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jueves, 21 de abril de 2011

SOBRE LA "CANCIÓN DE AUTOR" - I. PUNTUALIZACIONES

Ayer leí en el Diario El Público un artículo titulado "Las voces que lucharon contra Franco", firmado por Jesús Miguel Marcos; artículo publicado con motivo de un reciente simposio celebrado sobre la canción de autor de los sesenta y los setenta organizado por la Fundación Joaquín Díaz en Tiedra (Valladolid).

Del citado simposio no voy a decir nada porque no fui invitado y, en consecuencia, ignoro su contenido. 

Del artículo de Jesús Miguel en El Público –que imagino refleja lo que se dijo en el simposio–, tampoco voy a dar mi opinión en profundidad –no merece la pena–, solamente dos o tres cositas por si sirven y porque me resultan imposible de silenciar:

La primera, que a la largo de las dos páginas en que se desarrolla el artículo se producen ausencias muy significativas –¿dónde quedan, por ejemplo, Luis Pastor, Adolfo Celdrán, Hilario Camacho, el grupo Aguaviva, Julia León, Elisa Serna, Mikel Laboa o Bendidco, entre otros muchos, que fueron auténticos luchadores y que fueron, junto con Paco los primeros en musicalizar y cantar a los poetas –incluso mucho antes de los citados en el artículo? ¿Y Labordeta, no tiene que ver nada en esta historia? ¿Y latinoamericanos como Quintín Cabrera? ¿Y los flamencos Menese –con Moreno Galván–, Gerena, Luis Marín, Morente?, etc.–


(Fotografía: Alica Albarrán)

Por otra parte en el artículo de El Público surgen importantes lagunas e inesactitudes: por ejemplo ignorar y poner en duda –en sus dos últimos párrafos– el trabajo que están realizando los "nuevos cantautores", que parece que ya no existen; decir que «lo difícil ahora es definir un enemigo como fue Franco» –¿como se puede decir esto con las malditas guerras que tenemos entre manos y con la dictadura que hoy esta ejerciendo la globalización económica motor enmascarado de tanta hambre y de tanta miseria salpicada por todo el planeta? – y, finalamente, inesactitudes en cuanto al contenido temático o ideológico de las canciones  de aquellos años, aspecto que si me interesa abordar hoy a fondo.

(Fotografía: Alica Albarrán)
Con frecuencia se da la impresión que la "canción de autor" de los años sesenta, setenta y ochenta era un puro y soporífico panfleto ideologizado que tenía mucho más que ver con la política, que con la música y con la experiencia más íntima y profundamente humana; es decir, con lo que Vázquez Montalbán –que de esto sí sabía bastante– llamaba los "suspiros totelarados y prohibidos de una sociedad como la nuestra"–.

Yo, siempre he reivindicado las perspectiva liberadora y esperanzadora de la "canción de autor". Canción comprometida con la defensa apasionada de los Derechos Humanos, contra Franco, o contra quien sea, se llame Rajoy o Zapatero, capitalismo, guerra, terrorismo, maltrato, pobreza, etc, etc.; y entre esos derechos el derecho a amar en libertad con toda el alma, ¡sí!, pero también ¡con todo el cuerpo!. ¿Supone esto descargarle a la canción de un contenidos político?, pues no, todo lo contrario, es darle su justo contenido, el que tuvo. (Hay una cosa que no soporto y es que "contra Franco" se cantaba más y mejor... ¡una mierda!...; "contra Franco o contra cualquiera de sus acólitos –algunos todavía gobernando y hablando más de la cuenta– ¡nunca más!").

Cubierta del libro "Pueblo que canta"
Con el fin de justificar mis planteamientos, en 1983, realicé un estudio, digamos que estadístico, que publiqué en el libro "PUEBLO QUE CANTA" de la Asociación de la Música Popular, de la que ya hablaremos largo y tendido en otro momento.

El estudio consistió en analizar 3.272 canciones de las más significativas que se grabaron en España, y en el exilio, durante los años 1961 a 1982 –canciones todas ellas claramente indentificadas con la llamada "nueva canción" o "canción de autor"– y en clasificarlas por "núcleos temáticos" para definir con claridad y con exactitud cuáles fueron sus contenidos reales, y, en consecuencia, cuáles fueron sus objetivos o intencionalidades sociales. El resultado de aquel estudio puede encontrarse en el "siguiente cuelgue".

Por cierto, una observación final, llevo llamando al diario El Público, no sé cuantos días para que recoja  la información de la Fiesta-Concierto Centenario de Celaya, y, como siempre..., o están reunidos, o se han ido de puente, o no saben no contestan, o les interesa un "carajo"... ¡no he podido hablar con nadie!... ¡claro es que yo no soy una ilustre Fundación!... ¡lo comprendo!... ¡a estas alturas, ni falta que me hace!

4 comentarios:

  1. Fernando, absolutamente contigo... se simplifica demasiado a la hora de hablar de la canción de autor, se utilizan demasiados tópicos que intentan aparcarla en una época determinada ignorando, con más mala fe que otra cosa, que la canción es una manera de "cantar" la vida en todos sus aspectos, de cantar como se respira, como bien dices tú...
    Que cuando hay que enfrentarse al poder... se sacan agallas... y cuando hay que retratar el desamor se construyen joyitas como siento que te estoy perdiendo, por poner un ejemplo.... y así todos los temas que abarca el hecho de transitar por este mundo.
    y esta necesidad no tiene épocas ni generaciones... fluye como fluye el tiempo y la vida.
    Conozco esa joyita de libro que es Pueblo que canta, lo compré en Almería hace muuuuchos años.
    Besos

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  2. Ainsss, Fernando. Lo acabo de leer, no sé muy bien qué decir al respecto. Me ha quedado aquello de una mierda!! jajajaja. Parece que todo se justifica con Franco, qué gente más ilusa o lista, quien sabe!. También es triste, pero bueno, es igual, seguiremos aquí, protegiendo, cuidando y viendo crecer la "canción de autor!. Besos

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  3. Me ha cabreado bastante leer en Público esa especie de monumento a la ignorancia con pretensiones generalizadoras. No tengo ni idea de quién ha estado detrás del evento, pero sí puedo decir alto y claro que su planteamiento, que se pretende global, es tan falso como injusto e irrelevante. Del periodista que hace la crónica prefiero no entrar en detalles. A veces los más bobos e ignorantes son los que hablan más fuerte.

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  4. Totalmente de acuerdo Antonio... Son los de siempre repartiéndose el pastel... Lo que pasa es que el pastel que dicen comerse ya está rancio...
    Es lo que toca: la ignorancia y la desmemoria al poder.

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