Hay dos principios que considero esenciales en relación con la identidad de la «canción de autor».
• El primero es que la «canción de autor» en su conjunto, al margen del significado literal de la expresión, nos ofrece la fotografía sonora del paisaje de un tiempo; paisaje sonoro en el que podemos percibir y sentir las huellas y los suspiros de los seres humanos que lo habitaron.
• El segundo principio, relacionado con el anterior, es que cualquier persona que quiera investigar y conocer el paisaje real de nuestros últimos cincuenta años de historia, irremediablemente (yo al menos se lo recomiendo), necesita acudir a ella.
Retomo estos principios en este momento porque fueron las coordenadas sobre las que decidí trabajar en 1988 cuando el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, dirigido entonces por Manuel Chávez, me encargó que estudiara la posibilidad de «narrar con canciones» la historia de lo que fue y significó la emigración española durante la dictadura franquista y los primeros años de la transición.
Apasionante proyecto que se enmarcaba, como posibilidad, en un homenaje que el ministerio quería rendir a las personas de nuestro país que se habían visto obligadas a emigrar, y que se concretaría en la creación de una gran exposición itinerante llamada "España fuera de España (150 años de la emigración española)" que viajaría por varios países americanos y europeos.
Cartel de la exposición creado por Rafael Alberti. |
Aquel proyecto fue uno de los retos más importantes a los me he enfrentado en «mi vida entre canciones», posiblemente al que le dediqué más horas de reflexión y de trabajo.
Enfrentarme a él conllevaba una enorme responsabilidad por dos motivos:
• En primer lugar porque la experiencia (y en la mayoría de los casos, el desgarro) que supone la emigración es un tema de gran complejidad social y de una tremenda profundidad humana. Una experiencia en la que el sentimiento de la esperanza se entrecruza y se siente alterado por otros sentimientos contrarios como la indignación, el desarraigo, el dolor, la soledad, la nostalgia y, en particular, la rebeldía ante la profunda injusticia que siempre supone tener que abandonar el lugar donde vives (con todo lo tuyo y lo que amas) para buscarle nuevos horizontes, desconocidos, alejados e inciertos, a la vida.
• Por otra parte, era consciente de que aquella posible historia o narración de la emigración con canciones que se me había solicitado, iba a llegar e iba a ser escuchada por muchos miles de personas, entre ellas, los miles de emigrantes de los más de treinta países de América y Europa por los que viajaría la exposición «España fuera de España».
Asumida esta responsabilidad, empecé a pensar en el proyecto recurriendo a varias fuentes: a los cuatro programas de radio sobre la emigración que había realizado dos años antes en Radio Popular; a mi fonoteca, en la que tenía recogidas y actualizadas más de 150 canciones que hacían referencia al tema desde muy diversas perspectivas; y al tercer volumen de mi libro Veinte años de canción en España, en el que ya había publicado una primera aproximación al tema.
A partir de ahí realicé un posible índice o secuencia de capítulos que luego debería desarrollar (en este caso con canciones) para narrar o describir el fenómeno de la emigración de una forma global y lo más completa posible. Aquel índice fue el siguiente:
1. Circunstancias y causas motivadoras de la emigración.
2. La salida del emigrante hacia tierras extrañas.
3. El dolor de lo que se abandona.
4. La experiencia del emigrante alejado de su realidad.
5. La vuelta al país natal, no siempre hecha realidad.
El siguiente paso fue dedicar horas y horas a volver a escuchar todas y cada una de aquellas canciones e irlas clasificando con la referencia del índice anterior.
Realizando la escucha de las canciones me reencontré con una que, de repente, produjo un cambio de rumbo respecto al desarrollo musical del proyecto tal y como me lo había planteado. Fue la canción «Emigrante» de Pablo Guerrero, que concluye con estos versos: «Pero bueno, dejémonos de melancolías / y si no hay vino, con cerveza brindamos / y porque lo pediste, solo por eso / una canción de Manolo Escobar tarareamos».
La referencia que hace Pablo Guerrero a Manolo Escobar me hizo pensar en las verdaderas canciones que los emigrantes escucharían y cantarían lejos de España cuando, por ejemplo, se reunieran para compartir sus ratos de ocio y su añoranza. Puede ser que escuchasen y cantasen alguna de las canciones que yo tenía recogidas en mi base de datos; pero seguro que habría muchas más de las que yo no había valorado y seleccionado como «canción de autor», verdaderos suspiros y latidos (paisaje sonoro de un tiempo) de buena parte de aquellos emigrantes.
Y me vinieron a la memoria coplas como «Suspiros de España», interpretada por Lolita Sevilla; «Adiós a España», cantada por Antonio Molina; «En tierra extraña», de Penella y Concha Piquer; o «El emigrante» y «De polizón», de Juanito Valderrama. Localicé las canciones, las escuché e, inmerso en aquel contexto, me emocionaron. A partir de ahí, tomé la decisión de incorporarlas al proyecto y seguir investigando el universo de la copla; lo que significó para mí una apertura a un sentido mucho más amplio y diversificado del concepto de «canción de autor».
Realizada la investigación y una vez que pude comprobar que el proyecto era viable, le propuse al Ministerio del Trabajo (concretamente a la Dirección General del Instituto Español de Emigración, dirigida en aquel momento por Raimundo Aragón), la edición de una caja con tres LP's, o tres casetes, con treinta canciones y su correspondiente libreto.
El proyecto fue aprobado y se publicó con el título genérico de "Canciones de ida y vuelta. Antología de canciones de la emigración". Preciosa edición a la que a los tres discos, o casetes, se adjuntaron un libreto con las letras de las canciones y una colección de postales y diapositivas con imágenes históricas relacionadas con la experiencia y el drama de la emigración.
Fue una edición limitada y no comercializada. Viajó con la exposición por América y Europa y se obsequió a los departamentos de cultura y a los responsables de los diferentes medios de comunicación de los países visitados.
La exposición España fuera de España (150 años de la emigración española) se inauguró en Madrid en el Centro Cultural de la Villa y pudo ser visitada del 14 de octubre al 13 de noviembre de 1988.
Por su parte, presentamos la antología «Canciones de Ida y Vuelta» en la Sociedad General de Autores el 11 de noviembre de 1988. Preciosa, entrañable e inolvidable presentación en la que, entre otros creadores e intérpretes, participaron Juanito Valderrama, Dolores Abril, José Menese, Elfidio Alonso, Antonio Molina, Lolita Sevilla, El Fari, Luis Cobos, Marina Rossell, Carlos Cano y Pablo Guerrero.
NOTA: Uno de los ejemplares de esta histórica publicación voy a ofrecerlo próximamente como "recompensa muy especial" dentro de la campaña de "verkami" que he lanzado recientemente para hacer posible el libro-disco "EN LA RAÍZ DEL SILENCIO. CON ANTONIO MATA. Ver la campaña en el siguiente enlace:
Tremendo; el trabajo que hiciste, el esfuerzo y la dedicación que empleaste, y la reliquia que quedó de todo aquello. Gracias por compartirlo. Es emocionante el respeto y el cariño con el que cuidas el noble arte de hacer canciones, amigo. Tú y yo tendríamos que vernos. Te mando un abrazo enorme!
ResponderEliminarPor supuesto que tendríamos que vernos y abrazarnos...¡Ganas tengo!... ¡Hagámoslo cuanto antes!
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