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lunes, 17 de junio de 2013

... Y LA PALABRA SE HIZO MÚSICA. "PUEBLO DE ESPAÑA, ¡PONTE A CANTAR!" (8ª Parte)







Continuo la copia de un nuevo apartado de mi libro
"Crónica cantada de los silencios rotos" (1998);
concretamente el titulado: 
«Pueblo de España, ¡ponte a cantar!» (7), que hace 
referencia al nacimiento de la "nueva canción gallega".


Se escucha ahora la voz de un poeta:

  Celso Emilio Ferreiro.

«O vello cantaba
unha lembranza
O mozo cantaba
unha esperanza
O neno cantaba
unha loubanza
Povo meu, 
pois que cantas, 
érguete e anda».
«Erguerémo-la espranza
sobre ista terra escura
coma quen ergue un facho
nunha noite sin lúa».

«El viejo cantaba / un recuerdo. / El joven cantaba una esperanza. / El niño cantaba una alabanza. / Pueblo mío / ya que cantas, / levántate y anda». «Alzaremos la esperanza / sobre esta tierra oscura / como quien alza una antorcha / en una noche sin luna». (Celso Emilio Ferreiro). 

Con estos versos de Celso Emilio Ferreiro nos trasladamos a Galicia; año 1960. Aunque al acercarnos a sus paisajes nuestro nuevo plano se nos inunda de un verde intenso, se percibe en el aire un desgarro:





«Chove, chove na casa do pobre
e no meu corazón tamén chove.
Dor da mau encallecida
dor da xente aterecida
de frío polos camiños.
Dor dos vellos e meniños.
Dor dos homes desherdados
e dos que están aldraxados.
Mágoa da ferida allea.
Dor dos que están na cadea
dos que sofren a inxustiza
e viven baixo a cobiza.
Mágoa e loito
por tanto pranto que escoito.
No meu peito, sufagado.
soturno, fondo, calado,
un río de amor se move».
("Chove, chove". 
Luis Emilio Batallán - Celso Emilio Ferreiro).

«Llueve, llueve en la casa del pobre / y en mi corazón también llueve. / Dlor de la mano encallecida, / dolor de la gente aterida / del frío de los caminos. / Dolor de viejos y niños, / dolor de los hombres desheredados / y de los que están ultrajados. / Pena de la herida ajena, / dolor de los que están en la cárcel, / de los que sufren de la injusticia / y viven bajo la codicia. / Pena y luto / por tanto llanto que escucho. / En mi pecho sumergido, / escondido, hondo, callado / un río de amor se mueve». ("Chove, chove". Luis Emilio Batallán - Celso Emilio Ferreiro).

La situación de Galicia, durante los quince últimos años de la dictadura, aunque similar a la del resto de los pueblos del Estado y, en particular, de los que tenían lengua propia, estaba teñida de unas características específicas que la hacían especialmente singular y dolorosa; en concreto, y a grandes rasgos, me centraré sobre aquellas que influyeron, de una forma más directa en el nacimiento de la "nueva canción gallega" y en su desarrollo desde 1967 a 1975.

Galica se encontraba herida por el zarpazo de la emigración, convertida en una huída necesaria y amarga, que el pueblo más sencillo y humilde –la que entonces se entendía como la "clase trabajadora"– no tenía más remedio que aceptar como la única esperanza posible ante la pobreza, el abandono y la falta de horizontes.


Mientras tanto, se habían ido consolidando una burguesía  y un caciquismo centralistas, desarraigados y cerriles que eran quienes en realidad controlaban y manipulaban las estructuras del poder. Recuerdo una canción de Miro Casabella en la que, interpretando otro poema de Celso Emilio Ferreiro, nos presentaba una especie de foto-robot de uno de aquellos burgueses de la época; retrato tremendamente irónico y cuajado de indignación y de rebeldía.

Esta canción de Miro la podemos escuchar pulsando el siguiente enlace de "goear":


«Aquil señor burgués condecorado,
usía ou excelencia ben cebado,
que ronca con pracer na noite longa
e ten muller feliz, de teta oblonga,
con dous fillos petisos, deportistas,
un poco libertinos e “juerguistas”,
idiotas pola nai, polo pai, grosos;
pondo dentes de can que venta os osos,
ponse a rosmar e morde:
“Eu prefiro a inxusticia ao desorde.”».
(“Goethe”. Miro Casabella - Celso Emilio Ferreiro).

«Aquel señor burgués condecorado,/ usía o excelencia bien cebado,/ que ronca con placer en la noche larga,/ y tieme mujer feliz, de teta oblonga,/ con dos hijos menguados, deportistas,/ un poco libertinos y juerguistas,/ idiotas por la madre, por el padre, gordos;/ poniendo dientes de perro que husmea los huesos,/ se pone a gruñir y muerde:/ “Yo prefiero la injusticia al desorden”». (“Goethe”. Miro Casabella - Celso Emilio Ferreiro).

Por otra parte, desde el punto de vista cultural, la represión y el colonialismo eran especialmente graves; respecto a la lengua gallega se había convertido en una forma de expresión y de comunicación característica del mundo rural y de los desheredados; un claro signo de incultura. «Escribir o cantar en gallego en aquel tiempo –nos dice el profesor Xexus Alonso Monteroolía a provocación, a desafía y a temeridad». Concretamente, Bibiano, uno de los creadores más importantes de la "nueva canción gallega", le contaba a Víctor Claudín, en su libro "Canción de autor en España" (Ed. Júcar, 1981), lo siguiente:


«En mi casa no se hablaba gallego, no lo hablaba nadie a mi alrededor; sólo hablaban gallego la lechera, mi madre a mi tío cuando discutían, o cuando se querían decir algo de mucha confianza». (Por supuesto, los poetas que escribían en aquel momento en gallego, eran prácticamente ignorados, aunque nunca borrados de la historia de la literatura, porque es imposible borrar la palabra limpia y el sentimiento vivo de los grandes poetas).

Respecto a la música la situación era igualmente castrante; toda la inmensa riqueza del folklore gallego tradicional, la Sección Femenina –rama femenina de la Falange Española– se había encargado de teñirla de azul patrio, y de encorsetarla en discretísimos, y siempre muy decentes "pololos" –pantalones semicortos y anchísimos, de color azul–, o en trajes y danzas seudoregionales que eran que eran el uniforme y el baile oficial y popular de aquellas soporíficas e inolvidables demostraciones sindicales –«las gaitas estaban adormecidas y los "pandeiros" parecía sonámbulos»–. Por el otro frente, el de los medios de comunicación, la tópica "canción española" y el "pop" también arrasaban en Galicia.

En medio de toda esta situación –y la historia vuelve a repetirse–, grupos de jóvenes, muchos de ellos estudiantes universitarios y cristianos progresistas, empezaron a revelarse. Concretamente, en 1965, se crea en la Universidad de Santiago, dentro de la Facultad de Ciencias, un grupo político llamado ADE (Acción Democrática Estudiantil); entre los creadores de aquel grupo, que tendrá una gran repercusión sobre el desarrollo y la evolución de la cultura gallega, se encuentra Benedicto, al que podríamos llamar realmente el feliz y necesario culpable de todo el movimiento de la "nueva canción gallega", que se iniciaría a partir de entonces. (El viene a ser algo similar a lo que fue Raimon para la "nova cançó", o como Mikel Laboa para la canción vasca).

Miro Casabella en primer plano. Detrás Benedicto
hablando con Raimon.

En el próximo "cuelgue" dedicado a la "auto-copia" de mi libro "Crónica cantada de los silencios rotos", abordaré el nacimiento y la evolución de la "nueva canción gallega" surgida a partir de 1965.

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