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martes, 3 de enero de 2012

TROVEROS DE ASIETA. ¨VEINTE ANIVERSARIO"

«TROVEROS DE ASIETA» es un grupo musical nacido en Santa Cruz de Tenerife en 1991. Inicialmente surgió planteándose como objetivo artístico la recogida y el rescate de la música tradicional; centrando, fundamentalmente, su atención en los ritmos y en los cantes de «ida y vuelta», es decir, aquellos que fueron surgiendo en las Islas Canarias como consecuencia de la emigración, en particular hacia El Caribe.

Posteriormente, permaneciendo fieles a ese objetivo, los "Troveros" han experimentado una muy profunda y aplaudible evolución, navegando desde su fiel pasión hacia la más pura música tradicional, al encuentro y a la fusión con otras formas de expresión musical, entre ellas la "canción de autor",

Trayectoria a través de la que nos han dejado cinco discos absolutamente recomendables: «Tradicional» (1994), «Vamos a hacerlo bueno» (1997), «Siempre sonriendo» (2001), «Bailando con Lecuona» (2004) y «Aquí en la isla» (2008)

Ahora, celebrando su "20 aniversario", "Troveros de Asieta" nos ofrecen su último trabajo –bello e impecable– compuesto de un CD recopilatorio de algunas de sus más conocidas canciones; un segundo CD grabado en directo en el Teatro Leal, de La Laguna (Tenerife) –el 25 de marzo de 2011– con la participación de Lucrecia, Olga Cerpa, Fabiola Socas y Pancho Amat, y un DVD en el que podemos disfrutar de dicho concierto.

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Hace unas semanas, Francis Concepción –amigo y, en gran medida, alma del grupo–, me llamó y me pidió que escribiera un pequeño texto para incluirlo en la carpeta del nuevo CD... ¡Ha sido un enorme placer hacerlo!... Me senté al ordenador y esto fue lo que escribí:


«Es difícil resistirse al hechizo de los “Troveros de Asieta”, o no dejarse atrapar por el encantamiento que proyectan y contagian su música y sus canciones, y lo es por varias razones. 

La primera, sin duda, por la calidad de su trabajo; calidad en la investigación que realizan sobre las raíces, o la quintaesencia, de la música latina –en la que fundamentan, en gran medida, toda su obra–; y calidad en sus interpretaciones, ¡magníficas!, de gran belleza, y, siempre, durante 20 años –con este disco celebran su 20 aniversario– en un proceso eficaz y conseguido de permanente superación.




Pero además, el irresistible atractivo de estos “troveros” canarios radica también en su negación al «encasillamiento», es decir, en su visión y práctica universalista –sin fronteras– de la música popular; para ellos, el origen o la identidad de los ritmos o de los géneros musicales que recrean e interpretan –sean de ida o de vuelta, de aquí o de allá– confluyen y se hermanan en un único lugar de encuentro: «la belleza»; una belleza alegre, festiva, fresca, viva y solidaria.

Los “Troveros de Asieta” en sus discos y en sus conciertos, lo mismo te sorprenden –y te alegran la vida– con una guajira, un son, un bolero, una habanera o una guaracha; como te arrancan a bailar y a soñar con Ernesto Lecuona; o le cantan a Neruda en «Aquí en la isla» –de la mano de Rogelio Botanz–; o te ponen “patas arriba” la contestación –al estilo de los más clásicos “cantautores”– reivindicando con apasionamiento, por ejemplo, los “derechos de la mujer” –en el canto solidario de Gloria Martín y Alberto Gambino–, o el “valor de la igualdad” en «Qué importan las diferencias», del cubano Juan de Marcos González. 

Pero es que además –durante estos últimos 20 años– en torno a estos “troveros” ha girado mucho –y de lo mejor y más solidario– del “canto popular” en lengua castellana; ahí han estado, uniéndose a su cantar, presencias tan significativas como Los Sabandeños, José Antonio Ramos –¡qué grande y que presente!–, Luis Morera, Manolito Simonet, Lucrecia, Pancho Amat, Olga Cerpa, Fabiola Socas, Martirio, Albita Rodríguez, Luisa Machado, Andrés Molina o Eva de Goñi.

En fin, como decía al principio, sometido al hechizo y al encantamiento que me provocan los “Troveros de Asieta”, celebro la salida de éste, su sexto disco, en el que además se pone a prueba y se manifiesta algo que ha sido otra constante de su trabajo –y que es muy importante– me refiero a la coherencia sonora y sensitiva que existe entre sus discos de estudio y el directo. Nunca olvidaré dos de sus conciertos en Madrid a los que tuve la suerte de asistir: en 2001, en la Sala Galileo Galilei, y, en 2004, en la Casa de América; pues bien, ahora tenemos la oportunidad de escucharlos en directo en el Teatro Leal de La Laguna... ¡Señores, señoras, siéntense y escuchen!...; son los “Troveros de Asieta”...; ¡disfruten!...; y si quieren –se lo recomiendo– échense a bailar...».


¡MALDITAS GUERRAS 100 + 100 + 29

Hace poco más de 48 horas que empezó eso que llamamos "año nuevo", y de novedad poco...; volvemos a la misma trágica y lamentable historia... Ayer por la noche me asaltaban los periódicos –nos asaltaban– con la siguiente noticia:


Órdago iraní: 

la Armada lanza un misil tierra-tierra 

en sus prácticas navales(EL MUNDO)

Irán defiende su plan nuclear 

con pruebas de su poder militar. (EL PAIS)




Ante esta noticia, insultante para la inteligencia humana –especialmente para la de aquellos ciudadanos del mundo que amamos la paz, me vienen a la mente cientos de razonamientos, reflexiones, indignaciones, denuncias... Ya son 229 "cuelgues" gritando: ¡¡¡¡MALDITAS GUERRAS!!!!... Pero no, hoy no voy a decir mucho con la palabra, voy a decir todo lo que pienso y siento con una imagen. Esta:


¡¡¡¡MALDITAS GUERRAS!!!!


lunes, 2 de enero de 2012

QUINTÍN CABRERA III - TODA UN VIDA DE CANCIONES Y DE SOLIDARIDAD

Quintín Cabrera.


En 1979, ya en Madrid, Quintín se encontró con Manuel Domínguez, crítico musical y amante apasionado del folk y de las músicas del mundo, que, en aquel momento, había puesto en marcha un magnífico e intachable sello discográfico llamado «Guimbarda».

Manolo le propuso grabar su cuarto disco en su nuevo sello, y así fue como nació la que personalmente considero la obra más completa e interesante de Quntín Cabrera: la titulada «Un largo abrazo de agua» (Guimbarda, 1979).

En aquella ocasión, Quintín volvió a rodearse de un magnífico equipo de músicos y de colaboradores que intervinieron en la grabación de forma absolutamente solidaria: Fausto Díaz Bordado –que se responsabilizó de los arreglos y de la dirección musical–, Luis Pastor, Bernardo Fuster, Teresa Cano, Paco Morote, Kinito, Pascual Villaescusa, Luis Mendo, Rafael Puerta, Gonzalo Ferrari Prezioso, Nito Corrazo, Eduardo Hernández Videla, Gladys Cabrera y el inolvidable Rufo, que tan importante fue para nuestra música popular y tanto hizo por ella.



Respecto a las canciones de aquel disco, hay que decir que todas fueron compuestas, música y letra, por Quintín, menos la titulada "Amor que tens ma vida", canción basada en una melodía provenzal del siglo XVI; bellísimo tema, hermosamente tierno, que fue el primero que el cantante uruguayo aprendió tras su llegada a Cataluña.

Entre las canciones originales integradas en «Un largo abrazo de agua», me voy a permitir resaltar la titulada «Asesinos del paisaje»; canción que Quintín explica y sitúa como sigue:

«Una empresa constructora de Barcelona (omnipresente en todos los barrios) se anunciaba mediante un cartel que reproducía un plano de la ciudad y sobre éste una mano gigantesca. Terrorífica. Y terrorífico porque la ciudad ha sido pasto durante muchos años de los especuladores que han derribado edificios singulares e históricos sin más ánimo que el lucro, arrasando zonas verdes a su paso. Esperemos –decía entonces, recién elegido alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galvánque con el triunfo de las izquierdas en la alcaldía, la ciudad pueda a volver a ser u hermoso lugar para vivir».


«Los diminutos mercaderes de la angustia,
asesinos del paisaje ciudadano,
como Atilas modernos, devastando
sobre nuestra ciudad meten la mano.
Son brujos que se sacan de la manga
permisos y leyes especiales,
están presentes en todas las esquinas
y para todo siempre tienen llave.


Matan parques, jardines y esperanzas.
A su merced están las calles asustadas.
Fabricando ciudades depresivas,
construyen nichos gigantes con ventanas.
Impunes en los años del fascismo,
tampoco les va mal la democracia:
pueden ser senadores o ex-ministros,
presidentes de club, según su talla.


Son una especie que, a pesar de su plumaje,
de tener un magnífico presente
y de gozar de los placeres de la vida,
se asegura su extinción próximamente.
Sus mejores aliados son los duros,
rinden culto al oro, metal divino.
Sus peores enemigos, ya se sabe,
son las asociaciones de vecinos»


Entre 1979 y 1995, haciéndole frente a la llamada crisis de los cantautores que se produjo tras la transición democrática española, Quintín Cabrera siguió componiendo canciones, ofreciendo sus recitales –muchos de ellos en solidaridad con alguna causa justa y necesaria– y, sobre todo, implicándose en todo tipo de iniciativas que tuvieran que ver con el mundo de la música y de la canción de autor, del que nunca dejó de ser un militante activo y apasionado.

Una de aquellas iniciativas que, en su momento, resultó útil e interesante fue la fundación del llamado Centro de la Canción ZECA, en recuerdo al grandísimo creador portugués José Zeca Afonso.

Aquel centro surgió, fundamentalmente, como una plataforma reivindicativa del género de la «canción de autor», y, en esa misma línea, como punto de encuentro para aunar el esfuerzo de los cantantes respecto a la apertura de canales, o de espacios, para la expresión y la difusión de sus creaciones. (En realidad Quintín, en aquel momento, puso en marcha una iniciativa que tiene mucho que ver con el Centro de Documentación de la Canción de Autor que ahora estamos intentando crear en colaboración con el Ayuntamiento de Rivas).

En 1995, al tiempo que realizó un intenso trabajo como secretario de ZECA, Quintín grabó y reapareció en el mundo discográfico con un nuevo disco al que llamó «Plenilunios», obra arreglada y dirigida musicalmente por Andrés Bedó, en la que colaboraron, entre otros artistas y amigos, Javier Bergia, Pablo Guerrero, Eliseo Parra, Luis Pastor y José Antonio Labordeta.



Seis años más tarde, en 2001, Quintín Cabrera decidió hacer una especie de síntesis musical del camino recorrido, que concretó en la edición de un CD en el que volvió a interpretar dieciséis de sus canciones más significativas.

Aquel trabajo, titulado «Casi, casi, una vida», se grabó en la sala Manuel de Falla de la Sociedad General de Autores y Editores, en Madrid, con Eliseo Parra como coproductor.

El periodista Xabier Rekalde –amigo entrañable, lamentablemente fallecido–, tras escuchar el nuevo disco de Quintín, escribió una reseña a la que tituló “Una vida en canción”; reseña que me permito reproducir a continuación porque considero que nos ofrece una magnífica síntesis de la obra y de la personalidad de este poeta y cantor uruguayo, bondadoso, solidario y de sensibilidad desbordante:

«Quintín Cabrera –escribía Xabier– ha cocinado un álbum fresco y sentido con los restos vivos de la batalla: es un relato de lo que ya está hecho, y también de la persecución de los imposibles que tenían que haber sido.

Está levantado en la pequeña vida cotidiana, en ese rinconcito personal que sólo los tozudos han sabido hacer diferente, aunque haya salido regular, y sólo sea el refugio que les permite respirar más a gusto entre las nubes del pensamiento tóxico.




Es un disco emocionado de la ruta inacabada de este cantor montevideano que ha replicado a todas las soberbias, en Barcelona, en Sevilla, en Madrid, allá donde su travesía ha tenido hueco para depositar los recortes mellados de su inmensa humanidad, las cosas de aquí con rimas de otro mar, con la cadencia aromática de su infancia y con la rabia y la ternura crecidas y aseguradas por los años. Lo hace en el castellano viajero que ha ido cuidando en su inquieta mesilla nocturna; y en el catalán, porque es una lengua suya y de sus hijos.

Este es un disco hilado con estambres delicados, con casimires rítmicos que avivan unos arreglos espontáneos y sutiles. Hay muchas manos en la trastienda amorosa de esta obra. Hay instrumentos y voces amigas. Y se notan el pulso y las caricias felices de la cabeza organizadora más creativa de esta témpora seca: la de Eliseo Parra. Y hay un mundo de colores breves, francos, enteros, que son los que corresponden a las palabras, los que subrayan mejor su intención. Quintín nos ha devuelto un pasado que andaba escondido, y se nota como presente. Y pienso en alto: el amor y el combate son la misma cosa. Es casi, casi, una vida, cantada haciendo repaso sentido de la retaguardia de todas las experiencias, que es el espacio donde realmente han sucedido».

domingo, 1 de enero de 2012

¡MALDITAS GUERRAS 100 + 100 + 28

En mitad de este primer día del año que está siendo para mí especialmente entrañable, imposible dejar de gritar: ¡MALDITAS GUERRAS!... 

Hoy me he encontrado con este graffiti que no está nada mal para empezar el año:



¡Es magnífico!... En esto no habían pensado los autores del Kamasutra... Pues nada, esto es lo que tendremos que hacer a lo largo de todo el año; si adoptamos una buena postura contra la guerra haremos el amor maravillosamente... 

Lo malo es que los que están sufriendo ahora mismo las guerras y sus consecuencias, lo estarán pasando muy mal, terriblemente mal... Por eso, aunque el texto del graffiti me gusta, yo plantearía otro alternativo y paralelo: "ADOPTA UNA BUENA POSTURA CONTRA LA GUERRA PARA QUE LOS QUE LA SUFRAN PUEDAN DISFRUTAR MUY PRONTO DEL AMOR"... En eso estoy, en eso estamos....

¡¡¡¡¡MALDITAS GUERRAS!!!!!

PASIONES Y CANCIONES COMPARTIDAS... ELLA SE LLAMA «JARA EVOHÉ»


Su padre, cuando nació, le puso Jara, como el cantor chileno; y ella le arrebató a un poema de Pablo Guerrero su apellido de "batalla": Evohé –palabra de origen etrusco que significa algo así como: "¡VIVA LA VIDA!"... JARA EVOHÉ, "¡mi amiga del alma, amiga!", a la que un buen día me encontré entre sueños y canciones amadas y compartidas. 

Yo la suelo perseguir en su blog (http://elblogdepiedradesol.blogspot.com/), ella con frecuencia me persigue en el mío, y en la distancia –escudriñando los silenciosos y mágicos caminos y encuentros que nos abre internet– reivindicamos juntos la buena música, la auténtica "canción de autor", y, a fin de cuentas, "la belleza" con todos los valores que ella exige y arrastra para no agonizar por los senderos de la mediocridad.

Odiamos lo feo, lo gris, lo casposo, lo falso, lo que chirría... ¡Amamos la vida!... ¡Odiamos la guerra, las armas y la violencia!... ¡Somos unos locos enamorados de la paz!... Insurrectos, como Muerdo –otro gran amigo–; "con el corazón armado": paz, paz, paz, paz, paz, paz, paz, paz...

Y el pasado viernes nos encontramos...; un encuentro tranquilito... ¿dónde?...; en Rivas...; ¡cómo no!... Disfrutando juntos de la exposición «...Y la palabra se hizo música»... 




Este año, que hoy empezamos, tanto Jara, como yo, y otros muchos apasionados por la «canción de autor»  –a través del "blog de piedra de sol" y del de "cantemos como quien respira"– vamos a seguir reivindicando y defendiendo la buena música, y el extraordinario «oficio del cantor»: del que «tiene guitarras en el alma», y del que siente, como el poeta Agustín Millares, corazón y vocación de poeta.

«Yo poeta declaro que escribir poesía 
es decir el estado verdadero del hombre 
es cantar la verdad es llamar por su nombre 
al demonio que ejerce la maldad noche y día. 

El poeta es el grito que libera la tierra 
la primera montaña que divisa la aurora 
la campana que toca la canción de la hora 
el primer corazón que lastima la guerra. 

Colocado en vanguadria sin que nunca desate 
su unidad con los pueblos su visión del conjunto 
el poeta es el hombre que primero está a punto 
para hacerse con bríos a la mar del combate. 

El poeta es el pueblo que a morir se resiste 
en la súbita noche donde todo se olvida. 
Donde no hay libertad no hay poeta con vida. 
Ningún pájaro vuela donde el aire no existe. 

Yo poeta declaro que la cólera es una 
cuando hay algo que atenta contra el sol que nos guía. 
Languidece el poeta si la tierra se enfría 
cuando no hay corazón ni justicia ninguna. 

Yo poeta declaro que en el duro camino 
del tiempo en el poeta se halla siempre un hermano. 
Yo poeta declaro que el poeta es humano 
aunque a veces nos haga presentir lo divino».

(Agustín Millares. "Yo poeta declaro". Este poema fue musicalizado y cantado 
por Caco Senante en su primer disco: "Entre amigos". 1976).

Y al final, mi gratitud hacia Jara sobre todo por su mirada –que me contagia mucha energía– y por su entusiasmo... ¡EVOHÉ!... 

(Estoy nervioso, permitidme que me vaya a leer rápidamente el "cuelgue" que ella ha escrito en su blog...  El viernes decidimos sincronizarnos para salir juntos en este primer día del 20012, a las 12... Experiencia que seguro que repetiremos más de una vez).

...Y AHORA 366 DÍAS POR DELANTE PARA «SEGUIR CANTANDO COMO QUIEN RESPIRA»

Pues sí, ya está aquí...; se llama 2012 y nos ofrece 366 oportunidades –que en minutos son 527.040, porque es un "año bisiesto"– para ¡vivir intensamente!; para darles "empujoncitos" a nuestros proyectos; para reinvindicar la paz y maldecir la guerra; para entrelazar aún mas las manos que estructuran nuestra "masa cerebral"; para reivindicar nuestro derecho a soñar; ... y para SEGUIR CANTANDO ¡COMO QUIEN RESPIRA.


«Música, música,
tengo fe en la música,
sólo debe de haber música,
siempre la música,
orientando tu vida hacia lo mejor.
La música será tu solución,
hacia algo que lleva la paz,
la auténtica paz,
que hará que seamos hermanos,
entre la incomunicación
masiva que nos obliga a estar
de alguna forma dentro de esta bola redonda».
("Música" Javier Bergia)

sábado, 31 de diciembre de 2011

UN "CANTIJUEGO" MUY ESPECIAL PARA DESPEDIR UN AÑO Y RECIBIR A UN AÑO NUEVO

A mí, desde siempre, me ha interesado y he sentido una especial atracción hacia lo que en su día llamé "el canto emigrado de América Latina", es decir, hacia el canto de aquellos creadores que, por múltiples circunstancias, dejaron su país y se quedaron a vivir entre nosotros, obsequiándonos con su presencia, con su amistad y, sobre todo, con su música y sus canciones.

Ese interés me indujo, en el año 2006, a escribir un libro al que llamé precisamente así: "EL CANTO EMIGRADO DE AMÉRICA LATINA"

La ilustración de la cubierta de este libro
es un oleo sobre tabla, original de Violeta Parra.

Hoy, día de fin de año, y víspera de un año nuevo –que, pese a la crisis y otras circunstancias, espero y deseo que sea un "año grande y bello" para nuestra canción popular y, en particular, para el universo musical de nuestros cantautores y cantautoras–, quiero rendirle mi homenaje a ese "canto emigrado" al que antes hacía referencia, y para ello, nada mejor que proponer un "cantijuego" muy, pero que muy, especial.

Como observaréis, a continuación, he seleccionado a 32 creadores y creadoras de diferentes países americanos que "cantan, o han cantado, en nuestro país, como respiran". Pertenecen a distintas generaciones. Tristemente, algunos ya se nos fueron, aunque permanecen vivos en el recuerdo de muchos de nosotros.

A los que se fueron, quiero recordarlos y hacerlos presentes en esta noche de fin de año. 

A los que viven entre nosotros, y nos siguen regalando su música y sus canciones, quiero hacerles llegar, precisamente hoy, un abrazo muy entrañable; un abrazo que una pueblos y naciones; que nos acerque a todos; que les acompañe en el recuero –y quizás en la añoranza– de su tierra, de sus gentes; que nos haga recordar y cantar aquello de Atahualpa Yupanqui: 

«Yo tengo tantos hermanos...
Gente de mano caliente
por eso de la amistad,
con un rezo pa’rezarlo,
con un llanto pa’llorar.
Con un horizonte abierto,
que siempre está más allá,
y esa fuerza pa’buscarlo
con tesón y voluntad.».

¡FELIZ NOCHE HERMANOS!

Y entrando ya directamente en el "cantijugo": Hoy se trata de identificar a cada uno de estos 32 creadores diciendo cómo se llaman y cuál es su país de origen... Y, como siempre, iremos jugando en el apartado de "comentarios" de este "cuelgue", o en mi muro de "facebook", hasta que no quede ni uno sin nombre.

"SE PIERDE SI NO SE DA", NUEVO LIBRO Y NUEVAS CANCIONES DE "DANIEL MATA EN EL CALLEJÓN DEL GATO". PRÓLOGO.

Viendo y escuchando este nuevo libro/disco de “Daniel Mata en El Callejón del Gato”, al que ha titulado, sabia y oportunamente, “Se pierde ...