El 6 de agosto Hiroshima es arrasada por la bomba atómica. A los tres días una segunda explosión destruye Nagasaki.
«Una locutora en el televisor
se disculpa por la interrupción.
De repente se deja de oír su voz
y a la imagen se le va el color.
Se produce en el instante un apagón
y la calle es un gran descontrol.
Me susurras: "Mira, como en Nueva York...
Tengo ganas de hacer el amor".
Y en eso pasa un avión,
pasa un avión...
y pasa un avión.
Qué demonios chilla ese despertador
si aún no son las tres en mi reloj.
No es normal la luz que hay en la habitación
a no ser que haya salido el sol.
Calla, escucha ese redoble de tambor
o es el eco de alguna explosión.
Y me dices: "Ven, amor, olvídalo,
démonos el beso del adiós".» (5)
El 2 de septiembre finaliza la segunda guerra mundial. Luis Eduardo garabatea ya por entonces sus primeros dibujos infantiles.
Más tarde, cumplidos los cinco años, realiza incipientes retratos familiares y dice que cuando sea mayor quiere ser pintor. En el colegio filipino de "La Salle" hace sus primeros estudios de inglés... Los "yankees", con aires salvadores, merodean por todas partes salvaguardado, en el fondo, tan sólo sus intereses económicos y militares en el archipiélago.
«Yo no entiendo nada lo que pasa aquí,
el planeta está perdiendo la razón,
a ninguna parte ya me dejan ir,
todo el mundo me dice: yankee go home,
yankee go home, going home...
No sé por qué creen que tengo mala fe,
con lo guapo y lo simpático que soy,
yo sólo pretendo ser papá Noel,
traigo cocacola, tanques y el Playboy,
yankee go home, going home...» (6)
(5) "Pasa un avión" (Nudo, 1985).
(6) "Yankee go home" (Babel, 1975).
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