Vistas de página en total

domingo, 30 de septiembre de 2012

CANTIJUEGO «poÉTICO» PARA REIVINDICAR NUESTROS DERECHOS A SOÑAR Y A LA ESPERANZA.

A lo largo del mes de septiembre, todos los días, por la mañana, he venido proponiendo en mi muro de facebook la audición de una canción con el fin de poder afrontar el despertar de estos días de tanta crisis, de tantas injusticias, y de tanta crispación con un poquito de esperanza y, sobre todo, reivindicando nuestro "derecho a soñar", o, incluso, como dice Eduardo Galeano, nuestro "derecho al delirio" en favor de la justicia, de la libertad, de la solidaridad o de la paz.

De cada una de esas canciones, que han sido 30, cada día centraba la atención sobre un fragmento de su letra. En concreto, estos han sido los 30 textos propuestos a lo largo del mes de septiembre.


El "cantijuego" de hoy consiste en: 

1 - Identificar quién o quiénes son los autores, o autoras, de cada uno de los textos anteriores.
2 - Identificar el nombre de la canción a la que pertenece cada texto.

Y como siempre, ahí queda el apartado de "comentarios, para participar en el "cantijuego",
o para ir realizando su seguimiento.

sábado, 29 de septiembre de 2012

LA INQUEBRANTABLE LIBERTAD DE LA VOZ Y DE LOS VERSOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ II - Y SU PALABRA SE HIZO MÚSICA

Logotipo de la Cátedra Miguel Hernández
de la Universidad Miguel Hernández.
.
Junto al pretendido silenciamiento represivo, del que hablábamos en el "cuelgue" de ayer, sufrido por la poesía durante la dictadura franquista –y, en consecuencia, por poetas como Miguel Hernández–, hay que mencionar otro tipo de silenciamiento muy anterior, ejercido sobre la creación poética, que, sin ser estrictamente represivo, tuvo, de forma más sutil, graves e importantes consecuencias que aún hoy se ponen de manifiesto.

Me refiero, en concreto, a la intervención de la imprenta y a la publicación, en 1449, por Johannes Gutemberg, del llamado "Misal de Constanza", considerado el primer libro topográfico del mundo.


Sería un atrevimiento osado e injusto que yo negara o pusiera en duda, en este momento, el incuestionable valor de un gran personaje como Gutenberg, el de la imprenta y, en general, todo lo positivo que supuso aquel histórico descubrimiento. No es esa mi intención, ni mucho menos. Sin embargo, sí que me siento profundamente identificado –y, por tanto, de acuerdo– con las reflexiones de los poetas Jesús López Pacheco y Blas de Otero acerca de las consecuencias que se desencadenaron con la invención de la imprenta y con la publicación de los libros respecto a la poesía oral y, en particular, respecto al importante oficio cultural desempeñado desde siglos atrás por los juglares y los trovadores.


En 1968, Jesús López Pacheco escribía:

«Ha sido detenida la poesía. Sus jueces la han condenado a imprenta perpetua. Tal habría podido ser la noticia difundida por los últimos trovadores al ver los primeros libros de versos. 

Allí estaba la poesía encerrada, atada, descolorida y muda, tras los barrotes de las líneas; desde entonces, tendría que esperar al lector, en lugar de ir de boca en boca buscando al pueblo, de quien nacía por manantiales llamados poetas. Los trovadores, entonces, arrojaron sus vihuelas.

Pero esta cárcel de la imprenta podía tener ventanas casi infinitas –los libros– por los que la poesía se asomaría a la calle, a la gente. 


Jesús López Pacheco.
Pronto, sin embargo, sus enemigos lograron controlar su número y tamaño, de modo que, ni aún pálida y muda, ni aún seca y retorcida de sufrir, podo llegar sino a muy pocos lectores. Y así la vemos hoy, asomada tímidamente a esos escasos y pobres ventanales de las ediciones de poesía, viendo al pueblo alejado y alejada ella del pueblo». (Fragmento de un texto que acompañaba la edición del primer disco grabado por Hilario Camacho en 1968).

En esa misma línea de pensamiento, y coincidiendo plenamente con López Pacheco, Blas de Otero, al referirse a la poesía y a la palabra decía:

«La palabra necesita respiro, y la imprenta se torna de pronto el alguacil que emprisiona las palabras entre rejas de líneas. Porque el poeta es un juglar o no es nada. [...]. El disco, la cinta magnetofónica, la guitarra o la radio y la televisión pueden –podrían: y más la propia voz directa– rescatar al verso de la galera del libro y hacer que las palabras suenen libres, vivas, con dispuesta espontaneidad». (Blas de Otero. "Poesías y palabra").


Esta es la segunda perspectiva a la que me refería en el "cuelgue" de ayer al hablar del silenciamiento del lenguaje poético: nuestra poesía en los años sesenta y setenta, se encontraba encerrada, atada, descolorida y muda entre rejas de líneas, y necesitaba un respiro.

Frente a los dos tipos de silenciamiento poético que he mencionado –el represivo y el libresco–, se imponía un reto urgente: romper con aquellos silencios y buscar los cauces para que la poesía, recuperando su libertad, su vida y su espontaneidad, pudiera acercarse a la "inmensa mayoría" de los ciudadanos y ser escuchada y sentida por ellos. Tarea a la que contribuyeron muy eficazmente los nuevos juglares y trovadores identificados ahora con el término de "cantauores"; hombres y mujeres que surgieron –y siguen surgiendo– para liberar la poesía a fuerza de música y de voz.

Ese fue el reto que asumieron, y siguen asumiendo, respecto a la poesía de Miguel Hernández, creadores como Paco Ibáñez, Elisa Serna, Luis Pastor, Joan Manuel Serrat, Adolfo Celdrán Francisco Curto, Amancio Prada, Alberto Cortez, Los Juglares, Bernardo Fuster, Camarón de la Isla y un largo etcétera entre el que figura como referente para mí esencial ENRIQUE MORENTE, del que os sugiero escuchar seguidamente dos temas: "El niño yuntero" y "Nanas de la cebolla", cantes grabados inicialmente en 1971 en el mítico LP titulado "Homenaje flamenco a Miguel Hernández".



viernes, 28 de septiembre de 2012

LA INQUEBRANTABLE LIBERTAD DE LA VOZ Y DE LOS VERSOS DE MIGUEL HERNÁNDEZ - I

Llevo varios días en Orihuela participando en el Curso de Verano que han organizado la Universidad y la Fundación Miguel Hernández, sobre "LA MÚSICA EN MIGUEL HERNÁNDEZ". A mí me ha correspondido inaugurarlo con una conferencia sobre la poesía cantada  de Miguel; conferencia que voy a sintetizar en este "cuelgue" y en el de mañana.

(Esta conferencia, en gran medida, está tomada de mi libro "MIGUEL HERNÁNDEZ. ¡DEJADME LA ESPERANZA!˝, publicado en el año 2009).


«En pleno siglo XXI, y recordando a Miguel Hernández, puede resultar inverosímil que hace cuarenta y cuatro años –acercándonos ya al final de la dictadura franquista–, cuando empezaron a musicalizarse y a cantarse en nuestro país los primeros poemas de Miguel, todavía una gran mayoría de la población española no  conocía, no ya la obra, sino incluso la existencia del gran poeta nacido en Orihuela (Alicante), el 30 de octubre de 1910, y que falleció en la enfermería de la prisión de Alicante con treinta y un años.

En ese sentido, recuerdo –y valga como anécdota muy significativa– que una tarde de 1972, en el contexto de una de aquellas reuniones clandestinas que solían organizarse en los barrios, al abrigo de las parroquias y de los curas progresistas –concretamente, en el Pozo del Tío Raimundo, de Madrid–, uno de los jóvenes participantes nos dijo: "Tenéis que escuchar el último disco de Serrat que acaba de salir, se lo ha dedicado a un poeta llamado Miguel Hernández" –se estaba refiriendo al disco grabado por Juan Manuel en Nóvola-Zafiro con el título genérico de Miguel Hernández (1972)–.


La información de aquel admirador y seguidor de Joan Manuel resultó, sin duda apasionada; pero lo sorprendente fue que al comentarla, se puso de manifiesto que la mayoría de los jóvenes allí presentes, aunque afirmaban –no con demasiada convicción– conocer algo del poeta, en realidad, no habían leído prácticamente ninguno de sus versos.

Y es que aquellos eran tiempos aún asolados por la represión, en los que se pretendía silenciar la voz y la palabra de las personas que amábamos la libertad –y, en particular, la voz y la palabra de poetas como Miguel Hernández–. Descarado silenciamiento que resultaba cobarde, insostenible e inútil.

Cobarde, en primer lugar, porque respondía al miedo que la poesía y los poetas provocaban en quienes gobernaban en el país al son del pandero autoritario y militarista golpeado por el Caudillo; gobernantes, políticos y fuerzas de seguridad plenamente conscientes de que la poesía social –es decir, la poesía comprometida con la realidad y con los sentimientos populares– era una peligrosa "arma cargada de futuro"; arma no mortífera, sino de generosa entrega, pero tan peligrosa. o más, como la que muchos de ellos portaban en sus cartucheras.

A ese respecto, Miguel Hernández comentaba, en 1937: "La poesía es en mí una necesidad y escribo porque no encuentro remedio para no escribir. Lo sentí, como sentí mi condición de hombre, y como hombre la conllevo, procurando a cada paso dignificarme a través de sus martillerazos".


Miguel Hernández.
Me he metido con toda ella dentro de esta tremenda España popular, de la que no sé si he salido nunca. En la guerra, la esgrimo como un arma, y en la paz será un arma también aunque reparadora. Vivo para exaltar los valores puros del pueblo, y a su lado estoy tan dispuesto a vivir como a morir".

Apasionado y comprometido planteamiento que Gabriel Celaya retomó, diecisiete años después, en su libro "Cantos íberos" –publicado en 1974–, y, más, concretamente, en el poema "La poesía es un arma cargada de futuro".


«Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho».

Intentar silenciar aquella "arma poética" construida de sentimientos, de latidos del alma, de realidades y valores populares, de sensibilidad, y, sobre todo, de una radical y solidaria honestidad, era, ciertamente, un acto cobarde, pero, a la vez, una pretensión inútil e insostenible.

Federico García Lorca –otro de los poetas malditos de la época– tenía muy clara la inutilidad de aquel pretendido silenciamiento: «Tener encerradas prodigiosas voces poéticas –decía– es lo mismo que cegar la fuente de los ríos o ponerle toldo al cielo para no ver el estaño duro de las estrellas».

Por mucho que se intente cegar las fuerzas de los ríos, al final, nada ni nadie podrá contener la fuerza de la corriente de agua...; por mucho que se quiera ponerle un toldo al cielo, nadie podrá hacer desaparecer la billeza y el misterio de las estrellas.

Experiencia que el propio Miguel Hernández concretó, cuando estaba en la cárcel, afirmando con todas sus fuerzas, y con radical convencimiento, que jamás nadie podría privarle de su libertad personal y, en particular, de la inquebrantable libertad de su voz y de sus versos:




«Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor,
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor. [...]
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?. [...]
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor».
("Antes del odio")


miércoles, 26 de septiembre de 2012

SERGIO ALZOLA Y VÍCTOR LEMES... «CANTO POPULAR Y CANCION DE AUTOR EN ESTADO PURO»

El pasado lunes 24 de septiembre, los "cantautores" canarios SERGIO ALZOLA y VICTOR LEMES nos ofrecieron en la Sala Libertad 8, de Madrid, un concierto muy especial titulado genéricamente "Una década de cada"; concierto en el que celebraron los diez años que ambos llevan siendo buenos amigos y compartiendo el oficio de cantores.

Víctor Lemes y Sergio Alzola

«Agua pasada
sigue moviendo nuestros molinos
con la misma intensidad.
El tiempo pasa
como un metrónomo interminable de neutrinos
a toda velocidad.
El escenario
fue la terapia que nos pusimos
contra toda adversidad.
Fue necesario
que se cruzaran nuestros paralelos caminos
para hacerlos realidad.
Secante lo que se cante
cantar es nuestra tangente
con tanta gente delante
dos miradas diferentes
que guardan acumuladas
una década de cada .
El boca a boca
oxigena nuestras canciones
que respiran al compás.
Dando la nota
en los espacios que nos regalan a pie de guerra
nuestra musicalidad».
("Una década de cada". Víctor Lemes y Sergio Alzola)

El concierto que nos ofrecieron fue realmente sorprendente; fue, diría yo, "una clase magistral" sobre lo que es la auténtica "canción de autor" en sus diferentes formas, expresiones y modalidades; , y, sobre todo –y esto es tal vez lo más importante– fue un autentica fiesta rebosante de sensibilidad, de buena música, de "humor" y "amor" entrelazados, de calidad poética, de relajación y de belleza, y, a fin de cuentas, de "canción popular" en estado puro.


SERGIO ALZOLA, cantando cada día mejor, y con una progresiva y contagiosa convicción, nos ofreció un hermoso recorrido por lo que yo llamaría –siguiendo el título de su último disco– canciones y ritmos "tricontinentales". Es impresionante la capacidad que Sergio posee para "multiculturalizar" su canto, es decir, para hermanar pueblos y culturas con su palabra y con su música, y hacerlo con entusiasmo y con enorme respeto y calidad.

Refiriéndome a esa capacidad "múscicomulticultural" que Sergio posee, cuando presenté su disco en este mismo blog afirmaba –y lo sigo afirmando– que navega y se desborda –guitarra en ristre– escudriñando siempre con su oído y con su mirada nuevos horizontes más allá de su isla...; rompiendo fronteras y, sobre todo, anhelando, buscando y haciendo posible en sus canciones una "multicomún-humanidad" entretegida de latidos, de sentimientos y de sensibilidad, y además comprometida y muy hermosa.

Sergio Alzola en Libertad 8
«A los proxenetas de la nada
A los guías y fantoches
A mi generación acomodada
Fiel amiga de las noches
A la población hipotecada
A sus ecos y a sus voces
A toda la cosecha maltratada
Con  los hilos del derroche

Dame la matriz en una coordenada
El origen, el afán y una mirada
Dame la pasión quizás yo me equivoque
La palabra sin la espada de Damocles
Dame la sonrisa etrusca de los años
El arrabal de la esperanza
La quimera Bariloche
Dame la inocencia pura y el veneno
El espíritu del viento, el guardián entre el centeno

A los traficantes de la moda
A las cábalas del tiempo
Acróbatas y magos de la tele
Y del entretenimiento
A los protectores del cinismo
Donde el miedo es refrigerio
Cátedra mundial del egoísmo
Dividido en hemisferios».
("Tregua". Sergio Alzola)

VICTOR LEMES, por su parte –y con un estilo completamente distinto al de Sergio–, el pasado lunes llegó a convertirse, definitivamente –al menos dentro de mi universo sonoro– en uno de los compositores más lúcidos que tenemos en este país. 

La suya es una lucidez cuajada de referentes culturales...; de profundas y críticas miradas sobre la realidad...; de una fusión irónica-sentimental sorprendente...; de una capacidad "libre-literaria" que va rompiendo –cada día más y mejor– con cualquier tipo de corsé en el uso y en la construcción del lenguaje. 

Una lucidez cachonda y divertida que bajo, la apariencia del lo intrascendente, es profunda y puede llegar a ser corrosiva frente a la mediocridad, la derechización de la política y la injusticia...; y, a la vez, una lucidez que es tierna, muy sensible y romántica, ¡sí!, sus referencias al amor "encandilan"... ¡vaya si que encandilan!. ("Encandilar" en el sentido pleno de lo que significa esa palabra: Deslumbrar, alucinar o cautivar los sentidos / Despertar amor o deseo / E incluso avivar la lumbre... "A mi me "aviva" –¡que bien suena!– y me "alucina" –como corresponde–).

Víctor Lemes.
«A menudo pierdo el juicio y la cartera
y habito primaveras con esquinas por hacer.
A menudo se adelanta una hora
envejece una señora, se derrite un iceberg.
A menudo alguien culpa a la rutina
traen las olas gasolina, erupciona un capilar.
A menudo canto y lloro en la ducha,
meto el miedo en una hucha
y no lo quiero sacar
y no lo quiero gastar
A menudo falta un nombre en las esquelas,
brota sangre en las favelas y una nueva enfermedad.
A menudo una gota colma un beso
y cae por su propio peso la ley de la gravedad
A menudo crece un diente y una planta
y un nido en la garganta anudando una verdad.
A menudo alguien llora si me escucha.
Mete el miedo en una hucha 
y no lo quiere sacar y no lo quiere gastar.
A menudo
te contemplo y te desnudo
y te uso como escudo
contra todo lo que dudo,
a menudo».
("A menudo". Víctor Lemes)

Decía al principio de este cuelgue que el recital de Sergio y de Víctor fue una fiesta de "canción popular" y de "canción de autor" en estado puro, y lo reafirmo ahora. A ello, además de lo dicho anteriormente, contribuyeron también dos factores complementarios:

El primero, el gran protagonismo de la GUITARRA al desnudo; importante y única protagonista instrumental de la noche –no hace falta más para que un concierto sea mágico, ¡estoy plenamente convencido!–.

Y el segundo, los compañeros-cantores que, invitados por Sergio y por Víctor, pararon por el pequeño escenario de Libertad 8; colaboraciones que le dieron color a la noche; color en el sentido de la diversidad; esa diversidad que caracteriza, y debe caracterizar, a la "canción de autor": Jesús Garriga, Fran Fernández, El Kanka y MARIA Rozalén.

Sergio Alzola y Jesús Garriga.
Jesús Garriga.
Fran Fermández.
El Kanka.
María Rozalén y El Kanca

Para concluir este "cuelgue", pensando en quien no lo conozca y en quien pueda apetecerle, propongo la visualización del siguiente video creado por Sergio Alzola y Víctor Lemes para la promoción de su concierto "Una década de cada"... ¡Merece la pena!

martes, 25 de septiembre de 2012

«NOSOTROS QUERÍAMOS SIMPLEMENTE VIVIR»... (Dedicado a los "cantautores"; a los que quieren dejar de serlo; y a los que no lo son).

Guitarra y manos del señor Víctor Lemes anoche en Libertad 8

Hoy tenía pensando hacer en este "cuelgue" una crónica del concierto que nos ofrecieron anoche, en la Sala Libertad 8, SERGIO ALZOLA y VÍCTOR LEMES –por cierto fue una noche mágica de "canción de autor" en estado puro–, pero al final he tomado la decisión de aplazar esa crónica para mañana.

Enseguida voy a explicar cuáles son los motivos de ese aplazamiento, pero antes me apetece anticipar, al menos, dos imágenes del concierto de anoche.

Sergio Alzola.
Víctor Lemes.

Cuando anoche, ya un poco tarde, llegué a casa, encendí el ordenador para revisar rápidamente el correo e irme a la cama; estaba muy impactado por el concierto de Sergio y de Víctor –en el que también participaron Jesús Garriga, Fran Fernández, Kanka y María Rozalén–... De repente –tal  vez influenciado por una conversación que mantuve ayer por la mañana con Luis Eduardo Aute sobre Carlos Cano y el colectivo Manifiesto Canción del Sur, de Granada–, me vino a la memoria una canción de Sabina que inicialmente también formó parte de aquel colectivo sureño.

La canción que me vino a la memoria se llama "Palabras como cuerpos".

Soy consciente de que es una canción que forma parte del primer LP de Sabina"Inventario" (1978)–; disco del que a Joaquín no le gusta hablar... Pero... ¡que le vamos a hacer!..., a mi me parece un disco "iniciático" muy interesante, sobre todo desde el punto de vista poético.

En esa canción –«Palabras como cuerpos»– Joaquín hace una extraordinaria descripción de la generación de jóvenes que en los años setenta y ochenta reivindicábamos la libertad; de la durísima represión que sufrimos; y de las aspiraciones por las que luchamos, cada uno a su manera. Yo, por ejemplo escribiendo, y otros componiendo canciones y cantándolas, es decir, ejerciendo ese oficio mágico y no siempre fácil, y reconocido, de ser "cantautor" o "cantautora".

Anoche escuché la canción varias veces. Es de esas canciones que como decía Manuel Vázquez Montalbán fotografían suspiros que difícilmente pueden y deben olvidarse.

Al final tomé una decisión: colgar hoy esa canción en el blog y dedicársela –para que la escuchen, para que piensen en ella y, en algunos casos, para que aprendan– a los que hoy por hoy se llaman con orgullo "cantautores"; a los que rechazan ese etiqueta porque les parece aburrida y politizada; a los que son "cantautores" –con magníficas posibilidades y futuro– pero a los que sus "sabios productores" les quieren robar el nombre para que pierdan el tufillo "cantautoril"–¡cosa que no puedo entender y que, por supuesto, nada tiene de sabiduría!–; a los que se llaman "cantautores" y "cantautoras" pero que ignoran lo que es en reealidad ese género musical..., y, en general, a todos los que quieran cantar "como quien respira".

La canción de Sabina dice así:



«Recuperar de nuevo
los nombres de las cosas,
llamarle pan al pan
vino llamarle al vino
al sobaco sobaco
miserable al destino
y al que mata llamarle
de una vez asesino.

Nos lo robaron todo
las palabras, el sexo
los nombres entrañables
del amor y los cuerpos,
la gloria de estar vivos,
la crítica, la historia,
pero no consiguieron,
robarnos la memoria.

Ellos tienen también
cuerpo bajo la ropa
piernas, uñas, sudor,
vientre, mocos, colmillos,
manos que no acarician,
dedos que no se tocan,
sólo saben firmar
y apretar el gatillo.

Nosotros que queríamos
vivir sencillamente
hermanos de la lluvia,
del mar, de los amigos,
pronunciar las palabras que
vencen a la muerte,
buscar bajo tu falda,
alimento y abrigo.

Nosotros que queríamos
nombrar las amapolas,
decir viento, amanece,
rabia, fuego, decir
que si tu piel es costa
mi lengua es una ola
nosotros que queríamos
simplemente vivir
nos vimos arrojados
a este combate oscuro
sin armas que oponer
al acoso enemigo
más que el dulce lenguaje
de los cuerpos desnudos
y saber que muy pronto
va a desbordarse el trigo
y saber que muy pronto
va a desbordarse el trigo».

Pues eso, eso quisimos que fuese, y fue, la "canción de autor": una forma concreta y hermosa de reivindicar la vida y de luchar contra lo que nos la arrebataba ... ¡Ni más, ni menos!... Unos y unas lo hicieron mejor; otros y otras peor;  pero, os lo aseguro, a todos y todas les unía –nos unía– un mismo objetivo: «QUERÍAMOS SENCILLAMENTE VIVIR, VIVIR LIBRES Y CON DIGNIDAD»... Por eso cantábamos... Y en eso seguimos....

Os lo cuento hoy, como dice Sabina en su canción, para que nadie se atreva a robarnos la "memoria" y, sobre todo, para que algún que otro ignorante relacionado con el mundo de la canción tome nota, aprenda, y actúe con menos ligereza y con un poquito más de seriedad y de rigor cultural... ¡FALTA NOS HACE!

lunes, 24 de septiembre de 2012

18 DISCOS EXTRAORDINARIOS 18. Solución al "cantijuego" de ayer 23 de septiembre.

En esta ocasión la solución del "cantijuego" de ayer –23 de septiembre de 2012– merece un "cuelgue" muy especial... Estos son los 18 discos –desde mi punto de vista "extraordinarios"– que formaron parte del "cantijuego"... ¡Os recomiendo que si os es posible –cosa que, en algún caso, tal vez no sea fácil– os hagáis con ellos!.

domingo, 23 de septiembre de 2012

CANTIJUEGO «DIECIOCHODISCMITICAL» (Creo que esta palabra no existe, pero me gusta).

Hoy no sabía muy bien como llamar a este "cantijuego", y al final se me ha ocurrido ponerle el nombre de CANTIJUEGO "DIECIOCHODISCMITICAL"..., ¿a que suena bien?... Sé que esa palabreja no existe..., pero da igual..., en castellano significaría "CANTIJUEGO dedicado a 18 DISCOS que yo considero MÍTICOS"...; ¡me encanta jugar con las palabras!...

Pues así es, a continuación aparecen 18 fragmentos de las cubiertas de 18 discos que personalmente considero básicos en la historia de nuestra "música popular" y de nuestra "canción de autor"....

– ¿Qué título tiene cada uno de esos 18 discos?
– ¿Quién o quiénes son sus autores o autoras?

Y ahora... ¡a "cantijugar"!
Como siempre puedes participar en el apartado de "comentarios"



sábado, 22 de septiembre de 2012

¡MALDITAS GUERRAS 100 + 100 + 58!... Y PROSIGUE MI ALARIDO: ¡¡¡MALDITAS!!!

Hace mucho tiempo que no hago un "cuelgue" específico contra la guerra, no es ni por dejadez, ni por cansancio, ni por olvido...; mi dolor frente a la muerte y a la destrucción que ocasionan las guerras, y mi rechazo radical hacia la violencia, nunca cesan, van muy dentro de mí, como algo que llevo incrustado, desde hace ya mucho tiempo en mi sensibilidad y en mis sentimientos.

Hoy escribo este "¡MALDITAS GUERRAS!" NÚMERO 258, porque esta mañana, nada más despertarme, todavía con los ojos adormilados, he puesto la radio que tengo en mi mesilla de noche y lo primero que he escuchado era una voz monótona y terriblemente fría que decía:

Un soldado israelí y tres asaltantes mueren 
en un nuevo ataque en el Sinaí.

Nada más escuchar esta noticia, y no sé muy bien por qué, me vino a la memoria un cartel de Giselle Monzón que descubrí hace tiempo en los archivos del Centro Cubano Pablo de la Torriente. Es éste:



Pablo de la Torriente Brau afirma en sus palabras que la guerra es tan insensible e inhumana que jamás nadie podrá pintarla bien... En cierto sentido es verdad, lo malo es que una simple cámara fotográfica sí que puede reflejar y mostrarnos los "rostros de la guerra", unos rostros tan absolutamente desgarradores y tristes como éstos:




¡¡¡¡¡MALDITA Y CABRONAS GUERRAS!!!!!!
¡¡¡¡¡MALDITAS!!!!!

viernes, 21 de septiembre de 2012

¡AMIGO RUBÉN... SIMPLEMENTE UN ABRAZO!

Uno de los motivos por los que me siento inmensamente feliz de tener este blog –en el que CANTAMOS COMO QUIEN RESPIRA– es poder expresar y lanzar al viento, a través de él –cuando lo considero necesario–, mis sentimientos y mis querencias personales relacionadas, de alguna forma, con la "canción de autor", y, sobre todo, con sus creadores. 

No quiero que en mis "cuelgues" cotidianos haya frialdad o rigidez –bastante frialdad y rigidez hay ya por ahí–... Reclamo y reivindico para este blog mi derecho a sentir y a expresar lo que siento; y, en el uso y disfrute de mi absoluta libertad, afirmo que, por nada del mundo y de la vida, voy a estar dispuesto a renunciar a ese derecho.

A partir de esta declaración de principios, el "cuelgue" de hoy quiero que sea simplemente un ABRAZO dirigido a un amigo "cantautor" que me ha hecho disfrutar mucho con su música; estoy hablando RUBÉN MÁRQUEZ autor de uno de mis discos preferidos: "Transparete".

Rubén Márquez.

Ayer paseando por internet me enteré de que el padre de Rubén padece una grave y desgarradora enfermedad, y de que él con esa espontaneidad propia de un hombre-músico-poeta-sensible –"un cantautor de las narices"– ha tomado su guitarra y ha compuesto una canción dirigida a ese ser querido que poco a poco se lo va robando la enfermedad.

Rubén, en el desbordamiento incontenible de su dolor y de su sensibilidad ha grabado esa canción y nos la ofrecía el pasado día 16 diciendo: «Ayer por la tarde me salió del alma esta canción dedicada a mi padre, y tal como la compuse la grabé. Ojalá sirva para darle fuerza en estos momentos complicados».

Pues bien, con permiso de Rubén –y que me perdone por mi atrevimiento–, voy a compartir esa canción convertida –desde mi sensibilidad y desde mis sentimientos más profundos– en un ABRAZO TIERNO Y SOLIDARIO dirigido a él y a su familia... ¡Simplemente un abrazo, amigo Rubén Márquez!.



HÉROES EN LA SOMBRA
«Quizás no sea un adiós, de nada estoy seguro
quizás vuelva a ver tus pasos firmes al ritmo de tu voz.
Quizás no sea cruel perderte lentamente
quizás sea la mejor manera de poderse despedir.
Pero en mi realidad, ya te estoy echando de menos
vuelvo a sentirme aquel niño que espera protección
y en mi realidad nunca hubo superhéroes
bastó con saberte cerca, bastaba con confiar
Héroes en la sombra
y tú el de nosotros
y crecer se hizo tan fácil 
aprendimos a vivir
Y mi recuerdo
vuela a tus brazos
al escudo de mis miedos, 
la raíz de mi canción.
Quizás te reencontré, sin haberte aún perdido
tu mirada es la mejor respuesta que puedo recibir
no me hace falta más, me gusta verte seguro,
tu serenidad limpia mis dudas, me lleva a tu verdad
no dejo de aprender de la paz de tus silencios
de la suave sensación de vida que llena el respirar
no dejas de mostrar que la vida es mucha vida,
que vivirla es el mayor regalo que me dio tu voluntad.
Héroes en la sombra
y tú el de nosotros
y crecer se hizo tan fácil 
aprendimos a vivir
Y mi recuerdo
vuela a tus brazos
al escudo de mis miedos, 
la raíz de mi canción». 

jueves, 20 de septiembre de 2012

«MUNDO ALADURÍA»... "CUELGUE" EN CONSTRUCCIÓN.

Pues sí, por primera vez en la historia de este blog aparece lo que he llamado «UN "CUELGUE˝ EN CONSTRUCCIÓN»..., es decir, un "cuelgue" que estoy pensando y creando desde hace tiempo, pero que todavía no he logrado terminar...; no sé cuando podré concluirlo, tal vez mañana..., ¡o quizá nunca!..., ¡no lo creo!

El  caso es que llevo más de un mes intentando presentar y comentar aquí un disco titulado «MUNDO ALADURÍA» y después de todo ese tiempo todavía no lo he conseguido. No es por falta de ganas, ni de interés –tengo auténtica necesidad de hacerlo–; tampoco es que no sepa muy bien que decir;... ¡no!...; es que este disco ha conseguido "atraparme al límite" y todo lo que escribo sobre él lo imprimo y después, al releerlo, me deja insatisfecho, lo lleno de borrones y tachaduras, y al final me cabreo y siempre va a parar a la papelera... Y vuelta a empezar; vuelvo a escucharlo, y empiezo a escribir...

Un proceso que he decido encajar dentro de lo que yo llamaría el "efecto noria", o mejor, el "efecto carrusel" o "tiovivo"–con caballitos que suben y bajan incluidos–: vueltas y vueltas en torno a un micromundo de espejos, luces, colores, sueños, salidas y entradas, fantasías, melodías, relojes con latidos, y cientos de palabras que se echan a volar.


La culpa de todo esto la tienen tres tipos increíbles: Julián Bozzo, Juan Pablo García y David Arribas; tres jóvenes creadores que han irrumpido en el universo de la "canción de autor" –yo así la sigo y la seguiré llamando siempre– poniéndolo todo "pastas arriba", es decir, rompiendo todos los moldes y todos los clichés que puedan establecerse, y creando lo que ellos llaman una obra "aladúrica", o sea –según ellos mismos explican– una obra de creación libre generada fundamentalmente por el impulso alado de la inspiración.



Y de ahí surge el hechizo y la magia –difícilmente traducibles en palabras– en las que este disco ha logrado sumergirme;  y de ahí también que –después de un mes de buenas intenciones– este "cuelgue" siga estando en "construcción", es decir, ni está acabado, ni es todavía el definitivo. 

Escuchar "Mundo Aladuría", sin prisa y con ganas de disfrutarlo, ha sido para mí algo así como sumergirme en una especie de revuelo imaginativo y fantástico en el que la lógica narrativa se descompone por completo, para darle paso a una acumulación de sensaciones, y a un bonancible disparo de sentimientos que se entrecruzan y abrazan sin contradicciones.... 

«Tiempos de volver al corazón», «de silencio y de sanar»...; «dar un paso hacia el interior» y «abandonar las trincheras»...; «sacar la tristeza y de nuevo reír»...; «ser el camino que se abre al caminar»...; salir...; andar..., «fuera la vida espera»; «fuera viven los mundos que nos hacen volar las penas»...; «tocar, dejarme llevar, volar; volar donde no haya oscuridad»...; «azul contra el decir que no»...; «contra la pena y la rabia el azul del mar»...; «pinto de azul mi soledad»...; azul..., azul..., azul «contra la falsedad»; «azul, para abrigarme el amor»... 

Y más, y más..., y gira y gira..., y de nuevo a empezar....

"Azul"... "Salir"... "Abrigo"... "Camino"... "Volar"... Y, mientras tanto, escuchar, sentir..., escribir..., leer y romper..., volver a escuchar y volver a sentir..., disfrutar... Aladuría... sueño... imaginación... fantasía... libertad.... 


Y mientras tanto también –y de momento– solo ésto: un "cuelgue en construcción"... y mañana, o pasado –o ¡quién sabe!–, ¡mucho más!... ¡Gracias Julián, Juan Pablo y David porque introduciéndome en vuestro "MUNDO ALADURÍA" me habéis hecho descubrir que felizmente, con el paso de los años –y ya son bastantes– mi pensamiento, y, sobre todo, mis sentimientos siguen estando como este "cuelgue": abiertos y en construcción!... ¡Gracias de verdad, amigos!


miércoles, 19 de septiembre de 2012

FERNANDO LOBO: DE LA MADUREZ Y ALGUNAS NOVEDADES

Fernando Lobo.

Una de las experiencias que me resultan más gratificantes en relación con la "canción de autor" es poder comprobar la positiva evolución y la madurez que van experimentando algunos jóvenes creadores con el paso del tiempo. Este es el caso, en concreto, de FERNANDO LOBO.

Escuché cantar a Fernando por primera vez con motivo de la grabación de su disco "Encrucijada" (2011). Me mandó una maqueta previa a la edición; me pareció un trabajo de enorme dignidad musical y poética; y a partir de ahí le escribí un texto para la carpeta del CD, compartiendo la presentación, con mi  amigo –creo que de toda la vida– Juan José Tellez. Posteriormente, cuando se editó el CD escribí un "cuelgue", en este mismo blog, al que titulé "Po-Éticas y Encrucijadas"

http://fernandolucini.blogspot.com.es/2011/03/fernando-lobo-po-eticas-y-encrucijadas.html)

De aquel primer disco me resulta muy difícil destacar una canción concreta; tal vez la titulada "Si tuviera" por la presencia en ella del poeta querido Carlos Edmundo de Ory –al que perdimos poco tiempo después–; "Dame" porque proyecta la particular pasión de Fernando por el universo del "blues"; o "No sé renunciar", tema al que me enganché emocionalmente y que os invito a disfrutar en el siguiente video.


Pues bien, el pasado día 16, Fernando Lobo nos ofreció un recital en la Sala Libertad 8, de Madrid, y he de decir que me sorprendió y celebré justo lo que decía al inicio de este cuelgue, es decir la evolución y la gran madurez que ha alcanzado poética y musicalmente.

Inició su concierto con una versión del tema "Qué soy yo" de Joan Baptista Humet. Recordemos:

«A veces pienso que tengo suerte
sin una perra y aún me divierte mi profesión
desde una noche en la que Dios quiso
comprometerme con el hechizo de una canción».

Después, en otro momento del concierto cantó "La flor azul de Alejandría" de Javier Ruibal; Fernando sabe que es una de las canciones esenciales de mi universo sonoro.




Y el resto fue un brillante repaso a su repertorio incorporando canciones nuevas, de las que seguidamente incluyo dos textos:

«En lo que dura una canción
dicen mis ojos
lo que no saben decir
cuando no cantan.
En lo que dura una canción
se para el tiempo
si sueña la razón
y no se calla.

Creo que al cantar
suena el agua;
cuando es el mar 
quien dicta las palabras.

En lo que dura una canción
va la belleza
buscando su camino
y su coartada
En lo que dura una canción
cabe otro mundo,
cabe otro amanecer,
otra esperanza.

Creo que al cantar
suena el agua;
cuando es el mar 
quien dicta las palabras.

En lo que dura una canción
cabe la risa
la risa imprescindible
que me salva.
En lo que dura una canción
soy quien sería,
el que quisiera ser,
este que canta».
("En lo que dura una canción". Fernando Lobo)

Fernando Lobo en Liberad 8.
«Me asomo 
al balcón de tus encantos
y el brillo que desprendes
me deslumbra la razón.

Te miro, 
el invierno se me olvida
la vida en ti florece
y te viste de sol.

Me llenas de abril 
al llegar
con la primavera

Te acercas
y la savia se me altera,
despiertan mis sentidos,
se abren como una flor.

Me miras
ya no recuerdo el frío,
cerca de ti germino
y te visto de canción

Me llenas de abril 
al llegar
con la primavera».
("Con la primavera". Fernando Lobo)


RAFA MORA Y MONCHO OTERO EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "VOLAD CANCIONES, VOLAD"

MONCHO OTERO y RAFA MORA serán protagonistas muy especiales en la presentación del libro "VOLAD CANCIONES, VOLAD". Estamos traba...