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sábado, 2 de febrero de 2013

MARTA PLUMILLA. CRÓNICA DE UN GRAN DESCUBRIMIENTO.

Creo que es la primera vez que comienzo un "cuelgue" como lo voy a hacer hoy, pero es que la ocasión se lo merece: Si alguna vez, en el sitio donde os encontréis, o donde viváis, os llega la noticia de que va a cantar MARTA PLUMILLA, no dejéis de ir a escucharla; os aseguro que es un auténtico regalo para vuestra sensibilidad y vuestros sentidos... Y lo digo, porque lo he experimentado recientemente. 

Hace tiempo que conozco a Marta, el mismo que vengo pensando en asistir a uno de sus conciertos y, por fin, lo hice el pasado jueves 31 de enero, en la Sala Libertad... ¡No os podéis hacer idea de lo mucho que disfruté, y de lo mucho que me arrepentí de no haber gozado antes de sus canciones en directo!... Así que –para que no os pase lo que a mí– de entrada vuelvo a repetirlo: en cuanto tengáis la oportunidad, si no la conocéis, no dejéis de participar de un concierto de esta singular actriz, compositora y cantante llamada MARTA PLUMILLA.

Marta Plumilla.

Marta Plumilla, compositora y cantante –que es, a su vez, Marta Valiña, actriz– nació en Sarria (Lugo). 

Por lo que he investigado y, sobre todo, por lo que he visto y descubierto por mi mismo, es una mujer que se caracteriza por dos rasgos de su personalidad que a mi personalmente me "arrebatan": su sensibilidad y su imaginación –ambas ¡fantásticas!–; dos cualidades que juntas pueden ser, como en su caso, maravillosamente explosivas.

«Cuando era niña –he leído en uno de sus blog– soñaba con hacer “algo importante”, algo que cambiara el mundo, como acabar con el hambre repartiendo bocadillos de chorizo hechos por mi madre, o subir a la montaña más alta y colocar una bandera blanca en señal de paz y así poner fin a las guerras, influida, sin duda, por Mazinger Z y Candy Candy. Pero poco a poco, fui transformando esos sueños heroicos en otros más modestos y asequibles. A los 15 años comencé a tocar la guitarra y a los 16 di mi primer concierto, descubriendo un insaciable gusto por los escenarios». 

Poco tiempo después, en 1999, Marta se desplazó a Madrid, e inició lo que algunos llaman "su carrera artística", que, en su caso, no es otra cosas mas que la lucha infatigable para conseguir ver realizados sus sueños como actriz y como "cantautora"; y digo "cantautora" porque para mí lo es, y además de mucha "calidad".

Marta Plumilla.

Y tras tan largo "introito" vayamos al concierto del pasado jueves en la Sala Libertad.

Se inició subiendo al escenario Andrés Sudón y Manu Clavijo –ambos "ensombrerados" y de los que diré algo más tarde–, Didier Otaola –actor y cantante– y Marta Plumilla... Y para empezar el espectáculo, la buena de Marta comenzó a permitirnos entrar de lleno, y sin preámbulos, en el fantástico mundo de su imaginación y de su fantasía, y lo hizo cantándonos "Mi vida en Marte".

Didier Otaola y Marta Plumilla.


«Hay gente que nunca puede ser feliz, 
haga lo que haga, y tenga lo que tenga… 
porque siempre quieren otras cosas. 
Son gente caótica, patidifusa, telúrica… 
los de la mala sangre. 
Pero yo fui tan feliz cuando viví en Marte… 
un planete que lleva mi nombre…

Fui tan feliz cuando viví en Marte…
La gente allí no exige que les hables…
Desayunar mirando estrellas.
No hay que compra porque nada esta en venta.

Ver meteoritos desde un balcón de cristal…
Ir al Monte Olimpo y deshollinar un volcán…
Pisar tierra roja que no es de nadie.
Intercalarle una “g” a la palabra “Alien”.

Solo una cosa eché en falta allí y es que no tiene mares.
¡No hay mares en Marte!
Y yo necesito ponerme a remojo de vez en cuando.
Tanto silicio me deja los ojos hechos un asco
para ver todo claro.

Fui tan feliz cuando viví en Marte…
La gente allí no pierde el tiempo en casarse… por ejemplo…
Se dan un “si quiero” entre nubes de hielo.
Interior y telúrico es su juramento
La gravedad allí no es tan grave…
Puedes ir a esconder huesos a un cráter…

Solo una cosa eché en falta allí y es que no tiene bares.
¡No hay bares en Marte! ¡Para emborracharte!
Y yo necesito ponerme a remojo de vez en cuando.
El estado líquido es un antojo,
Un lujo soñado.
Solo una cosa eché en falta allí, (y con esta ya van tres)
Mi estado liquido…
Quizás no fui tan feliz…»
("Mi vida en Marte")

Tras escuchar aquella canción, a mí –que también me gusta jugar con la imaginación– me pasaron por la cabeza un montón de imágenes que surgían relacionadas con aquella maravillosa chica rubia que me estaba cantando...; ¿quién era esta mujer que empezaba a atraparme en su mundo fantástico?... "¿Un "hada" insurrecta y liberal"?... ¿Una blancanieves rebelde e insumisa?... ¿Una caótica Dulcinea?... ¿Quizá, simplemente, una linda brujilla cantora?... ¿O tal vez una meiga arrebatadora?... 

Puede que Marta Plumilla tenga algo de cada uno de esos personajes; pero no, lo que ella es realmente es una creadora singular y extraordinaria que sabe distanciarse de la realidad para poder aprehenderla libremente, y poder devolvérnosla, trascendida, en sus miradas, en su voz, en sus manos, en sus gestos, en los acordes de su guitarra y, sobre todo, en el libre e imaginativo universo de sus palabras.

Marta Plumilla.

«Querido Jack:
Echo de menos correr libremente por el mundo. 
Aquí no estoy mal, pero tampoco estoy bien. 
Como dice una canción popular: 
“hay gente que nunca puede ser feliz”

Voy a un árbol a enterrar todo mi pasado en huesos.
Me he librado de esos niños que me atan piedras al cuello.
Hay dos pulgas que entrenar en mi lomo entre los pelos,
He soñado que conmigo se quedaban sin recelo.
La imperfección en mis patitas me distingue de los demás.
He vivido en casas ricas pero me tuve que fugar.
Ahora vivo entre basura y me tengo que rascar
Pero no cambio mis dos pulgas por ningún bello collar.

En otro tiempo respondía a Cuki, Rex, Dana y Lalá.
Pero ahora ya no tengo nombre para que no me puedan reclamar.
Pero ayer en la avenida un camión me atropelló
Ahora vivo en un refugio donde hay más perros como yo.
Y aunque ya no duele el cuerpo y mis pulgas ya no están,
Vendería mi pellejo al diablo por escapar».
("Yo perro")

Hay algo más que me gustaría decir antes de ponerle fin a este "cuelgue", y es que el jueves pasado, después de casi dos horas de concierto me enamoré de la ternura que proyecta Marta Plumilla; hecho, sin duda, subjetivo, al que he de añadir, ya más objetivamente, que Marta es una gran "cantautora". 

Una de las cualidades de la "canción de autor" –ya lo decía hace unos días refiriéndome a Fran Fernández– es la riqueza de su diversidad y aquí tenemos una muestra clara y evidente de ello. 

Marta Plumilla es una "cantautora" singular que, entre otras cosas, le está aportando al universo "cantautoril" algo que estaba perdiendo, o sea: imaginación; sutileza traducida en una crítica de la realidad tierna, satírica y a veces mordaz; y originalidad. Y ¿saben?... –se lo dedico especialmente a los escéptico y a los "superprogrecantautores" que "haberlos haylos"–...: ¡me encanta!...; ¡me encanta y no me aburre para nada esta "cantautora" de Sarria! ¡todo lo contrario!...; ¡gracias Marta!.

Marta Plumilla.
«Debiste haberme dejado antes. 
Justo antes de que acabara el amor. 
Habríamos bailado para decirnos adiós, 
en lugar de tener que soportar este olor a carne podrida, 
estos buitres volando sobre nuestras cabezas, 
estas moscas picándonos en la nuca. 
No hay duda, debiste haberme dejado antes, 
ahora ya ni si quiera quieres bailar conmigo. 
Yo, que soy bailarina…

Vi tu nariz de payaso cuando doblabas la esquina,
y en mis ojos mojados se nublaba la vida.
Un viejo disco sonaba, no recuerdo su nombre,
era una música amarga llena de notas bemoles.
Y comprendí que los besos no son la prueba de nada,
que a veces hay que perderlos para ganar la jugada.
Y comprendí que los trenes a veces descarrilaban,
Que hay muertos en los andenes y estaciones fantasma.

Vi tu nariz de payaso cuando doblabas la esquina
Maldito circo de sombras con trapecistas suicidas.
Con saltimbanquis borrachos que se beben mis sueños,
e intrépidos magos que ocultan mis recuerdos.
Que bien lo representaste, fue el papel de tu vida…
Maldito circo ambulante que se lleva mi risa».
("Nariz de payaso")

Y bueno, para concluir no puedo dejar de mencionar la participación en el concierto de los maestros SUDÓN y CLAVIJO... "ensombrerados y espléndidos"... ¡pura música!

Andrés Sudón y Manu Clavijo.
Andrés Sudón.
Manu Clavijo.

3 comentarios:

  1. Cuando los dinosaurios del rock dominaban el panorama de la industria musical en los 70 surgió el punk para devolver el sentimiento inconformista y la frescura primigenia de la música rock.

    Para mí, Marta ha hecho algo así en mi visión del universo cantautoril. Una bocanada de aire fresco en el universo clónico de los cantautores.

    Suscribo cada palabra de este cuelgue, Fernando ;)

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  2. ¡Gracias Enrique!... Así es, aunque algunos no quieran reconocerlo, Marta le ha dado un aire fresco, original y muy limpio a la "canción de autor". Un abrazo.

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  3. Por favor, es realmente ridiculo ver a una niña que no tiene ni idea de nada, montarselas de que le ha dado la vuelta al marcador y ya esta de vuelta de todo. Habla de alcohol, de drogas, de noches... para darselas de guay no hace falta recurrir a cosas que se desconocen. Es una mezcla entre Janis Joplin y la sobrina de Concha Velasco, pero con la dulcura de la Pantoja de Puerto Rico.

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