Tras la edición del disco "Vallecas", Luis Pastor grabó su tercer álbum titulado "Nacimos para ser libres" (1977), LP en el que siguió contando con la colaboración del guitarrista Jean Pierre Torlois –amigo al que recordaré siempre– y con la de grandes músicos portugueses como Fausto, Sergio Godino y Adriano Correia de Oliveira. La producción de este disco corrió a cargo de Antonio Gómez, la coordinación la realizó el inolvidable Luis Suárez Rufo y el diseño de la carpeta Florencio Vázquez.
Aquella fue una obra que, coincidiendo con las primeras elecciones generales y con el inicio de la transición democrática en nuestro país, apuntaba clara y directamente hacia la
reivindicación de la libertad como un don y un derecho característico de la identidad humana, y hacia las claves imprescindibles para que esa libertad se hiciera posible:
la unidad y la lucha solidaria.
«En esta nave en que vamos
se necesitan remeros,
el pueblo es la libertad
el capitán es el pueblo.
Un grano no hace granero
pero ayuda al compañero».
("Un grano no hace granero").
Entre las canciones que integraron este disco habría que destacar "Coplillas de la amnistía", creada por Luis sobre un poema de Carlos Álvarez; "Enfermedades de invierno", con texto de Jesús López Pacheco; "Rosalinda", de Fausto; y "Despiertos compañeros", de Manuel Pacheco.
«Tenemos una estrella
en el fondo del pecho
y una pupila abierta de vigía
de siempre estar despiertos.
Despiertos para el lirio y la retama,
despiertos para el músculo y el sueño,
para romper la cárcel del sonido
y gritar libertad sobre los pueblos».
("Despiertos compañeros").
Tras las elecciones generales y la aprobación de la Constitución, en 1978, Luis Pastor, luchador infatigable y honestamente libre y democrático, empezó a sentir, en su propia experiencia lo que se conoció como la "crisis de los cantautores"; crisis que, en realidad, lo que supuso, de verdad, fue la necesidad y la exigencia de replantear la identidad y las funciones culturales, artísticas, sociales y políticas de la "canción de autor" en el contexto de la transición, con una Constitución en marcha, y con un Parlamento elegido democráticamente.
Ante aquella situación Luis decidió dejar temporalmente la canción; lo que en ningún caso supuso una rendición a su apuesta personal por la libertad y por la cultura; se integró en "El Gayo Vallecano" –sala y proyecto de teatro alternativo– para encargarse de la programación musical y componer la música de las obras de teatro que se estrenaban en la sala; trabajo de composición que compartió con Luis Mendo, del grupo Suburbano.
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Luis Pastor en una de sus actuaciones en "El Gayo Vallecano", proyecto
y sala de teatro alternativo. En la imagen está actuando en la obra
"La feria mágica", de Luis Matilla. |
En 1979, Luis –que lleva la música y la canción en sus entrañas– decidió afeitarse la barba, dejarse bigote y meterse en un estudio de grabación para "dar a luz" un nuevo disco con aires y planteamientos renovados. Así nació "Amanecer", un álbum precioso y profundamente positivo y esperanzador, al que he de confesar que sigo enganchado.
En aquella ocasión contó con la colaboración del grupo Suburbano; con Luis Mendo como arreglista y responsable de la dirección musical, y, por otra parte, con la aportación de Bernardo Fuster y de Aute en la creación de los textos de las canciones.
Entre aquellas canciones me gustaría destacar "Así te quiero yo", compuesta con Luis Eduardo Aute; y "Batalla de flores", "Amanecer", "Pleamar" y, en particular, "Puerto de mar para Vallecas", con textos de Bernardo Fuster.
«Ponte la brisa verde
y zapatos de aurora
llena de mar tus pasos
de sonrisas las horas
deja tu pelo al viento
para que el barrio inquieto
corra el rumor que has vuelto
por las calles y el metro
y empiece a amanecer».
("Amanecer")
A navegar que el viento ya te espera
calle adentro.
A navegar que el viento ya te espera
todo mar.
A navegar en tus sueños de olas
calle adentro, todo mar.
Viento en la avenida,
risa en los mercados,
azul en el barro
y verde en los tejados.
En la plaza barcos,
brisas, caracolas,
cantos en el puerto
y luz en las farolas.
Y el timón cerrado
al que no viva el sueño
del barrio en un barco
y un barco sin dueño».
("Puerto de mar para Vallecas")
Aquel bellísimo álbum –e insisto, desde mi punto de vista inmejorable– no obtuvo el éxito que merecía y se esperaba y, como consecuencia de ello, Luis volvió a realizar un nuevo parón profesional; parón que duró poco tiempo porque se encontró con el periodista Alfredo Amestoy y le ofreció hacer el papel de ciego en su programa de TVE, "Visto y no visto". Su participación en el programa consistió en interpretar una serie de "coplas de ciego", de carácter crítico e irónico, escritas y compuestas por Bernardo Fuster, Paco Villar, Miguel A. Campos y el propio Luis; canciones que posteriormente fueron grabadas en otro de esos discos de Luis Pastor que resultan históricamente imprescindibles.
«Manolo, que es carpintero,
lleva seis años parado,
unos dicen que es por viejo
y otros que está cansado.
Su hijo, que es ingeniero,
en la misma situación
se ha metido a hacer sandalias
y las vende en la estación.
Los empresarios han dicho
que esto pronto va a cambiar
dando dinero a los ricos
ellos dan de trabajar.
El caso es que con los líos
de gobierno y empresarios
están los pobres más hambrientos
que un tigre en un herbolario.
Y quiero dejar bien claro
que el pueblo quiere trabajo,
que los problemas de arriba
son hambre pa los de abajo»
("Copla de ciego: El paro")