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sábado, 31 de agosto de 2013

NIÑO DE ELCHE... «SÍ, A MIGUEL HERNÁNDEZ»... Y, POR MI PARTE, UNA INTENSA EMOCIÓN.

Francisco Contreras. "Niño de Elche"

Escuché cantar por primera vez a Francisco Contreras"NIÑO DE ELCHE"– hace ya varios años. Llegó a mis manos su primer disco titulado "Mis primeros llantos" (2007) y me impactó muchísimo. Aquel disco fue, si duda, una importante e innovadora aportación al cante flamenco. 

Recuerdo que de aquel disco una de las cosas que más me impactaron fue que Francisco recuperara en uno de sus cantes a ANA MARÍA DRAKC, cantautora –hoy casi olvidada– hacia la que siempre he sentido –y siento– una tremenda admiración. 

En concreto, la canción de Ana María que el "NIÑO DE ELCHE" nos recuperó entonces, por "bulerías", se llamaba "Despacio", una de las canciones más bellas de la cantautora –también nacida en Elche– que apareció en su primer disco titulado precisamente así: "Despacio" (1972).

Permitidme un paréntesis al tema del "cuelgue de hoy" para escuchar en la voz de Ana María Drack su canción "Despacio" y para mandarle desde aquí un abrazo grande. Su trabajo actual, y, sobre todo, su obra poética podemos encontrarla en el siguiente enlace: http://www.anamariadrack.es/

Para escuchar la canción "Despacio" pulsa el siguiente enlace:

Ana María Drack.

Pues bien –y volviendo sobre el "Niño de Elche"– después de aquel encuentro discográfico que mantuve con él. hemos vuelto a tomar contacto recientemente, de nuevo en torno a la poesía y a la persona de un ser humano al que tanto él, como yo, admiramos y queremos con toda el alma: en torno a MIGUEL HERNÁNDEZ.

Francisco me llamó hace unos meses y me contó que estaba preparando un nuevo disco sobre las poesía de Miguel Hernández en el que iba a incorporar varios cantes con textos de Miguel y que además cada uno de esos cantes iba a estar introducido por un breve texto sobre el poeta, escrito por José Luis Ferris, apasionado biógrafo de Hernandez que tuve el place de conocer en La Habana, y con el que compartí hermosos momentos como fue, por ejemplo, uno de los encuentros que mantuve en la isla con Silvio Rodríguez.


En casa de Silvio. A la derecha José Luis Ferriz.
Fotógrafo el amigo Víctor Casaus.
¡Abrazos a los tres: Silvio, Jose Luis y Víctor!

Tras contarme su proyecto, el "Niño de Elche"  me planteó si me apetecía participar en la grabación del disco leyendo uno de los textos escritos por José Luis Ferrís. Por supuesto le dije que si...; que sí y que "encantao".

A los pocos días me llegó el texto que tenía que leer y casualmente correspondía a las "Nanas de la cebolla", uno de los poemas de Hernández que más me gusta y más me conmueve; y para "colmo" las palabras de Jose Luis eran maravillosas, emocionantes, y de una ternura extraordinaria... Os las copio:

«Guerras y guerras. Por los montes, las alcobas, las calles de España, guerras. Sin niño todo es herida. Sin vida, todo es tristeza. Aunque otro niño vendrá a poner de azul la madrugada. Un niño que late en el vientre de la esposa. Única luz en la niebla. Única esperanza en lo oscuro.

Tres años de contienda y el hambre sobre ti, sobre ellos, sobre la esposa y el niño que no encuentra leche ni sustento. Le amamantan con cebolla, con zumo de cebolla y con besos de tu sangre, Miguel. Y el poeta le escribe con la guerra ya perdida, en la oquedad de una cárcel, palabras de consuelo: Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación, cada día más difícil, Josefina. El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche. Para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho...».

Recuerdo que el día que hice la grabación de esas palabras acababa de pasar una de mis crisis cardiacas y tenía la voz medio "quebrada", y más que se me quebró leyendo un texto tan bello y tan conmovedor... ¡Fue muy emocionante!

Y vayamos al disco:



Esta nueva obra dedicaca Miguel Hernández se compone de los siguientes cantes, todos ellos interpretados por el el "Niño de Elche":

Introducción: Narración de José Luis Ferris.
"Niño yuntero", cante introducido por Manuel Gerena.
"Al verla muerta", cante introducido por Pablo Guerrero.
"Canción última", cante introducido por Vicent Camps.
"Elegia", cante introducido por Amancio Prada.
"Me sobra el corazón", cante introducido por Andrés Marín.
"La guerra, madre", cante introducido por José Luis Ortiz Nuevo.
"El cementerio está cerca", cante introducido por Niño de Elche.
"Nanas de la cebolla", cante introducido por F. González Lucini.
"Cada vez que paso", cante introducido por Marcos Ana.

En la grabación del disco han intervenido los siguientes músicos: Llorenç Barber, Raúl Cantizano, Juan Ramón Caro, El Chojin, Andrés Marín, Antonio Montiel, Montserrat Palacios, José María Pastor, Miguel Pérez, Eo Simón, Tino van der Sman y Uaral.

Creo sinceramente, que éste es uno de lo más hermoso trabajos que se ha dedicado a Miguel Hernández en y desde su centenario. Es muy bello, contiene un montón de emociones compartidas y se desarrolla con un tratamiento musical innovador y "jondo". No exagero nada si digo que el Niño de Elche ha creado un "auténtico disco de referencia".

Decir también que el CD se comercializa junto con un periódico interesante, curioso y muy bien documentado llamado S.A.M.H ("Sí a Miguel Hernández").


"Niño de Elche" y, entre sus manos, un disco emocionante
que, por supuesto, os recomiendo.

Para concluir este "cuelgue", y con el permiso de Francisco, os dejo dos enlaces que corresponden al texto de José Luis Ferris que tuve la suerte y el placer de leer, y al cante al que introducía: "Nanas de la cebolla":

jueves, 29 de agosto de 2013

MERCEDES SOSA V - «NO MIENTO SI TE DIGO QUE TE QUIERO».

Hoy concluyo la serie de "cuelgues" que he venido escribiendo sobre la gran cantora MERCEDES SOSA –mujer a la que admiraré siempre– evocando, y dedicándole –en primer lugar– el estribillo de unas de las canciones más bellas de Pablo Guerrero: «Mercedes, no miento si te digo que te quiero y que te quiero». Sentimiento que tuve la gran suerte de expresárselo personalmente en una tarde inolvidable, compartiendo un café junto a otra de mis "grandes amadas cantoras del alma"María Dolores Pradera.



Y sigo con su "viviografía". En diciembre de 2003 –después de la intensa escalada discográfica a la que hice referencia en el "cuelgue" anterior, Mercedes Sosa decidió unirse a Víctor Heredia y a León Gieco para montar un espectáculo al que llamaron "¡Argentina quiere cantar!". Su estreno fue en el teatro Ópera, de Buenos Aires, y dio origen a la grabación de un disco editado con ese mismo título.


De aquel disco os propongo escuchar la canción "Yo vengo a ofrecer mi corazón" de la que es autor Fito Páez.


Dos años más tarde, en 2005, Mercedes grabó un nuevo CD hacia el que siento especial cariño por la relación entrañable y agradecida que en él se establecía entre ella y el buen amigo Rafael Amor; relación expresada y simbolizada no solamente en la inclusión de la canción "Corazón libre", de Rafael, en el disco, sino incluso en el hecho de titularlo con ese mismo nombre. Por este disco Mercedes recibió un Premio Grammy Latino y el Premio Gardel en la Argentina.




Ya anteriormente, en 1989, Mercedes había interpretado y grabado  la canción "Corazón libre" acompañado a Rafael Amor en su disco también titulado así y contando con la extraordinaria colaboración de Alberto Cortez.

Seguidamente os sugiero escuchar las dos versiones de "Corazón libre"; en primer lugar la interpretada por Mercedes acompañada de Rafael, y, en segundo lugar –a través de un enlace de "goear"– la grabada en 1989 en la que también participó Alberto Cortez.



«Te han sitiado corazón y esperan tu renuncia,
los únicos vencidos corazón, son los que no luchan.
No te entregues corazón, libre, no te entregues.

No los dejes corazón que maten la alegría,
remienda con un sueño corazón, tus alas malheridas.
No te entregues corazón, libre, no te entregues.

Y recuerda corazón, la infancia sin fronteras,
el tacto de la vida corazón, carne de primaveras,
No te entregues corazón, libre, no te entregues.

Se equivocan corazón, con frágiles cadenas,
más viento que raíces, corazón, destrózalas y vuela
No te entregues corazón libre, no te entregues.

No los oigas corazón, que sus voces no te aturdan,
serás cómplice y esclavo corazón, si es que los escuchas
No te entregues corazón, libre, no te entregues.

Adelante corazón, sin miedo a la derrota,
durar, no es estar vivo corazón, vivir es otra cosa.
No te entregues corazón, libre, no te entregues».

Finalmente, encontrándose ya enferma y con la salud muy quebradiza, Mercedes grabo un doble álbum –ultimo de su discografia en vivo– con el título de "Cantora" (2009); álbum en el que interpretó 34 canciones a dúo con destacados cantantes iberoamericanos como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Luis Alberto Spinetta, Soledad Pastorutti, Julieta Venegas, León Gieco, Victor Heredia, Shakira, Pedro Aznar, Charly García, Joaquín Sabina, Vicentico, Jorge Drexler, Pedro Guerra, o Los Folkloristas, con los que cantó el "Himno Nacional Argentino".


Lamentablemente, el mismo año de la publicación de "Cantora", Mercedes falleció y tuvo que abandonarnos físicamente –aunque nunca en el corazón y en el recuerdo–. Fue a las 5:15 de la mañana (hora argentina) del 4 de octubre de 2009.

miércoles, 28 de agosto de 2013

ANTONIO FERNÁNDEZ FERRER: DE "GAVILLAS DE TRIGO" A SU "MEMORIA DEL TIEMPO". TODO UN LARGO Y APASIONADO RECORRIDO POR LA POESÍA Y POR LA MÚSICA

Hace unos meses, en mayo de este mismo año, con motivo de la muestra «...Y la palabra se hizo música» que estuvo expuesta en la Facultad de Bellas Artes, de Granada, tuve la oportunidad y el inmenso placer de reencontrarme con ANTONIO FERNÁNDEZ FERRER –investigador, profesor, escritor, compositor y poeta– que participó en el mítico colectivo andaluz "Manifiestos Canción del Sur".

Antonio Fernández Ferrer.

En aquel momento, Antonio acaba de terminar de escribir un nuevo poemario titulado "Memoria del tiempo" y me sentí completamente feliz cuando me insinuó si me apetecía escribirle un prólogo; insinuación que en décimas de segundo convertí en deseo... Pues ¡claro que sí!... Me encanta, y es un gran honor para mí, ser parte, aunque sea muy pequeñita, de esta preciosa y sugerente obra publicada por la Editorial Alhulia.


Por supuesto, antes de nada, recomendar la lectura de esta "Memoria del tiempo" y, seguidamente, ofreceros el prólogo que escribí en el que evidencio, creo que con claridad, la admirarión y el afecto que siento hacia Antonio.

RELATO PARALELO 
DE UN SORPRENDENTE ENCUENTRO

«Antonio Fernández Ferrer concluye este poemario –o mejor, el conjunto de latidos, de recuerdos, de imaginaciones, y de sentimientos que recogen sus páginas– con once relatos poéticos sencillamente fantásticos y cargados de ironía. En uno de ellos nos cuenta la historia de un individuo que durante unas vacaciones, largamente esperadas, quedó fulminado como consecuencia de un "sorprendente encuentro".

No sé muy bien por qué, pero el caso es que, concluida la lectura de ese relato, tomé la decisión de prologar esta “Memoria del tiempo” de Antonio Fernández Ferrer, con la narración de otro relato paralelo con "sorprendente encuentro" y con su "fulminación" correspondiente; pero, eso sí, en este caso, protagonizado por mí, relacionado directamente con él, y con final feliz… Un relato, os lo aseguro, desprovisto de "veladas ironías", pero cargado de "admiraciones y afectos descarados".

Andaba yo investigando por Granada con la idea de irle dando cuerpo a un proyecto que había surgido ilusionado, tras varias conversaciones mantenidas con Juan de Loxa. Se trataba de rescatar "de la memoria contra el olvido" a una de las manifestaciones poéticas y musicales más importantes que se produjeron en Andalucía entre 1968 y 1975; me refiero al nacimiento y al desarrollo de "Manifiesto Canción del Sur". Embarcado en aquel proyecto nunca olvidaré una tarde-noche del verano de 2003 en casa de Juan; fue aquel día, y justamente allí, donde se produjo el "sorprendente encuentro" que os voy a narrar.

Juan de Loxa.

Llevábamos hablando un buen rato –¡como no!– de Carlos Cano, de Antonio Mata… y de repente Juan se levantó, puso una casette en su magnetofón y me dijo: “Escucha esto”: Gavillas de trigo / botijos de agua / letrillas alegres / canta el "segaor"…  Me quedé sorprendido e impresionado –que es una forma más de quedar fulminado–… Y justo cuando iba a preguntar… “¿Quién canta esto?”, Juan siguió diciéndome –cuando Juan se entusiasma con lo que ama casi no escucha–: “Y a ver que me dices de esto que vas a oír ahora…”

Y, tras el texto cantado de José Enrique Vílchez, fueron desfilando Machado, Juan Ramón, Dámaso Chicharro y mi entrañable amigo-poeta Carlos Álvarez… ¡Fue un momento mágico, os lo aseguro!… “Pero, ¿quién canta? ¿cómo se llama?”… Insistía e insistía… Y Juan, como un mago coleccionista de insospechados tesoros culturales, me dijo lentamente, como revelándome un secreto: “Canta Nande Ferrer, y con él Esteban Valdivieso.

Antonio Fernandez Ferrer (Nande Ferrer) y Esteban Valdivieso.

Aquella fue la primera vez que escuché el nombre de Nande Ferrer y que me encontré con su voz y con sus canciones. Poco tiempo después supe que se llamaba Antonio, y tuve el inmenso placer de conocerle personalmente. Tras conversar con él –no hizo falta hacerlo mucho tiempo para que ocurriera– consiguió enamorarme por su calidad humana, su sencillez y su sensibilidad –ya lo estaba de su arte–. 

Evidentemente, Antonio Fernández Ferrer, a partir de aquel momento, se convirtió en uno de los más importantes protagonistas de la crónica cantada que desarrollé en mi libro dedicado a rescatar la memoria contra el olvido, en este caso la memoria de un acontecimiento cultural y musical tan importante como "Manifiesto Canción del Sur". 

Volviendo sobre el día en el que escuché cantar a Antonio por primera vez, he de decir, que lo que más me sorprendió fue la calidad y la sensibilidad musical de las canciones que interpretaba… ¡Allí había música en estado puro!… No eran cuatro acordes acompañando a un "sosón" –y más o menos afinado– recitativo… Aquello era auténtica música y auténtico canto popular. 

Después ya descubrí que lo de la música y la composición en Antonio y en su amigo Valdivieso, venía de largo; ¡de largo y de bueno!… Habían creado –siendo adolescentes– un grupo pop llamado "Los Querubines" y, posteriormente, habían formado un dúo musical en el que interpretaban sus propias canciones y musicalizaban poemas de autores contemporáneos. Eran cantautores. Por eso cuando Antonio ‘aterrizó’ en Manifiesto lo hizo amando ya la música, desplegando arte y sensibilidades, y cantando, como dijo Gabriel Celaya, "como quien respira".


Antonio Fernández Ferrer, cantando en la inauguración de la muestra
"...Y la palabra se hizo música" expuesta en Granada. Mayo, 2013.

Tanto llegué a admirar y a querer a Antonio Fernández Ferrer, por culpa de la música y –a partir de aquel sorprendente encuentro– por sus canciones, que mi  libro "Manifiesto Canción del Sur. De la memoria contra el olvido", se lo dediqué a su hijo Luis… Cuando se publicó el libro, él ya no estaba con nosotros -se nos había ido- pero tenía todo el derecho a conocer, como fuera y donde quiera que estuviese, lo mucho y lo muy bueno que su padre había hecho por la cultura andaluza –en particular por su poesía y su música– en un tiempo en el que, glosando a León Felipe, la cultura (especialmente aquí en el Sur) valía menos "que el orín de los perros".

He de decir, para ir concluyendo este prólogo-relato, que aunque personalmente no suelo encontrarme con Antonio con demasiada frecuencia –sí que nos presentimos en blogs y muros compartidos–, sigo su rastro y le persigo. Me confieso un auténtico ‘fan’ de todo, y es mucho, lo que hace y emprende en defensa del desarrollo cultural educativo y científico de Andalucía y, en particular, de sus quehaceres poéticos y musicales. Horas me he pasado, y me seguiré pasando, disfrutando de sus trabajos sobre la canción folk norteamericana -de la que es sabio-; contagiándome de su pasión por la poeta estadounidense Emily Dickinson; leyendo sus poemarios –como esta “Memoria del tiempo”–; y escuchando sus canciones, ¡sí!… porque en mi universo sonoro siguen estando presentes  "Metáfora de un hombre de mar", "Yo voy soñando caminos" y, sobre todo, aquellas "Gavillas de trigo", canción que me lo dio a conocer, y que Antonio compartió tantos años con el también común y amado amigo Esteban Valdivieso».
  FERNANDO GONZÁLEZ LUCINI
Madrid, 6 de julio de 2013

Para concluir este "cuelgue" os propongo escuchar la canción "Gavillas de trigo", de la que anteriormente he hablado. Es una canción compuesta por Antonio Fernández Ferrer y Esteban Valdivieso sobre un poema de José Enrique Vílchez. 

En el siguiente enlace de "goear" podéis escucharla interpretada por Antonio en una histórica grabación, de principios de los años 70, tomada del triple CD que acompaña al libro "Manifiesto Canción del Sur. De la Memoria contra el Olvido"

martes, 27 de agosto de 2013

CHIQUI CALDERÓN: «LA MEMORIA Y EL VICIO». UN TREMENDO "CANTAUTOR" Y ONCE CANCIONES DE LAS QUE CONSIGUEN REMOVERTE POR DENTRO... ¡FELIZMENTE!

Hay discos que, cuando me llegan, me someten a una curiosa tensión, por una parte despiertan la necesidad de escucharlos enseguida –de devorarlos diría yo–; pero al mismo tiempo –como son discos tan esperados y tan deseados– siento la necesidad de no precipitarme; de encontrar el mejor momento para escucharlos; ese momento, "relajao" y tranquilo, en el que uno está dispuesto a dejarse zambullir sin límites en el mar interior de las emociones y de los sentimientos. En realidad, en estos casos, la audición de un disco es algo muy similar al fascinante juego y proceso de la "seducción".

Pues bien, esto es lo que me ha ocurrido, y me está ocurriendo desde hace unos días, con el nuevo disco de CHIQUI CALDERÓN. Tras buscar y encontrar el buen momento para escucharlo –no sé ya cuántas veces me lo he "puesto"– este nuevo disco ha conseguido "atraparme" –canción a canción–; y ¡claro!, como era de esperar, al mismo ritmo de la escucha, mis emociones y mis sentimientos se me han "desbocao"; lo que para mí, desde un punto de vista crítico –y también personal– marca un muy alto nivel de "calidad"... Lo he dicho muchas veces, y no me canso, para mí la clave esencial de la calidad, en lo que a la canción se refiere, radica en la "emoción"... Y el bueno de Chiqui ha vuelto a emocionarme.

Chiqui Calderón. (Fotografía de Alicia Albarrán).

Antes de comentar en detalle el nuevo disco de Chiqui –"La memoria y el vicio"– quiero hacer una observación de tipo general: 

Justo este nuevo disco ha caído en mis manos en un momento en que –empeñado en crear una importante web sobre la "canción de autor"– me estoy volviendo a replantear la definición, o el perfil, de ese género en el que tanto tiempo vengo trabajando; pues bien, al escucharlo y al escudriñar sus contenidos poÉticos me he reafirmado en todo lo que creo y lo que pienso al respecto; no solamente porque lo que canta Chiqui Calderón sea "canción de autor" en esencia; sino, también, porque en la carpeta del CD él mismo nos expresa sus intenciones –o mejor, "qué y por qué canta"– y sus palabras, para mi, son una clara y completa radiografía de lo que es este género.


Escribe Chiqui:
«La memoria y el vicio es un comunicado para satisfacer de alguna manera 
mis necesidades. 
Es el recuerdo, el instinto, la virtud, lo imperfecto y lo casual. 
Consecuencias fundamentales que organizan mis experiencias.
Es un homenaje a todos los seres humanos que imaginé, conocí y conozco, es el conjunto de todos, percepción y aprendizaje.
Son emociones, las mías..., es lo que pude hacer y hago, habla de lo que quise hablar, de lo inevitable, y como lo pude cantar.
Es un trabajo libre de pensamiento, humano, con sus luces y sus sombras.
Está hecho con los últimos principios y causas de mi forma de ver el mundo.
Es la memoria inoportuna y el vicio consentido».


Y yo me permito añadir: "Y todo eso es canción de autor"; sin mersianismos, sin pretensiones "salvíficas" y trascendentes, sin "corales de famoseo" –Chiqui no las necesita–, sin consignas –ni progres, ni de las otras–. Son once canciones que fotografían experiencias, recuerdos, percepciones, aprendizajes, pensamientos, emociones, luces y sombras, memoria inoportuna, vicio consentido y, a fin de cuentas, comunicación libre de formas de vivir y de ver el mundo... ¡Puro humanismo!

Y a todo ello se une –como remate de lo que es una "canción de autor" de calidad– una magnífica interpretación –con la "jondura" que Chiqui atesora en su alma, en voz y en sus manos–; uno arreglos y una producción impecables –como acostumbra a hacer Joaquín Calderón–; unos músicos que lo han dado todo: Álvaro Gandul, Rafa Torres, Fran Cortés y el propio Joaquín; y un universo sonoro en el que se fusionan el flamenco, el jazz, el tango, el blues, aires andalusíes... ¡qué se yo!

Chiqui Calderón.
«Ahora mi música se encara con otras músicas [...].
Yo por dentro reviento, exhausto de nervios,
me entrego a desiertos y a oídos
que quieran escuchar con el pellizco
que a mí la vida se me va. [...]
Ahora mi música es también tu música,
yo te la entrego pero por necesidad».
(“Harto de escuchar”).

¿Y qué nos entrega, en concreto, Chiqui Calderón a través de su música y de sus canciones?. Yo resaltaría, sintetizando –para no alargarme demasiado–, que nos entrega y nos confidencia, en primer lugar, un entramado sentimental de amor, de deseo, de sexo y de pasiones que desborda mucha ternura –en los "vicios consentidos" de este sevillano cantor hay mucha ternura–.

«[...] No te resistas a quererme, tu boca cerca es mi esperanza,
tu vida es rara, no me confieses, esta locura por ti me hará olvidarla.
Tu indecencia ya la quisieran las buenas conciencias...
Virgen de todos los hombres, puta de las malas lenguas,
yo lo que sé, que no hay droga en el barrio,
que me coloque como tu presencia.
Soy un perfecto imperfecto, me basta con ser el otro,
dame tu olor a café y tabaco,
déjame ser la piedrecita de tu zapato».
(“De colores”)

«A pecho descubierto te conocí
un gesto desde tu sitio me consternó,
celoso del momento me convertí, en tu aprendiz.
Desde el horizonte te acercas, mostrándome el vicio,
que pena que el viento pase sin catarte un poquito.
Tu cara me alerta de que eres un riesgo,
respiro el secreto y te pierdo a lo lejos.
Yo me voy contigo.
Y si no te has ido nunca
no tienes por qué volver.
Toda mi tensión aumentó sabiendo que eres deseada.
Entre tanta gente reservo el espacio casi te quedabas,
desdoblo tu ausencia, una parte sale a buscarte
y otra espera a que vuelvas».
(“No tienes por qué volver”)

Joaquín Calderón, Álvaro Gandul, Chiqui Calderón y Rafa Torres
en "La Estación" de Sevilla. (Fotografías de Ende García).

Por otra parte, Chiqui en sus canciones realiza un luminoso viaje interior: «Entre aire fresco me busco "dentro". / Tiro para dentro, a reventar en lluvia, la nube en la que me convierto»; viaje interior del que surgen necesidades –que comparte– tan descaradamente liberadoras, poSItivas y poÉticas como éstas:

«A todos nos hace falta una cura de naturalidad
sin alimentar malos rollos y palabras con guasa,
sencillez y humildad son formas guapas de amar,
lo que no quiras para ti, no se lo des a los demás.

Y tú sabrás que el punto está en la forma de mirar,
busca una boca honrada, que no te venda “ojana”
y engánchate a escuchar.

Y ya verás que no existe un plan para amar,
ni dos y dos son cuatro, ni todo lo contrario,
empieza por preguntar.

A todos nos hace falta una lágrima de más,
atemperar nuestros miedos, esa es la piel que hay que mudar,
nada mantiene su forma todo se transforma,
si buscas una verdad levántate y ponte a andar.

Y salir a buscar gente que hable en paz, 
y quitar las telarañas que cubren los ojos
y salir a buscar la más pura variedad,
entre gustos no hay disputas, que no te confunda».
(“A todos nos hace falta”).

En fin, no quiero alargarme; entre otras cosas porque sería inútil; nada de cuanto he escrito y pudiera escribir adquiere su verdadero valor, sus verdaderas dimensiones, si no escuchamos las canciones y si no nos dejamos seducir y atrapar por la voz y la música de Chiqui Calderón... Y si pudiéramos verle cantar en directo, ¡uf!... ¡mucho mejor!... ¡os lo aseguro!

lunes, 26 de agosto de 2013

¡¡¡NO!!!

Acabo de leer esta desgarradora noticia:

Médicos Sin Fronteras confirma 355 muertos 
por agentes químicos en Siria

La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) ha informado de que en tres hospitales en la gobernación de Damasco fueron atendidos el pasado miércoles, en menos de tres horas, unos 3.600 pacientes con síntomas neurotóxicos, de los que 355 murieron.

¡NO LO PUEDO SOPORTAR! ¡ME SIENTO IMPOTENTE! ¡ROTO!...
¡MALDITAS GUERRAS! ¡MALDITAS ARMAS!

¡NO PUEDO HACER OTRA COSA MÁS QUE GRITAR CON TODAS MIS FUERZAS:

domingo, 25 de agosto de 2013

SOL DE NOCHE (RADIO) - «EL HOMBRECITO VESTIDO DE GRIS»: UN CUENTO CANTADO Y MUSICALIZADO PARA ESCUCHAR "DESPACITO"



La historia de «EL HOMBRECITO VESTIDO DE GRIS» –de Fernando Alonso– fue otro de los cuentos que musicalicé para incorporarlos a la serie de programas de radio que realicé, en 1988, inspirándome en textos de la literatura infantil y juvenil que –trabajando con mis alumnos y alumnas de Educación Primaria– llegaron a impactarme profundamente como adulto.

Anteriormente ya colgué en esta misma sección otros dos cuentos:

"¡Dídola, pídola pon!, o la vida debe ofrecer algo más" 
de Maurice Sendak. Enlace:

"Sapo y Sepo son amigos" de Arnold Lobel. Enlace:

En el programa que hoy os ofrezco –con una duración aproximada de 30 minutos– leo varios fragmentos de "El hombrecito vestido de gris" y aplico la técnica del "cuento inacabado", consistente en dejar abierto el final de la narración para que fueran los oyentes los que le buscaran un final. (No os podéis imaginar la cantidad de "finales" que recibí de la audiencia a partir de la emisión del programa, aún los conservo, fueron más de mil quinientos).

En este programa se escuchan cuatro canciones:

• La primera, corresponde a ENRIC BARBAT –uno de los componentes del colectivo catalán "Els Setze Jutges", fallecido en diciembre de 2011–. Esta canción se llama "Las siete y media" y pertenece al disco "RH+" (1977), cantado en castellano. Esta es la letra de la canción:


«El sombrero, el calcetín, desayuno en la escalera,
bocadillo en la cartera, vas al galope sin fin,
vuela, vuela superman, un minuto es un gemido
el tiempo lleva tu apellido como hierro en el imán,

tu mujer desde el balcón te ve salir a la calle,
una vieja por los aires, un chaval al paredón
lechuguina caridad, con las manos en el pecho,
defiende el cuerpo maltrecho de tu astral velocidad.

eres rayo celestial cortante como una espada
ssssst… como una bala con tu traje de tergal,
a un buen cura cuarentón le destrozas el breviario,
la jamona de tu barrio grita llena de ilusión

relinchas con majestad, la bandera llameante
de una raza de gigantes brilla hoy en tu ciudad,
por los hijos y el honor, la familia que se ensancha
te guía la guerra santa, corre, corre, hijo de Dios».

• La segunda canción es "Calle Melancolía" de Joaquín Sabina.

• La tercera corresponde a María Ostiz, se titula –creo recordar– "Son tonterías" , y pertenece a su LP "Mujer" publicado en 1987.

• La cuarta canción es "La quinta  verde" del grupo canario "Taburiente"; canción que pone fin al programa con estos versos:


«Hoy amanece el día gris 
y en el ocaso no está el sol,
en el rosal hay un poema 
que tembloroso lee el viento
con un mensaje para ti:

Espero hasta el agotamiento 
en cada nuevo amanecer 
que alguna vez venza el amor 
y el mal se aleje de ti». 

Y, tras esta introducción, aquí os dejo el programa de radio al que vengo haciendo referencia, como siempre sobre un formato vídeo de youtube y a través de un enlace en ivoox:


sábado, 24 de agosto de 2013

MERCEDES SOSA IV - UN PARÉNTESIS NECESARIO Y UNA "MUSICALMA SABATINA" IMPRESCINDIBLE.

Antes de continuar los "cuelgues" biográficos que he iniciado en el blog sobre MERCEDES SOSA, voy a hacer un paréntesis necesario para presentar un disco maravilloso y fundamental, publicado en el año 2011, con el título de "Mercedes Sosa 1976-1982. "Y seguí cantando". Canciones censuradas e inéditas». Disco que reconstruye una parte esencial de su carrera artística reuniendo, por primera vez, las canciones que le fueron censuradas de las ediciones nacionales de sus discos publicados durante la última dictadura militar argentina, junto a aquellas que solo integraron singles o EPs y no formaron parte de sus LPs originales.

La cubierta del disco es la siguiente:


Estas son las canciones que lo integran:
1. Te recuerdo Amanda (Víctor Jara) 
2. Adiós a Belgrano (Félix Luna - Ariel Ramírez) 
3. Canción de lejos (Armando Tejada Gómez - César Isella)
4. Corazón (Saúl Quiroga) 
5. Niño de mañana (Félix Luna - Graciela Yuste)
6. Duerme mi tripón (Otilio Galíndez)
7. La niñez (Chacho Muller)
8. O cio da terra o [Cio da terra] (Milton Nascimento - Chico Buarque)
9. San Vicente (Milton Nascimento - Fernando Brant)
10. Como la cigarra (María Elena Walsh) 
11. Como un pájaro libre (Adela Gleijer - Diana Reches) 
12. Canción de las simples cosas (Armando Tejada Gómez - César Isella)
13. Sueño con serpientes (Silvio Rodríguez)
14. Fuego en Anymaná (Armando Tejada Gómez - César Isella)
15. Gente humilde (Vinícius de Moraes - Garoto - Chico Buarque) 

Para presentar este disco, y, con él, una de las dimensiones biográficas menos conocidas de Mercedes, me voy a limitar a reproducir el texto que aparece en la carpeta del CD, escrito por Diego Fischerman, periodista y crítico musical nacido en Buenos Aires, en 1955.

«Mercedes Sosa –escribe Diego– fue, sin duda, la voz argentina. Durante más de cuatro décadas, ese sonido significó una síntesis. Allí estaban presentes no solo una manera de interpretar la tradición más reciente de la canción popular fundada en el folklore rural sino la historia inmediata. Sosa, además de cantar al país lo creó, a imagen y semejanza de su repertorio. Sus discos instalaban canciones en el imaginario popular pero, también, temas de discusión; señalaban caminos, artísticos y políticos. El ideal de "artista comprometido", que no solo era capaz de reflejar la realidad en su obra sino que con ella podía influir en la sociedad, pocas veces tuvo una encarnación tan clara como en el caso de Mercedes Sosa. Esa relación de cercanía, sin embargo, también la colocó en el lugar de blanco preferencial de la última dictadura militar argentina y de una concepción según la cual hasta los gustos y afinidades estéticas era  territorios de batalla. A la "conjura del marxismo internacional" se le debía combatir en todos los frentes y el de la cultura fue uno de ellos. Mercedes Sosa fue, entonces, una víctima emblemática de esa guerra ideológica. No sólo debió exiliarse y sus discos de esa época debieron ser grabados en otros países sino que las ediciones nacionales de esos registros sufrieron importantes alteraciones con respecto a cómo habían sido concebidos originalmente.

En particular, en dos de esos discos, "Serenata para la tierra de uno", de 1979, y "A quién doy", publicado en 1980, las ediciones argentinas no incluían una serie de temas que, lejos de ser descartes eran, más bien, parte del núcleo estético de esas obras. En el primero de esos álbumes fueron cercenados "O cio da terra", de Chico Buarque y Milton Nascimento (grabado y publicado en Brasil, en 1977, en un disco single junto a "San Vicente", de Milton Nascimento) y tres temas registrados, como el resto del LP, en 1979 y en México: "Como la cigarra", de Maria Elena Walsh, "Como un pájaro libre", de Glejer y Reches, y "Canción de las simples cosas", de Tejada Gómez e Isella, todos con arreglos de Nicolás  Brizuela y Roberto Prais. "Como un pájaro libre" volvería a ser grabado más adelante, con un arreglo levemente distinto (un solo de Brizuela en guitarra) aunque con diferencias interpretativas y esa nueva versión sería incluida en el disco de ese nombre, lanzado en 1983, También "Canción de las simples cosas" volvió a ser registrado, en este caso con el mismo arreglo pero también, con sustanciales diferencias en la interpretación, y la nueva grabación (realizada en Buenos Aires en lugar de México) fue parte de "A quién doy", de 1980.


"A quién doy", sin embargo, no corrió con una suerte mejor; de su edición argentina fueron omitidos los temas que pertenecían a autores prohibidos por la dictadura: "Sueño con serpientes", de Silvio Rodríguez; "Fuego de Anymaná", de Tejada Gómez e Isella; y "Gente humilde", de Chico Buarque, Garoto y Vinicius de Moraes.


Esta edición agrupa, por primera vez estas canciones censuradas y, además parte de las canciones que Mercedes Sosa editó en discos singles con dos temas (en Argentina reciben el nombre de "simples") o EPs, con cuatro canciones (conocidos localmente como "dobles"), que no formaron parte de sus LPs originales.

"Te recuerdo Amanda", de Víctor Jara, fue publicado en un single, en 1969, dedicado a autores chilenos y que incluía también "Gracias a la vida", de Violeta Parra, que luego fue parte de "Homenaje a Violeta Parra", de 1971. "Adios a Belgrado" de Féliz Luna y Ariel Ramírez, era parte de la banda de sonido de la película "El santo de la espada", de Leopoldo Torre Nilsson y había sido publicado en un single de 1970, junto a "Gringa chaqueña", también de Luna y Ramírez.


"Canción de lejos", de Isella y Tejada Gómez; y "Corazón", de Saúl Quiroga, fueron publicados en un single de 1974 mientras que "Niño de mañana", de Felix Luna y Graciela Yuste; "Duerme tripón", de Otilio Galíndez; y "La niñez", de Chacho Muller, formaban parte de un EPs de 1975 que se completaba con "Drume negrita", de Eliseo Grenet, posteriormente incluido en "Mercedes Sosa 76". "San Vicente" por su parte, se había publicado en el single brasileño de 1977, ya mencionado».

miércoles, 21 de agosto de 2013

MERCEDES SOSA III - "HERMANA DE MI ESPERANZA"

Mercedes Sosa.

A partir de 1966, en que MERCEDES SOSA graba su disco "Hermano" inició un recorrido artístico intenso y de una calidad en continuo progreso.

En concreto, entre 1967 y 1980, grabó y editó los siguientes discos: "Para cantarle a mi gente" (1967), "Con sabor a Mercedes Sosa" (1968), "Mujeres argentinas" (1969) –con canciones de Felix Luna y Ariel Ramírez–, "Navidad con Mercedes Sosa" (1970), "El grito de la tierra" (1970), "Homenaje a Violeta Parra" (1971) –en el que incluyó el poema de Nicanor Parra "Defensa de Violeta"–, "Hasta la victoria" (1972) –obra especialmente reivindicativa, con canciones de tipo social y político como la que le daba el título, compuesta por Anibal Sampayo; "Plegaria de un labrador", de Víctor Jara; "Campana de palo", de Maria Elena Walsh; o "Los hermanos" de Yupanqui–, "Cantata sudamericana" (1972) –nuevamente con música de Ariel Ramírez y letra de Félix de Luna–, "Traigo un pueblo en mi voz" (1973), "A que florezca mi pueblo" (1975), "En dirección al viento" (1976), "Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui" (1977) y "Serenata para la tierra de uno" (1979) –disco en que reafirmó, valientemente, su canto a la vida en medio de la gran violencia que estaba sufriendo en aquel  momento su país.


Entre toda esa amplia discografía voy a resaltar –especialmente por lo que tiene de entrañable– un precioso single que Mercedes grabó con Horacio Guarany en el que incluyeron dos míticas canciones "Si se calla el cantor" y "Guitarra de media noche".


«Sol, mar, guitarra de medianoche.
Yo y tú, hermana de mi esperanza [...]
Andaré en la huella,
siguiendo una estrella,
que aunque esté muy alta,
yo sé que un día
la he de alcanzar».
("Guitarra de medianoche").

En 1979, cuando ya le resultaba insostenible su situación frente al crimen y a la represión de la junta militar argentina, Mercedes decide exiliarse, primero, en París, y poco tiempo después, en España.

Dos años más tarde, como en realidad podía entrar y salir de Argentina, porque no tenía causa judicial alguna, decidió regresar y realizó varios conciertos en el teatro Ópera, de Buenos Aires; conciertos a partir de los que se grabó el disco "Mercedes Sosa en Argentina" (1982), en el que le acompañaron León Gieco y Charly García.

Poco tiempo después Mercedes tuvo que volver a marcharse de Argentina. Regresó a España, continuó con sus giras y sus grabaciones, y en 1984 regresó de nuevo a su país, cuando parecía que la democracia empezaba a asentarse.

Sus discos a partir de 1980 –hasta el año 2000–, grabados primero en el exilio, y posteriormente, ya en su país, fueron: "Gravado ao vivo no Brasil" (1980), "Mercedes Sosa en Argentina" (1982), "Mercedes Sosa" (1983) –con sus extraordinarias versiones de "Unicornio" y "La maza", de Silvio Rodríguez–, "Como un pájaro libre" (1983) –disco al que le dio título la bellísima canción que compusieron con este mismo título las uruguayas Adela Gleijer y Diana Reches–, "Será posible el sur" (1984), "Vengo a ofrecer mi corazón" (1985), "Amigos míos" (1988) –acompañada de Milton Nascimento, Víctor Heredia, Beth Carvalho, Los Andariegos, Pablo Milanés, Raimundo Fagner, Cuarteto Zupay, Fito Páez, Teresa Parodi y Kleiton y Kledir–, "En vivo en Europa" (1990), "De mi" (1991), "30 años" (1993) –con el acompañamiento de León Gieco, Horacio Guarany y Milton Nascimento"Sino" (1973) –obra en la que interpretó "Caruso", de Lucio Dalla–, "Gesto de amor" (1994) –bellísimo disco en el que podemos escuchar sus magníficas versiones de las canciones "Fragilidad", de Sting; "El puente de los suspiros", de Chabuca Granda, y "De alguna manera", de Luis Eduardo Aute–, "Escondido en mi país" (1996), "Alta fidelidad" –con canciones de Charly García–, "Al despertar" (1998) –en el que incluye canciones de Alejandro Lerner–, "Misa criolla" (2000) y "Acústico en vivo" (2000).


Concluyo este tercer "cuelgue" dedicado a Mercedes Sosa proponiendo la escucha de su versión de "Unicornio" de Silvio Rodríguez; versión grabada inicialmente en su disco titulado simplemente "Mercedes Sosa" (1983).

martes, 20 de agosto de 2013

CLAUDINA Y ALBERTO GAMBINO. "DE CÓMO LO DE CANTAR EN LOS AÑOS SETENTA LLEGÓ A CONVERTIRSE EN UNA AVENTURA TREMENDAMENTE DIFÍCIL "... ¡COSAS DE LAS DICTADURAS: SUS CENSURAS Y SUS REPRESIONES!

Claudina y Alberto Gambino.

Andaba yo ayer buscando en mis archivos esta fotografía de CLAUDINA y ALBERTO GAMBINO, para incorporarla en el "Catálogo de cantautores y cantautoras en construcción", y así, sin esperarlo, me reencontré con una serie de documentos que tenía prácticamente olvidados. Documentos "alucinantes" que hoy deseo compartir, con todos vosotros y vosotras, contextualizándolos en una narración que no tiene nada de fantástica. ¡Os lo aseguro!... Es real como la vida misma

Érase una vez –en el mes de junio de 1975, concretamente en Segovia– en que dos cantautores –ella se llamaba Claudina y él Alberto Gambino– encontraron un local en donde poder dar un concierto. Fue en la mítica discoteca segoviana "Ladreda 25".

El propietario de la sala se comprometió a que actuaran el día 13 de junio, pero advirtiéndoles que la cosa no era tan fácil como parecía, ¡no!... Había que realizar toda una serie de trámites administrativos que eran imprescindibles antes de asegurarles la actuación; trámites con la Delegación Provincial de Información y Turismo, y con El Gobierno Civil para que dieran las autorizaciones pertinentes, o sea, "para pasar por la censura y poder celebrar el concierto".

Inmediatamente el dueño, o el encargado de la discoteca –se llamaba Joaquín–, se hizo con el impreso que debía rellenar y entregar en la Delegación Provincial de Información y Turismo, lo rellenó, lo llevó, se lo sellaron y se lo registraron con fecha de 9 de junio, es decir, cuatro días antes del concierto.

Este fue el documento:

(En este documento hay un detalle que no entiendo; como puede
observarse, cuando se hace referencia a la actuación musical,
antes de nombrar a Claudina y Alberto Gambino apare tachado
el nombre de Pablo Guerrero. ¿Por qué? Pues ni idea.)

Adjunto a este impreso de solicitud, Joaquín, o sea, el solicitante de la autorización, tuvo que entregar también un documento en el que aparecían todos los textos del repertorio de canciones de Claudina y Alberto Gambino para ser "visado y autorizado".

Tres días después –12 de junio–, es decir, en vísperas del concierto, el encargado de la discoteca segoviana "Ladreda 25" recibió la siguiente comunicación del Delegado Provincial del Ministerio de Información y Turismo, con sus firma, su registro y sus dos "sellitos" de 25 pesetas cada uno:

Curiosa la autorización para mayores de 18 años

A este documento, el señor Delegado Provincial adjuntaba, como puede comprobarse a continuación, el reportorio de canciones  de Claudina y Alberto Gambino igualmente sellado, visado y autorizado.



Después de todo lo anterior, parecía que ya no había problemas y que la actuación podía celebrarse..., ¡pues no!, todavía faltaba la autorización del Gobernador Civil de Segovia, que, como podéis observar en el documento adjunto, llegó, justamente el mismo día 13, poquitas horas antes de que la discoteca se abriera... Vamos, que el concierto pudo celebrarse "por los pelos".


Esto que os he contado –con sus correspondientes pruebas documentales–, con el paso de los años puede parecer mentira...; ¡pues ya veis que no es así!... ¡ocurrió!... Era, sencillamente, uno de los rostros  de la represión y de la idiotez salvaje que siempre emana de las dictaduras.

Esto también es "memoria contra el olvido"... Espero que cosas así nunca más vuelvan a producirse en nuestro país y deseo, con toda mi alma, que no se produzca en cualquier otro país del mundo... Pero, ¡andemos vigilantes!... por si las moscas.

sábado, 17 de agosto de 2013

ESTHER ZECCO - DE LA IMAGINACIÓN A LA REALIDAD... TRASPASANDO EL UMBRAL DE SUS PAREDES.

Este verano con el tema de la "crisis" –o sea, de la falta de "pelas"– y otros "menesteres" relacionados con el campo de la "odontología", he decido echar mano de la "imaginación" para relajarme, para disfrutar de mi tiempo libre –que es bastante–, y para pasármelo lo mejor posible en mi  barrio madrileño. Y es que la "imaginación" es una "dama" que cuando la reclamas con cierta pasión –si la mimas, la cultivas y le das toda la libertad posible y que le gusta– nunca te falla.

Os cuento: Aparte de que de vez en cuando –durante este me de agosto– me escapo por las noches a la Sala Galileo –dónde Ángel y Domingo se encargan de mimarme–, durante el resto de los días de la semana, en que me quedo en casa con mi compañera, me he montado un particular "honky-tonk" –evidentemente "imaginario"–. (Por si alguno de los que me estáis leyendo no sabéis lo que es un "honky-tonk", os lo aclaro: es un bar típico del sur de los Estados Unidos en el que se bebe buena cerveza y en el que suele haber buena música en directo –blues, folk y, sobre todo, música country–; algo parecido a lo que se puede intuir en la siguiente foto).


Jugando, por tanto, con mi imaginación –no creáis que me he vuelto loco–, por mi "honky-tonk" casero van desfilando cantidad de buenos músicos a los que admiro: Johnny Cash, Kris Kristofferson...; e incluso, hace un par de noches, pasaron por allí Joan Baez y Pete Seeger... (Lo increible y lo mágico de la "imaginación" es que con un buen disco me traigo pa'cá a quien me apetece y me da la gana).

Pues bien, este verano, con bastante frecuencia, he escuchado tocar y cantar sobre la tarima imaginaria de mi particular "honky-tonk" a una chica que aparece, de vez en cuando, con su guitarra, y que nos invita a descubrir con sus canciones –y con mucho atractivo– lo que hay "Detrás de la pared".

Cuando se pone a cantar, se hace un gran silencio, y suena, más o menos, así:


¡Sí!, esa chica que canta y que toca la guitarra y la armónica es ESTHER ZECCO, a quien admiro mucho.

Esther Zecco. (Fotografía de Inés Poveda).

Hasta aquí, la parte "fantástica" e imaginativa de este "cuelgue" que ha surgido, en realidad, porque desde el primer día que escuché el nuevo disco de Esther en su casa, me ha suscitado sonoridades muy próximas al folk y a la música country de la que tanto me nutrí, sobre todo en los años setenta y ochenta. Sonoridades que, por cierto, me encantan porque uno está ya un poco harto de escuchar lo que yo llamaría "discos y canciones bis" –"toas" más o menos iguales; ¡más de lo mismo!–.

En esto de la "canción de autor" –tanto musical como poéticamente– a mí, lo que más me gusta es la libertad en su proceso de creación; el "aire fresquito" que surge de la originalidad no forzada; y la diversidad que desde ahí se genera. "Ser como fulano o parecerse a él, o a ella" –por muy referente que sea– o "repetirse a uno mismo" es un absoluto aburrimiento. A mí, por lo menos me aburre mucho. Motivo por el que, en contraposición, anoche disfruté intensamente con Marta Plumilla en la Sala Galileo; e igual me pasa, desde otras perspectiva –¡bendita sea la diversidad!– con Esther Zecco.

La feliz culpa de esas sonoridades tan peculiares en el universo musical de Esther la tienen también los músicos que, en este caso, la acompañan en el disco: Álvaro Molinillo, Daniel Doval, Manu Míguez; y las voces y coros de Adriana Moragues y Virginia Montaño.

Por otra parte el nuevo disco de Esther esconde un misterio latente en su título: "Detrás de la pared", e incluso en la fotografía de Cristina PR que aparece en su cubierta.



Evidentemente "detrás de la pared" de Esther Zecco está todo esto que ella misma dice en la canción con la que abre su disco; pero hay mucho más; dejadque que os cuente otras cosas que yo mismo he descubierto:

Detrás de la pared de ESTHER ZECCO está el mar y el deseo de ser feliz y de vivir –vivir contra las falsas "seguridades", las soledades, o las guerras–. Hay caricias escondidas, ojos grabados, disfraces de espía y huracanes. Hay deseos de viajar descalza y sin equipaje; ojos que como ventanas verdes brillan en diciembre; risas, corazones salvajes y un lago. Hay ciudades de autopista y perdidas. Hay horizontes largos y cruces de caminos. Hay tormentas preparadas para llover. Hay vuelos sin paracaídas por encima del mar... Y hay amores, amores tan apasionadamente locos, como para cantar cosas como ésta:


«A veces quiero que te enfades conmigo.
Lo sé, no tiene ningún sentido.
Una y mil veces yo sigo poniéndote a prueba.
Pienso: a ver hasta donde llega.
A veces quiero que te vayas de aquí.
No creas que lo digo por decir.
Una y mil veces yo sigo obligándote a hacer las maletas.
Pienso: a ver hasta cuando se queda».

Vuelvo a los inicios de este "cuelgue"... Todo esto es lo que siento y descubro cada noche en que  Esther Zecco aparece por mi "honky-tonk" imaginario...; y me ¡encanta!...; y no estoy dispuesto a ponerla a prueba...; quiero que se quede...; o que si se va, ¡que vuelva!... 

RAFA MORA Y MONCHO OTERO EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "VOLAD CANCIONES, VOLAD"

MONCHO OTERO y RAFA MORA serán protagonistas muy especiales en la presentación del libro "VOLAD CANCIONES, VOLAD". Estamos traba...