Vistas de página en total

martes, 9 de septiembre de 2014

RETRATO ÍNTIMO DE «MARINA ROSSELL»

MARINA ROSSELL

«Rocé tu corazón por un instante, sentí su calma, lo tuve entre mis manos...; fuiste una luz que lo inundaba todo...»; esta experiencia que nos transmite MARINA ROSSELL en una de sus canciones –experiencia que normalmente estalla ante el deslumbramiento o el escalofrío que nos produce el encuentro con la belleza–, es la que yo siento y percibo cada vez que la escucho cantar, tanto si lo hace en catalán –su lengua materna– como si lo hace en castellano; y es que si hay alguna pincelada que defina o que perfile el retrato y la personalidad de esta mujer, es la de la belleza; una belleza que va mucho más allá de la apariencia; una belleza que trasciende los límites de lo tangible; una belleza que viene a ser, en su caso, un rasgo total de su identidad y que, desde su identidad se transforma en un hecho real de su persona, de su música y de sus canciones.

Pero, ¿de dónde le viene a Marina tanta belleza? ¿en qué secreto fuego la alimenta? Yo creo –o mejor, estoy convencido que su secreto y su fortaleza radican en primer lugar en su la pasión por la libertad, no en etéreo, sino en su vida real y cotidiana; en el amor y en la forma que tiene de entender su existencia y su trabajo; una libertad que a veces duele –que a veces «niebla la luz del alba»–, pero que ella ha sabido siempre resguardar con una especie de "conjuro" o de fórmula mágica que esconde una bellísima alternativa:


«Sal de la cordura y entra en calma
hasta la locura sana y salva
y ven conmigo a mecer la luna.
Dale una vueltita al sentimiento,
sal de esta maldita fe en el miedo
y vem, descúbrete en el desierto».

En esa alternativa está también, para mí, su segunda fortaleza y el segundo nutriente de su encarnación de la belleza: Marina Rossell, cuando crea, cuando canta, o cuando tienes la oportunidad o la suerte de compartir con ella la amistad, no reprime sus sentimientos; sus sentimientos manan en sus palabras y en sus canciones al descubierto, y son unos sentimientos nobles, cálidos y sinceros engendrados, tal vez, allá en Gornal –«en aquellos atardeceres azules de verano»– y en sus silencios, cuando se calla el ruido y ella alimenta su sensibilidad de las realidades más cotidianas: «del sonido de una lámpara al fundirse», o «del gran rumor del mar».

Hay una tercera fortaleza que Marina posee, y que es un don que la naturaleza le ha regalado; un don que cultiva y trabaja, de forma constante, y siempre apuntando al mismo horizonte: el encuentro con la belleza; me estoy refiriendo a su voz. Marina tiene una voz rotunda, hermosa, limpia y penetrante; en su voz la palabra se hace música, y resplandece..., y confidencia..., y acaricia..., y excita...; en su voz la palabra y la música se transforman en un "latido inmenso".

Por todo esto, cuando rozo su corazón, siento y percibo una luz que me lo inunda todo...; «una revolución de soles en el alma» –como diría Gil de Biedma–; cosa que me pasa con bastante frecuencia, porque Marina Rossell no deja de cantar, y cuando canta, como ella misma confiesa –tomando unas palabras de Fito Páez«viene a ofrecernos, y a ofrecernos a todos, su corazón.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario

YA PUEDE VISITARTE EN "INSTAGRAM·" LA CUENTA "CANTARCOMORESPIRAS" Y EN ELLA LAS DOS PRIMERAS PUBLICACIONES SOBRE LUIS EDUARGO AUTE

EL jueves, 18 de noviembre de 2010, puse en marcha este Blog al que, pensando en el gran poeta, amigo del alma, GABRIEL CELAYA , titulé “CAN...