EN CASA DE... «PACO CIFUENTES»

Hoy inauguro una nueva sección del blog a la que voy a titular genéricamente «EN CASA DE...». 

A través de ella pretendo acercarme un poquito más a la "canción de autor" –por la que siento una especial debilidad– conversando con sus creadores en un clima distendido y "relajao", es decir, "como en casa", y..., ¡nunca mejor dicho!.

Para inaugurar esta nueva sección, ayer jueves pasé la tarde «en casa de» un compositor y cantante  al que admiro profundamente y al que, además, me une una entrañable amistad. Se llama PACO CIFUENTES, es sevillano, y, aunque actualmente vive en Madrid, es uno de esos andaluces a los que resulta imposible arrebatarles su identidad sureña y su querencia hacia el Sur.

Fernando González Lucini y Paco Cifuentes.
(Fotografía de Amparo Sánchez).

El encuentro de la tarde de ayer y el "cafelito" compartido con Paco y con Amparo –su compañera– han sido, y van a ser inolvidables, no ya por estar juntos –que solemos hacerlo con cierta frecuencia–, sino porque he tenido la suerte y la oportunidad de escuchar con ellos las doce canciones del nuevo disco que Paco está grabando, y que ya tiene prácticamente terminado.

¡Prepárense!... ¡Paco está a punto de proporcionarnos un hermoso "empujoncito discográfico", cuajado de belleza y de sensibilidad, que nos va a poder resultar muy esperanzador y saludable en esto del vivir; sobre todo en los tiempos que corren, tan propensos a que ciertas "pes" –que nada tienen que ver con la de la Paz– quieran amargarnos la vida; me refiero, por ejemplo, a las "pes" del "Poder", de la "Pela", del "Pedorreo fascista y antidemocrático" y ¡como no! de las muy "Putas" guerras.

Dice Paco Cifuentes, en una de sus nuevos poemas cantados, que "en la canción que sueña hacer un día todo será más amable y nadie tendrá dueño"; no sé si él es demasiado consciente de ello; pero, por lo que pude escuchar ayer, creo ya lo está consiguiendo... ¡Ya lo verán! ¡ya lo sentirán!... De camino vienen melodías, poemas y una voz –extremadamente hermosa e intimista, ¡mágica!– capaces de movilizar nuestros deseos de amar-apasionadamente y de amarrarnos con ferocidad a la esperanza... Yo ayer, en casa de Paco, así lo sentía...

«Por ti seré un blues sin argumento

daré un final feliz al melodrama

y cada vez que llames a mi timbre

saldrá a recibirte la esperanza».

(Téllez-Cifuentes. "Una vieja canción francesa")

Fernando y Paco escuchando el nuevo disco.
(Fotografía de Amparo Sánchez).

Y vayamos directamente al nuevo disco: contiene doce canciones. Cuatro de ellas han sido escritas y compuestas por Paco, en concreto "Este país" –tema que ya comenté en el pasado "cuelgue" del 7 de febrero–, "El sentido utópico" –alegato contra la cobardía y las huídas–, "Dime que soy" y "Mi tren", a la que me referiré más adelante.

Por otra parte, siguiendo la tradición inherente al género de la "canción de autor", Paco Cifuentes musicaliza e interpreta seis textos de poetas a los que admira: "Huboluz" de David J. Calzado; "Gasolina" de Tito Muñoz; "Viejas glorias" de Felipe Benítez –que, por cierto, acompaña a Paco tocando la guitarra eléctrica–; "Libélulas" de Lara Moreno; "Vino entre amigos" del amigo Roberto Terán; y "Una vieja canción francesa", de ese grandísimo escritor llamado Juan José Téllez al que me unen tantos afectos.

Completan el nuevo disco de Paco Cifuentes –por cierto aún sin título–, dos canciones más: "Klimt" –con letra de Paco y música de Leo Minax; y "Rojo", bellísima canción creada con música de Paco y con un texto compartido con Roberto Terán.

Y todo ello aderezado con unos arreglos musicales sin la menor concesión a lo innecesario o a lo superfluo; con unas musicalizaciones que en todo momento acarician a las palabras –parecen "las amantes del verbo"–; y con la voz de Paco, que sorprende por su madurez, por su "jondura", y, sobre todo, por la capacidad que ha adquirido –"abrazao" a los "silencios"– de zahondar en las "barricadas del alma", es decir, allí donde protegemos sueños, amores, pasiones, deseos a punto de estallar y esperanzas. En el disco musicalmente intervienen Javi Ruibal –batería, percusiones y producción musical–, José Recacha –bajo y guitarrras– y Shahar Rosenthal –violín.

También ayer por la tarde, "relajaos" y "agustito", mientras Amparo se movía de acá para allá con su cámara fotográfica, Paco, recordando una experiencia similar que vivimos juntos en "El Pelotari", tomó un papel y escribió esto:

Es la letra de su canción "Mi tren" que podremos escuchar pronto en su nuevo disco.

«Ese no saber

cómo manejarme

con las manos llenas.

Ese querer

asomarme y marearme

cuando es Luna plena.

Mirar por tu cristal

donde no se refleja

ninguna queja.

Demasiado temprano

para adivinarnos 

las miserias.

Cuando lo único que tengo de ti

es esta sonrisa 

frente al espejo.

Lo único que tengo de ti.

Este es mi tren,

el de la conciencia clara 

del cuarto oscuro 

de la mente.

La vivencia épica

de todas las ciudades

tentando a la suerte.

Soltando lastres 

desde el vagón de cola.

Viendo construirse 

el paisaje a nuestros pies».

¡Más cositas!. El nuevo disco de Paco se presentará el día 27 de abril en la "Central Lechera", de Cádiz; el día 5 de mayo en la Sala Galileo, de Madrid; y posteriormente en Barcelona y Sevilla. Antes de estas presentaciones, ya con el disco en la calle, Paco realzará su primera gira americana por Argentina y Uruguay, donde estará del 28 de marzo al 20 de abril.

Y, para concluir, la tarde de ayer «EN CASA DE PACO CIFUENTES», también me regaló una gran sorpresa que puede visualizarse en estas dos fotografías:

Resulta que Amparo Sánchez –compañera de Paco Cifuentes y "amiga mía del alma" de la que puedo presumir– es una magnífica pintora...; lo que pasa es que lo lleva muy oculto, cosa que me parece fatal, porque merecería la pena que nos permitiera disfrutar de sus creaciones.

Se hizo ya tarde, y el cuerpo me pedía empezar a darme mi paseo cotidiano... ¡Que tarde más magnífica!... Amparo, Paco, ¡gracias por vuestra acogida! ... Y lo bueno de todo esto es que tenemos pronto nuevo disco del Cifuentes, y que ayer nos quedaron ganas, a los tres, de volver a encontrarnos...