normalmente, desde el punto de vista de la popularidad, suelen ser los éxitos no del que ha creado la canción, sino del que la interpreta. (Dejo aparte, aunque no lo olvido, el importante trabajo de los productores).

En el caso de Luis Mendo y Bernardo Fuster –creadores y almas del grupo Suburbano–  se da la circunstancia de que encarnan, en sí mismos, los tres tipos de presencias anteriores; ellos –los dos– son unos creadores que, desde hace años, nos vienen ofreciendo grabaciones y actuaciones propias absolutamente extraordinarias; y han sido, y son, a la vez, presencias claves en el éxito y en la popularidad de algunos de sus compañeros y compañeras de profesión; tanto porque los han sabido mimar y dar seguridad con sus arreglos, con sus percusiones o con sus guitarras, como porque les han ofrecido, en otros casos, canciones propias tan importantes para la historia de nuestra música popular, como pudo ser, por ejemplo, "La puerta de Alcalá".

Para colmo –en este caso, de "bienes" musicales– Luis Mendo y Bernardo Fuster no cesan de componer melodías y canciones convertidas en temas centrales de películas y series de televisión, como "La mujer de tu vida", "Colegio mayor", "La ley de la frontera", "Makinavaja", "Todos a la cárcel" o "Entre rojas"; e incluso han creado la canción "Aprender a vivir"; canción que da nombre a un proyecto educativo, de carácter internacional, sobre la defensa y la proclamación de los Derechos Humanos y de los valores democráticos.




LUIS, además de ser una persona fantástica, tremendamente positiva y radicalmente solidaria; es una de esas personas entrañables que, con su constante bien hacer, ha marcado, en gran medida, el rumbo de nuestra música popular contemporánea.

BERNARDO, luchador infatigable y radical innovador –allá donde quiera que roce con su sensibilidad–, es un músico de ritmo irresistiblemente contagioso y un poeta de lenguaje cercano y extremadamente directo.

LUIS + BERNARDO son una fórmula explosiva; una suma multiplicadora de sensibilidades; un binomio que, a la primera de cambio, se te cuela en el cuerpo haciéndote cosquillas, o pegándote un pellizco en el alma, con verdades como estas: "La tierra se mueve...; no hay marcha atrás...; ya no podemos parar...; estamos dispuestos a negar que el tiempo pasa y nunca pasa nada...; nuestra esperanza es el único mal que no tiene remedio"».


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