Hay un texto escrito por Bertolt Brecht que me encanta, pero que suelo utilizar muy pocas veces poniéndolo en relación con las personas a las que conozco; y no lo hago, entre otras razones, porque por nada del mundo me gustaría que esas palabras –¡tan hermosas!– pudieran perder sentido de tanto usarlas. Son las siguientes:
«Hay hombres que luchan un día y son buenos,
hay otros que luchan un año y son mejores,
hay quienes luchan muchos años y son muy buenos,
pero hay los que luchan toda la vida,
esos son los imprescindibles».
Es verdad que no hago demasiadas alusiones a ese texto, porque le tengo mucho respeto; pero hoy, excepcionalmente, sí voy a hacerlo y voy a referirlas a un compositor uruguayo, nacido en Montevideo, y actualmente residente en España, llamado PABLO SCIUTO.
Pablo Sciuto. |
Pues sí, Pablo Sciuto es uno de esos hombres "imprescindibles" que llevan toda su vida luchando por hacer –y hacerlo con dignidad– lo que más le gusta y más ama: componer e interpretar sus propias canciones; tarea –u oficio– que realiza enfrentándose –con ilusión y con esperanza– a las múltiples dificultades que hoy presenta el mercado "cultural" y, más concretamente "musical" y "discográfico", y consiguiendo crear e interpretar todo un amplio repertorio de canciones de gran calidad.
Pablo, por otra parte, cierra el círculo de sus creaciones asumiendo, con riesgo, al reto que supone la autoproducción y el autolanzamiento de una discografía coherente y continuada. Concretamente la siguiente:
A lo dicho anteriormente he de añadir –porque me parece, hoy por hoy, muy importante, y es menos común– que Pablo Sciuto es una persona humilde. («La "humildad" –dice Miguel de Cervantes– es la base y el fundamento de todas las virtudes»). Humildad que nutre, efectivamente, con otras virtudes como la ilusión, la responsabilidad o la "incansabilidad" en su trabajo... Pocas veces –no recuerdo ninguna– me he encontrado personalmente con Pablo sin que haya conseguido contagiarme su esperanza, sin mostrarme su afecto –sé que sincero y desinteresado–, y sin conseguir implicarme en sus proyectos.
Pues bien, su último proyecto se llama "Planeta casa" y se concreta en un nuevo CD compuesto de 13 canciones interpretadas con su grupo "Astrónomos urbanos".
En "Planeta casa", Sciuto se reafirma en sus raíces "multimusicales", o sea, en la gran variedad de formas y de géneros musicales de los que ha bebido aprehendiendo y fundiendo sus esencias: jazz, bossa nova, candombe, folk, funk, rock, pop, canción de autor, música electrónica... ¡y qué se yo!... En ese mismo contexto hay que resaltar –entre paréntesis– la pasión que siente, en particular, hacia el recientemente fallecido Luis Alberto Spinetta, a quien le rindió su homenaje en Madrid –en marzo del año pasado–, y a quien le dedica precisamente su "Planeta casa".
Respecto a los textos de sus canciones Pablo Sciuto es un poeta que permanentemente mantiene un posicionamiento de búsqueda; búsqueda de si mismo, del sentido de la realidad y del amor como forma de vida: «Bajo el mismo sol / sobre el mismo latido / en la misma prisión / todos buscamos un sentido» ("Bajo el mismo sol"); una búsqueda entretejida de disconformidades y de sueños; viaje de exploraciones íntimas, reservadas, misteriosas..., siempre hasta el fondo de sí mismo –«viaje distante al fondo de mi»–; o explorando el cosmos «sin la gravedad que todo sostiene».
«Quiero vibrar
y cambiar las leyes
sin la gravedad
que todo sostiene
y perderme en ti.
Instalé un cometa,
en mis pies dormidos,
para recorrer, cada paso perdido...
y todo lo que viene
lo mueve este universo»
("Alas")
¡Me encanta viajar musical y poéticamente con las canciones de Sciuto!; canciones y músicas inclasificables –son sencillamente las suyas–; canciones que me "enganchan", sobre todo, porque están preñadas de libertad; me refiero a la libertad que genera el uso que Pablo hace en ellas de la música y de un lenguaje cargado de simbologías y metáforas... Prueba de ello, es, por ejemplo, el tema "Casa", que abre su nuevo disco:
«La casa llevo a cuestas
cuando estoy con vos
el alma son las puertas
las ventanas el corazón
La piel son los manteles
el pelo las cortinas
tus manos y las mías
la llave y la alegría
Somos casa los dos
nos mudamos con el corazón
y siempre nos protege del frío
nuestro amor
Los ojos chimeneas
que miran dentro y fuera
las mantas los abrazos
los fundas nuestros brazos
Los pechos las almohadas
el beso la fachada
las piernas las columnas
soportan el peso juntas».
("Casa")
Por todo lo que he escrito a lo largo de este "cuelgue", y por mucho más que me reservo, relacionado con su responsabilidad personal, con su generosidad y con su ternura, vuelvo al principio: Pablo Sciuto es uno de esos hombres que llevan luchando toda la vida –y luchando bien– y por eso, al menos para mí, es uno de esos creadores que resultan "imprescindibles" dentro del universo de nuestra música popular.
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