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viernes, 28 de octubre de 2011

PEDRO GUERRA I - "EL MONO ESPABILADO"... O DE LOS SUEÑOS Y LOCURAS INDESTRUCTIBLES

El pasado día 25, PEDRO GUERRA presentó en el Teatro Arteria Coliseum, de Madrid, su nuevo –y décimo-tercer disco–, titulado "El mono espabilado"; presentación que nos permitió participar de un gran concierto en el que lo más importante fue que pudimos disfrutar de una muy buena música –sin despliegues innecesarios–, de unas canciones "seriodivertidohumanizantes" –de las que seguidamente hablaré– y de la presencia de un Pedro Guerra que, al menos a mi, me sigue entusiasmando, por su coherencia personal, por la sensibilidad relajante que es capaz de transmitir, y por el desbordamiento de humanidad que siempre suele imprimirle a sus creaciones.

Pedro Guerra.

Hace años, concretamente en 1998, escribí un "retrato íntimo" de Pedro –publicado en mi libro "Crónica cantada de los silencios rotos" (Alizanza Edtorial)– en el que refiriéndome a uno de sus primeros conciertos en Libertad 8 –debió de ser en el año 1994 o 1995–, decía: «Allí estaba él, con su guitarra, con su voz, con su tímida sencillez y "empujando un sueño"; empujando en realidad todos nuestros sueños»... Y es que Pedro en su primer disco "Golosinas" concluía su canción "Las gafas de Lennon" diciendo: «No es bueno quedarse colgado de un sueño / habrá que empujarlo llegado el momento».

De aquello han pasado un montón de años –más de quince– y Pedro sigue ahí empujando sus sueños...; empujando sus nuevas canciones que siguen rebosando sueños de "buenahumanidad"...  Eso fue, sin duda, lo que más me emocionó del pasado concierto en el Coliseum; emoción que se me desbordó incontrolable cuando salió al escenario Miguel Poveda, y juntos –compartiendo latidos–, volvieron una vez más, pero de forma renovada, a proclamar el «derecho a soñar»; Eduardo Galeano, ya lo llama, «el derecho al delirio»; Pedro ahora lo concreta como «el derecho a la locura».

«Deja que el fuego encienda la piel del río,
deja que den su fruto los desvaríos,
deja que el mar se seque.
que el sol se enfríe,
que haya recuerdo en el olvido
Deja que abran las puertas del laberinto,
deja que del silencio se escape el ruido,
deja que el rayo cese,
que el viento calme,
que den a luz los clandestinos.
Deja que mi locura y yo
corramos el peligro,
te digo deja,
deja te pido».
("Mi locura". Fragmento)

De esta forma, entre hermosas locuras y sueños irrenunciables, Pedro Guerra nos ofrece ahora las 13 nuevas canciones que componen "El mono espabilado"; obra que, de entrada, me parece muy bella, muy comprometida –necesaria para los tiempos que corren– y de extraordinaria calidad musical y poética; valoración que surge de mi conocimiento y de mi pasión por la "canción de autor", y que nada tiene que ver con los intereses, los esnobismos "progres" y las frustraciones inconfesables de "ilustres periodistas" que trabajan en lo grandes medios de comunicación y que se creen "los reyes del mambo"...; ¡que le vamos a hacer!... A mí me gusta mucho –y me siento muy "agustito"– escribiendo en este sencillísimo blog en el que diariamente LA PALABRA SE HACE MÚSICA.


(Disco diseñado gráficamente por "Complot").

Dicho todo lo anterior –¡ganas tenía de escribirlo– creo necesario mencionar al equipo que ha acompañado a Pedro en esta nueva aventura que él mismo se ha producido: Osvi Greco (guitarra eléctrica, acústica, portuguesa, española, ukelele), Luis Fernández (teclados), Vicente Climent (batería), José "Pepo" Gómez (bajo), Andreas Prittwitz (flauta, clarinete), Carlos Narea, Ángel Martos, y  María Cabrerizo que se ha hecho cargo de la "producción ejecutiva" y mucho más, yo diría que ha sido uno de los latidos imprescindibles en los nuevos sueños y locuras de Pedro.

Respecto a las canciones que integran el CD –la mayoría de ellas impregnadas de aires y sonoridades latinas y sureñas– son canciones, como dice el propio Pedro, que "hablan del ser humano a través de historias"...; característica que siempre estuvo presente, prácticamente, en toda su obra.

Nos encontramos con un "Mono espabilado" que puede hacer cualquier cosa, pero que, al final, siempre se enamora...; y podemos hacerlo también con el mal-conocido y prepotente "Rey de la Selva".

Tenemos la posibilidad de conmovernos con el candor y la inocencia de "Caperucita Roja" y con la ferocidad enfermiza y cruel de los "lobos" que acechan. 

Podemos reivindicar el trabajo imprescindible, y nada fácil, que realizaron "las maestras" republicanas, y el que hoy en día siguen realizando –junto con los maestros– en nuestras escuelas pública –muchas de ellas todavía rurales–. 

Por el arte y la magia de Pedro, nos encontrarnos con la recreación de un tal Australopithecus Afarensis,  tierno homínido que vivió hace más de tres millones de años; o con "Teodora", emperatriz bizantina del siglo VI, esposa de Justiniano I, y antes actriz y meretriz, que Impulsó las primeras leyes sobre el aborto y el divorcio, permitió el matrimonio libre entre diferentes clases sociales, razas o religiones y prohibió la prostitución forzosa.

Pedro Guerra.

Tenemos la posibilidad de adentrarnos en "El baúl de Billy Bones"; y de sentir la emoción y la ternura que es capaz de transmitir "Monarca", mariposa, negra, con manchas naranjas, que vuela de Canadá a México donde pone sus huevos, pero que no vive lo suficiente para hacer su viaje de regreso y son las crías las que finalmente lo continúan. (¡Bellísimo y entrañable canto a la emigración!)

E incluso podemos desahogarnos cantando el tema "Gente tóxica"...; ¡cuánta "gente tóxica" nos rodea!...; más de uno estaba sentado la otra noche en el teatro Coliseum, y además con entrada gratis, pa más cachondeo.

Y más, el disco tiene y aporta mucho más... de lo que seguiré hablando mañana, porque, ya que estamos, he decidido dedicar varios "cuelgues" seguidos –con "cantijuego" incluido– a presentar y analizar el trabajo de Pedro Guerra a lo largo de toda su andadura y de su sueño como compositor, como poeta y como intérprete... Así pues, mañana seguimos.

jueves, 27 de octubre de 2011

JESÚS GARRIGA - II. "AL[H]AMBRE". MIEDOS, AMORES Y SOLIDARIDADES

Jesús Garriga. (Fotografía de Aday Cácerez).

«Resbalo, no tiene sentido advinar los trazos,
se abrió este camino y es mejor cruzarlo
descalzo y desnudo.
Sin mapas, sin tiempo, sin marcar el plazos,
sin sombras que obliguen a medir los pasos,
sin miedo a los golpes, pero con tu mano»
(“Tu mano”).

Ayer informaba sobre la publicación del segundo disco de Jesús Garriga –titulado "Al[h]ambre"– y dejaba constancia de su enorme calidad musical y poética. Hoy, para iniciar este nuevo "cuelgue", insisto: es un disco que merece la pena escuchar; es una reconfirmación de que la la llamada "canción de autor" está completamente "viva", de que sigue consolidando cada vez más altos niveles de calidad, y de que continua formando parte del paisaje cotidiano de quienes disfrutamos cada vez que –desde la belleza y con la sensibilidad– la "palabra se hace música".

A Jesús Garriga su abuela le enseñó que «éstas muerto si te callas», y es evidente que asimiló bien aquel sabio aprendizaje...; y aquí está...; sigue cantando "como quien respira"..., y sigue componiendo canciones sin demasiada prisa, Jesús es un creador que se toma muy en serio esto de la canción y que tiene muy claro que toda canción requiere un "tempo" que es impredecible y del que no se puede prescindir. 

Y efectivamente, después de un tiempo, aquí lo tenemos de regreso y acompañado de un grupo de músicos extraordinarios; para empezar Gonzalo Lasheras que, además de regalarnos la maestría de su arte como guitarrista, ha sido el productor del disco.... Junto a él, otro "grande", ¡grandísimo músico! –inseparable de la historia de la música popular en nuestro país–, me refiero a Nacho Sáez de Tejada... Y toda una "banda" que ha sido capaz de crear en el disco unas atmósferas musicales envolventes, acariciadoras de la palabra y de una belleza muy particular, banda integrada por Tito Dávila, Antonio Sauco, Larry Martín, Paco Perera, Javier Mora, Esther Godinez y Alicia Alemán. Destacar también la participación de Barei cantando en el tema "Ni frío ni miedo", y de Miguel Inzunza que desde México se lanzó unos versos que han quedado en la canción "Tu mano", como testimonio de ese afecto de "ida y vuelta" que tanto nos une a los pueblos latinoamericanos.


Jesús inicia su disco dedicando una canción al "Sahara", es decir, dejando claro, desde el principio, –como ya lo hizo a lo largo de todo su disco anterior–, que no se puede ser humano si no se practica la solidaridad, es decir, si no sentimos que la ternura nos inunda y se nos desborda frente a la injusticia y el dolor que sufren otros seres tan humanos como nosotros y, en consecuencia, con los mismos derechos.

«Detrás de una alambrada
la libertad no existe si no existen las palabras.
Sahara me duele porque sangra su nostalgia,
el tiempo es enemigo si el olvido le acompaña.
El miedo colectivo nos empuja a dar la espalda
mi abuela me decía que estás muerto si te callas
ella vivió en la arena y el Aaiún se hizo mi casa...
La libertad no existe cuando vive refugiada. Sahara».

A partir de ahí, "Al[h]ambre" discurre entre latidos, pensamientos, sentimientos y súplicas, que van desarrollando y "des[h]alambrando" una trama argumental protagonizada por dos personajes: el miedo y el amor. 

El miedo que "malpare" con frecuencia la realidad y que se cuela en el alma –e incluso en el cuerpo– de forma cabrona y traicionera.

«Miedo a vivir sin voluntad, a no encontrar en mi camino lo que me hace andar,
miedo a fantoches de la gran ciudad, a los disfraces de este circo
y a que se me acabe el gas, miedo que existe, miedo que está».
(“Miedo”)

Y el amor, antídoto y bálsamo para aniquilar los miedos y para poder VIVIR... ¡VIVIR!..., así, con mayúsculas y entre admiraciones.

«No hay razones para tantos miedos, el pasado fue tan imperfecto
y aunque ya no sé como salvarte, agárrate a mis huesos. [...]
Este mes no llego al alquiler, tengo una fortuna en agujeros,
cuando sale el sol de madrugada, escupo a mis fantasmas.
Si se pone el mundo muy oscuro, agárrate a mis huesos».
(“Flaco”)

«Deseo que no encontremos un desierto.
deseo que nunca llegue.
si llega el día, no tengas frío, no sientas miedo.
La calma llegará y será mejor,
descansa, que mañana pasará el dolor [...]
que uno solo nunca es alguien siendo dos,
construimos y crecimos sin reloj,
sumando siempre, tú y yo sin frío, tú y yo sin miedo...
no siento frío hoy, no tengo miedo».
(“Ni frío ni calor”)





Creo que ya queda poco por decir de este segundo y nuevo disco de Jesús Garriga; digo poco porque me falta decir que Jesús en este disco se confirma –y yo diría que se consagra– como un magnífico poeta. Alguien puede decir que mi afirmación es subjetiva, y es posible que lo sea; de cualquier forma aquí dejo una muestra de su quehacer poético: Es el texto de la canción "Luna nueva"...; lean ustedes, sientan y opinen:

«Has llorado esta vez, de verdad y no en poemas
el rasguño en tu piel, la traición de quien tu velas.
Aliada del mar, hoy los marineros tiemblan,
vieron lágrimas caer, de dolor y no de pena,
tú que calmas la sed, la nostalgia del poeta.

Qué será de las mareas, de las musas, de las cenas,
de las noches sin canción, de los locos las ideas,
que será de las farolas, de las flores en la acera,
del amor que se deshoja, del silencio y la tristeza.

Has llorado esta vez, y ocultaste bien tu cara,
golpeada por ser oasis en la madrugada,
tú que calmas la sed, y pareces tan cansada
Tú que calmas la sed, la notalgia del poeta
hoy saliste otra vez y ocultaste bien la pena».

¡Ah!, y una cosita, el nuevo disco de Jesús tiene sorpresa, cuando escuchen el último corte –el 11– esperen...; disfrutarán de un silencio que atesora el gozo de lo inesperado.

miércoles, 26 de octubre de 2011

¡MALDITAS GUERRAS! - 100 + 100 + 5

¡Es curioso y para mí muy emocionante!...; ayer en el cuelgue contra la guerra Paco Cifuentes nos decía: «Que la guerra sea sólo en tu cuerpo / Que se destrocen en un abrazo los amantes»... Pues bien, anoche después del concierto de Pedro Guerra –por cierto tremendamente hermoso–, cuando llegué a mi casa me puse a escuchar tranquilito el nuevo disco de Muerdo (Pascual Cantero) titulado "Flores entre el acero" –disco que comentaré próximamente–, y me encontré con una canción llamada "La insurrección" que entre otras grandísimas verdades y deseos dice:


«Yo no soy mejor ni peor que tú,
pero sé bien,
que nos están mintiendo.
Yo no soy mejor ni pero que tú,
pero sé bien, que nos están jodiendo
y hay que responder.

Levántate,
vienen tiempos de resolver problemas
y de arrancarse todas las cadenas.
De ver caer cucañas y escaleras,
de hacer temblar la tierra con tu fuerza,
de que despierten todas las conciencias,
de recordar las leyes verdaderas,
de darte en cada paso a la experiencia,
DE ARMAR EL CORAZÓN
¡ESTO ES LA GUERRA!».


¡Si!, como canta Muerdo, vamos a armarnos el corazón en defensa de la paz... ¡Esa es la guerra! ¡la única en la que creemos! ¡sin otras armas más que las del corazón!...
¡La guerra de la INSURRECCIÓN!

¡Gracias Pascual!, ¡amigo!

JESUS GARRIGA - I. CONVICCIONES AL HILO DE "AL[H]AMBRE"

Jesús Garriga.

Desde hace ya casi cinco años, cuando he vuelto a escuchar las canciones de Jesús Garriga en su primer disco, me he dicho a mí mismo: «¡Que difícil lo va a tener Jesús para superar su "Hijo de sol"!»... Y es que aquel disco primerizo, editado en 2006, es una joya; considero que es uno de los mejores que atesoro en mi discoteca personal, y, además, es uno a los que sigo acudiendo, con bastante frecuencia, para disfrutar y relajarme,

Pasados esos casi cinco años he recibido el nuevo disco de Jesús y he de decir –tras escucharlo varias veces– que en él no solamente se ha superado a si mismo, sino que ha sido capaz de crear una obra aún mas coherente, más madura y más bella que aquel "Hijo de sol" que tanto aprecio. 

Este nuevo disco se titula "Al[h]ambre" y ha vuelto a "tocarme" muy adentro; me ha "tocao" en lo que se refiere a mi sensibilidad y a mis sentimientos; y me ha "tocao", también –y sobre todo–, en algunas de mis convicciones respecto a esto que llamamos la "canción de autor".




En este "cuelgue" de hoy no voy a entrar con detalle en el nuevo disco de Jesús Garriga –lo haré mañana–; hoy, al hilo de él, sólo voy a intentar explicar lo que antes decía respecto a mis convicciones sobre la "canción de autor". Sin embargo, antes de nada, no puedo resistirme al placer de copiar la letra de una de las canciones de "Al[h]ambre"; precioso tema que ya he escuchado no sé cuantas veces y que ya he incorporado a mi universo sonoro; se llama "Quédate".

«Aunque mi casa sea pequeña, aunque parezca que no hay luz,
aunque la fe de paso al miedo y aunque me tiemble la salud,
quédate, que sigo anclado en los intentos de creer
y hago un derroche de reproches cada vez
que me revuelco en el desastre de vivir
con mucho que temer.
Aunque mi sueño sea un columpio con las cadenas de papel,
aunque no sepa si hay mañana y aunque me pese lo de ayer,
quédate, que estoy tocado pero sigo estando en pie
y se acumulan lo deseos de insistir,
niña, quédate a vivir».

Jesús Garriga. (Fotografía de Aday Cácerez).



Y, tras el texto de "Quédate" –de Jesús Garriga, vamos con lo de las convicciones a las que antes hacía referencia; convicciones que, como seguidamente podremos comprobar, se refieren al tema y a la experiencia del "amor". (Trataré de explicarme aunque aunque, para ello, sea necesario que este "cuelgue" se haga un poquito más extenso de lo habitual).

En 1983, con motivo de la publicación del libro "Pueblo que canta" –editado por la "Asociación de la Música Popular"– me propuse hacer un estudio sobre cuáles habían sido los "temas" fundamentales desarrollados en la "canción de autor" entre 1961 y 1982, es decir, en el periodo de su nacimiento y de su máximo desarrollo en nuestro país. Seleccioné, para hacer ese estudio, 3.272 canciones de las más significativas, y durante más de tres meses estuve analizándolas y clasificándolas.

El resultado de aquel estudio fue realmente sorpresivo e interesante. Hoy voy a limitarme a ofrecer los datos que me van a servir para fundamentar las convicciones sobre las que deseo hacer girar este "cuelgue". 

De aquellas 3.272 canciones, 558 eran canciones de amor –es decir, un 17%–; me refiero a canciones que planteaban y desarrollaban la experiencia amorosa de forma directa y en sus múltiples manifestaciones; si hubiera considerado también aquellas canciones en las que el amor aparecía de forma tangencial, el porcentaje se habría disparado, muy posiblemente, al 40%. 

A la experiencia del amor –que alcazaba el mayor porcentaje de aquel estudio– le seguían la de la "esperanza" (12,3%) y, curiosamente, ya a bastante distancia los temas de la "solidaridad" (4,6%), la "libertad" (3,9%) y algunos problemas sociales como "el racionalismo y la despersonalización" (3,8%), o  "la pobreza y la lucha de clases" (3,8%). (El análisis detallado de este estudio lo ofreceré próximamente en otro "cuelgue").

La conclusión de los datos anteriores es que evidentemente la "canción de autor" desde sus orígenes, e incluso en la época de la dictadura franquista y la transición democrática –es decir, en los años de mayor conflictividad política y social–, ha sido una canción en la que ha predominado el canto al amor; lo que es lógico y normal si tenemos en cuenta que el amor es el escenario fundamental sobre el que se desarrolla  nuestra existencia...; «solo el amor engendra la maravilla y consigue encender lo muerto» –dice Silvio–; «el peso del mundo es amor...; nadie duerme sin sueños de amor, el llanto del mundo es amor» –cantaba Hilario Camacho interpretando a Allen Ginsberg–; y es que, como afirma Pedro Guerra en su reciente disco, «el mono espabilado –pase lo que pase, siempre– se enamora».

Obra de Eduardo Úrculo.


Todo esto que acabo de contar, viene a concluir y a resumirse en la siguiente afirmación rotunda: El amor y la experiencia amorosa deben ser unos de sus temas claves y nucleares de la "canción de autor". Afirmación que en ningún momento se opone, o se contradice, con las dimensiones "sociales", o de "solidaridad" y de "denuncia" que también deben caracterizar a las creaciones de los llamados "cantautores". (Recordemos aquello de Benedetti, que ya cantó Jesús Garriga en su disco anterior: «Si te quiero es porque "sos" / mi amor, mi cómplice y todo / y en la calle codo a codo / somos mucho más que dos... / Te quiero porque tu boca / sabe gritar rebeldía»).


Ahora bien, creo que es importante hacer una aclaración..., ¿en que se diferencia entonces una canción de amor del género, digamos que, de los "cantautores", y una canción de las que suele considerarse como más comerciales –la también llamada "canción consumo"–?... Para mi está claro, ¡clarísimo!...; el límite lo marca la "calidad": calidad poética, calidad de planteamientos y –por supuesto– calidad musicalUna canción de amor de calidad debe fotografiar latidos y sentimientos, debe ser reflejo de una realidad que se entreteje de luces y de sombras; debe ser apasionada (recordemos aquello que escribió Eduardo Gudiño Keiffer, y que cantaron Claudina y Alberto: «sí, claro que te quiero con el alma, / pero también te quiero con el cuerpo... / quiero que me quieras / con la piel, con las uñas, con los dedos»); en fin, una canción de amor de calidad debe de ser una proyección de la vida real; de la cotidianidad y del éxtasis; de cercanías, de rupturas, de ausencias, de deseos, de añoranzas y de reencuentros...


Jesús Garriga. (Fotografía de Aday Cácerez).
«Volveré sobre mis pasos, esperaré a verte dormida
para adueñarme de tus sueños, para soñar que en tu paz duermo
para dar palabra a un muerto y frenar mi vida enloquecida,
para buscar el yo perdido, para encontrarte a ti, conmigo. [...]
Antes de que alguna de tus fotos, se vuelva vieja y amarilla,
volveré a buscar mis pies y tu saliva.
Volveré sobre mis pasos, esperaré a verte desnuda,
adueñarme de tus senos, ser la luz de tus pupilas».
(Jesús Garriga. “Delirio”) 

He vuelto sobre otra de las canciones de Jesús grabada en su último disco para decir, como final de este "cuelgue" que en "Al[h]ambre" vamos a poder encontrarnos con varias de esas canciones de amor que sólo son capaces de crear "los grandes cantautores"... Pero bueno, del disco hablaremos mañana...


La verdad es que lo que hoy he escrito es sencillamente la expresión razonada de una necesidad: la necesidad de afirmar que para ser un buen"cantautor" no basta con tomar una guitarra, componer cuatro "cositas" de corte más o menos "romanticón" y echarse a cantar... ¡no!...; componer e interpretar canciones, o el "oficio de cantor", requiere mucha más exigencia personal, más "jondura" humana, mayor calidad y sensibilidad creativa, y más seriedad: «Mi oficio de cantor –como dice Miguel Ángel Morelli, y para concluires el oficio / de los que tienen guitarras e el alma».

martes, 25 de octubre de 2011

¡MALDITAS GUERRAS! - 100 + 100 + 4

Hace tiempo que veníamos planeando el reencontrarnos sin prisas para hablar relajadamente, y comernos algo juntos. 

Por fin ese día llegó; comimos en uno de mis restaurantes preferidos de Madrid –"El pelotari"– y hablamos, y hablamos...; hablamos de canción; de los poetas con los que compartimos admiración; de Carlos Cano; de Lluís Llach; del amigo Alfonso; de América –¡qué ganas de volver!...; de sus proyecto, de los míos... y, por supuesto, de lo riquísimas que estaban las anchoas fritas, la tortilla de bacalao y el solomillo.

Paco Cifuentes me contó que estaba ultimando su próximo disco –del que podremos disfrutar a principios del año que viene –es decir, ¡ya mismo!–; que estaba componiendo como un loco, y ¡lo más apasionante!: que estaba reencontrándose con su trabajo como compositor y con su voz –para mí una de las voces más "jondas" y más bellas de nuestros cantores contemporáneos.

Paco Cifuentes.
Yo, en un momento de la conversación, le comenté que acaricio el proyecto de publicar un libro al que titularé "MALDITAS GUERRAS", en el que me gustaría recopilar muchos de los "cuelgues" que, con ese mismo título, vengo publicando en el blog...; hablamos de las guerras, de "Masters of war» y de Dylan...; y justo, en ese momento, Paco abrió una libreta que tenía sobre la mesa y se puso a escribir..., leí lo que había escrito..., le pedí si me dejaba arrancar la hoja y quedarme con ella...; me dijo que sí... Esto fue lo que escribió:

Hermoso poema para este cuelgue 100 + 100 + 4 contra las guerras ¡MALDITAS!

«Que la guerra 
sea sólo en tu cuerpo. 
Que se destrocen 
en un abrazo los amantes.
Que a los que no tengan 
la caricia cercana 
les toque en el hombro 
el deseo de otros labios semejantes.

Esta noche urge, 
esta noche bajo el mismo manto 
sobre el que saldrá el mismo sol 
de África.

Y para que no mientan 
los que ya no aman más».

¡Gracias Paco! ¡Mereció mucho la pena el reencuentro!

ARTE Y CANCIÓN. "ANDRÉS VÁZQUEZ DE SOLA"

Andrés Vázquez de Sola. (Fotografía de Ruiz Almodóvar)


Andrés Vázquez de Sola nació en San Roque (Cádiz), y es uno de los periodistas y de los dibujantes españoles mas clara y descaradamente comprometidos con los auténticos valores democráticos y, muy en particular, con la paz y con la libertad; compromiso siempre presente a lo largo y a lo ancho de toda su vida personal y profesional; y expresado –de forma elocuente y clara– en sus dibujos y en sus lienzos surgidos de un juego de formas, de colores y de "ternuras" que él sabe practicar y conjugar como nadie.

Durante los años de la dictadura franquista, dada su ideología y su temperamento radicalmente enfrentado a los comportamientos fascistas y represivos de la época, y dada su forma de entender el arte como una realidad expresiva libre y radicalmente ajena a cualquier tipo de represiones –él no estaba dispuesto a renunciar por nada del mundo a su libertad–, tuvo que exiliarse a Francia –fue  en 1959– donde permaneció más de dos décadas trabajando en medios periodísticos y de comunicación como Le Canard, Le Monde, Le Monde Diplomatique o L'Humanité.

Tras la muerte de Franco, Vázquez de Sola, regresó a España; empezó a trabajar en medios periodísticos como Diario 16, El Independiente, Interviú o Mundo Obrero...; y, sobre todo, se dedicó –y sigue entregado a ello– a crear –a crear en libertad–; y a reivindicar con sus creaciones plásticas sus pasiones literarias, y sus creencias y convicciones vitales.

Ya vimos, hace unos días, dos de sus obras en los "cuelges" "100+100+1" y "100+100+2" contra las guerras; una de ellas dedicada a Fermín Salvochea y Álvarez, y la otra a Federico García Lorca. Observar, seguidamente, este maravillo cuadro dedicado a Rafael Alberti glosando los inmortales versos que cantó Paco Ibáñez:



«Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie
que es nadie la muerte si va en tu montura
galopa caballo cuatralbo, jinete del pueblo
que la tierra es tuya
A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar».

Vázquez de Sola al igual que ha estado vinculado pasional y plásticamente al mundo de la literatura, lo ha estado también al de la canción.

El siguiente cuadro, por ejemplo, está dedicado a Raúl Alcover, compositor e intérprete granadino que perteneció al colectivo "Manifiesto Canción del Sur"; que ha grabado hermosos discos como los titulados "En esta tierra", "El signo del viento", "El musicante" o "Noche canalla" y que ha musicalizado –y lo sigue haciendo– a poetas como los que Vázquez de Sola retrata a su alrededor. (Intenta identificarlos).


Más recientemente, Andrés Vázquez de Sola ha ilustrado el extraordinario disco del "cantaor" flamenco Juan Pinilla, titulado "Las voces que no callaron. Flamenco y Revolución"; obra ejemplar a la que le dedicaré, próximamente, en "cuelgue" que se merece. De ese disco reproduzco, a continuación, el cuadro original y la reproducción que se hace de él en la cubierta.



lunes, 24 de octubre de 2011

¡MALDITAS GUERRAS! - 100 + 100 + 3. DYLAN. "MASTERS OF WAR"


La semana pasada celebrando la actualidad protagonizada por Leonard Cohen –recibiendo el Premio Príncipe de Asturias de las Letra– y por Pete Seeger –con sus 92 años, y sus muletas, sumándose a los manifestantes del movimiento Ocupemos Wall Street, en Nueva York–, me han venido a la memoria otros compositores y cantantes míticos que me han ayudado mucho –sobre todo en mi adolescencia y en mi juventud– a ser como soy y como siento, y a creer y a soñar en la paz y en la libertad; entre ellos –evocación compartida con mi hijo Javier– me han venido a la memoria Bob Dylan, su segundo álbum "The freewheelin" (1963), y, en él, la canción "Masters of war" sobre la que hoy gira este nuevo "cuelgue" contra la guerra.

La portada del LP "The freewheelin" muestra una fotografía
de Dylan y su por entonces compañera Suze Rotolo. La fotografía
fue tomada en Nueva York, a pocos metros del apartamento donde residían.

Masters of war" ("Señores de la guerra"), es, sin duda, una de las canciones más duras y escalofriantes que he escuchado contra el armamentismo y contra la guerra destructora; canción de la que se han realizado muchas y muy variadas versiones; la han cantado, por ejemplo, Ben Harper, Pearl Jam, Roger Meddows-Taylor –de Queen–, Martin Simpson, D.O.A. –banda canadiense de punk–, Ratdog, Marc Arm, The Flying Pickets, Leon Russell, Bili Frisell, e incluso Cher, entre otros intérpretes.

Seguidamente copio algunos fragmentos de la letra de esta canción, lo hago primero en castellano y, a continuación, en inglés; y, por supuesto, sugiero escucharla completa. Concretamente os recomiendo el audio ilustrado con imágenes antibelicistas que puede visionarse en el siguiente enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=nBkhXtgqyps

Bob Dylan.
«Vengan señores de la guerra,
ustedes que fabrican todas las armas,
ustedes que fabrican mortíferos aviones,
ustedes que fabrican grandes bombas,
ustedes que se escondéis tras muros,
ustedes que se esconden tras escritorios,
sólo quiero que sepan
que veo a través de sus máscaras.

Ustedes que no han hecho nada
salvo construir para destruir,
ustedes juegan con mi mundo
como si fuera su pequeño juguete,
ustedes ponen un arma en mi mano
y se quitan de mi vista,
y giran y corren lo más lejos
cuando las balas vuelan rápidas. [...]

Ustedes ajustan todos los gatillos
para que otros disparen,
luego se apartan y esperan
cuando las listas de muertos aumentan,
ustedes se esconden en su mansión
mientras la sangre de los jóvenes
se escapa de sus cuerpos
y se hunde en el barro. [...]

Cuánto sé yo
para hablar así a destiempo,
puede que digan que soy joven,
puede que digan que soy ignorante,
pero hay algo que sé,
aunque sea más joven que ustedes,
es que ni siquiera Jesús jamás
perdonará lo que hacen.

Permitirme hacerles una pregunta,
¿es tan bueno su dinero?
¿Comprará su perdón?
¿Creen que lo hará?
Me parece que descubrirán
cuando su muerte cobre su peaje,
que todo el dinero que hicieron
nunca podrá salvar su alma.

Y espero que mueran,
y que su muerte venga pronto,
seguiré su ataúd
en la pálida tarde,
y esperaré mientras son bajados
a su lecho de muerte,
y me quedaré sobre su tumba
hasta asegurarme que están muertos».


«Come you masters of war
You that build all the guns
You that build the death planes
You that build the big bombs
You that hide behind walls
You that hide behind desks
I just want you to know
I can see through your masks.

You that never done nothin'
But build to destroy
You play with my world
Like it's your little toy
You put a gun in my hand
And you hide from my eyes
And you turn and run farther
When the fast bullets fly. [...]

You fasten the triggers
For the others to fire
Then you set back and watch
When the death count gets higher
You hide in your mansion
As young people's blood
Flows out of their bodies
And is buried in the mud. [...]

How much do I know
To talk out of turn
You might say that I'm young
You might say I'm unlearned
But there's one thing I know
Though I'm younger than you
Even Jesus would never
Forgive what you do.

Let me ask you one question
Is your money that good
Will it buy you forgiveness
Do you think that it could
I think you will find
When your death takes its toll
All the money you made
Will never buy back your soul.

And I hope that you die
And your death'll come soon
I will follow your casket
In the pale afternoon
And I'll watch while you're lowered
Down to your deathbed
And I'll stand o'er your grave
'Til I'm sure that you're dead».


Por cierto, a partir del 25 de octubre inicia una gira por España John O'Connell Plays Simply Dylan, banda considerada como una de las que mejor versiona las canciones de Dylan. Concretamente, el día 29, tocarán en la sala Galileo Galilei precedidos de «Los Window Makers»... ¡Todo un espectáculo del que merece la pena disfrutar!

COMPOSITORES, POETAS Y CANTANTES «INCOMPLACIENTES» de AYER, DE HOY Y PARA SIEMPRE": «A QUENLLA»

A QUENLLA . En 1972 los maestros y compositores gallegos Mini (Xose Luis Rivas) y Mero (Baldomero Iglesias) , con el apoyo del musicólogo ...