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jueves, 11 de octubre de 2012

VICTOR JARA IV - DENUNCIA Y SOLIDARIDAD

Víctor Jara.

En este cuarto "cuelgue" dedicado a VÍCTOR JARA, voy realizar una aproximación global al contenido temático de su obra.

El análisis de los contenidos poéticos desarrollados por Víctor Jara en sus canciones nos revela, con toda claridad, dos perspectivas de su personalidad y de su pensamiento bien diferenciadas y, a la vez, complementarias.

Por una parte, su extraordinaria sensibilidad ante los problemas sociales, y, en particular, frente a la violencia, la injusticia y la pobreza; realidades que siempre le quebraron el alma, que le provocaron una profunda indignación, y que sintió la necesidad de expresar y de denunciar con un lenguaje claro y directo.

Por otra parte, en todo su cancionero se respira también un profundo humanismo, fundamentado sobre cuatro valores básicos en los que él siempre creyó y por los que arriesgó su vida: el amor, la libertad, la solidaridad y, sobre todo, la esperanza.

Respecto al reflejo y a la denuncia de los problemas sociales vividos por el pueblo chileno, en la obra de Víctor encontramos un numeroso grupo de canciones que podrían agruparse en los siguientes interrogantes y afirmaciones expresadas en su canción "Somos pájaros libres" y en el último poema que escribió antes de ser asesinado la tarde del 15 de septiembre de 1973; poema titulado "Somos cinco mil". (La canción mencionada podemos escucharla interpretada por el grupo Quilapayún en el siguiente video; y, a continación, en el segundo video, podemos escuchar igualmente el poema de Víctor "Somos cinco mil"). 




«¿Cuántos caminos recorre
el hombre sin descansar?
Y se muere en el camino
sin hallar la libertad.

¿Cuántas veces en la noche
el soldado llorará?
Debe cumplir el mandato,
le enseñaron a matar.

¿Hasta cuándo la pobreza
se tiene que soportar?
El hambre es un pozo oscuro,
tan profundo como el mar.

Yo no soy aquel que soy,
yo soy aquel que será.
Si tengo las manos sucias
el viento las limpiará».

«¡Qué espanto causa el rostro del fascismo! 
Llevan a cabo sus planes con precisión artera 
Sin importarles nada. 
La sangre para ellos son medallas. 
La matanza es acto de heroismo 
¿ Es este el mundo que creaste, dios mío?». 

En ese sentido crítico y sensible frente a los problemas sociales que afectan dura y dolorosamente a los seres humanos cabría mencionar canciones como "Luchín", "Pepe Mendigo", "Canción del minero", "Canción del soldado", "La bala", "Vientos del pueblo", o "Quién mató a Carmencita"; canción, esta última, compuesta por Víctor en 1969 abordando una realidad que sigue estando de plena actualidad.


«Con su mejor vestido bien planchado, iba
temblando de ansiedad sus lágrimas corrían
a los lejos gemidos de perros y de bocinas
el parque estaba oscuro y la ciudad dormía.

Apenas quince años y su vida marchita
el hogar la aplastaba y el colegio aburría
en pasillos de radios su corazón latía
deslumbrando sus ojos los ídolos del día.

Los fríos traficantes de sueños en revistas
que de la juventud engordan y profitan
torcieron sus anhelos y le dieron mentiras
la dicha embotellada, amor y fantasía.

Apenas quince años y su vida marchita...
Huyó, Carmencita murió
en sus sienes la rosa sangró
partió a encontrar su ultima ilusión.

La muchacha ignoraba que la envenenarían
que toda aquella fábula no le pertenecía,
conocer ese mundo de marihuana y piscina
con Braniff International viajar a la alegría.

Su mundo era aquél, aquél del barrio Pila
de calles aplastadas, llenas de griterías
su casa estrecha y baja, ayudar la cocina
mientras agonizaba otros se enriquecían.

Los diarios comentaron: causa desconocida...».


Víctor Jara.
Frente a canciones de denuncia, como las anteriores, que proyectan la realidad cruel y dolorosa de la violencia y de la injusticia, Víctor, en un gesto solidario y, a la vez, revolucionario, alzó también su voz para proclamar su derecho a la esperanza; derecho que todos los seres humanos compartimos y al que nunca, y por nada, deberíamos renunciar.

En torno a esta visión y actitud profundamente esperanzada que Víctor poseía, girará el "cuelgue" de mañana.

VICTOR JARA III - EL VUELO DE UN CANTO QUE FUE –Y SIGUE SIENDO– PURA LIBERTAD Y SENSIBILIDAD.



A mediados de 1963, Víctor Jara decidió separarse del Conjunto Cuncumún para empezar a cantar en solitario.

Dejando a un lado su intensa actividad como director teatral –actividad que siempre compaginó con la música–, a partir de 1963 Víctor desarrolló una rápida y exitosa carrera como compositor y como intérprete en solitario, al tiempo que colaboraba, por ejemplo, con los grupos Quilapayún –del que fue director artístico de 1966 a 1969– o Inti-Illimani.

Ese mismo año, 1963, fundó y dirigió la Academia de Folclore de la Casa de la Cultura de Nuñoa, en la que, con la ayuda de un grupo de alumnos, recopiló y recreó danzas y cantos tradicionales de todo el país; actividad similar a la que ya había emprendido antes su gran maestra Violeta Parra.

En 1965, Víctor grabó y publicó su primer disco en solitario, un single con dos canciones. "La cocinerita" y "El cigarrito", al que le sucedió un segundo single, publicado en 1966, con los temas "La beata" y "Paloma quiero contarte", canción de la que ya hablamos en el cuelgue anterior. 

En el siguiente video podemos escuchar dos versiones de la canción "La beata", rescatada del folclore popular. La primera versión está tomada del single grabado en 1966, y la segunda del LP "Canto por travesura" editado en 1973.


«Estaba la beata un día
enferma del mar de amor
el que tenía la culpa,
era el fraile confesor.

Chiribiribiribiri,
chiribiribiribón
a la beata le gustaba
con el fraile la cuestión.

No quería que le pusieran
zapato ni zapatón,
sino las sandalias viejas
del fraile confesor.

No quería que le pusieran
mortaja ni mortajón,
sino la sotana vieja
del fraile confesor.

No quería que la velaran
con vela ni con velón
sino con la vela corta
del fraile confesor».

Al año siguiente apareció su primer LP, titulado, sencillamente, "Víctor Jara" (Demon-Arena, 1967), disco que se reeditó más tarde con el nombre de "Canto a lo humano".

LP: "Víctor Jara" (1967)

A aquel primer LP lo sucedieron los siguientes: "Víctor Jara" (EMI-Odeón, 1967) –con la colaboración de Sergio Ortega y el grupo Quilapayún–, "Canciones folclóricas de América" (EMI-Odeón, 1968) y "Pongo en tus manos abiertas" (DICAP, 1969) –ambos con el acompañamiento de Quilapayún–. "Canto libre" (EMI-Odeón, 1970) –con Patricio Castillo e Inti-Illimani–, "El derecho de vivir en paz" (DICAP, 1971), "La población" (DICAP, 1972) y "Canto por travesura" (DICAP, 1973).


En España, la discografía de Víctor Jara pudo empezar a editarse un año después de su muerte; lo hizo la compañía discográfica Movieplay, dentro del sello GONG, adaptando la edición de cada disco a las posibilidades que permitía la censura ejercida durante los últimos años de la dictadura e, incluso, en los primeros años de la transición democrática.

El primer LP de Víctor editado por Movieplay se publicó en 1974 con el título de "Te recuerdo Amanda"; disco que correspondía al que apareció en Chile con el nombre de "Pongo en tus manos abiertas", pero en el que se habían suprimido algunas canciones que estaban prohibidas, y se había cambiado la cubierta por la que se utilizó en Chile para el disco "El derecho de vivir en paz".

Cubierta del primer disco de Víctor Jara editado
en España: "Te recuerdo Amanda" (1974).

A continuación, vieron la luz "La población" (1976), "El derecho de vivir en paz" (1977), "Canto libre" (1978), "Canto por travesura" (1978) –editado con una divertida cubierta dedicada a la canción "La beata"–, "Canto a lo humano" (1979) –reedición del primer disco grabado por Víctor en 1966–, y "Desde Lonquén hasta siempre" (1980), disco que correspondía al titulado "Víctor Jara" grabado por EMI-Odeón en 1967.

Edición española del LP: "Canto por travesura" (1978)

Tras la muerte de Víctor, apareció un disco que recogía algunas de sus últimas canciones que no habían sido editadas. Este disco en Gran Bretaña se tituló "Manifiesto" (1974); en Francia, "Presente" (1974); y en España, "Canciones póstumas" (1975).

La discografía de Víctor Jara se completa con dos grandes obras grabadas en directo: "En México" –publicada en 1996– y "Víctor Jara habla y canta en vivo en La Habana. Cuba" –grabado en 1972.

En el disco grabado en México podemos encontrar una hermosa curiosidad, Víctor canta una canción que es de Chicho Sánchez Ferlosio, pero que en aquel momento se consideraba como una canción anónima surgida durante la Guerra Civil Española; se trata de la canción "Que la tortilla se vuelva" (o "La hierba de los caminos"). Esa canción podemos escucharla en el siguiente video:


«La hierba de los caminos
la pisan los caminantes
y a la mujer del obrero
la pisan cuatro tunantes
de esos que tienen dinero.

Qué culpa tiene el tomate
que está tranquilo en la mata
y viene un hijo de puta
y lo mete en una lata
y lo manda pa’ Caracas.

Los señores de la mina
han comprado una romana
para pesar el dinero
que toditas las semanas
le roban al pobre obrero.

(Qué culpa que tiene el cobre
que está tranquilo en la mina
si viene un yanqui ladrón
y lo mete en un vagón
y lo manda a Nueva York.)*

Cuándo querrá el Dios del cielo
que la tortilla se vuelva
que los pobres coman pan
y los ricos mierda, mierda».

* Estrofa añadida por Rolando Alarcón

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