El pasado martes, día doce de febrero, TONTXU presentó en la Sala Libertad 8 su nuevo disco, –o mejor, su nueva obra musical y artística– titulada «Tontxu [Solo]», grabada en el glaciar Perito Moreno, situado en el sudoeste de la Argentina, en la región de la Patagonia.
Tontxu. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
Hace tiempo que esperaba este momento. El nuevo disco de Tontxu ha sido para mi, durante varios meses, algo muy deseado... Sabía la ilusión que él había puesto en su nuevo trabajo, y era plenamente consciente de la "calidad humana" de esa ilusión... Una ilusión no etérea sino todo lo contrario, forjada –como se construyen verdaderamente las ilusiones– con mucho trabajo, mucho esfuerzo, mucho riesgo, sin demasiadas prisas y, sobre todo, con un gran derroche de sueños y esperanzas. (Este Tontxu –hacia el que siento una tremenda admiración– siempre atesora una increíble capacidad para sorprendernos).
«Tontxu [Solo]» |
El resultado de esa ilusión es éste, llamémosle, "objeto artístico" compuesto de una bellísima caja que, a modo de cofre, atesora un DVD, dos CD's con 24 canciones –que comentaré mañana–, y una preciosa colección de 24 postales –firmadas por Marcela Magno– en las que se nos van presentando, por una parte, la atmósfera y el universo natural y paisajista en el que Tontxu ha grabado, y, por otra, los textos poéticos a los que ha puesto música y ha interpretado.
Sobre el magnífico trabajo fotográfico realizado por Marcela Magno, haré un nuevo "cuelgue" hoy mismo al final de la tarde; creo que la calidad de ese trabajo merece la pena ser destacado; de momento observar y gozar con una de las imágenes que ilustran la canción "Si no es contigo".
Antes de adentrarme en la presentación y el comentario sobre las canciones que Tontxu nos ofrece en su nuevo trabajo –cosa que haré mañana–, os propongo ver y escuchar el siguiente vídeo –incluído en el DVD– en el que puede captarse a la perfección la atmósfera y el universo natural y paisajista en el que nace y crece «Tontxu [Solo]».
Por último en este primer "cuelgue" dedicado a la obra «Tontxu [Solo]», voy a darle a él mismo la palabra acompañándola de algunas de las fotografías que Juan Miguel Morales le hizo el pasado martes en la sala Libertad 8.
En la presentación de su nuevo trabajo Tontxu nos dice:
«Mis anteriores siete discos están grabados, mezclados y masterizados con la última y más desarrollada tecnología audio visual de la que se disponía en ese momento en el mundo. Pero no se escuchaba el mundo... En este disco sí, a pesar de estar grabado con esos mismos aparatos.
De hecho "Solo" se escucha el mundo: El silencio, el viento frente al Glaciar Perito Moreno, el eco y la resonancia de las paredes de las Cuevas del Walichu, los desproporcionados bloques de hielo desprendiéndose del Glaciar formando olas y témpanos que, como cascos de barcos de imposibles y caprichosas figuras, navegan hasta las orillas de El Calafate bañado por su Lago Argentino.... Los ríos. Las hojas de los bosques al ritmo de las liebres, las elegantes mofetas y la colección de aves que nos acompañaron durante gran parte de la grabación.
Los comentarios cotidianos y típicos con el equipo humano que en mis anteriores discos “borramos y enterramos” para siempre, en este disco están. Están sus voces, su acento, su humor, que se ha quedado inmortalizado para siempre, porque son parte del mismo. [...]
Volvió por fin, de nuevo, el amor a mi vida. Pero esta vez no era una persona. Era la naturaleza, que me hizo sentir tan pequeño que temblé de humildad, belleza y miedo.
Tal vez fuese un enamoramiento paternal y protector realmente hacia mí mismo, por lo tanto, puedo interpretar que me enamoré por fin de mi. De Tontxu, del joven autor indefenso que hace veinte años quería ser un día trovador, y emular a sus mayores maestros grabando como ellos, Solo, acompañado por su inseparable compañera desde que tenía uso de razón: mi guitarra acústica, que la prestigiosa marca de instrumentos IBANEZ puso un día en mis manos para que siguiera aprendiendo y cantando mis composiciones por todos los rincones del mundo. [...].
A diferencia de mis anteriores grabaciones en esta ocasión durante la escucha de "SOLO" lo que suena no pretende entrar en tu casa o en tu mente. Pretende sacarte de ellas y transportarte al momento y el lugar exacto donde se realizó la grabación. Profesionales de la industria discográfica se echarían las manos a la cabeza con detalles técnicos que se escuchan en esta grabación. Ruidos de fondo, cables que rozan mi camiseta mientras toco, pisadas del camarógrafo que sale de la sala de grabación, charlas, ocurrencias, comentarios casuales… vamos lo que en otros discos siempre solíamos decir: “¡Estaría bien dejar eso!” y lo quitábamos… esta vez no. Esta vez : “¡Se queda!”
En una emisora comercial no lo podrían poner, porque no se sabe donde empieza o acaba la canción. Los cortes entre canción y canción (tracks) están estudiadísimos para que exista una continuidad anímica, armónica y fluyen los temas dependiendo de su tonalidad. Me costó más esa minuciosa labor que grabar y cantar las canciones.
Por lo tanto te invito a que hagas una escucha fluida, sin pasar de un tema a otro. Pierde. Porque las ”intros” (la parte musical que hay en una canción antes de que entre la voz del cantante) no tienen una duración estándar. A veces hay “intro”, otras no, otras dura un minuto y otras dos. [...]
Al igual que los cuadros un disco nunca está acabado. No era fácil firmar definitivamente aquel lienzo. Ahora que ya no estoy allí reconozco que era una excusa para seguir refugiado en el HOTEL KAU YATUN. Me tenía que ir de gira pero no quería. Me quería quedar, pero no podía. Volví a esconder mi cabeza entre las sábanas de mi acogedora cama y construí castillos con sus cómodas almohadas para que nadie me sacara de allí, como cuando mi madre me despertaba de pequeño para ir al colegio algún frío lunes de invierno, pero tenía 38 años, una hija y la responsabilidad de llevar al colegio a mi nueva criatura».
(Y esta tarde un segundo cuelgue dedicado a Marcela Magno, y mañana un tercero para hablar finalmente de las canciones... ¡Proyectos como este, se lo merecen todo!).
Fotografía de Marcela Magno. |
Antes de adentrarme en la presentación y el comentario sobre las canciones que Tontxu nos ofrece en su nuevo trabajo –cosa que haré mañana–, os propongo ver y escuchar el siguiente vídeo –incluído en el DVD– en el que puede captarse a la perfección la atmósfera y el universo natural y paisajista en el que nace y crece «Tontxu [Solo]».
Por último en este primer "cuelgue" dedicado a la obra «Tontxu [Solo]», voy a darle a él mismo la palabra acompañándola de algunas de las fotografías que Juan Miguel Morales le hizo el pasado martes en la sala Libertad 8.
En la presentación de su nuevo trabajo Tontxu nos dice:
«Mis anteriores siete discos están grabados, mezclados y masterizados con la última y más desarrollada tecnología audio visual de la que se disponía en ese momento en el mundo. Pero no se escuchaba el mundo... En este disco sí, a pesar de estar grabado con esos mismos aparatos.
De hecho "Solo" se escucha el mundo: El silencio, el viento frente al Glaciar Perito Moreno, el eco y la resonancia de las paredes de las Cuevas del Walichu, los desproporcionados bloques de hielo desprendiéndose del Glaciar formando olas y témpanos que, como cascos de barcos de imposibles y caprichosas figuras, navegan hasta las orillas de El Calafate bañado por su Lago Argentino.... Los ríos. Las hojas de los bosques al ritmo de las liebres, las elegantes mofetas y la colección de aves que nos acompañaron durante gran parte de la grabación.
Tontxu. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
Los comentarios cotidianos y típicos con el equipo humano que en mis anteriores discos “borramos y enterramos” para siempre, en este disco están. Están sus voces, su acento, su humor, que se ha quedado inmortalizado para siempre, porque son parte del mismo. [...]
Volvió por fin, de nuevo, el amor a mi vida. Pero esta vez no era una persona. Era la naturaleza, que me hizo sentir tan pequeño que temblé de humildad, belleza y miedo.
Tal vez fuese un enamoramiento paternal y protector realmente hacia mí mismo, por lo tanto, puedo interpretar que me enamoré por fin de mi. De Tontxu, del joven autor indefenso que hace veinte años quería ser un día trovador, y emular a sus mayores maestros grabando como ellos, Solo, acompañado por su inseparable compañera desde que tenía uso de razón: mi guitarra acústica, que la prestigiosa marca de instrumentos IBANEZ puso un día en mis manos para que siguiera aprendiendo y cantando mis composiciones por todos los rincones del mundo. [...].
Tontxu. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
A diferencia de mis anteriores grabaciones en esta ocasión durante la escucha de "SOLO" lo que suena no pretende entrar en tu casa o en tu mente. Pretende sacarte de ellas y transportarte al momento y el lugar exacto donde se realizó la grabación. Profesionales de la industria discográfica se echarían las manos a la cabeza con detalles técnicos que se escuchan en esta grabación. Ruidos de fondo, cables que rozan mi camiseta mientras toco, pisadas del camarógrafo que sale de la sala de grabación, charlas, ocurrencias, comentarios casuales… vamos lo que en otros discos siempre solíamos decir: “¡Estaría bien dejar eso!” y lo quitábamos… esta vez no. Esta vez : “¡Se queda!”
En una emisora comercial no lo podrían poner, porque no se sabe donde empieza o acaba la canción. Los cortes entre canción y canción (tracks) están estudiadísimos para que exista una continuidad anímica, armónica y fluyen los temas dependiendo de su tonalidad. Me costó más esa minuciosa labor que grabar y cantar las canciones.
Por lo tanto te invito a que hagas una escucha fluida, sin pasar de un tema a otro. Pierde. Porque las ”intros” (la parte musical que hay en una canción antes de que entre la voz del cantante) no tienen una duración estándar. A veces hay “intro”, otras no, otras dura un minuto y otras dos. [...]
Tontxu. (Fotografía de Juan Miguel Morales). |
Al igual que los cuadros un disco nunca está acabado. No era fácil firmar definitivamente aquel lienzo. Ahora que ya no estoy allí reconozco que era una excusa para seguir refugiado en el HOTEL KAU YATUN. Me tenía que ir de gira pero no quería. Me quería quedar, pero no podía. Volví a esconder mi cabeza entre las sábanas de mi acogedora cama y construí castillos con sus cómodas almohadas para que nadie me sacara de allí, como cuando mi madre me despertaba de pequeño para ir al colegio algún frío lunes de invierno, pero tenía 38 años, una hija y la responsabilidad de llevar al colegio a mi nueva criatura».
(Y esta tarde un segundo cuelgue dedicado a Marcela Magno, y mañana un tercero para hablar finalmente de las canciones... ¡Proyectos como este, se lo merecen todo!).
¿Sabes dónde se puede comprar en España o por Internet?
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