Samuel Vida. |
Para iniciar con alegría y con esperanza este nuevo fin de semana quiero dedicar un pequeño, pero apasionado, "cuelgue" a SAMUEL VIDAL, uno de nuestros más jóvenes y admirables guitarristas.
Samuel cultiva la magia –nada fácil– de acariciar las cuerdas de su guitarra extrayéndoles auténticos sentimientos, latidos, "quejíos" y hasta palabras...; ¡sí palabras!...; porque Samuel consigue humanizar su música impregnándola de sueños y de silencios interiores que –infiltrados en los sonidos de su guitarra– consiguen seducirnos irresistiblemente y sugerirnos todo tipo de evocaciones y de confidencias...
Escuchar a Samuel tocar su guitarra es, en realidad, sumergirse en el universo de lo insopechado, de la sorpresa, del encantamiento, de la pasión, de qué se yo... ¡Os lo aseguro, es un auténtico placer!
Tiene 23 años –pocos años pa'lo mucho que ha aprendido–, viene de Murcia, acaba de aterrizar en Madrid y, habitualmente acompaña a diversos cantautores, entre ellos, a dos de los que más admiro: María Rozalén y Muerdo. Es una maravilla percibir y gozar de esos acompañamientos...; ¡siempre lo he dicho y siempre lo repetiré!, en un concierto de cualquier cantor, o en la grabación de cualquiera de sus discos la presencia y la magia que aportan los músicos es clave e imprescindible y, sobre todo, si se trata de jóvenes grandes músicos como SAMUEL VIDAL.
Escuchar a Samuel tocar su guitarra es, en realidad, sumergirse en el universo de lo insopechado, de la sorpresa, del encantamiento, de la pasión, de qué se yo... ¡Os lo aseguro, es un auténtico placer!
Tiene 23 años –pocos años pa'lo mucho que ha aprendido–, viene de Murcia, acaba de aterrizar en Madrid y, habitualmente acompaña a diversos cantautores, entre ellos, a dos de los que más admiro: María Rozalén y Muerdo. Es una maravilla percibir y gozar de esos acompañamientos...; ¡siempre lo he dicho y siempre lo repetiré!, en un concierto de cualquier cantor, o en la grabación de cualquiera de sus discos la presencia y la magia que aportan los músicos es clave e imprescindible y, sobre todo, si se trata de jóvenes grandes músicos como SAMUEL VIDAL.
Preciosas tus palabras para este guitarrista que como bien dices: atrapa. Un lujo para quien pueda acompañar con su guitarra. Aquí en esa foto, tres artistas como la copa de un pino. ¡Expresión coloquial que habría que saber de dónde viene...jajajaja!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.