Hoy quiero que entre por la puerta grande de este blog, donde CANTAMOS COMO QUIEN RESPIRA, una obra extraordinaria. Sin duda, el disco más bello que se ha grabado, hasta el momento, a lo largo de 2011; me refiero al titulado "Blaus de l'ànima" ("Azules del alma"), interpretado por Maria del Mar Bonet y Manel Camp.
Pero antes de presentarlo y de comentarlo, quiero contar una experiencia personal que, de algún modo, se relaciona con esta obra. Me ocurrió hace tiempo –allá, por los años ochenta– y fue una experiencia muy importante –yo diría que crucial– para mi vida.
Un buen día de 1983, de esos que uno se siente bien y relajado –sin que nadie ni nada pueda interferirte– decidí encerrarme en mi mundo interior para escuchar algunos de los discos que más amo; uno de ellos fue –y sigue siendo– "Jardi Tancat", de Maria del Mar Bonet. Escuchándolo aquel día, como siempre que lo hago, hubo una canción que me sedujo especialmente: "El pi de Formentor" ("El pino de Formentor"); canción basada en un poema de Miquel Costa i Llobera, musicalizado por Maria del Mar y Lautaro Rosas.
Mon cor estima un arbre! Més vell que l'olivera,
més poderós que el roure, més verd que el taronger,
conserva de ses fulles l'eterna primavera,
i lluita amb les ventades que atupen la ribera,
com un gegant guerrer.
¡Mi corazón ama a un árbol! Más viejo que el olivo,
más potente que el roble, más verde que el naranjo,
en sus hojas conserva la eterna primavera
y lucha con los vientos que arrasan la ribera
cual un guerrero gigante.
Aquella canción me atrapó, como casi siempre que la escucho, pero aquel día me ocurrió algo distinto, yo diría que muy especial... Mi imaginación, de forma totalmente inconsciente, se echó a volar y me monté una historia que después me ha marcado bastante. Os cuento.
Me imaginé a un personaje solitario y muy bello: era la "música" –tocaba y tocaba sin parar–; poco tiempo después apareció la "palabra" –hermosa y desnuda–, que sensual e irresistiblemente atrapada por la "musica" se acercaba lentamente hacia ella...; la palabra, feliz, casi extasiada, se acurrucó muy cerquita de un "do-re-mi"; parecía que se iba a dormir, pero no, de repente se incorporó airosa, esbelta, entonada...; se abrazó a la música y se echó a cantar...; en aquel instante "la palabra se hizo música"..., y nació la canción.
A partir de ese día, aquel juego imaginativo no ha dejado de perseguirme... A los pocos meses inicié un programa de radio, en Radio Popular, que duró cinco años, y le llamé "...Y la palabra se hizo música"; años después escribí una especie de enciclopedia sobre la canción de autor y le puse ese mismo nombre; en marzo de 2007, monté una exposición en Cartagena de Indias (Colombia) con motivo del IV Congreso Internacional de la Lengua Española y le llamé así: "...Y la palabra se hizo música".
Es más, cuando cumplí el quinto aniversario del programa radiofónico antes citado, el gran creador plástico Dimitri Papagueorgiu me sorprendió con este grabado creado y estampado por él, que utilizamos como regalo-invitación para la fiesta que celebramos.
He contado todo lo anterior, para decir y para explicar que con el espectáculo –y ahora con el disco– "Blaus de l'ànima" ("Azules del alma"), de Maria del Mar Bonet y Manel Camp, reviví la misma experiencia imaginativa y fantástica.
Fue el 19 de febrero, de este mismo año, en el Teatro Madrid. Aquel día tuve la suerte de asistir a la presentación de "Blaus de l'ànima" –que recientemente se ha repetido en la Sala Galileo, también en Madrid–; y es curioso, volví a revivir la misma experiencia de veinte y ocho años atrás con "Jardi Tancat", pero ahora de forma más intensa.
Se apagaron las luces del patio de butacas; un foco de tonalidades azules iluminó el piano de cola que permanecía silencioso en el escenario, y apareció la "música"...; Manel Camp empezó a inundarnos placenteramente con su belleza y con su sensibilidad...
Manel Camp. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
Poco tiempo después irrumpió la "palabra"... Maria del Mar Bonet –bellísima– se acercó a la "música" y acarició el piano silenciosa...
Manel Camp y Maria del Mar Bonet. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
Y, de repente, Maria del Mar se hecho a cantar; y volvió a producirse el gran milagro: "la palabra se hizo música" en la voz incomparablemente hermosa, limpia, entrañable y acariciadora de ella, de "La Bonet".
Ahora, aquel incomparable espectáculo ha aparecido grabado en un doble CD editado por PICAP... Poco me queda por decir de este nuevo disco...: es la esencia de la palabra y de la música abrazadas con apasionamiento; es la feliz y necesaria irrupción de la belleza contra la violencia y la crueldad; es el triunfo de la sensibilidad frente a la mediocridad; es el azul desintegrando grises y abriendo esperanzas; es la consagración de Maria de Mar y de Manel como dos grandísimos profesionales; es la demostración más tangible del triunfo de la simplicidad, no hace falta mucha parafernalia para montar un concierto de extraordinaria calidad ...
Foto de cubierta de Juan Miguel Morales. Diseño de Estudi Juste Calduch. |
Sí que quiero mencionar, antes de concluir este "cuelgue", el origen creador de algunas de las palabras poéticas que se han hecho música en "Blaus de l'ànima" gracias a Maria del Mar y a Manel; me refiero a textos de Maria Mercè Marçal, Joan Salvat-Papasseit, Josep Palau i Fabre, Joan Alcover, Barbara, Serrat, Miquel Ángel Riera, George Gershwin, Guillem D'Efak, Lluis Serrahima, o de la propia Maria del Mar Bonet, entre otros.
En fin, ahí os dejo una maravillosa recomendación que seguro que os va a proporcionar buenos momentos de gozo y de felicidad auditiva...; recomendación creo que oportuna y necesaria en los tiempos que corren.
Me apasiona la voz de María del Mar Bonet, como bien dices una voz incomparablemente hermosa, limpia, entrañable y acariciadora.
ResponderEliminarAún me da escalofríos escuchar L'aguila negra :)
un abrazo
Error al traducir
ResponderEliminarEl titulo en castellano es "Moratones del alma"