Fernando G. Lucini y Ángela Biedma. (Foto de Laura Rebollo). |
Hoy la alegría y la satisfacción que siento y que quisiera transmitir y contagiar a través de este blog –que por cierto ya ha remontado las 210.900 visitas– es inmensa; y lo digo así, de forma clara y directa. El motivo es la reciente edición del primer disco de la cantautora sevillana ÁNGELA BIEDMA, titulado "Arritmia".
Conocí y escuché cantar por primera vez a Ángela Biedma el 9 de abril de 2011 en el Teatro Hogar Virgen de los Reyes, de Sevilla, y –ya lo he dicho en más de una ocasión–, me dejó sorprendido; fue como si, de pronto, me encontrara con algo relacionado con la "canción de autor" –cada uno que la llame como quiera– que me resultó absolutamente inesperado.
En aquella ocasión, a las pocas horas de salir del teatro escribí:
«Y es que Ángela Biedma posee un tono y una forma de cantar que te envuelve consiguiendo sumergirte, de forma prácticamente irresistible, en su universo vital, musical y literario. Un universo mágico, sensual, fascinante, y desbordado en juegos verbales, y en acordes y tonalidades llenas de inspiración, de imaginación y de fantasía... A todo lo anterior, se une –escribía entonces– su bella y sobria personalidad, su juventud desbordante y llena de frescura, y, sobre todo su horizonte, un horizonte abierto que Ángela ha empezado a recorrer y que "pinta bien", "pinta bien bonito"... Esperemos que muy pronto termine de definir y de depurar su identidad musical y su repertorio, y que nos ofrezca un primer disco que nos permita disfrutar "a to el personal" con sus canciones».
Pues sí, ha pasado un año –justo un año– y ese disco se ha hecho realidad y ya podemos disfrutarlo.
Este fue el motivo por el que hace unos días me decidí a ir casa de Ángela para comentar con ella su nuevo disco y, sobre todo, para darle un abrazo y confirmarle mi admiración.
Fernando G. Lucini y Ángela Biedma. (Foto de Laura Rebollo). |
Si escuchar a Ángela Biedma en directo siempre supone una especie de excitación sentimental y emocional que transita entre la sensualidad y el romanticismo, y que suscita –a mí me lo suscita, como también he dicho en otras ocasiones– verdaderas "arritmias pasionales" que te colocan; escucharla ahora en el disco –con la producción y los arreglos de José López (Ruso)– es un auténtico placer porque a todo lo ya dicho se une la creación de un clima sonoro que subraya y realza el vuelo de Ángela; vuelo entretejido de sentimientos y de latidos libres y contradictorios –los propios del amor y de las pasiones–, y, en cualquier caso, irresistiblemente atrayententes. (Yo no sé ya cuantas veces he escuchado, por ejemplo, la canción que cierra el disco: "Mis votos"...; y no me canso: «Y quiero ser, solamente un emigrante que ha dejado de volar, para encallar en esta orilla....»).
A ese clima sonoro, además de José López (Ruso), contribuyen en "Arritmia", Juanma Mora –bajos–, Chacho Martín –baterías–, Pablo Feria –guitarras españolas–, Miguel Delgado –guitarras acústicas–, Pequeño Carlos y Miguel Delgado –guitarras eléctricas–, Moi y Alberto Miras –teclados y pianos–, Carmen Boza –coros–, Paco Cifuentes –voz en el tema "Tu mar"– y Luis María Puente que ha realizado la masterización.
Mención aparte merece Marta Senent que ha ilustrado el disco con enorme sensibilidad y belleza, y además captando a la perfección el mundo interior que Ángela Biedma vive y es capaz de comunicar... Ahí quedan visualizados plásticamente los sentimientos y las emociones que a la cantautora sevillana le salen del alma y que echa a volar en forma de poemas y de canciones.
A ese clima sonoro, además de José López (Ruso), contribuyen en "Arritmia", Juanma Mora –bajos–, Chacho Martín –baterías–, Pablo Feria –guitarras españolas–, Miguel Delgado –guitarras acústicas–, Pequeño Carlos y Miguel Delgado –guitarras eléctricas–, Moi y Alberto Miras –teclados y pianos–, Carmen Boza –coros–, Paco Cifuentes –voz en el tema "Tu mar"– y Luis María Puente que ha realizado la masterización.
Mención aparte merece Marta Senent que ha ilustrado el disco con enorme sensibilidad y belleza, y además captando a la perfección el mundo interior que Ángela Biedma vive y es capaz de comunicar... Ahí quedan visualizados plásticamente los sentimientos y las emociones que a la cantautora sevillana le salen del alma y que echa a volar en forma de poemas y de canciones.
Dibujo de Marta Senent que aparece en la contraportada del disco "Arritmia", de Ángela Biedma. |
Como siempre he dicho, y ahora lo reafirmo, posiblemente el principal atractivo y la característica más singular de esta Ángela Biedma, que crece artísticamente por días, es el contenido de sus canciones: absolutamente original y "antiformalista" –ella sabe jugar con el «lenguaje-palabra-latido-sentimiento» en libertad–; la forma en que literaria y poéticamente desarrolla sus textos, y el tono a la vez "desgarrao", cálido e introvertido con el que los interpreta.
«Voy a acariciar el cuarto creciente,
voy a desafiarte mirando en el mar,
voy a investigar que soy, si no encuentro el arte
en el verbo mirarte que ahora se duerme
y tú que sabes de lenguaje te llevas mi hablar
y hoy termina nuestro viaje
convirtiendo tus rutinas en mi ritual.
Voy a secuestrarte en mi cuarto menguante,
voy a torturarte con ganas de más,
todo lo que me dejaste finge ser valiente
y tu boca aún presente moviendo mi aire.
Yo que fui lo que tú a nadie volviste a enseñar.
Son tus noches mi equipaje
y fue la selva mi aliada y mi rival.
Déjame esperar, por si acabara la huida
para reinstalarme en tu isla sin mar,
quiero recordarte mientras te dormías
y el mundo creía que nunca se irá...»
("Cuarto creciente")
En fin, aquí os dejo con un disco –seis canciones y una "Arritmia"– que merece la pena escuchar... Y, para concluir, afirmar que éste sigue siendo el principio de un inmenso horizonte que Ángela Biedma ha emprendido y que seguro va a alcanzar ...Y mientras tanto, aquí me quedo: «acariciando "ciegamente" su cuarto creciente» que cada día es más luna llena... (y ¡que conste!, lo de "ciegamente" no es mío, es de ella).
Ángela Biedma y Fernando G. Lucini. (Foto de Laura Rebollo). |