Víctor Jara. |
En el "cuelgue" de ayer reflexionábamos sobre la capacidad que VICTOR JARA poseía para vivir y para proyectar una profunda esperanza respecto a la posibilidad de crear un mundo mejor, más justo y solidario; hoy, en el pórtico de este nuevo "cuelgue", vamos a centrarnos en la relación inseparable que Víctor siempre estableció entre el amor y la esperanza: «El hombre –afirmó en su canción "Pepe Mendigo (Cuento de Navidad)"– es mucho más hombre cuando quiere a los demás». «No creo en nada –afirmaba con rotundidad en la canción "La luna siempre es muy linda"– sino en el calor de tu mano con mi mano; no creo en nada sino en el amor de los seres humanos». (En el siguiente video podemos escuchar la canción "La luna siempre es muy linda").
Fe y absoluta confianza en el poder esperanzador y revolucionario del amor, que le llevó a componer un numeroso conjunto de canciones sobre ese tema; canciones de amor tan bellas como "Paloma quiero contarte", "Deja la vida volar", "Cuando voy al trabajo", "El amor es un camino que de repente aparece", "El encuentro", "Te recuerdo Amanda" o "Anduve", una de sus canciones menos conocidas –compuesta en 1968–, pero, sin duda, una de las más hermosas y mejor construidas desde el punto de vista poético.
«Anduve sur y norte por encontrarte
amé para vivir lo que es querer;
la puerta estaba abierta
esperando que entrara
y comencé a entender la primavera,
el rito de la noche y la mañana.
Ay, amor...
La noche caminé una y mil veces
sin sentir que también tú caminabas
y un grito aquella noche
nos juntó la mirada
y sin saber tu nombre te llamaba,
y sin saber mi nombre me llamabas.
Ay, amor...
Aunque parezca absurda la inocencia
en el barro la nieve es siempre blanca;
de qué sirve plantar
la flor para cortarla,
la rosa se defiende con la espina
y nuestro porvenir con la esperanza.
Ay, amor...».
Víctor Jara también incorporó a su repertorio canciones compuestas sobre textos de otros poetas; entre elllos, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta Parra, Alejandro Sieveking, Cristina Miranda, Atahualpa Yupanqui, Daniel Viglietti, Fernán Silva Valdés, Rubén Ortiz, Jorge Saldaña, Ernesto Grener, Malvina Reynolds, Pete Seeger, Chicho Sánchez Ferlosio o Miguel Hernández.
Víctor Jara con Joan, su compañera |
Víctor Jara también incorporó a su repertorio canciones compuestas sobre textos de otros poetas; entre elllos, Pablo Neruda, Nicanor Parra, Violeta Parra, Alejandro Sieveking, Cristina Miranda, Atahualpa Yupanqui, Daniel Viglietti, Fernán Silva Valdés, Rubén Ortiz, Jorge Saldaña, Ernesto Grener, Malvina Reynolds, Pete Seeger, Chicho Sánchez Ferlosio o Miguel Hernández.
Concretamente, de Miguel Hernández podemos escuchar, en el siguiente video, su versión del poema "El niño yuntero".
En realidad, Víctor, con el bagaje de sus canciones debatiéndose permanentemente entre el dolor frente a la injusticia y la fuerza de la esperanza, no hizo nada más que "reventar los silencios" que reprimían y acallaban la voz de los sectores más empobrecidos y marginados del pueblo chileno.
De esa forma, y en aquel contexto, el canto de Víctor se convirtió en un canto rebelde y comprometido; compromiso que expresó, de forma concreta, apoyando a Salvador Allende como candidato socialista a la presidencia de la República, primero en las elecciones de 1964 –en las que no pudo alcanzar la mayoría–, y, posteriormente, en las celebradas en 1970. Ese año, Allende, con el respaldo de la Unión Popular, consiguió ganar las elecciones y ser nombrado presidente de la República. Momento trascendental en la historia de Chile, puesto que con la victoria de Allende se puso en marcha el primer gobierno de izquierdas que accedía al poder a través de unas elecciones democráticas.
En 1971, Víctor, en calidad de Embajador Cultural del gobierno de la Unidad Popular, realizó una importante gira de conciertos y de actuaciones televisivas por México, Costa Rica, Colombia, Venezuela, Perú y Argentina. A esta gira la siguió, en 1972, su visita a Cuba, invitado por el Consejo Nacional de Cultura y la Unión de Jóvenes Comunistas; en Cuba dio numerosos recitales entre los que habría que destacar el de la Casa de las Américas de La Habana, recital que fue grabado en directo y posteriormente editado en un disco titulado "Víctor Jara habla y canta en vivo".
En aquel disco se puede escuchar la voz de Víctor presentando su concierto con estas palabras: «Yo agradezco la presencia de ustedes y la oportunidad que la Casa de América me brinda para decirles –compañeros, hermanos de la tierra maravillosa de Cuba– algo de nuestras canciones, de nuestra música; algo de mi pueblo, de ese pueblo que hace que nosotros cantemos, de ese pueblo que nos da la vida, que nos nutre con su sabiduría, que nos da todos los temas, todas las notas, toda la poesía para que cantemos".
Por aquellos años, entre 1972 y 1973, Víctor Jara también viajó a la Unión Soviética y a Inglaterra –invitado por el Centro Latinoamericano de la Universidad de Londres–; participó en el Congreso de Música Latinoamericana, organizado en Cuba por la Casa de Américas y asumió la dirección y la organización del homenaje a Pablo Neruda que se celebró en el Estadio Nacional de Chile tras conocerse que había sido galardonado por el Premio Nobel de Literatura.
Poco tiempo después, el 11 de septiembre de 1973, se produjo en Chile el cruento golpe militar que impuso en el poder al asesino Augusto Pinochet, como comandante en jefe del ejercito y como presidente del país... Lamentable y sangriento incidente del que hablaré en el próximo "cuelgue" dedicado a Víctor Jara.
En aquel disco se puede escuchar la voz de Víctor presentando su concierto con estas palabras: «Yo agradezco la presencia de ustedes y la oportunidad que la Casa de América me brinda para decirles –compañeros, hermanos de la tierra maravillosa de Cuba– algo de nuestras canciones, de nuestra música; algo de mi pueblo, de ese pueblo que hace que nosotros cantemos, de ese pueblo que nos da la vida, que nos nutre con su sabiduría, que nos da todos los temas, todas las notas, toda la poesía para que cantemos".
Por aquellos años, entre 1972 y 1973, Víctor Jara también viajó a la Unión Soviética y a Inglaterra –invitado por el Centro Latinoamericano de la Universidad de Londres–; participó en el Congreso de Música Latinoamericana, organizado en Cuba por la Casa de Américas y asumió la dirección y la organización del homenaje a Pablo Neruda que se celebró en el Estadio Nacional de Chile tras conocerse que había sido galardonado por el Premio Nobel de Literatura.
Poco tiempo después, el 11 de septiembre de 1973, se produjo en Chile el cruento golpe militar que impuso en el poder al asesino Augusto Pinochet, como comandante en jefe del ejercito y como presidente del país... Lamentable y sangriento incidente del que hablaré en el próximo "cuelgue" dedicado a Víctor Jara.
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