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martes, 7 de diciembre de 2010

CARLOS CANO II. ...Y hubo puertas que se abrieron.

La biografía de CARLOS CANO, a la que me refería ayer, se editó, como habíamos previsto, en el verano del 1983, coincidiendo con la grabación y la salida del disco de Carlos titulado "Si estuvieran abiertas todas las puertas", magnífica obra que contiene, entre otras, bellísimas canciones como "Elisa" –algún día contaré el origen y la historia de esta canción nacida en Madrid–, "Mi refugio son tus ojos", "Tango de las madres locas" o "La metamorfosis".

Carlos Cano
(Foto: Juan Miguel Morales)
Recuerdo que tuvimos que ir a los almacenes de la editorial para cargar con más de diez cajas de libros; los que nos correspondían porque habíamos acordado cobrar los derechos de autor es "especie", es decir, en libros. Gracias a aquello tuvimos suficiente número de ejemplares para la presentacions en Madrid y en Granada. (En Granada la presentación del libro se hizo el 28 de enero de 1984).

Pasado el verano, a mediados de septiembre, Carlos montó una pequeña oficina en Madrid y desde allí iniciamos la estrategia, o si se quiere, el plan de promoción, que habíamos diseñado año y medio antes; plan que se concretaba básicamente en las presentaciones del libro y del disco. Fue un trabajo duro, pero apasionante... Nos habíamos juntado dos "acuarios", de los auténticos y nada, ni nadie, se nos resistía.

La presentación del libro pensamos realizarla en el Círculo de Bellas Artes que aquel mismo año había renovado su junta directiva y que se encontraba en un proceso de modernización y de apertura. Hablé con el pintor Rafael Canogar, que formaba parte de la junta, y conseguí que nos cedieran gratuitamente, para el día 18 de octubre, el gran salón en que se encuentra actualmente la cafetería.

Fijada la fecha, le propuse a Fernando Savater que apadrinara la presentación, le llevé a su casa mi libro y los discos de Carlos –al que prácticamente no conocía–, y dos días más tarde aceptó la propuesta...; me comentó que la obra de Carlos le había encantado.

Presentación de la biografía de Carlos Cano. De izquierda a derecha:
Fernando Savater, María de Calonje (editora) y Fernando Lucini.
Y así fue, el día 18 de octubre presentamos el libro en el Círculo de Bellas Artes. Al acto asistieron, entre otras personas, José Rodríguez de la Borbolla –en aquel momento vicepresidente de la Junta de Andalucía–, Antonio Gala, Gabriel Celaya y Amparo Gastón, Manuel Vázquez Montalban, Rojas Marcos, María Asquerino...; pintores y escultores como Fernando Bellver, Amadeo Gabino, José Luis Verdes, Canogar, José Vento, Lucio Muñoz, Amalia Avia, Eduardo Úrculo, Manuel Arcorlo o José Hernández...; y numerosos compañeros cantantes, entre ellos Luis Pastor, Eliseo Parra, Elisa Serna, Joaquín Sabina, Julia León, Claudina y Alberto Gambino, Teddy Bautista, Senante, Aute, Manuel Picón y Olga Manzano, Pablo Guerrero, Raúl Alcober, y no recuerdo cuantos más. Conseguir reunir a todas esas personas supuso un gran trabajo, pero mereció la pena; muchas de esas personas desconocían o conocían muy poco a Carlos y a partir de aquel día –unido al día del concierto– pudieron empezar a disfrutar de su amistad y de sus canciones.

Presentación de la biografía de Carlos Cano. De izquierda a derecha
los pintores Fernando Bellver, José Hernández y Manuel Alcorlo. 
Presentación de la biografía de Carlos Cano. De izquierda a derecha
Olga Manzano, Manuel Picón y María Asqurino
Presentación de la biografía de Carlos Cano. De izquierda a derecha, entre otros:
Elisa Serna, Joaquín Sabina, Antonio Muñoz, Manolo Domínguez y José Luis Verdes.
Relacionada con aquella presentación hay una anécdota que voy a narrar porque me parece muy divertida y entrañable: Como andábamos muy mal de dinero decidimos preparar nosotros mismos el aperitivo que íbamos a ofrecer después de los discursos de presentación... Lo hicimos en mi casa, entre Carlos, Alicia –el gran amor en la vida de Carlos–, mi compañera, mis hijos y yo; preparamos las tortillas de patatas y los canapés, cortamos queso y jamón, compramos frutos secos... y lo trasladamos todo en un taxi. Cuando llegamos al Círculo, preparamos las mesas con sus manteles y las "viandas" correspondientes y, a decir verdad, aquello nos quedó mucho mejor que si se lo hubiéramos encargado al mejor de los bares de la zona, y, además, aunque fue muy trabajoso, nos salió mucho más bueno y más barato. (Así se hacían las cosas por entonces, y era así como los sueños se podían ir haciendo realidad).

Tres días mas tarde, el 21 de octubre, Carlos ofreció un magnífico concierto en el antiguo, y ya desaparecido, Teatro Salamanca. Conseguimos que no quedara libre ni una localidad y que la noticia apareciera reseñada y comentada en toda la prensa diaria. (Lamentablemente no conservo ninguna fotografía de aquel momento).

Todo aquello, en realidad, fue una gran "movida" planeada y organizada de forma muy familiar, como de andar por casa; pero al fina la verdad es que hubo puertas que se abrieron; una de ellas, por ejemplo, la de la compañía discográfica CBS, donde Carlos consiguió grabar su siguiente discos: su inolvidable "Cuaderno de coplas", editado en 1985.

Después de leer todo lo anterior, puede que alguien se pregunte: ¿Y por qué cuenta ahora Fernando todo esto?... Voy a contestar a esa pregunta intentando ser muy claro.

Lo que pretendo es reivindicar en primer lugar a un Carlos Cano luchador, utópico e incapaz de caer en la tentación del desaliento; yo sé muy bien –porque pasé muchos momentos a su lado– lo que luchó por llegar a ser sencillamente lo que en justicia se merecía.

Carlos Cano
(Foto: Juan Miguel Morales)
En segundo lugar, quiero reivindicar lo que a fin de cuentas es su principal y más valioso patrimonio: sus canciones y su singular y definitivo aporte a la dignificación de la cultura andaluza... Lo demás me importa un bledo, son cosas más propias de programas como "Enemigos íntimos", "Sálvame" y otras "salsas rosas"... ¡Por favor, que nadie abra la "caja de los truenos!"... La memoria de Carlos Cano no se lo merece... Hace diez años que Carlos nos dejó, pues bien, sigamos abriéndole puertas, sigamos reivindicando su arte; sigamos difundiéndolo por todos los medios de comunicación; hagámosle justicia; que su música se haga presente en las nuevas generaciones, que trascienda nuestras fronteras... ¡América lo sigue esperando!.

1 comentario:

  1. Carlos es una figura imprescindible de nuestra canción entendida como un canto a la vida, a la sensibilidad y a lo que nos une a todas las personas. Es una pena ver cómo durante estos diez años parece haber desaparecido su figura, cada vez más necesaria.

    Un abrazo, Fernando

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