Mikel Laboa. (Retrato creado por Zumeta) |
MIKEL LABOA nació el 15 de junio de 1934 en la parte vieja de San Sebastián. «Su familia –como relata Pello Urzelai en el libro "Mikel Laboa" (Elkar, 1995)– estaba vinculada con el mar y con la música. Su abuelo, Eduardo Laboa Etxegarai, era un carpintero de la ribera que construía lanchas, y el padre, Feliciano Laboa San Miguel, era armador de pesca y concejal del PNV del Ayuntamiento de San Sebastián. Tanto el padre como el abuelo eran amantes de la música. Eduardo Laboa tocaba en la banda de Pasajes de San Juan y era el que enseñaba música en la familia. Feliciano Laboa tocaba el fiscorno en la banda de San Juan La Constancia, y la madre de Mikel, Estefanía Manzisidor Ibarguren, cantaba en el coro del pueblo».
Cuando estalló la Guerra Civil, el padre de Mikel tuvo que huir a Burdeos, dejando escondidos a su mujer y sus siete hijos en un caserío en el barrio Gardata, de Lekeitio.
Cuando estalló la Guerra Civil, el padre de Mikel tuvo que huir a Burdeos, dejando escondidos a su mujer y sus siete hijos en un caserío en el barrio Gardata, de Lekeitio.
Aunque aquellos fueron unos años muy duros para la familia Laboa, Mikel confesaba tener buenos recuerdos de esa época, entretejidos con otros muy dolorosos que, aunque él era muy pequeño, permanecieron siempre en su memoria. Buenos recuerdos como sus juegos al aire libre en el caserío, el ganado, la huerta y, a veces, su contacto con el mar y con los pescadores. Recuerdos dolorosos como el bombardeo de Guernica, del que oyó hablar mucho durante su infancia, puesto que el sonido de aquellas bombas pudo oírse desde el caserío. (Años más tarde, Mikel Laboa compuso su cuarto "Lekeitio", llamado, precisamente, "Guernica", como consecuencia del impacto que le produjeron el cuadro de Picasso y la lectura del libro de Joseba Elosegui "Quiero morir por algo" que, sin duda, removieron sus recuerdos infantiles).
Antes de acabar la guerra, volvió a San Sebastián con su madre y con sus hermanos, y pocos años después pudo regresar su padre.
«Con quince o dieciseis años –escribe también Pello Urzelai–, después de unos intentos con la armónica y animado por Juan José Lasa, marido de su hermana, empezó a recibir clases de guitarra, y junto con otros dos compañeros del colegio de marianistas, donde estudiaba, formó un grupo llamado "Jangoluke"».
Finalizado el Bachillerato, Mikel decidió estudiar Medicina, primero, en Madrid, después en Pamplona y, tras dos años de enfermedad, finalmente, en Zaragoza.
Estudiando en la Universidad un amigo le trajo de Burdeos un disco de Atahualpa Yupanqui que contenía canciones como "Duerme, duerme, negrito" o "Preguntitas sobre Dios"; canciones que le impactaron profundamente. Más tarde, durante su estancia en Pamplona, también tuvo la oportunidad de conocer las canciones de George Brassens, así como al compositor y guitarrista flamenco Carlos Itoiz, que le dio clases de guitarra. Fuentes de inspiración musical que el propio Mikel ampliaba refiriéndose a Amalia Rodríguez: «Aquellas canciones en portugués me encantaban, las escuchaba en la radio y después me gustaba cantarlas con letras inventadas».
Con todo ese bagaje musical, Mikel Laboa actuó por primera vez en público en un festival a favor de las personas minusválidas, que tuvo lugar en el teatro Gayarre, de Pamplona. En aquella ocasión, interpretó canciones de tres de sus grandes ídolos: Brassens, Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui.
Mikel en su primera actuación ante le público en el Teatro Gayarre, de Pamplona. Le acompaña Ángel Ganuza. |
Poco tiempo después, continuando sus estudios de Medicina, en Zaragoza, Mikel realizó dos grandes descubrimientos que se convirtieron para él en referentes imprescindibles y que marcaron definitivamente su trayectoria creativa como "cantautor" vasco:
El primero de esos referentes fue la colección de canciones populares grabadas por Ximun Haran –pelotari y musicólogo– en dos discos editados por el Musée Basque de Bayona, con el título genérico de "Club du Disue Basque"; obras en las que se recogen canciones tradicionales vascas interpretadas "a capella" por las mejores voces suletinas del siglo pasado.
El segundo referente para Mikel fue el libro "Flor de canciones populares vascas", del padre Jorge de Riezu, cancionero que contiene cien aires populares, la mayoría para canto: canciones amorosas, cunera, cánticos, romances, elegías y baladas, alboradas, rondas, endechas, etc.
A partir de aquel momento, tras descubrir la música y la canción vasca tradicionales y quedar impresionado por su belleza, Mikel decidió empezar a cantar en euskera, y a hacerlo, precisamente, recuperando e interpretando algunas de aquellas canciones que las investigaciones de Ximun Haran y Jorge de Riezu le habían revelado.
Su primer recital, cantando en euskera aquellas canciones tradicionales, lo realizó en 1962, dentro del festival organizado por los estudiantes vascos, celebrado en el teatro Argensola de Zaragoza.
Finalizados sus estudios en Zaragoza, Mikel se trasladó a Barcelona para cursar la especialidad de neuropsiquiatría infantil. (Era la época del nacimiento del colectivo catalán "Els Setze Jutges").
Fue en Barcelona donde compuso su primera canción en euskera, musicalizando el poema de Gabriel Aresti titulado "Apur dezagun katea".
«Apur dezagun katea / kanta dezagun batea / hau da Fandangoa / Biba Berango! / Munduan beste asko lez / artaburua mozkorrez / atzo aspertu nintzaden / maisuez eta eskolez. / Poeta naizenez gero / ez dut zerurik espero / bederatzi kopla ditut / lau zuhur eta bost ero. / Ilargiaren adarra / handik zintzilik abarrak / gogoan larriak dira / zure bi begi nabarrak. / Zerutik dator harria / nundikan berriz argian / gau ilun honetan dakust / zure aurpegi garbia. / Artzoko oilar gorria / inundik ez etorria / goseak arintzearren / judu batek igorria. / Goizaldean eguzkiak / printzak daduzka bustiak / oso merke saltzen dira / euskaldunaren ustiak. / Gure amonak esan dit / aitak ardoa edan dik / Joan zaitez tabernara / eta ekar zazu handik. / Euskararen asturua / ez da gauza segurua / askozez hobekiago / dabil munduan judua. / Eta hau hola ez bazan / sar dedila kalabazan / ipuin txit barregarriak / kontatu nituen plazan». ("Apur dezagun katea". Mikel Laboa).
«Rompamos la cadena / cantemos todos juntos / esto es fandango / Viva Berango! / Como otros muchos en el mundo / idiota y borracho / ayer me cansé / de los maestros y estudios. / Yo como soy poeta / no espero el Cielo / tengo nueve coplas /cuatro sensatas y cinco locas. / La rama de la Luna / de ella cuelgan hornijas / se me vienen muchas veces al recuerdo / tus dos ojos abigarrados. / Piedras vienen del cielo / mas de dónde viene la luz / veo en esta oscura noche / tu clara cara. / El gallo rojo de tu regazo / que vino de ningun lugar / enviado por un judio / para aliviar el hambre. / Por la mañana el sol / tiene mojados sus rayos; / se vende muy barato / todo lo del euskaldun. / Nuestra abuela me ha dicho: / Tu padre a bebido el vino / vete al bar / y traelo de allí. / La suerte del Euskara / no es cosa segura / mucho mejor está en el mundo / el judío. / Y si esto no fuera así / que se meta en la calabaza, / en la plaza en donde conté / cuentos la mar de graciosos». (“Rompamos la cadena”. Mikel Laboa).
En 1965, Mikel regresó a San Sebastián, y, teniendo muy presente todo el movimiento cultural que en torno a la canción habían puesto en marcha "Els Setze Jutges" en Barcelona, se puso en contacto con Jorge Oteiza –escultor–, Benito Lertxundi, Julen Lekuona y Lourdes Iriondo –compositores y cantantes– y, entre todos decidieron formar un grupo similar en el País Vasco al que llamaron "EZ DOK AMAIRU", grupo o colectivo del que hablaré mañana, es decir, en el próximo cuelgue dedicado a Mikel.