Acabo de leer, en el diario EL PAÍS, un artículo de JAVIER MARÍAS, titulado «¿Quién demonios sacará un euro?», que me ha impactado y me ha hecho pensar y sentir mucho sobre nuestra amada "canción de autor", y sobre sus creadores, a los que, como vengo demostrando, admiro, aprecio y defiendo profundamente. Voy a copiar, con permiso de Javier, un fragmento de su artículo, y después os cuento lo que esas palabras me han hecho sentir.
Javier Marías. |
«El año pasado tuve la suerte de sacar una novela y de que se vendiera bastante. De ahí que la crisis, por pura casualidad, no me haya afectado en exceso. Como no soy persona de grandes gastos (ni siquiera tengo coche, ni me gusta viajar lejos, pues detesto coger aviones), no suelo frenarme en adquirir aquello a lo que soy más aficionado y que además es necesario para mi trabajo, a saber: libros. DVDs y CDz de música. Cuando se trata de esos artículos, no reparo mucho en la cantidad ni en el precio. Hace unos días, sin embargo, me sentí remiso a llevarme de una tienda los cinco DVDs recientes que me interesaban, y al final salí de ella con sólo dos de esos cinco. Me pregunté a qué se había debido la renuncia y comprobé que no había sido por prudencia ni por voluntad de ahorro que ya asalta a todo consumidor de vez en cuando (también a mí ante ciertos dispendios, lo confieso), dada la psicosis de pobreza real e inminente que nos han creado a diario en los últimos años. No, descubrí que había sido una especie de pudor o de mala conciencia lo que me había impelido a devolver tres DVDs a sus estantes antes de pasar por la caja. "¿Cómo voy a comprarme cinco", algo así debí de pensar, "cuando tanta gente no se puede comprar cosas más básicas?". Y a continuación me vino la idea: "Si yo me retraigo por este motivo, habrá otro muchos que se estarán retrayendo exactamente por lo mismo".
¿A qué está jugando este Gobierno, no sólo con sus depresivas medidas de merma, sino con su pesimismo calibrado? Si nadie sale ni compra, serán cada vez más los comercios que se verán obligados a cerrar y a despedir a su personal, que incrementará las cifras del paro, y los parados no consumirán nada».
Tras leer estas palabras de Javier Marías me uno a su pensamiento y digo: «Si los amantes de la canción de autor caemos en la tentación de sentirnos retraídos y no compramos discos, y no vamos a los conciertos... ¿qué va a pasar?.... En este momento no puedo dejar de pensar en tantos y tantos jóvenes cantautores que, con mucha ilusión y mucho esfuerzo, están arriesgando todo por grabar, al menos, una "maqueta" para presentar su trabajo con un mínimo de dignidad y para poder venderla en sus conciertos...
¡ES EVIDENTE!... Si no acudimos a sus conciertos y no les compramos sus discos, pues sencillamente: ¡ESTO SE VA A IR A LA MIERDA!... Y ¡no!, por mi parte no estoy dispuesto a aceptarlo, y desde aquí lanzo un grito –como aquellos viejos gritos de liberación–: ¡QUE ESTA CRISIS –con todos sus acólitos: banqueros, economistas, grandes empresarios, políticos, etc.– NO PUEDA CON NOSOTROS!... Sigamos apoyando e impulsando nuestra "canción de autor" porque sigue siendo cierto aquello que en su día nos cantaron Horacio Guarany y Mercedes Sosa:
«Si se calla el cantor calla la vida
porque la vida misma es todo un canto.
Si se calla el cantor muere de espanto
la esperanza, la luz y la alegría.
Si se calla el cantor se quedan solos
los humildes gorriones de los diarios.
Los obreros del puerto se persignan,
quien habrá de luchar por sus salarios.
Qué ha de ser de la vida si el que canta,
no levanta su voz en las tribunas,
por el que sufre, por el que no hay ninguna razón
que lo condene a andar sin manta.
Si se calla el cantor muere la rosa,
de qué sirve la rosa sin el canto.
Debe el canto ser luz sobre los campos,
iluminando siempre a los de abajo.
Que no calle el cantor porque el silencio,
cobarde apaña la maldad que oprime.
No saben los cantores de agachadas,
no callarán jamás de frente al crimen.
Que se levanten todas las banderas,
cuando el cantor se plante con su grito,
que mil guitarras desangren en la noche,
una inmortal canción al infinito».
La "canción" siempre ha sido y será espejo de la realidad, denuncia de desigualdades y motor de esperanzas...
ResponderEliminarLos creadores, en cualquier circunstancia, han estado y estaremos, han sobrevivido y sobreviviremos simplemente porque, sin "canción", no sabemos respirar...
Querido Fernando, estoy contigo. De corazón, de alma y de palabra, de palabra y de arma, de la palabra armada de espléndido futuro. Ya está bien de desdichas, ya está bien de miedos embutidos, ya sólo hay que tener miedo a tener miedo.
ResponderEliminarDesde la plaza de Brouckere, en Bruselas, por donde tanto paseo Jacques Brel delante del tintiniano Hotel Metropole, un muy fuerte abrazo amigo mío!
A mi modo de ver, de esta maldita crisis aprenderemos entre otras cosas, a dar importancia y prioridad a aquello que realmente vale la pena en esta vida, nos dará pistas de por donde hemos caminado muy a nuestro a pesar y para beneficio de otros, y nos devolverá en algunos casos a ese punto de partida en que la vida todavía nos espera para darnos un abrazo. Seguramente nos tomaremos un tiempo para elegir mejor, ese tiempo que siempre es nuestro, y será entonces cuando veremos alguna claridad, y seguramente despreciaremos tantas y tantas cosas que han vaciado nuestros bolsillos y llenado nuestros trasteros.
ResponderEliminarY dicho esto quiero decir, que desde hace ya me refugio en la palabra, en la música, en la palabra hecha música, y sin perder la enseñanza de aquellos consagrados hoy, que nos dijeron y mucho, me acerco con cierta adicción, a escuchar a mis cantautores preferidos, esos que habitan en los garitos de cualquier ciudad, y te encuentras en cualquier calle, que te cuentan su vida en cada canción, y que sus música no ha sucumbido a los filtros de las factorías de ficción, y los escucho porque los necesito, porque ellos me dicen lo que quiero escuchar, y a veces, hasta me revientan mi conciencia acomodada, y también porque les puedo dar un abrazo o un beso, y mirarles a los ojos o tomar una cerveza juntos.
Benditos pues ellos, porque siempre me dan mucho más de lo que yo les doy. Así que no dejaré de seguirles como el que sigue a sus profetas, de comprar sus CD, de desmenuzar las letras de sus canciones, porque en ellas van pautas de vida, y verdades aunque duelan, de historias suyas que a veces hago mias, porque sin ellos mi vida estaría guiada por la razón, y últimamente, el pensamiento de esa idea me entristece el alma. Así que definitivamente, que no calle el cantor y hagamos lo imposible por ello.
A ti Fernando también te sigo, porque sin ti perdería la pista de por donde andan muchas veces, estos duendes de la vida. Inmensas gracias y un fuerte abrazo.
Antonio
Si es lo que vengo yo pensando desde hace tiempo, querido Fernando,si siguen recortando como lo están haciendo, dejaremos de consumir tanto por miedo como por conciencia, y entonces nuestros queridos artistas ¿qué harán? Si no reaccionamos ya, no sé...
ResponderEliminarUn abrazo Fernando. Nos vemos por ahí en algún concierto.
Con mas ganas que nunca de meternos en embolados de grabar y editar, las adversidades son nuevas metas.
ResponderEliminarCreo como tu en que la esencia esta en el directo en el acto de acercarse a ver a alguien tocar sus canciones en directo, y por supuesto saber que los discos forman en muchos casos parte del artista que escuchamos, es como un brazo de su trabajo, y lo digo yo que me esta costando un riñón sacarlo, pero saldrá!
Abrazos Fernando
Pues yo, como público asiduo de cantautores he de decir que ni me retraigo ni me privo de comprar sus discos ni de ir a sus conciertos y creo que los que de verdad aman la canción de autor (como es tu caso) siempre defenderemos y seguiremos recomendando a todo el mundo que acuda y se gaste el dinero en lo que de verdad merece la pena...
ResponderEliminarLa cosa está chunga pero creo que quien prueba esto tiene que repetir alguna vez porque en nada se parece a eso que nos venden las radiofórmulas, las TV o los periódicos. La canción de autor es arte y el arte, hoy día, es algo que no se ve mucho y es díficil de encontrar.
¡¡Un abrazo!!