Víctor Jara. |
En este cuarto "cuelgue" dedicado a VÍCTOR JARA, voy realizar una aproximación global al contenido temático de su obra.
El análisis de los contenidos poéticos desarrollados por Víctor Jara en sus canciones nos revela, con toda claridad, dos perspectivas de su personalidad y de su pensamiento bien diferenciadas y, a la vez, complementarias.
Por una parte, su extraordinaria sensibilidad ante los problemas sociales, y, en particular, frente a la violencia, la injusticia y la pobreza; realidades que siempre le quebraron el alma, que le provocaron una profunda indignación, y que sintió la necesidad de expresar y de denunciar con un lenguaje claro y directo.
Por otra parte, en todo su cancionero se respira también un profundo humanismo, fundamentado sobre cuatro valores básicos en los que él siempre creyó y por los que arriesgó su vida: el amor, la libertad, la solidaridad y, sobre todo, la esperanza.
Respecto al reflejo y a la denuncia de los problemas sociales vividos por el pueblo chileno, en la obra de Víctor encontramos un numeroso grupo de canciones que podrían agruparse en los siguientes interrogantes y afirmaciones expresadas en su canción "Somos pájaros libres" y en el último poema que escribió antes de ser asesinado la tarde del 15 de septiembre de 1973; poema titulado "Somos cinco mil". (La canción mencionada podemos escucharla interpretada por el grupo Quilapayún en el siguiente video; y, a continación, en el segundo video, podemos escuchar igualmente el poema de Víctor "Somos cinco mil").
«¿Cuántos caminos recorre
el hombre sin descansar?
Y se muere en el camino
sin hallar la libertad.
¿Cuántas veces en la noche
el soldado llorará?
Debe cumplir el mandato,
le enseñaron a matar.
¿Hasta cuándo la pobreza
se tiene que soportar?
El hambre es un pozo oscuro,
tan profundo como el mar.
Yo no soy aquel que soy,
yo soy aquel que será.
Si tengo las manos sucias
el viento las limpiará».
«¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroismo
¿ Es este el mundo que creaste, dios mío?».
En ese sentido crítico y sensible frente a los problemas sociales que afectan dura y dolorosamente a los seres humanos cabría mencionar canciones como "Luchín", "Pepe Mendigo", "Canción del minero", "Canción del soldado", "La bala", "Vientos del pueblo", o "Quién mató a Carmencita"; canción, esta última, compuesta por Víctor en 1969 abordando una realidad que sigue estando de plena actualidad.
«Con su mejor vestido bien planchado, iba
temblando de ansiedad sus lágrimas corrían
a los lejos gemidos de perros y de bocinas
el parque estaba oscuro y la ciudad dormía.
Apenas quince años y su vida marchita
el hogar la aplastaba y el colegio aburría
en pasillos de radios su corazón latía
deslumbrando sus ojos los ídolos del día.
Los fríos traficantes de sueños en revistas
que de la juventud engordan y profitan
torcieron sus anhelos y le dieron mentiras
la dicha embotellada, amor y fantasía.
Apenas quince años y su vida marchita...
Huyó, Carmencita murió
en sus sienes la rosa sangró
partió a encontrar su ultima ilusión.
La muchacha ignoraba que la envenenarían
que toda aquella fábula no le pertenecía,
conocer ese mundo de marihuana y piscina
con Braniff International viajar a la alegría.
Su mundo era aquél, aquél del barrio Pila
de calles aplastadas, llenas de griterías
su casa estrecha y baja, ayudar la cocina
mientras agonizaba otros se enriquecían.
Frente a canciones de denuncia, como las anteriores, que proyectan la realidad cruel y dolorosa de la violencia y de la injusticia, Víctor, en un gesto solidario y, a la vez, revolucionario, alzó también su voz para proclamar su derecho a la esperanza; derecho que todos los seres humanos compartimos y al que nunca, y por nada, deberíamos renunciar.
En torno a esta visión y actitud profundamente esperanzada que Víctor poseía, girará el "cuelgue" de mañana.