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martes, 27 de diciembre de 2011

MARÍA ROZALÉN Y SU CANCIONERO DE LA SENSIBILIDAD Y DE LA TERNURA.

María Rozalén.

El pasado miércoles, 21 de diciembre, asistí en la sala Libertad 8 a uno de esos conciertos que inesperadamente te atrapan, que consiguen emocionarte, y que se te quedan grabados en el recuerdo por mucho tiempo. El concierto lo protagonizó la cantautora albacetense MARÍA ROZALÉN: un auténtico regalo para la sensibilidad; un desbodante torbellino de alegría, de ternura y de contagiosas ganas de vivir; y, sobre todo, una oleada de buena música y de canciones extraordinariamente hemosas.

Para empezar, María se subió al pequeño escenario de Libertad 8, se abrazó a su guitarra, y a la usanza de la grandes cantoras de siempre –me vino a la memoria mi Chavela del alma– comenzó su recital interpretando «La llorona», canción de amor y de dolor muy representativa de la revolución mexicana. «Dos besos llevo en el alma, llorona, / que no se apartan de mí, / el último de mi madre, llorona, / y el primero que te di. / Ay de mi llorona, llorona, / Llorona de azul celeste. / aunque la vida me cueste, llorona, / no dejaré de quererte»... "La llorona" en la voz de María Rosalén resultó impecable, ¡impresionante!.

María Rozalén.

Y si impresionante fue el inicio del recital, igual, o más, lo fue el final, la última canción que no regaló María: nada más, y nada menos, que el "Volver" –de Alfredo Le Pera y Carlos Gardel– y "cantao" como debe ser, como lo hacen los maestros y las maestras del tango, con "jondura y desgarro" en la voz, en el sentimiento, y en "to" el cuerpo... Y es que "la Rozalén" –aunque es tan joven ya se merece un "la" determinante– además de ser una buena cantora, es también una buena intérprete. (De hecho también tiene recorrido y experiencia en el universo de la expresión corporal y dramática).

Y entre "La llorana" y "Volver", María nos fue dejando sus propias canciones aderezadas con el encanto –o mejor, con el "encantamiento"– de su sonrisa, de su capacidad desdramatizadora, de su palabra "divertierna", de su mirada mágica..., e incluso de sus "lingotazos" de leche con miel "pa" poder desafiar a uno de esos "catarrazos" que te dejan "tocá" la voz... (Y de "tocá la voz" –la noche del 21 en Libertad 8– "¡na de na!"... Su canto le sale de tan dentro y tiene tanta fuerza que no hay quien pueda con ella).

A lo largo del concierto hubo varias canciones que me impactaron muy especialmente; una de ellas una "Nana" que consiguió arrancarme unos lagrimones que le agradezco; la ternura puesta y cantada en esa canción me emocionó, dándole aire y vuelo a mis sentimientos... ("Pa" eso, entre otras cosas, sirven las canciones).

«Cómo me gusta que duermas conmigo… 
cómo me gusta cantarte flojito al oído… 
entre mi pecho esta noche dormirás 
y mi cuerpo te protegerá.

Duerme ya y soñarás, 
que entre nubes de algodones 
contra miles de estrellas lucharás. 
Duerme ya y escucharás 
cómo del peligro cercano, 
mis latidos nos avisarán.

Cómo me gusta oírte respirar… 
cómo me gusta olerte al despertar… 
entre mis dedos tu pelo jugará 
y entre caricias dormirás. 

Duerme ya y verás, 
que las luces de las velas 
poco a poco se consumirán. 
Duerme ya, comprobarás 
que esta noche te he cuidado 
y ahí me has encontrado al despertar». 

María Rozalén.

Otra de las canciones de María que me causaron un gran e inesperado impacto fue la titulada "No puedo evitar", dedicada a su abuela; canción que en realidad es una tremenda y desbordante lección de sensibilidad y de humanidad; y que nos da el perfil de la gran cantautora que es, y que puede llegar a ser, esta joven nacida en el 86, de la que es difícil dejar de "enamorarsengancharse"... Copio el texto completo de la canción, creo que merece la pena disfrutarla.
«No puedo evitar 
seguir el recorrido de tus cejas. 
No puedo evitar 
contrastar el blanco de tus ojos 
y sin hablar me dices tanto 
que prefiero seguir mirando.

Y es que he buscado en las partes de tu cuerpo 
y he encontrado mil historias sin principio y sin final 
y he encontrado en las grietas de tus manos 
que el trabajo más fuerte puede hacer muy poco ruido 
y he encontrado en las grietas de tus manos 
las horas que quedaste sin dormir, 
la harina que amasaste, 
los vestidos reciclados, 
placeres que dejaron de darte placer. 

Te declaro la más bella de las flores, 
coronada con la más humilde rama, 
poseedora de los besos con más grado de ternura 
y dadora de caricias oportunas. 

No puedo evitar 
bailar con los trazados de tu baile, 
no puedo evitar 
reír al escuchar tus carcajadas 
y sin hablar me dices tanto 
que yo prefiero seguir mirando.

Y es que he buscado en las partes de tu cuerpo 
y he encontrado mil historias con principio y con final 
y he encontrado en las grietas de tus manos 
que hay gente que no libra y no puede reclamar 
y he encontrado en las grietas de tus manos 
las lágrimas secadas en la almohada, 
cada giro del trenzado, 
las agujas, los zurcidos, 
las joyas que nunca pudiste lucir. 
Te declaro la más bella de las flores...». 

María Rozalén.
Hubo un tercer tema en el concierto de María Rozalén que me trajo a la memoria la primera vez que escuché "Si tú no estás", de Rosana –fue en televisión, a principio de los noventa, como sintonía de una serie protagonizada por Concha Velazco–; nada más escuchar aquella canción –sin saber todavía quien era su autora, y quien la interpretaba– lo tuve muy claro: aquel tema –bellísimo– pronto se convertiría en un gran éxito; los escribí en uno de mis artículos y así fue; al poco tiempo Rosana grabó sus "Lunas rotas" –en el que incluyó "Si tú no estás"– y consiguió hacerse un entrañable hueco en el corazón de mucha gente.

Algo parecido me pasó el miércoles pasado escuchando la canción "80 veces", de María; canción muy bien elaborada desde el punto de vista literario –es una magnifica descripción de un amor roto, construida con latidos y sentimientos– , y es, a la vez, una canción muy bella musicalmente.... Nada más escucharla también lo tuve claro al momento, y lo mantengo, "80 veces" puede ser un gran éxito; una de esas canciones que pueden llegan a formar parte del memorial sentimental de quienes tenemos la capacidad de enamorarnos con todas sus consecuencias, que somos muchos.

«Hoy me he preguntado 80 veces que porqué sigo queriéndote, 
que porqué sigo pensando que eres tú quien me hará feliz… 
si no me aportas nada, 
no te importo nada, 
en lo único que piensas es en ti. 

No me creo que no aparecieras en aquel concierto, 
no me creo tenerte tan cerca y a la vez tan lejos. 
No me creo que no seas capaz de echarme de menos, 
esa capacidad para tachar recuerdos, 
que no te gusten los besos. 
No me creo que seas tan cobarde y no cumplas promesas, 
que me hayas anulado, desaparecieras, 
que esté llorando por ti. 

Mañana al salir el sol, 
se habrá borrado para siempre del colchón tu olor… 
Que 80 son las veces que al día me acuerdo de ti… 
las mismas que recuerdo que te tengo que olvidar. 

Hoy me he preguntado 80 veces que porqué sigues presente en mí, 
que porqué sigo pensando que tienes que ser tú quien me hará reir… 
si no me aportas nada, 
no te importo nada, 
en lo único que piensas es en ti. 

No me creo haber ganado un juego perdido, 
no me creo que se haya esfumado tu miedo a la soledad.
No me creo que no seas capaz de echarme de menos, 
esa capacidad para tachar recuerdos, 
que no te gusten los besos. 
No me creo que seas tan cobarde y no cumplas promesas, 
que me hayas anulado, desaparecieras, 
que esté llorando por ti. 

Mañana al salir el sol, 
se habrá borrado para siempre del colchón tu olor… 
Que 80 son las veces que al día me acuerdo de ti… 
las mismas que recuerdo que te tengo que olvidar».

María Rozalén en un momento de su concierto estuvo acompañada
del cantautor granadino Alberto Alcalá, del que hablaremos esta misma semana.

El concierto finalizó a las doce de la noche, y de regreso a mi casa no dejaba de preguntarme: ¿Dónde están los productores musicales, los responsables de las casas discográficas, o los encargados de las programaciones musicales de radio y televisión? ¿es que están sordos? ¿es que han perdido definitivamente la sensibilidad? ¿o, tal vez, es que ya les importa definitivamente un "carajo" la belleza y la calidad?... No lo entiendo, no puedo entender como compositoras e intérpretes como María Rozalén que llevan ya varios años en esto de la música, con un recorrido de mucho trabajo y esfuerzo, con una gran ilusión, y, sobre todo, con una indiscutible calidad poética y musical, no hayan podido grabar todavía ese primer disco de sus sueños; disco que, evidentemente, bien promocionado, puede ser el pórtico de un éxito profesional y de un regalo a bocanadas de sensibilidad para eso que se llama la "ciudadanía"... ¡No lo entiendo!... ¡Ganas tengo de tener "pasta" "pa" invertirla en la producción de trabajos de creación como el de María!; inversión que, además de ser gratificante, lo es también de poco riesgo porque su canto es serio, bello y convincente... 

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