El pasado día 24 -viernes– tuve el placer de asistir a un concierto de ÍÑIGO COPPEL. En esta ocasión se celebró en la "La Fídula" sala –situada en la calle Huertas, número 57, de Madrid– que os recomiendo para escuchar buena música en vivo.
Antes de empezar el concierto, charlando con Carlos Recio en la puerta de La Fídula –Carlos también es cantautor– llegamos a un consenso inmediato acerca de nuestra opinión personal sobre Íñigo Coopel; coincidimos, sin la menor duda, en que es uno de los méjores y más completos jóvenes compositores e intérpretes del que podemos gozar actualmente en nuestro país.
Ya en la sala, completamente llena, fue precisamente Carlos Recio quien nos presentó a Iñigo utilizando una mezcla de "ironía-cariño-admiración" que siempre que se la escucho me encanta; presentación que provoca, irremediablemente, que el concierto, desde antes de su inicio, ya esté impregnado de "genialidad".
Carlos Recio. |
Y hecha la presentación Iñigo subió al escenario y empezó el "disfrute" –¡como me gusta la palabra "disfrutar"!, es una de mis palabras preferidas–.
Íñigo en el concierto del viernes pasado contó con la colaboración de Manu Clavijo y su violín; y con la presencia –acompañándole en algunos momentos en el escenario– de dos amigos músico-cantores: Jairo Martín y Cristian Navarra.
Manu Clavijo e Íñigo Coopel. |
Íñigo Coppel y Jairo Martín. (Fotografía de Inés Poveda). |
Jairo Martín y Cristian Navarra. (Fotografía de Inés Poveda). |
El concierto del pasado viernes en "La Fídula" fue precioso y, en esta ocasión, muy emocionante. Íñigo cada día canta mejor y toca mejor su guitarra –¡no me canso de repetirlo–, pero es que además –y el viernes pudimos comprobarlo– tras su música y su historias cantadas –cante lo que cante– se revela y se deja sentir una sutil y extraordinaria "ternura".
Sus canciones calan hondo.
Si te cuenta una historia –la de Bob, la de la Edad Media, la del Olympia, la de su encuentro con Jesús, e incluso la de "la viuda" de Burning– te sumerge y te atrapa en un mundo fantástico en el que se produce un fundido de realidades y de ficciones siempre apuntalado –como telón de fondo– con los valores de la vida, de la libertad y de la esperanza.
Si lo que Coppe hace con sus canciones es fotografiar sus propios latidos, el calado revierte en una especie de estallido de emociones y de sentimientos –que a veces pueden llegar a conmoverte–. Así ocurre cuando Iñigo recuerda a Laura, cuando habla con el árbol-piano, cuando entona el "tango del amante traicionado", o cuando le canta a la posibilidad de su propia muerte, ¡¡¡¡"dios no lo quiera"!!!!.
En fin, y para sintetizar, diré una sola palabra que se funde con su calidad, me refiero a la más pura "SENSIBILIDAD"... Y pa'qué decir más. Seguidamente os dejo unas imágenes del concierto y dos textos de sus canciones:
RECUERDA EL VIENTO
«Ya lo sé, mi hermano,
tú no eres un piano,
recuerda el viento,
recuerda el viento.
Tú fuiste un bello roble,
tú fuiste libre y noble,
recuerda el viento,
recuerda el viento.
Con la furia de sus celos
te empujaron al suelo,
recuerda el viento,
recuerda el viento.
En este bar de cantautores
ya no importa que llores,
recuerda el viento,
recuerda el viento.
Dejas que canten y te abran,
“Libertad” es su gran palabra,
qué sabrán ellos,
qué sabrán ellos.
Acaso piensan que son libres,
se equivocan, no son libres,
recuerda el viento,
recuerda el viento.
Yo te comprendo, amigo,
¿qué crees que hicieron conmigo?
Recuerda el viento,
recuerda el viento.
Tal vez con este vino
olvidemos el destino
por un momento,
recuerda el viento.
¡Salud! ¡Salud, mi hermano!,
déjame darte la mano
y recuerda el viento,
recuerda el viento.»
SI ALGÚN DÍA YO MURIERA
«Si algún día yo muriera, Dios no lo quiera,
y aún queréis saber de mí, aquí está mi testamento,
quedará escrito en el viento para quien lo quiera oír.
Dejaré, en estos cantos, risas y llantos,
mi alegría y mi pasión, son la prueba de que un día,
¡qué gran suerte la mía!, también tuve un corazón...
...con el que lloré y sufrí,
como a todos, la vida me hizo daño,
como a todos, me enseñaron los años
a querer y a olvidar, a cantar y a reír
y, ¡cómo reí!
Yo sé cuánto me quisiste
y sé que fue triste verme roto y sin fe,
si en mis días de locura sufriste mi amargura,
madre, ¡perdóname!
porque ahora que al fin puedo vivir sin miedo,
siento que tienes razón:
cada sol, cada latido, marca el ritmo y da sentido
a quien vive su canción.
Y sé que lloré y sufrí,
como a todos, la vida me hizo daño,
pero a todos nos enseñan los años
a querer y a olvidar, y, sobre todo, a reír
y, ¡cómo reí!
Si algún día yo muriera, Dios no lo quiera,
no lloréis mucho por mí, no me quitan lo cantado
y, contra todo lo esperado, morí cuerdo y fui feliz,
no me quitan lo cantado, aprendí a estar de mi lado,
morí cuerdo y fui feliz».
Concluyo este "cuelgue" anunciando que ÍÑIGO COPPEL presentará su nuevo disco el próximo día 21 de marzo en la Sala Libertad 8; que el disco se titulará "ÍÑIGO COPPEL EN EL OLYMPIA", y que se compondrá de las siguientes 11 canciones:
1 - IÑIGO COPPEL VIAJA A LA EDAD MEDIA
(Y EL ROCK AND ROLL SALVA SU VIDA)
2 - TANGO DEL AMANTE TRAICIONADO
3 - SERENATA PARA C.
4 - ¿ESTÁIS SEGUROS DE QUE ERA UN FASCISTA?
5 - ACABA CONMIGO
6 - EN EL OLYMPIA
7 - LAURA Y LAS DESVENTURAS DEL JOVEN COPPEL
8 - OIGA, QUE HUBIERAN ESTUDIADO
9 - RECUERDA EL VIENTO
10 - CAMBIANDO EL SISTEMA DESDE DENTRO
11 - SI ALGÚN DÍA YO MURIERA
Fotografiado o no... a veces pienso que somos marionetas al son de sus latidos. Voto por la de Jacques Brel, su versión como extra del disco. ¡¡SALUD!!
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