Si algún día viajáis a Cádíz, o si vivís allí, me voy a atrever a haceros, de entrada, dos recomendaciones que para mí son prácticamente imprescindibles:
La primera, dirigirse a la Bahía; pasear por el Malecón; perderse, sin prisa, contemplando el horizonte y la belleza del mar; y escuchar a Alejo Martínez cantando aquello de: «La Bahía de Cadiz abrazo inmenso / cuando cerró lo brazos me dejó dentro».
Después, una vez emborrachados de brisas, de azules y de sensibilidad, y con los sentimientos "predispuestos al estallido", dirigirse a la Calle Silencio –magnífico nombre para una calle– y entrar en el Cafe Teatro Pay-Pay, donde solo caben encuentros y sorpresas de los que logran darle un empujoncillo a esto del vivir; del vivir y del amar; amar apasionadamente y en libertad que es lo mejor que se puede hacer en la vida
El Café Teatro Pay-Pay es un espacio cultural gaditano con historia; una historia sin duda apasionada y apasionante para las miles personas que a lo largo de los años han pasado por allí. Nos lo cuentan sus responsables, y más concretamente Paloma, que es el alma del local:
«Hubo un tiempo en que el muelle de Cádiz bullía de barcos, marineros, pasajeros y viajantes. Al calor de la actividad del puerto gaditano, allá por los años 40, florecían locales como el Salón Moderno, la Cueva del Pájaro Azul o el mítico Pay-Pay.
En el Cádiz en blanco y negro de la posguerra, la entonces Sala de Fiestas Pay-Pay teñía de luces y colores el interior del barrio más antiguo de la ciudad.
Desde sus comienzos, la vida de aquel legendario Pay-Pay, que tantas inquietudes causaba a los puritanos de la época, iba paralela a la vida del muelle de Cádiz y, cuando los barcos ya no llenaban la dársena gaditana, las luces y los colores del viejo Pay-Pay se fueron apagando poco a poco. Esa tenue oscuridad no hizo que la leyenda del Pay-Pay cayese en el olvido, pero sí provocó que permaneciese aletargado varios años.
Desde julio de 2.001, como si de un ave Fénix se tratara, aquella mítica sala de fiestas renació para transformarse en lo que hoy es: el Café Teatro Pay Pay, un local que se ha convertido en un fuerte referente del movimiento cultural de Cádiz y la Bahía. De miércoles a sábado, por el escenario del Pay Pay pasan desde cantautores a cuentacuentos, pasando por música en directo de todo tipo, espectáculos de draggs queen, flamenco… En definitiva, cualquier tipo de manifestación cultural tiene su tiempo y su lugar en el Pay Pay».
Prueba clara y evidente de lo que acontece a diario en el Pay-Pay –en particular los miércoles– es el espacio genéricamente llamado "Esta noche canta", dedicado a la "canción de autor"; espacio entrañable en el que se dan cita creadores y creadoras como éstos –y es sólo un ejemplo–:
Como testimonio en vivo de la música en Pay-Pay se ha editado un CD con dieciséis actuaciones en directo que nos ofrecen una interesantísima panorámica de la joven "canción de autor"; un disco grabado en 2009, que merece la pena tener.
Los autores y las canciones recogidas en este disco son las siguientes:
1. KUCI GÓMEZ. Urbano ático de sol.
2. DAVID GARCÍA y MIGUEL RODRÍGUEZ. Agua de noviembre.
3. DAVID GARCÍA. De espaldas.
4. MIGUEL GÓMEZ. En el umbral.
5. NEUS. Submarino.
6. QUIQUE PARODI. Cuánto me quiero
7. RICARDO SINBLANCA. Vuela.
8. MANOLO SEVILLA. Pretérito imperfecto.
9. NANIEVA. Te comparto.
10. NACHO MORENO. Pero si no me quieres.
11. BENJY MONTOYA. Tardes de domingo.
12. VERÓNICA DÍAZ. A la hora del café.
13. NEUS y VERÓNICA DÍAZ. Necesito volar.
14. MIGUEL RODRÍGUEZ. El marinero de Berlín.
15. PACO MEDINA. El tiempo no pasa en tu pecho.
16. MIGUEL RODRÍGUEZ. Las puertas del Pay-Pay