Hace unas semanas andaba yo buscando, en mis archivos, los créditos del disco "SI ESTUVIERAN ABIERTAS TODAS LAS PUERTAS", que grabó CARLOS CANO en 1983, para incorporarlos en la Web que con tanto amor están recreando sus hijas.
Pues bien, una vez encontrado el LP observé que los créditos no venían en la carpeta, sino dentro de ella, en un encarte, que se incluyó en la primera edición del disco, pero que no volvió a imprimirse en las siguientes ediciones, con lo que dicho encarte quedó prácticamente inédito y olvidado.
Pues bien, una vez encontrado el LP observé que los créditos no venían en la carpeta, sino dentro de ella, en un encarte, que se incluyó en la primera edición del disco, pero que no volvió a imprimirse en las siguientes ediciones, con lo que dicho encarte quedó prácticamente inédito y olvidado.
Curiosamente aquel disco de Carlos fue muy significativo para mí y para la entrañable amistad que mantuvimos. Fue un disco que nos unió mucho porque su salida coincidió con la edición de la biografía que escribí sobre él en la Colección «Los Juglares» y porque dedicamos muchos días y horas de trabajo compartido para presentar el disco y el libro en Madrid y, de alguna forma, difundir lo más posible el trabajo de Carlos fuera de Andalucía.
En el encarte incorporado a la carpeta del disco que, como antes decía, ha quedado como un documento inédito, además de los créditos referidos a la grabación, aparecían los textos de las canciones, y un extenso poema que le dediqué a Carlos y a su nuevo disco. También incorporamos una preciosa fotografía que seguidamente voy a intercalar en la copia del poema al que acabo de referirme.
Esta es la cubierta del la Biografía de Carlos, que publiqué
en la Editorial Júcar, Colección "Los Juglares".
Junto a ella aparece la invitación que creamos para la presentación del disco
que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el día 18 de octubre de 1983.
(La presentación, como puede verse en la fotografía, corrió a cargo de
Fernando Savater)
Fernando Savater)
Cubierta del disco de Carlos: "Si etuvieran abiertas todas las puertas".
e invitación que creamos para el concierto de presentación
del disco que se realizó, el 21 de octubre de 1983, en el ya no existente
Teatro Salamanca, de Madrid.
En el encarte incorporado a la carpeta del disco que, como antes decía, ha quedado como un documento inédito, además de los créditos referidos a la grabación, aparecían los textos de las canciones, y un extenso poema que le dediqué a Carlos y a su nuevo disco. También incorporamos una preciosa fotografía que seguidamente voy a intercalar en la copia del poema al que acabo de referirme.
«Por encima del tiempo y el espacio;
por encima de estructuras, intereses y sistemas,
en la raiz del hombre y de lo humano,
cuando menos se espera.
o tal vez,
cuando uno empieza a sentir
el cansancio de la espera,
surge el SILENCIO.
Y en el silencio hoy de nuevo, la ESPERANZA,
y el sueño, y la fe, y la UTOPÍA.
Y en el silencio la visión conmovedora
de una puerta,
una sólida y desafiante puerta, cerrada desde siglos,
que cobra ligereza en su apertura;
y con ella mil puertas que se abren,
¡todas las puertas!
de palacios y chavolas,
de cárceles, manicomios y vecinos,
la puerta del amigo y también del enemigo,
tu puerta y mi puerta,
todas nuestras puertas:
corazones que laten, que palpitan.
¡Ay!
¡si estuvieran abiertas todas las puertas!...
¿Qué pasaría?
... y el sueño, la fe y la esperanza continúan...
(¡Necesito creer en la utopía!...).
Pasarían la libertad, el cariño y la ternura,
la ilusión vestida de sonrisa,
el beso y la caricia sencilla y transparente,
el refugio de unos ojos, la armonía,
el amor: aliento de la vida.
Pero el tiempo y el espacio con frecuencia me encadenan,
y surge de nuevo ante mí, lo inevitable:
la insensibilidad y el miedo,
la desconfianza y el agobio.
(¿Por qué hemos amordazado la utopía?).
Y las puertas se cierran en mi cara,
se alquilan porteros y guardias que vigilan,
se sofistican los sistemas del blindaje,
urge la “mirilla” descarada y espiante,
surge la soledad y el abandono,
la mediocridad y el “ha salido, no está en casa”,
lo mío y lo tuyo,
lo de dentro y lo de fuera,
el de arriba y el de abajo...
... y, mientras tanto, la historia,
Pero en la historia
aún laten con su magia y con su grito,
y también con su aparente y hasta molesta e inexplicable locura,
los profetas,
y con ellos irresistible e imperecedera,
de nuevo la esperanza, el sueño y la utopía.
¿Que he ser el cantor popular, sino un profeta?
Carlos Cano, hombre y cantor, en su trabajo,
nos reafirma en su ya madura profecía.
Por encima del tiempo y el espacio,
por encima de estructuras, intereses y sistemas,
él se atreve a tomar su propia entraña,
traducida en palabras de silencios,
y en un gesto de generosa apertura,
con fuerte brazo y en grito desgarrado,
en la plaza pública la tiende,
a las miradas
y también a las pisadas
de todos los que pasan.
“Si estuvieran abiertas todas las puertas”;
nueve canciones y una despedida,
una declaración de fe en la esperanza,
en el sentimiento,
en el sueño,
en la utopía...
¡He aquí una puerta que se abre!.
Cruza su umbral,
pasa y siente...
¡He aquí al hombre!...
Y ahora escucho su voz:
“Amor mío, adiós,
despierta del sueño”.
... y una sólida y desafiante puerta,
cerrada desde siglos,
definitivamente hoy cobraba ligereza en su apertura».
(FERNANDO GONZÁLEZ LUCINI)
Este disco: "Si estuvieran abiertas todas las puertas", fue especialmente importante para el cantor granadino porque cerró una etapa de su obra –fue su último disco grabado en Movieplay-Gong– y, a partir de ahí, se produjo su relanzamiento artístico con la compañía CBS, a través de su primer "Cuaderno de Coplas" (1985).
Vinculado también al disco al que hoy me estoy refiriendo se produjo otra anécdota curiosa e interesante: Para conmemorar la edición de la biografía y del disco, editamos un aguafuerte numerado – de tirada limitada– que compartimos con algunos amigos y amigas comunes. El aguafuerte, creado por el escultor AMADEO GABINO y estampado por FERNANDO BELLVER, fue le siguiente:
La imagen del aguafuerte representa una puerta que se abre a la posibilidad de la luz y de la UTOPÍA; y se acompaña de dos fragmentos poéticos manuscritos: El de la parte superior corresponde a mi poema, antes copiado; y el de la parte inferior es un fragmento tomado de la canción "La estrella perdida", tercer corte del disco de Carlos "Si estuvieran abiertas todas las puertas".
«Por encima del tiempo y el espacio;
surge el SILENCIO.
y en el silencio hoy de nuevo, la ESPERANZA,
y el sueño, y la fe, y la UTOPÍA.
Y en el silencio la visión conmovedora
de una puerta,
una sólida y desafiante puerta, cerrada desde siglos,
que cobra ligereza en su apertura».
(FERNANDO GONZÁLEZ LUCINI)
«La utopía
abrirá las fronteras
que al mundo separan
de la inmensidad».
(CARLOS CANO)
Para concluir este "cuelgue" os invito a escuchar la canción "La estrella perdida" que en realidad fue la canción inspiradora de todo cuanto hoy he recordado y rescatado. Podéis escucharla en este enlace de "goear".
Como ya lo he hecho otras veces, aprovecho que vuelves a recordar la figura de Carlos Cano en tu blog, amigo Fernando, para rescatar una copla más de carnaval, de las muchas que se le han dedicado al granadino a lo largo de los años aquí en Cádiz. En esta ocasión se trata de un tango del coro del año 1996 "El chichibolo", con letra de Antonio Miranda y música de Antonio Martín (el denominado Coro de la Viña, vaya, que en más de una ocasión acompañó a nuestro añorado Carlos en sus galas y sus grabaciones), y dice así:
ResponderEliminarLlegaron de Manhattan
a la Taza de Plata
las notas tristes de una habanera,
y una oración de Cai salió,
pidiéndole al Supremo:
que no se muera, que no se muera.
Él cielo tomó nota
y le tendió una mano,
dando una nueva vida
a la figura de Carlos Cano.
Me dijo a mí el levante que allí
te dio tiempo de soñar
que paseabas por los jardines de tu Granada
y que otro sueño te trasladaba
a Cai un día de carnaval.
La Tacita y Graná...
eso sí, querido coplero,
que es de por vida una enfermedad.
Dicen que tu corazón,
en su interior, estaba partío en dos,
no veas tú qué papeleta,
y tendrías que ver la cara del doctor
que al abrir tu corazón vio la Alhambra y la Caleta.
"No podemos remediar ese dolor",
te dijeron los doctores,
"puede usted volver mañana a su rincón
porque en nuestra profesión
no curamos mal de amores;
piérdase por Granada una vez más
y otra vez en Cai podrá soñar;
regrese a su Andalucía,
tierra sufría, que es la que cura
los corazones, los corazones.
P.D.: A ver si un día de estos te mando por mail una curiosidad relacionada con Carlos, Fernando, que quizá ya conozcas, o quizá no. Veremos, jeje.
maravillosa entrada, maravillosos recuerdos, maestro
ResponderEliminarbrutal disco y ese magnífico poema está a la altura de esa obra de arte.
es nuestra historia, la belleza que nos hizo mejores, entre otras bellezas que nos ayudaron a ser mejores, y que cada vez que lo revivimos -los discos, los libros, siempre están, vigentes y hermosos, nuevos siempre- sigue haciéndonos más luminosos