Termino el recorrido que he venido realizando, de la mano de los cantores y poetas, en torno al drama social que supone siempre la emigración, presentando una última experiencia sin duda fundamental en la vida del emigrante y a veces llena de contradicciones; me refiero a su regreso –cuando es posible– a la tierra natal, y a su reencuentro con el paisaje y con los seres queridos que en su día fueron abandonados.
Este regreso, en cualquier caso –por la emigración o por el exilio– siempre aparece teñido de una emoción desbordante; emoción incontenible y alegre que, en ocasiones, es truncada cuando el emigrante se hace consciente del irremediable daño que el tiempo y la distancia llegaron a ocasionar en sus relaciones con las personas a las que tanto amaba: «El invierno de la emigración nos robó la primavera. ¡Quién era yo, ya no soy! ¡Y tú no eres lo que eras!».
El formidable grupo gallego Fuxan os Ventos nos expresa esa experiencia en una de las más bellas y apasionadas canciones grabadas en nuestro país a lo largo de la historia de la "canción de autor", me refiero a ésta creada sobre un poema de Marica Campo:
«Ah, gaitero mío
aún me acuerdo
cuando bajabas por el monte abajo
y me venías diciendo:
“Echa carne en el pote, Marianiña
echa carne en el pote, Marianá
una bolla entera enservilletada
una bota con vino ¡chupaená!”.
Mujer, hartazgo de lucha
¿Qué te voy a decir a ti, mujer?
Si tú eres como nuestra tierra
y la tierra es como tú.
Os dejé a ambas solas
aunque me quedé con vosotras.
Vacía quedó la tierra
tú, sembrada, ciertamente.
Y el viento decía
!Pronto volveré”
para quitar el hambre, para poder comer.
Ay mujer, cuántas noches
te acostaste con la tristeza
y el viento frío traía
noticias de los que murmuraban.
Y el viento decía
“¡Pronto volveré!
para quitar el hambre, para poder comer”.
Ah mujer, cuántas noches
te acostaste con la tristeza
y el viento frío traía
noticias de los que murmuraban
Tú eres el milagro de la tierra
y la tierra es un milagro tuyo,
mezcla de miel y cerna(corazón)
de fiera y de ángel del cielo.
Pariste de pié a tu hijo
como lo hacen en el monte las bestias
y hoy que vuelvo vencido,
para que yo venza tú te acuestas.
Y al volver ¿qué te diré?
¡Maldito el día y la hora
en que os dejé aquí
para buscar vida fuera!
El invierno de la emigración
nos robó la primavera.
Quien yo era, ya no soy
y tú no eres la que eras.
Ya pueden los campos dar
cosechas bien abundantes,
ya pueden en Madrid hablar
con palabras bien hermosas,
que nunca nos pagarán
nuestra hambre de otro tiempo».
("Mujer". Fuxan os Ventos / Xosé Luis Rivas / Marica Campo)
«Ai, meu gaiteiriño, / aínda me acorda, / cando baixabas polo monte abaixo, / e víñasme ti dicindo: / “Bota carne no pote, Marianiña, / bota carne no pote, Marianá, / un molete enteiro enservelletado, / unha bota de viño, chupaená!” / Muller, fartura de loita / que che hei dicir eu, muller? / Se ti es coma a terra nosa, / e a terra coma ti é! / Deixeivos a entrambas soias / anque convosco quedei. / Baleira quedou a terra / ti sementada, abofé. / E o vento dicía / pronto hei de volver, /pra tirar a fame, / pra poder comer. / Ai, muller, cantas noitiñas, / te deitaches coa tristura?, / e o vento frío traía, / as novas dos que murmuran. / Ti es o milagre da terra / e a terra é un milagre teu, / mestura de mel e cerna / de fera e de anxo do ceo. / Pariches de pé ao fillo, / como fan no monte as bestas. / E hoxe que eu volto vencido, / para que eu venza ti te deitas. / E ao voltar, que che hei dicir?! / Maldito o día e a hora / en que vos deixei aquí / para procurar vida fóra! / O inverno da emigración / roubounos a primavera, / quen eu era, xa non son, e ti non es a que eras. /Xa poden os leiros dar / colleitas ben abondosas, / poden en Madrid falar / con palabras ben fermosas, / que nunca, nunca / nos han de pagar / a nosa fame de outrora!». ("Muller". Marica Campo)
(Creo que merece realmente la pena volver a escuchar la canción "Muller" en este otro video. En él podemos gozar de la impresionante presencia y voz de Mercedes Peón)
(Creo que merece realmente la pena volver a escuchar la canción "Muller" en este otro video. En él podemos gozar de la impresionante presencia y voz de Mercedes Peón)
El regreso de los emigrantes, al que estoy dedicando el "cuelgue" de hoy a veces fue, y es, voluntario, pero no siempre ocurrió así; a veces es un regreso forzado por determinadas circunstancias como las que puso de manifiesto José Antonio Labordeta en su canción titulada precisamente: "Crónica del regreso":
«Nada,
ni un pedazo de voz
me han dejado,
ni una lágrima rota
en la niebla,
que soporté allí.
Nada,
ni un pedazo de voz
me han dejado,
ni la tumba
donde está María
traérmela aquí.
Me han cerrado la casa en silencio,
me han mandado otra vez para aquí,
a la piedra terrible, al secano,
cuando yo me he dejado los años
donde uno trabaja por mil.
Mira,
ni siquiera me han dado
la mano
y decirme muy agradecidos
por lo que hizo
aquí.
Mira,
yo no entiendo
tampoco a los míos,
que los veo lejanos y ausentes,
ajenos a mí.
Y de golpe me encuentro en mi casa,
forastero en donde nací,
forastero también
en el tajo
donde yo levanté con mis manos
lo que uno trabaja por mil.
Paco,
me murmuran ahora
las gentes,
no te ofendas por nuestra pobreza,
seguimos así.
Y golpeo la casa con rabia,
y entiendo por qué estoy aquí,
acosado por todos,
vencido,
con las manos marchitas de miedo
donde uno trabaja por mil.
En cualquier caso, siempre en la experiencia profunda del emigrante, a pesar de los problemas y ante lo duro que pueda llegar a ser, en muchos casos, el regreso, siempre anidó en su alma el deseo de volver a la tierra entrañable, un deseo planteado no exclusivamente como una aspiración, pasiva y resignada, sino convertido en causa y motivo de una lucha solidaria. El emigrante, consciente y harto de su situación, se revela contra ella abriéndole caminos a la esperanza: «no está lejos el mañana en que todos nos volvamos a juntar y rompamos nuestras cadenas con la fuerza de la unidad»
«Regresaremos
a nuestro hogar,
regresaremos,
hemos de luchar
para que nadie
tenga que salir
a tierra extraña
para malvivir»
("Regresaremos", Jarcha)