UNA REALIDAD DESGARRADORA
Es curioso, cuando se produce un CONFLICTO BÉLICO, en cualquier parte del mundo, de quien no suele hablarse es de los llamados "niños de la guerra"; ellos son los grandes ignorados y, a la vez, para mí, los más cruelmente tratados y despreciados; las víctimas más dolorosas, injustas y despiadadas.
Hace unos años leí un libro escrito por Martín Monestier, titulado "Los niño esclavos" (Alianza, 1999), que me causó un gran impacto; voy a recordar dos fragmentos de ese libro que nos hablan de las MALDITAS GUERRAS; soy consciente de que son fragmentos duros y desgarradores, pero creo –a la vez– que sería muy injusto ignorarlos en este momento de nuestra historia:
«Los niños se han convertido en parte integrante de los conflictos armados, por no decir sus principales víctimas. Perdidos, separados de sus familias, abandonados o huérfanos, torturados, violados, raptados, muertos de hambre, enrolados por la fuerza, obligados a ejecutar a supuestos enemigos, a incendiar y matar... y en el mejor de los casos concentrados por millares en campos de refugiados. [...] Una de cada dos víctimas de las guerras recientes es un niño.
[...] Los niños no son tan solo víctimas pasivas, sacrificadas en nombre de intereses y objetivos que les sobrepasan. En muchas ocasiones también participan activamente en su propia destrucción y empuñan, en esas guerras salvajes y criminales, las armas que los matan, mutilan y destrozan psíquicamente».
...Y COMO CONTRASTE:
UN MOTIVO PARA LA ESPERANZA
Frente a la crueldad y a la injusticia puesta de manifiesto en la realidad anterior, en nuestro mundo, se producen también –a diario– realidades que, al menos a mí, me llenan de esperanza y de ganas de seguir luchando contra la violencia y, más directamente, contra las MALDITAS GUERRAS...; una de esas realidades está vinculada a la MUSICA y la protagoniza un gran director de orquesta venezolano llamado José Antonio Abreu.
José Antonio Abreu. |
Se trata de un hombre de extraordinaria sensibilidad que considera que la MUSICA y la CREACIÓN E INTERPRETACIÓN MUSICAL son unos instrumentos irremplazables para unir a las personas, para favorecer la experiencia de la paz y, a la vez, para darle sentido, futuro, alegría y educación a todos los niños; sobre todo, a los que pertenecen a las clases sociales más humildes. Creencia que José Antonio ha concretado con la creación de una red de orquestas infantiles, juveniles y coros que integra a más de doscientos cincuenta mil niños y jóvenes músicos, la mayoría de ellos viviendo a situaciones personales de auténtica pobreza.
«Cuando a un niño que vive en un barrio rodeado de miseria le entregas un instrumento, le estás dando un arma –asegura Abreu–. Es lo único que tiene, lo que le va a permitir abrirse paso, y se aferra a él como un náufrago. Es su tabla de salvación. Por eso ensayan tres, cuatro horas diarias. Por eso y porque sus vidas adquieren repentinamente un sentido profundo. Un sentido que se contagia a sus familias y también a la comunidad. Con lo que hace, el niño adquiere su propia identidad. Lo peor de la pobreza no es carecer de cosas, es no ser nadie. En la orquesta, y gracias a la MÚSICA, son alguien».
...CONCLUSIÓN PERSONAL COMPARTIBLE
Con pensamientos, con proyectos y con ideales como los de José Antonio Abreu, y, a pesar de las guerras, yo me reafirmo EN QUE OTRO MUNDO ES POSIBLE...; incluso un mundo sin estas MALDITAS GUERRAS que tanto nos duelen...; ¡algo tengo que hacer! ¡algo tenemos que hacer entre todos para que ese otro mundo sea posible!...; cualquier cosa, menos la rendición... Y como dice Silvio:
«Yo te convido a creerme
cuando digo "futuro".
Si no crees mi palabra
cree en el brillo de un gesto».