Patricia Fernández es una cantaotura granadina que tiene claro su horizonte y que ha decidido "volar" hacia él, sin miedo... Horizonte en que habrán, sin duda, muchos sueños y muchos deseos –que yo desconozco–, pero entre los que destaca uno, que es evidente y no puede ocultar: componer canciones, cantar, y hacerse cómplice –cantando– con el deseo de amar, con la belleza y con la sensibilidad.
Ese "volar" de Patricia es un volar muy consciente y muy realista –a pesar de que en sus canciones proyecta una personalidad soñadora–.
Consciente y realista porque sabe que el camino a recorrer es largo y duro; sobre todo cuando de lo que se trata –como es su caso– es de luchar por la música y por la canción en la que cree y a la que ama, haciendo frente a todo tipo de dificultades.
Dificultades que ella –y otros creadores, como ella– tienen que afrontar, y que surgen en el camino como auténticos monstruos paralizantes; entre ellos –y me quedo corto– la mediocridad de los medios de comunicación; el acoso capitalista y castrante de la industria discográfica y de los empresarios que comercian con la música y con sus creadores; el divismo insoportable e insostenible –pero protegido y rentable– de los "cantarines" y "cantarinas" del "pedorreo"; o la falta de unas políticas culturales serias y de calidad tanto a nivel estatal, como en Andalucía.
Ese "volar" de Patricia es un volar muy consciente y muy realista –a pesar de que en sus canciones proyecta una personalidad soñadora–.
Consciente y realista porque sabe que el camino a recorrer es largo y duro; sobre todo cuando de lo que se trata –como es su caso– es de luchar por la música y por la canción en la que cree y a la que ama, haciendo frente a todo tipo de dificultades.
Dificultades que ella –y otros creadores, como ella– tienen que afrontar, y que surgen en el camino como auténticos monstruos paralizantes; entre ellos –y me quedo corto– la mediocridad de los medios de comunicación; el acoso capitalista y castrante de la industria discográfica y de los empresarios que comercian con la música y con sus creadores; el divismo insoportable e insostenible –pero protegido y rentable– de los "cantarines" y "cantarinas" del "pedorreo"; o la falta de unas políticas culturales serias y de calidad tanto a nivel estatal, como en Andalucía.
Frente a toda esa realidad, yo siempre vuelvo al mismo pensamiento: ¡Menos mal que hay mujeres y artistas como Patricia!...; mujeres y artistas que –como Patricia– llevan más de diez años defendiendo su trabajo –"Sin miedo a volar"–, y defendiendo, con su opción personal –como compositora y como cantante– el amor, la ternura y la sensibilidad... Pero ¡atentos!... defensas no por su condición femenina –que, como he repetido y repetiré hasta la saciedad, el amor, la ternura y la sensibilidad no son valores de "género"–, sino porque es un ser humano muy hermoso, y apasionadamente comprometido con la esencia de vida... Me atrevo a afirmarlo, no porque conozca personalmente a Patricia –a la que tengo ganas de conocer–, sino por lo que me cuentan, me sugieren y me hacen sentir sus canciones.
Su primer disco apareció en 2002, con la colaboración de Fran Fernández, Fede Comín, Fran Reca, José Antonio Delgado y Nano Ramos.
Primera manifestación de su sentir, que se abre cantándole a la "Vida" –su título genérico–, que a lo largo de sus once canciones desnuda la realidad de «que no es posible vivir sin el calor de una mirada», y que concluye, reivindicando, si fuera preciso, "un par de alas", para aprender a volar, y ¡volar!, junto a la persona amada.
Un canto al "amor" claro, directo, apasionado, y, a la vez sencillo y complejo, es decir con las luces, las sombras y los "claroscuros" con los que siempre se construye la relación amorosa.
Ocho años más tarde, Patricia grabó y publicó su segundo CD titulado "Sin miedo a volar" (2010), disco en que resalta su coherencia respecto a sus planteamientos personales frente a la vida y al amor; y, a la vez, su clara evolución –madura y positiva– en cuanto a la interpretación y a la musicalización de sus textos.
En este disco Patricia contó con la producción musical, los arreglos y el acompañamiento de Joaquín Calderón, y pudo disfrutar de la compañía de músicos como Pablo Prada, Fernando Lamadrid, José Mena, Jordi Gil e Ismael Sánchez en el tema "Mírame, mírame", de Adolfo Langa. A los coros no pudo faltar: José Antonio Delgado, de quien incorporó en el disco la canción "No me mato más por ti".
Y ahí queda –en 10 canciones– Patricia Fernández; Patricia reafirmándose en que se perderá buscando versos que le hagan recordar la presencia del amado entre la gente, y sus ganas de volar...., y que "la vida es más sencilla sin miedo a volar"... Patricia conjugando en verbo "dar" –"porque al dar se abren caminos"–, el verbo "amar" –"porque amando se descubren las maneras de arriesgar y lo importante que nos une"– o el verbo "ser" –"y es que ser es todo un reto".
Su primer disco apareció en 2002, con la colaboración de Fran Fernández, Fede Comín, Fran Reca, José Antonio Delgado y Nano Ramos.
Primera manifestación de su sentir, que se abre cantándole a la "Vida" –su título genérico–, que a lo largo de sus once canciones desnuda la realidad de «que no es posible vivir sin el calor de una mirada», y que concluye, reivindicando, si fuera preciso, "un par de alas", para aprender a volar, y ¡volar!, junto a la persona amada.
Un canto al "amor" claro, directo, apasionado, y, a la vez sencillo y complejo, es decir con las luces, las sombras y los "claroscuros" con los que siempre se construye la relación amorosa.
Ocho años más tarde, Patricia grabó y publicó su segundo CD titulado "Sin miedo a volar" (2010), disco en que resalta su coherencia respecto a sus planteamientos personales frente a la vida y al amor; y, a la vez, su clara evolución –madura y positiva– en cuanto a la interpretación y a la musicalización de sus textos.
Y ahí queda –en 10 canciones– Patricia Fernández; Patricia reafirmándose en que se perderá buscando versos que le hagan recordar la presencia del amado entre la gente, y sus ganas de volar...., y que "la vida es más sencilla sin miedo a volar"... Patricia conjugando en verbo "dar" –"porque al dar se abren caminos"–, el verbo "amar" –"porque amando se descubren las maneras de arriesgar y lo importante que nos une"– o el verbo "ser" –"y es que ser es todo un reto".
Estupendo recorrido por la trayectoria de Patricia. Lo mejor es que cuando la conoces descubres a una persona estupenda.
ResponderEliminarEs agradable encontrar este blog. Recuerdo cuando hace más de diez años me compré tu libro "Crónica cantada de los silencios rotos". Por aquel entonces no había internet (al menos yo no lo tenía)y era difícil enterarse del panorama de la música de autor en un pueblo de provincias. Por eso tu libro me gustó mucho. Enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarPatricia entró en mi vida casi por casualidad y le alquilé una habitación en mis oídos...es grande!!! Por tantas buenas canciones y tanta sencillez!!!
ResponderEliminarbravo Fernando, y bravo Patricia :D
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