Benito Moreno. |
El mismo año en que BENITO MORENO publicó su primer disco "Romance al Lute y otras canciones" (1975) –del que hablábamos en el "cuelgue" anterior–, concretamente el 20 de diciembre –un mes después de la muerte de Franco–, Benito y Carlos Cano decidieron realizar juntos un recital en el teatro Lope de Vega de Sevilla –nunca lo olvidaré–. Histórico recital convertido en un reclamo urgente, colectivo y solidario de la amnistía y la libertad. Fue el primer recital en el que Benito y Carlos se encontraron sobre un escenario.
Al año siguiente, en 1976, Benito grabó su segundo LP, "Ellos y ellos y ellos y ... ella", disco en el que, por una parte, nos ofreció bellísimas canciones de amor como "Eso es todo", "Huele a paisaje tu pelo", o "Primavera"; y por otra, canciones de contenido finamente satírico como "Esos señores" –crítica mordaz al machismo encarnado en la generación de aquellos terratenientes andaluces que, como el mismo dice "se hicieron la paz a su medida como un traje"– y "Ra, ra, ra" –tema protagonizado por el gran negocio del fútbol y por el aborregamiento de sus aficionados–; canción que, por cierto, fue seleccionada por José Ramón de la Morena como sintonía de su programa de radio "El Larguero", en la cadena SER.
En aquel álbum, Benito incorporó también un monólogo al que tituló "Hablando con Pepa", simulación de una conmovedora conversación telefónica mantenida, desde Francia, por un emigrante español con su compañera, a la que añora con todas sus fuerzas; tema en el que afrontó con un realismo desgarrador, lo que fue y lo que supuso para muchos andaluces, y en general, para muchos españoles, el drama de la emigración. Seguidamente os invito a escuchar ese tema a través del siguiente enlace:
Posteriormente, Benito Moreno nos ofreció un tercer disco titulado "Mis sombras completas" (1978), disco también grabado con la colaboración del grupo Triana, que el propio Benito describía con las siguientes palabras:
«“Mis sombras completas" es el relato de la madrugada del Viernes Santo sevillano y su desarrollo musical desde que se oyen los pasos racheados de los primeros costaleros llevando las imágenes más antiguas y ordenadas del centro, en silencio, acompañadas si acaso por el trío de viento famoso, hasta acabar en los alejados barrios populares, al alba, con las músicas polifónicas y rítmicas que hacen bailar las vírgenes, rodeadas de una bulla festera y agradecida. Acaba con “La Voz” que corresponde con la Resurrección. La voz como la vida y el silencio, la muerte…, y otras canciones.»
Al año siguiente Benito grabó y publicó, la que ha sido, desde mi punto de vista, una de sus mejores obras: me refiero al álbum "G. A. Bécquer - Rimas" (1979), en el que consigue captar y comunicar, con su música y con su voz, el romanticismo y la grandeza poética de su paisano Gustavo Adolfo Bécquer. Disco hermosamente ilustrado por un bellísimo cuadro pintado por él mismo.
Para concluir este cuelgue –penúltimo dedicado a BENITO MORENO– os propongo escuchar este vídeo en que nos interpreta la Rima IV de Bécquer, dedicada a la poesía:
Posteriormente, Benito Moreno nos ofreció un tercer disco titulado "Mis sombras completas" (1978), disco también grabado con la colaboración del grupo Triana, que el propio Benito describía con las siguientes palabras:
«“Mis sombras completas" es el relato de la madrugada del Viernes Santo sevillano y su desarrollo musical desde que se oyen los pasos racheados de los primeros costaleros llevando las imágenes más antiguas y ordenadas del centro, en silencio, acompañadas si acaso por el trío de viento famoso, hasta acabar en los alejados barrios populares, al alba, con las músicas polifónicas y rítmicas que hacen bailar las vírgenes, rodeadas de una bulla festera y agradecida. Acaba con “La Voz” que corresponde con la Resurrección. La voz como la vida y el silencio, la muerte…, y otras canciones.»
Al año siguiente Benito grabó y publicó, la que ha sido, desde mi punto de vista, una de sus mejores obras: me refiero al álbum "G. A. Bécquer - Rimas" (1979), en el que consigue captar y comunicar, con su música y con su voz, el romanticismo y la grandeza poética de su paisano Gustavo Adolfo Bécquer. Disco hermosamente ilustrado por un bellísimo cuadro pintado por él mismo.
Para concluir este cuelgue –penúltimo dedicado a BENITO MORENO– os propongo escuchar este vídeo en que nos interpreta la Rima IV de Bécquer, dedicada a la poesía:
«No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!»
Mira que buen ramillete de discos para que los de Ramalama los recopilen en uno de sus volúmenes, jeje.
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