Tras la publicación de "Coplas de ciego", Luis Pastor, sin poder renunciar a su sueño y a su necesidad de cantar y de compartir sus canciones, grabó tres discos entre 1984 y 1988; tres obras de búsquedas y de encuentros musicales que merece la pena no olvidar porque recogen canciones extraordinarias y de gran belleza, y porque en ellas se sientan las bases, la personalidad, y el encanto del Luis Pastor del que hoy podemos disfrutar.
En 1984 nos ofreció el LP titulado "Nada es real". «Había comprendido –dice Luis– que lo importante era tener confianza y creer en lo que uno hace, a pesar de que las modas o el mercado vayan por otro lado. Si se tiene algo que decir, no importa, ya llegará el momento. Se trataba de un disco cercano a mí como individuo; tenía que ver con mi vida real, con mis preocupaciones, con mis secretos [...]. No hay en el disco planteamientos utópicos, sino que, por el contrario, nace de una visión clara y realista de la vida cotidiana, con sus frustraciones e ilusiones».
En este disco nos encontramos con bellísimas canciones como "Evohé. (¡Viva la vida!)", de Pablo Guerrero; "Nada es real" y "Arco iris", sobre textos de la inolvidable Carmen Santonja –de Vainica Doble–, "Cristina", en colaboración con Antonio Gómez; "Nicaragua" y "Dale cuerda a los deseos", escritas por Bernardo Fuster; y "Metro del lunes", una de mis canciones preferidas del repertorio de Luis, creada sobre un texto de Cástor.
«Metro del lunes, entre el sueño y el día
nuestros vacíos a dos vagones de distancia
frágil como un trasaslántico de seda
y una tristeza que se pega.
El martes yo temblaba, ella contenta, alegre
como una novia loca y gratuita,
con unas manos ténues y puntuales,
con una boca repleta de paisajes.
El miércoles no vino, una tormenta
arrasó sin tirar minúsculos ladrillos
y el billete amarillo que marca mi cansancio
de ocho a ocho se hizo un nudo en el bolsillo.
El jueves otra vez giró el planeta
sobre toda su luz prendió su cuerpo
me sepultó el alud de su mirada,
soñé de día, de noche fui deseo.
El viernes llevaba en las pupilas un brillo musical,
tras sus mágicos senos de extraña curvatura
intenté como un náufrago hacer señas de auxilio
pero un vértigo mudo envolvió su descenso.
El sábado, sin falta, decidí detenerla
declarándola rea, alevosa, convicta
de ejercer armas vitales a mansalva
premeditadas cejas de dardos venenosos.
Malherido el domingo, la busqué por el parque,
recogí sus caricias como flores de ópalo
y fui eco y espejo cosechando sus dedos
horizontes violados de unas ojeras grises».
En 1986, Luis grabó un nuevo álbum con EMI-Odeón al que tituló "Por la luna de tu cuerpo"; disco producido por Johnny Galvao, músico y guitarrista de origen portugués.
Luis definió aquel trabajo como «un disco de amores, no de amor»; «de amores simples y cotidianos; de amores vividos, imaginados y deseados; amores embriagadores y tormentosos en cada encuentro; amores utópicos; amores imposibles; amores de derrota total y refugio necesario».
Single promocional del LP: "Por la luna de tu cuerpo". Recoge dos canciones: "Tu pesadilla" –con texto de Carmen Santonja– y "Déjame estar", letra y música de Luis. |
El tercero de los discos, antes citados, fue "Aguas abril", obra en la que Luis contó en la producción con Javier Mora, Fernando Vega, Fredi Marugán y Suso Sáiz; y en el que manifestó su madurez como compositor, como poeta y como intérprete.
En aquel álbum Luis grabó por primera vez canciones muy vinculadas a su identidad musical como "Aguas abril", "África en los ojos", "Soledades de neón" o "Flor de jara"; merece la pena resaltar también un nuevo tema compuesto con Pablo Guerrero, el titulado "Mi libertad".
«Intenté buscar tu imagen y la noche era una loba que se iba.
Llueve lento en la avenida y los árboles me miran al pasar.
Me sumerjo en ese río de los coches y la gente que camina,
una vez más...
Los relojes se han parado, pido fuego y alguien pasa, va corriendo.
En los cubos de basura una sombra busca algo que comer.
Llueve en los escaparates y unos jóvenes se besan en la acera,
va a amanecer...
Buscaré tu cabellera de lejano cometa,
no estaré ni un solo día cansado de soñar,
cantaré con la alegría del que va siempre a tu lado
mi libertad, mi libertad...
Los periódicos mojados y la luna que me mira indiferente.
Unos pasos se detienen y una anciana busca lenta su portal.
Amanece en los tejados y te doy mis pensamientos, vuelvo a casa
por ver si estás...
Buscaré tu cabellera de lejano cometa
no estaré ni un solo día cansado de soñar,
cantaré con la alegría del que va siempre a tu lado
mi libertad, mi libertad...».
Posteriormente, entre 1992 y 1994, Luis publicó dos discos grabados en directo que venían a significar una síntesis de todo su trabajo anterior: el primero grabado en el Teatro Romano de Mérida, y, el segundo, en un local de Cáceres llamado Torre de Babel, en el que contó con la colaboración del guitarrista Antonio Toledo. En un principio estos discos fueron editados por las discográficas Pasión y Fonomusic, respectivamente, y, más tarde, reeditados en un doble CD con el sello "Flor de Jara", creado por Luis para publicar y distribuir sus futuras creaciones.
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