Hilario Camacho. (Fotografía: Juan Miguel Morales). |
«Sin pies y sin cabeza
cómo puedes tú correr
sin ojos ni lágrimas
cómo vas a nacer.
Creo que caminas
sin mirarte en los demás
que pasas por la vida
sin saber reír
sin saber llorar.
Tú estás en la tierra
y yo voy volando
tú eres de piedra
y morirás esperando [...]
Sin sangre y sin angustia
cómo puedes tú gritar
sin manos, ni deseos
qué cuerpo has de abrazar.
Sin labios ni caricias
qué boca podrás besar
sin arriesgar sentimientos
no podrás sufrir,
no podrás amar».
("Claros sentimientos")
En 1976, Hilario Camacho publicó su tercer LP titulado "La estrella del alba", producido, al igual que el anterior, por Gonzalo García Pelayo; en esta ocasión le acompañaron en la grabación Tony López –guitarras–, Jesús Pardo –piano y teclados–, Jorge Pardo –saxo soprano–, Pedro Guerrero – mandolina–, Jorge "Flaco" Barral –bajo y coros–, Fernando Bermúdez –batería y percusión– y haciendo coros Ana Martínez y Daniela Hernández. La carpeta del disco fue diseñada y dibujada por Benito y Máximo Moreno.
Sobre la historia, o el origen de este disco, Hilario realizó el siguiente comentario: «Harto de la ciudad me fui a Mallorca; me gustó estar allí y compuse todos los temas del disco y, sobre todo, el que le da título, tema que giraba alrededor de mi deseo hacia una chica que había dejado en Madrid: María; su memoria y su ausencia, mis ganas de vivir, los amaneceres y las estrellas del cielo menorquín, "El Flaco" –se refiere a Jorge "Flaco" Barral, bajista uruguayo del que se hizo muy amigo y que compartió con el la creación y la grabación del disco–, la casa del pozo, el cuarto de la música...».
El caso es, que Hilario nos ofreció otro de sus grandes discos –he de confesar que es mi favorito–; en este caso sobresalía el valor y la importancia que le daba a la música, frente al concepto genérico del cantautor de la época reconocido esencialmente por el valor de la palabra. De hecho en este LP Hilario nos ofreció tres temas instrumentales magníficos: "La estrella del alba", "La casa del pozo" y "El paseo del atardecer".
Por otra parte, en este tercer disco Hilario hace una apuesta valiente, arriesgada y muy profunda sobre unos derechos que en aquel momento –y en general, en todo el pensamiento racionalista– eran despreciados, particularmente por los varores, es decir, por los "machitos"; me refiero en concreto al derecho a soñar y a imaginar –al "delirío", llega a decir Galeano– y el derecho a sentir –derecho y necesidad sobre las que gira el contenido de la canción "Claros sentimientos" con la que iniciaba el "cuelgue" de hoy–.
Por aquellos mismos años, Hilario se encontró y trabajó con Maria del Mar Bonet en la musicalización de prácticamente todos los poemas que integraron el disco genéricamente titulado María del Mar Bonet, grabado en 1974.
Tres años más tarde, en 1981, Hilario Camacho grabó un cuarto disco fundamental en su trayectoria musical y poética, me refiero al LP "La mirada en el espejo"; obra producida y dirigida por Joaquín Torres, en la que le acompañaron Fernando Sancho, José Antonio Galicia, Miguel Ángel Chastang, Tito Duarte y José Antonio Romero.
"La mirada del espejo" es un disco totalmente urbano, que contrasta con el anterior; en él Hilario le canta a amor –a sus experiencias amorosas llenas de contradicciones, y de luces y sombras–; y a Madrid, ciudad que siempre quiso, a la que siempre regresó, pero en la que vivió también duras experiencias de soledad y de pérdida de su identidad.
«Madrid amanece
con ruido, con humo
y oscuros borrones
flotando entre nubes.
Madrid amanece
entre sueños perdidos
confusión y sorpresa
latiendo en las venas
y entre tinieblas de fiebre
se abre paso la luz
es como una resaca
contagiosa y común
que te vuelve a recordar
qué solo estás
qué solo estás
qué solo estás
en medio de tanta gente
qué solo estás.
Madrid amanece
con miradas de odio
egoísmo y desdicha
corriendo sin meta.
Madrid amanece
entre amorosas cadenas
amarga desidia
y lágrimas ácidas.
Y ese llanto salado
moja tu paladar
Madrid amanece
a través del cristal
y te vuelve a recordar
qué solo estás
qué solo estás
qué solo estás
en medio de tanta gente
qué solo estás
una vez más
una vez más».
Dos discazos...para mí, junto a "de paso" son la trilogía de oro de la obra de Hilario por todo, por sonido, producción, por repertorio y por la interpretación...muy muy aconsejables para acercarse a la obra de Hilario
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