«Juan Fernández Fernández, algún fin de semana,
aclara su garganta, se asoma a la ventana,
y pide a sus vecinos que abran los balcones,
después templa sus nervios y habla en sus canciones
de lo harto que le tiene oír tanto eufemismo,
y que quien pague el pato sean siempre los mismos,
y que quieran cargarnos los errores ajenos,
y que quien esté al mando nunca sean los buenos,
y que el uno por ciento prescinda del detalle
de que el noventa y nueve restante esté en la calle.»
Su nuevo disco –con trece de sus canciones– es «CIRCULAR»:
«CIRCULAR" es en realidad como una especie de "viaje interior" que Juan Fernández realiza poÉTICA y musicalmente girando –como "simiente volátil"– en torno a sus sentimientos y a sus vivencias.
«Viajero / ligero...,
ágil / frágil...,
ingrave / suave / a su merced
vilano / liviano /a su merced;
vilano quiero ser
simiente volátil...
sin norte / que importe,
sin nudos / desnudo,
sin llanto / mi canto
liviano / vilano.»
("Vilano")
"Viaje interior" en el que, Juan Fernández Fernández, nos permite acompañarle –sensitivamente– a través de sus canciones que son como pausas, o paradas, en los recovecos de su identidad más profunda –misteriosa y muy atrayente–. Canciones que reflejan sentimientos hondos; que alertan frente a traspiés, miedos y nostalgias; que le cantan al amor desde el "alma" –en la que habitan las pasiones y también se siente el cuerpo–; canciones para el camino y la esperanza.
«Mientras las piernas respondan
no me pienso detener,
y que las dudas se escondan
o la vamos a tener...
Si el barro abraza mis pies
me embarraré como un niño,
celebraré mis traspiés
mas sin cogerles cariño.
Mientras las piernas aguanten
hacia delante me iré,
no Dios, sino yo mediante,
mi camino construiré.»
("Lo voy a dejar aquí")
Juan Fernández Fernández en el Teatro del Barrio de Madrid con motivo de la presentación de su disco "Circular"- |
En «CiRCULAR», Juan Fernández Fernámdez nos ofrece seis sonetos cantados, bella y hermosamente construidos –le salió un duro competidor a la "genialidad sabinera" y al buen amigo Juanlu Mora–.
Con el permiso de Juan voy a robarle dos sonetoe para poder decir con ellos que hoy me siento feliz –¡muy feliz!– de escuchar "cantar" y leer el "canto" de un "cantautor" que respeta el lenguaje literario y la tradición poÉtica, y que es –verdaderamente. y sin "trampas"–. "UN POETA"; quizá por eso –lamentablemente– no venderá "miles" de ejemplares, ni ocupará grandes espacios y titulares en la prensa diaria.
¡Ojalá los venda! por que si lo consiguiera sería un signo esperanzador de que nuestra "cultura literaria" –y no la "cultureta" que ahora se impone– está finalmente "re-despertando".
Con el permiso de Juan voy a robarle dos sonetoe para poder decir con ellos que hoy me siento feliz –¡muy feliz!– de escuchar "cantar" y leer el "canto" de un "cantautor" que respeta el lenguaje literario y la tradición poÉtica, y que es –verdaderamente. y sin "trampas"–. "UN POETA"; quizá por eso –lamentablemente– no venderá "miles" de ejemplares, ni ocupará grandes espacios y titulares en la prensa diaria.
¡Ojalá los venda! por que si lo consiguiera sería un signo esperanzador de que nuestra "cultura literaria" –y no la "cultureta" que ahora se impone– está finalmente "re-despertando".
«El miedo me esperaba en la ventana,
tranquilo y poderoso, como antaño.
Paciente, predispuesto a hacerme daño.
No le había salido ni una cana.
Seguro de sí mismo, sonriente,
brillaban, aún de día, sus colmillos.
Mientras acariciaba sus nudillos
con sorna recordaba a algún valiente.
Sentí su aliento gris como el acero
al enfrentarlo a cara descubierta.
Mi voz se levantó y fue clara y grave:
"Es hora de dejarlo, compañero.
Hazme el favor y cierra bien la puerta.
Aléjate. Devuélveme la llave".»
(“Hora de dejarlo”)
* * * * * * *
«Al ir a por el pan vi a la alegría.
Ligera, despeinada, sin prejuicios,
la risa y la ternura como vicios.
A su paso la luz se desvestía.
Frágil, igual que un pájaro pequeño,
a punto de volar y de marcharse;
a un paso de no ser, de evaporarse,
lo mismo que el recuerdo de un buen sueño.
Un pincel sobre mí fueron sus ojos
y me teñí de púrpuras y rojos.
Mi voz balbuceó con ilusión:
"Necesito librarme de una tuerca
que siento que me aprieta el corazón.
¿Me ayudas, por favor? Quédate cerca".»
("¿Me ayudas, por favor?")
A esa calidad musical han contribuido músicos como Cary Rosa Varona –bajo, chello, coros y clave– (¡qué gran descubrimiento!); Iván Mellén –percusiones–; Iovis (¡magnífico!) –flauta–; Alejamdro Jiménez Lorca –piano–; Lope Villano –tres– y Sergio Sleima con su guitarra y su asentada y lúcida "sabiduría".
Mencionar también el diseño y la ilustración de Raquel Fernández ("Efealcuadrado") que, como a la globalidad del disco, me voy a permitir calificar, sencillamente, de
¡FANTÁSTICO!.
Ilustracion y diseño de "EFEALCUADRADO". |
Preciosas canciones. Gracias!!!
ResponderEliminar¡Abrazo grande!
EliminarNada, que he vuelto a este "cuelgue"... por algo será! Qué hermosas letras!! Mi enhorabuena al autor y a ti gracias por traerlas y bicos mañaneros, moitos!
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