Fernando Lobo. |
Una de las experiencias que me resultan más gratificantes en relación con la "canción de autor" es poder comprobar la positiva evolución y la madurez que van experimentando algunos jóvenes creadores con el paso del tiempo. Este es el caso, en concreto, de FERNANDO LOBO.
Escuché cantar a Fernando por primera vez con motivo de la grabación de su disco "Encrucijada" (2011). Me mandó una maqueta previa a la edición; me pareció un trabajo de enorme dignidad musical y poética; y a partir de ahí le escribí un texto para la carpeta del CD, compartiendo la presentación, con mi amigo –creo que de toda la vida– Juan José Tellez. Posteriormente, cuando se editó el CD escribí un "cuelgue", en este mismo blog, al que titulé "Po-Éticas y Encrucijadas":
http://fernandolucini.blogspot.com.es/2011/03/fernando-lobo-po-eticas-y-encrucijadas.html)
De aquel primer disco me resulta muy difícil destacar una canción concreta; tal vez la titulada "Si tuviera" por la presencia en ella del poeta querido Carlos Edmundo de Ory –al que perdimos poco tiempo después–; "Dame" porque proyecta la particular pasión de Fernando por el universo del "blues"; o "No sé renunciar", tema al que me enganché emocionalmente y que os invito a disfrutar en el siguiente video.
Pues bien, el pasado día 16, Fernando Lobo nos ofreció un recital en la Sala Libertad 8, de Madrid, y he de decir que me sorprendió y celebré justo lo que decía al inicio de este cuelgue, es decir la evolución y la gran madurez que ha alcanzado poética y musicalmente.
Inició su concierto con una versión del tema "Qué soy yo" de Joan Baptista Humet. Recordemos:
«A veces pienso que tengo suerte
sin una perra y aún me divierte mi profesión
desde una noche en la que Dios quiso
comprometerme con el hechizo de una canción».
Después, en otro momento del concierto cantó "La flor azul de Alejandría" de Javier Ruibal; Fernando sabe que es una de las canciones esenciales de mi universo sonoro.
Y el resto fue un brillante repaso a su repertorio incorporando canciones nuevas, de las que seguidamente incluyo dos textos:
«En lo que dura una canción
dicen mis ojos
lo que no saben decir
cuando no cantan.
En lo que dura una canción
se para el tiempo
si sueña la razón
y no se calla.
Creo que al cantar
suena el agua;
cuando es el mar
quien dicta las palabras.
En lo que dura una canción
va la belleza
buscando su camino
y su coartada
En lo que dura una canción
cabe otro mundo,
cabe otro amanecer,
otra esperanza.
Creo que al cantar
suena el agua;
cuando es el mar
quien dicta las palabras.
En lo que dura una canción
cabe la risa
la risa imprescindible
que me salva.
En lo que dura una canción
soy quien sería,
el que quisiera ser,
este que canta».
("En lo que dura una canción". Fernando Lobo)
Fernando Lobo en Liberad 8. |
«Me asomo
al balcón de tus encantos
y el brillo que desprendes
me deslumbra la razón.
Te miro,
el invierno se me olvida
la vida en ti florece
y te viste de sol.
Me llenas de abril
al llegar
con la primavera
Te acercas
y la savia se me altera,
despiertan mis sentidos,
se abren como una flor.
Me miras
ya no recuerdo el frío,
cerca de ti germino
y te visto de canción
Me llenas de abril
al llegar
con la primavera».
("Con la primavera". Fernando Lobo)
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