Luis Eduardo Aute. (Fotografía de Antonio García Flores). |
Cualquier día tengo que hacer en el blog un monográfico dedicado a Luis Eduardo Aute, será sin duda una aventura apasionante por varias razones; la primera porque su recorrido artísticos como poeta, como compositor, como intérprete, como pintor... es, y ha sido siempre, de una extraordinaria riqueza; en segundo lugar porque Eduardo es un ser humano de una tremenda sensibilidad, porque posee una identidad profundamente solidaria, y, sobre todo, porque a él me une una buena amistad. (Recuerdo lo entrañable que me resultó el tiempo que dediqué, en 1987, a escribir su biografía por encargo del Círculo de Lectores; biografía que se publicó en la colección "Testimonios musicales", acompañada de tres discos con una selección de sus mejores canciones).
Aunque tengo esa tarea pendiente, hoy he pensado traer a este apartado del blog –al que he bautizado con el nombre de "Carátulas con historia"–, el segundo single que Eduardo grabó y publicó en 1967.
Hay que recordar que Aute empezó a componer sus primeras canciones en 1966 y que, en un principio, cuando las compuso, no pensaba en ser él quien las cantara; de hecho, la mayoría de esas primeras canciones las cantó y las grabó Massiel, antes que él, arregladas por Juan Carlos Calderón. (De Massiel también hablaremos largo y tendido próximamente).
El caso es que, en 1967, Luis Eduardo Aute, presionado por la discográfica RCA, grabó su primer single con dos canciones: "Don Ramón" y "Made in Spain"; single al que le siguieron otros cuatro, editados entre 1967 y 1968. El segundo de aquellos singles fue el siguiente:
En este segundo single, fechado en 1976, Aute incorporó dos canciones: "Mi tierra, mi gente" y "Ojos".
«Imagínate una tierra con infiernos en el aire
donde la luz es blanca,
donde la flor es sangre,
donde la mano es alma
en secos pedregales.
Imagínate a Castilla, que no sabe de montañas.
Así es mi tierra,
así es mi gente.
Así es mi tierra,
así es mi gente.
Imagínate la sardana con las manos agarradas
y al Ampurdán fecundo
donde el Vallés es raza,
donde el Mediterráneo
es un color en calma.
Imagínate cuatro retos que amenazan a su cielo.
Imagínate una tierra donde África es hermana,
donde la gente bebe
en la Semana Santa,
donde la muerte es gloria
cuando la fiesta es brava.
Imagínate a Venus con sonrisa de gitana.
Imagínate a Galicia como un húmedo aquelarre
donde la mar es tumba,
donde las meigas plañen,
donde las nubes claman
con lágrimas salvajes.
Imagínate unos verdes como rías de esmeralda.
Imagínate unos hombres que no creen en las mentiras
cuando el vino es la fiesta,
cuando el padre es la vida,
cuando el Sol es sombrero,
cuando Dios es justicia.
Imagínate una ermita con campanas que no tañen»
("Mi tierra, mi gente").
«Ojos que el tiempo ha borrado su brillo,
ojos tan tiernos que aún no se han visto,
ojos que aman, ojos que odian,
ojos que miran pero no ven.
Ojos que buscan la luz escondida,
ojos que se hallan en otras pupilas,
ojos helados, ojos ardientes,
ojos que matan con el desdén.
Hay tantas formas de mirar,
qué poco valen las palabras.
Ojos que nada dejan oculto,
ojos hundidos en sueños profundos,
ojos que dudan, ojos que aceptan,
ojos que no saben llorar.
Ojos que tiemblan heridos el miedo,
ojos que vieron morirse los cielos,
ojos que lloran, ojos que ríen,
ojos que, aún vivos, descansan en paz».
Los "ojos", a partir del día en que compuso la canción anterior, siempre han estado muy presentes en su universo perceptivo y en sus creaciones plásticas; ojos de una gran belleza, que inspiran ternura, que interpelan, que permanecen siempre vigilantes, que son apasionados y que, de alguna forma, desvelan la curiosidad, la profunda vida interior, y la actitud siempre "visio-acariciante" de la realidad que caracterizan a Luis Eduardo.
Permitidme que hablando de los "ojos", concluya este cuelgue con un dibujo que cariñosamente creó Aute para ilustrar la cubierta del primer tomo de mi libro "Veinte años de canción en España. 1963-1983" (Grupo Cultural Zero, 1984); obra de la que me hablan, también cariñosamente, muchos visitantes del blog –cosa que agradezco en el alma–; y que ha sido, sin duda, uno de mis trabajos mas apasionantes.
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