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lunes, 17 de enero de 2011

¡VOLAD, CANCIONES, VOLAD!

En el "cuelgue" del pasado 20 de diciembre hablaba de un proyecto de exposición titulado "¡Volad, canciones, volad!" que puse en marcha hace nueve años y que, aunque lo tengo prácticamente terminado, todavía no ha podido hacerse realidad. Es uno de esos proyectos en los que merece la pena trabajar aunque al final no pueda realizarse. A mí, por lo menos, me ha merecido la pena.

Logotipo de la exposición

Si me lo permitís voy a recordarlo:

Seleccioné veinte canciones –mis canciones preferidas– y veinte pintores amigos. A cada uno de esos pintores les di una de las canciones y les propuse que hicieran un cuadro en el que quedara reflejado lo que esa canción les sugería.

El horizonte final de aquel proyecto era, por una parte, publicar una caja-libro –tamaño LP– con la grabación de las veinte canciones y las reproducciones de los cuadros correspondientes. Por otra parte acaricié la posibilidad de montar una exposición itinerante con las obras plásticas originales.

Al final, con casi todos los cuadros terminados, no encontré a nadie que colaborara en la edición del disco y en el montaje de la exposición... Tal vez algún día puede que salga adelante.

En el "cuelgue" del día 20 de diciembre os presentaba el cuadro que creó Jesús Gabán tomando como referencia la canción "Unicornio", de Silvio Rodríguez. Hoy voy a presentaros otra obra de aquel proyecto, es el cuadro creado por ALFREDO GONZÁLEZ inspirándose en la canción "Balada de Tolito" de JOAQUÍN SABINA.


La "Balada de Tolito" es una de las canciones de Joaquín Sabina que, aunque no es de las más recordadas y conocidas, es claramente una de mis preferidas; creo que es una auténtica maravilla tanto desde el punto musical, como poético. Esta canción Joaquín la grabó en su disco "Juez y parte" (1985). Vamos a recordar su letra y si tienes la oportunidad escúchala en el disco.

«Tolito tiene un dado y una paloma,
una tos y una copa llena de vino,
y unas ropas con polvo de los caminos,
caminos que jamás llevaban a Roma.

Mago de las barajas y la sonrisa,
malabarista errante de las plazuelas,
corazón que le sale por la camisa,
botas de andar sin prisa ni mediasuela.

Empieza la función, pongan atención,
el circo cabe en un asiento del vagón.
Empieza la función, pongan atención,
billete de segunda, próxima estación.

A no ser por el alma y por la melena,
de sus vecinos no se distinguiría.
Su oficio es retorcerle el cuello a la pena
y abrir una ventana a la fantasía.

Para dormir a pierna suelta le basta
con tener para vino, pan y tabaco.
Igual te rifa un peine que echa las cartas
y saca el rey de bastos de tu sobaco.

Si quieres verlo, ven, busca en el andén,
Tolito siempre está bajando de algún tren.
Si quieres verlo, ven, busca en el andén,
Tolito siempre está subiendo al primer tren.

Cada vez que se encuentran dos caminantes,
se cuentan sus andanzas y sus querellas,
le cuelgan a la noche un interrogante
y llegan hasta el fondo de las botellas.

Luego, entre cuatro muros y dos escuetos
colchones, rescatados de la miseria,
se intercambian los trucos y los secretos
del arte de ir rodando de feria en feria.

Ponnos dos copas más antes de cerrar,
morirse debe ser dejar de caminar.
Ponnos dos copas más antes de cerrar,
hoy bebo a tu salud, mañana Dios dirá.»

Indiscutiblemente, ¡Sabina es un genio!... Un buen músico, un cantor peculiar y, sobre todo, un extraordinario poeta.





3 comentarios:

  1. Ésta está dedicada a un mago ambulante llamado Tolito, ¿no?

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  2. Preciosa canción: el texto y la música; la ternura hacia el personaje y el valor testimonial.

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