Jesús Garriga. (Fotografía de Inés Poveda). |
En la presentación que realizó JESÚS GARRIGA de su nuevo disco "AL FINAL DEL VERANO", el pasado día 2 de febrero, en la Sala Libertad 8 –concierto en el que cantaron con él Manu Míguez, Fran Fernández, Alicia Ramos, Marino Sáiz, Julián Bozzo, Daniel Hare, Ari Jiménez, Marwan, David Moya y Alejandro Martínez– se planteó un interrogante en torno a lo que puede significar, dentro del vocabulario discográfico, el término EP –que es lo que "oficialmente" Jesús acaba de editar–.
Parece ser que un EP es un disco que está a medio camino, respecto a su duración, entre un "single" y un LP; un "single" suele tener dos canciones –todo lo más cuatro–, un EP seis o siete, y un LP diez o más canciones... Al final, basándose en lo anterior, la mejor aclaración y definición de lo que es un EP, nos la dió Garriga: si a un LP se le atribuye la categoría de "disco" porque tiene, por ejemplo, doce canciones; a un EP, que tiene seis, se le podría llamar sencillamente "medio disco", y ¡todos tan contentos!.
Empiezo este "cuelgue" con el planteamiento y "rollete" anterior para afirmar, desde mi experiencia –y pa'que se entere JESÚS GARRIGA– que "Al final del verano", para mí, después de escucharlo, es UN "LP" EN TODA REGLA... No me estoy volviendo loco...., ¡me explico1:
Llegué a mi casa, después del concierto de presentación, escuché las seis canciones del llamado EP, y pasados sus 19 minutos de duración me quedé tan "emocionao" que aquello me "sintió a muy poco" y decidí, sin pausa, volver a iniciarlo y a redisfrutarlo intensamente... ¡Y cómo lo disfruté!... O sea que en mi primer encuentro con "Al final del verano" escuché y gocé 6 + 6 canciones, o sea 12, ¡que son las que suele tener un LP!... Por eso para mí "Al final del verano" no es "medio disco", ¡no!, es un "discazo de la hostia"; un discazo EsPléndido.
Realizada esa aclaración, entremos en el disco.
Hace unos días afirmaba que hay discos que me gustan, y que considero "buenos"; otros que me "emocionan", y que para mí son "muy buenos", y finalmente otros que consiguen "conmoverme" y que guardo en mi universo sonoro como "imprescindibles". Pues bien este "Al final del verano", de Jesús Garriga ha entrado a formar parte de esos discos que para mi son "imprescindible".
Vayamos por partes. Para empezar hay que afirmar que JESÚS GARRIGA es, sin duda, uno de los "cantauores" más auténticos que poseemos en este país; auténtico en el sentido de su conocimiento y de su dominio creativo del género que llamamos "canción de autor"; y auténtico respecto a su credibilidad personal. Lo que Jesús canta es indiscutiblemente creíble: son latidos y sentimientos de vida realmente vivida, de vida soñada por vivir, y de una honestidad cantada evidente. Lo fue en su primer disco "Hijo del sol" (2006), lo siguió siendo en "Al[h]ambre" (2001), y ahora lo derrocha en "Al final del verano".
Jesús, por ejemplo, en su nuevo disco demuestra su gran capacidad para hermanar y fundir la palabra y la música de formas totalmente armónicas, o sea, para darle forma armónica a esa magia consistente en que la palabra se haga música y la música se revista de palabras. Escuchando cantar a Jesús se percibe ese abrazo necesario entre la palabra y la música de tal forma que ambas se sienten mutuamente como necesarias –como amantes hermosamente complementarias–; no encuentras una sola palabra que desarmonice con la guitarra, con el piano, con el violín o con las percusiones; ni una nota musical o un acorde que sobre, o que pretenda volar innecesariamente a su aire.
En esa magia y en ese arte de crear e interpretar canciones, Jesús en este disco ha contado con un gran equipo –grande por la calidad– encabezado por la genialidad de Gonzalo Lasheras –que ha realizado la producción, las mezclas, la masterización y ha tocado la guitarra, el bajo, la pandereta y lo que fuera necesario– y con la participación de Tito Dávila, Marino Sáiz y Nerea Nekan.
Jesús Garriga. |
Respecto a los textos de las canciones, pues más de lo mismo, "canción de autor" en "estado puro": PoÉtica de la cotidianidad. Sentimientos y latidos de amor esperanzado y de naufragios de luz. El canto a la tierra como gesto y expresión de identidad, en este caso isleña. La razón utópica compartida y el compartir las alas. Un pacto de eternidad sabiendo ser mortales. O el amor tierno, sencillo y real al «viejo oficio de cantar».
Podría alargarme mucho comentando, uno por uno, los textos de las nuevas canciones-poemas de Jesús Garriga –bajo mi punto de vista de las mejores que ha escrito hasta el momento–; pero no voy a hacerlo. Lo mejor es comprarse el disco y sentirlas, gozarlas, y dejarlas volar por dentro. ¡Disfrute y placer asegurados!
No obstante para concluir este "cuelgue" no puedo resistirme a copiar –sin comentarios– un texto, y a proponeros la escucha de una canción, la misma que colgué hace unos días en el "buen día" de mi muro de facebbok.
PARA "LEER", DE MOMENTO,
SI TODAVÍA NO TIENES EL DISCO:
«La espalda no engaña los años
duelen canciones, equipaje de mano
jode saber que con suerte hay noche de hotel
Y aunque fuera haga fútbol, y lluvia de invierno
y la gente se olvide de garitos pequeños
y aunque cuesta cantar con los ojos abiertos
te cuento
que hoy canté casi bien y lloraron
vendí cuatro discos a seis gatos
cobré, hice cuentas, cubrí gastos
la noche fue un regalo
ya vuelvo amor, cansado
Dices que no es para tanto
yo siento más torpes mis manos
insistes que siga soñando
que siga en el tren.
Que aunque fuera haga fútbol, y lluvia de invierno
y la gente olvide a cantautores pequeños
y aunque cuesta esperar con los ojos abiertos
te espero
Que también canté y lloraron
vendí cuatro discos a seis gatos
la noche fue un regalo
ya vuelve amor
despacio.
Que aunque fuera haga fútbol...».
("Aunque fuera haga fútbol")
PARA "VER Y ESCUCHAR", DE MOMENTO,
SI TODAVÍA NO TIENES EL DISCO:
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