Todavía hoy me siento profundamente "tocado" por la película "ALMA QUEBRADA", de GONZALO GARCÍA PELAYO, que pude disfrutar ayer en la sala de cine del Museo Reina Sofía de Madrid.
Realmente la película me produjo un inesperado impacto emocional: Un paseo por la vida, y por mi propia existencia como ser humano, entretejido de emociones, silencios, sentimientos, latidos, desgarros, belleza, sensibilidad, ternura... y música, y canto, y cante popular jondo, auténtico, ¡del alma!... Música y canción de autor, y flamenco, y copla, con una desnudez y una belleza idescriptibles... Y el vibrar armónico y hechizante de una guitarra... ¡pa qué más!... Y todo ello fundido y hermanado con el mar, el viento, la marea, las rocas y unos paisajes delirantes por su cotidianidad y por su hermosura...
UN CANTO A LA VIDA desde la cotidianidad de 4 existencias que, al final además de "quebrarme el alma" de emoción, me dejaron el placer de pensar y de sentir que merece las pena haber vivido y vivir, seguir viviendo atrapando hasta la última gota de belleza y de emoción que se cruce en mi camino.
En "Alma quebrada", mi amigo Gonzalo también le hace unos guiños entrañables y muy bellos a la presencia y al recuerdo de amigos -¡grades amigos!– compartidos: Aute, Manuel Picón, Olga... y por supuesto Fernando Arduán que vuelve a dejarnos disfrutar emocionalmente con sus hermosísimas canciones.
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